2018
 

 


MEDIOS DE TRANSPORTE / FERROCARRILES

EL SEÑOR DE LOS SUBSIDIOS I

 

El Ferrocarril una Cuestión Nacional


EL SEÑOR DE LOS SUBSIDIOS, RICARDO JAIME, ES INVESTIGADO POR LA JUSTICIA

Este trabajo fue publicado por primera vez el 15 de septiembre del 2005, como sostiene el autor, la Historia de los Ferrocarriles Argentinos es uno de los capítulos más vitales e importantes de nuestra historia.

Es el mismo Ricardo Jaime que quería investigar la justicia, con la diferencia que en ese momento era un hombre fuerte del actual gobierno nacional. Una investigación que no tiene desperdicios.

 

Por Juan Carlos Cena * especial para Villa Crespo Digital 

 

22 de abril del 2010

La historia de los ferrocarriles argentinos es, sin disputa, uno de los capítulos más vitales e importantes de la Historia Argentina. Las ganancias ferroviarias, cuyas sumas, algunos años, han sido ligeramente inferiores a las de Renta Generales de la Nación, han corrido un tiempo a 'raudales para doblegar a los pocos hombres y a las pocas entidades representativas que no estaban en su radio de acción', influyendo en su poder omnímodo en la obra ejecutiva del Gobierno y declarando inconstitucional cualquier intento de fiscalización. Han anulado esfuerzos nacionales al negar los accesos ferroviarios, han impedido sistemáticamente el comercio interior y las industrializaciones locales, todo desarrollo no agropecuario que pudiese atentar su hegemonía, mientras 'los agricultores y apacentadores de ganados debían cubrir su pobreza con las bolsas de arpillera de sus granos'.Raúl Scalabrini Ortiz- (Historia de los Ferrocarriles Argentinos)


La Justicia quiere investigar al señor de los subsidios Ricardo Jaime y al subsecretario de Transporte Ferroviario, Julio Tito Montaña, por la entrega de subsidios millonarios a los concesionarios ferroviarios. La Cámara Federal ordenó la reapertura de una causa.

Antes de continuar es necesario advertir sobre algunos antecedentes relacionados sobre este mismo tema, originados por Organismos de Control del Estado y denuncias efectuadas por los trabajadores como consecuencia de la reparación de coches de pasajeros.

El presidente de la Nación se defendió en San Nicolás el 8 de septiembre, en un acto proselitista, de algunas imputaciones: “Me cuestionan por que soy desprolijo, pero soy prolijo para manejar la plata del pueblo”

Bueno, no es tan así la cuestión. Usted, señor presidente, nombró como Secretario de Transporte a Ricardo Jaime, toda una desprolijidad. Usted lo defendió, lo defiende y lo defenderá por lo que se ve y escucha; acción que se ha tornado toda una desprolijidad política con consecuencias muy costosas para la Nación.

El desprolijo nombramiento como Secretario de Transporte, al profesor Ricardo Jaime, y la confirmación de otros en esa área, es toda una desprolijidad política que a la Nación, o sea nosotros, es gravosa, cuesta millonarias sumas de dinero. El manejo discrecional en el área de transporte en general y, en el caso de los ferrocarriles en forma particular. En este segmento, uno puede observar a simple vista, que esa gestión está plagada de desaciertos e irregularidades, embustes e incumplimientos de aperturas de servicios y talleres, como Tafí Viejo y Los Hornos en La Plata.

Esta
es una grave desprolijidad señor Presidente y contradice su decir: “pero soy prolijo para manejar la plata del pueblo” Los mal otorgados subsidios a pesar de los deficientes servicios, por la Secretaria de Transporte, es una desprolijidad perversa.

La desprolijidad por la discrecionalidad de cómo, estos funcionarios, asigna fuertes recursos a las empresas concesionarias de trenes, es alarmante, y usted, señor presidente es corresponsable, por haberlos nombrados y sostenido, a pesar de las quejas permanentes, denuncias y cuestionamientos de los órganos de control y del público en general. Por supuesto, los grandes cargadores, concesionarios de los trenes suburbanos, la burocracia sindical, guardan un cómplice silencio

Distintos organismos del Estado fueron señalando las desprolijidades en la distribución de los subsidios, torpezas y no tanto de este Secretario de Transporte, muy prolijo en su vestir.

Veamos algunos antecedentes

La Gerencia de Seguridad en el Transporte, que depende de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte publicó una estadística donde refleja que en el área metropolitana durante el año 2003, fallecieron un total de 389 personas y 1064 resultaron heridas de gravedad. En los últimos 7 años, cerca de 14.000 muertos. Cifras reveladas por el propio Secretario de Transporte que manifestó: 'La Argentina tiene un record importante de muertes en ferrocarriles: más de 400 por año'. Lo que no dice es porqué ocurren esos accidentes.

Las cifras son demostrativas y hay que compararlas cuando los ferrocarriles estaban en manos del Estado. Veríamos como los ferrocarriles del Estado tenían sumo cuidado en las cuestiones de seguridad. Acá en el periodo privatista todas esas normas de seguridad fueron anuladas por los concesionarios, como así los sistemas de controles, con anuencia de la Secretaria de Transporte.

La inoperancia de la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) dependiente de la Secretaria de Transporte, es patética. Es casi obligatorio preguntarse si ¿es inoperancia o complicidad manifiesta? ¿Cómo es posible que se les hayan renovado, a estas empresas concesionarias, los subsidios? Toda una desprolijidad.

El Poder Ejecutivo ¿no sabe de las insolvencias graves de esas concesionarias en las prestaciones y en las violaciones de los contratos?

El defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino es claro: 'Hace bastante tiempo que el Estado está en condiciones de rescindir las concesiones de la empresa Metropolitano, pues estamos ante una concesión cuya ejecución está llena de incumplimientos desde hace ya varios años' Se refería a la empresa cuyo concesionario era el señor Taselli, que continúa usufructuando el ramal del F.C. Roca.

¿Cómo es posible que a una escasa semana de suspender la concesión, el Gobierno Nacional benefició a esta empresa con la compra de 15 locomotoras por un valor de 21 millones de pesos para reforzar la dotación de la concesionaria, y continúe brindando un deficitario servicio? ¿Acaso no sabían de las irregularidades del concesionario? Además, cobró boletos, el alquiler por los espacios de propaganda y confiterías, kioscos, y por si fuera poco, recibió los subsidios pactados, pagado por todo los habitantes del país.

Evidentemente la Secretaria de Transporte motorizó estos beneficios, y no es que haya evaluado incorrectamente la adjudicación de esa prebenda.

Hablamos de Buenos Aires, del ferrocarril presente ¿y del ausente? ¿Qué decir de los pueblos olvidados del interior?. De los poblados fantasmas que casi llegan a 870. En Totoralejos, en diciembre del 2003, se fue el último habitante. Que decir de la falta de trenes de pasajeros, de cargas, de corta y media distancia que servían como vehículo de conexión entre localidades, que contribuyeron a la vertebración territorial del país, que por la cesación de esos servicios vino el cerramiento de los pozos de agua, del saqueo de plantas potabilizadoras de agua (Estación Los Naranjos- Santiago del Estero) que le daban de beber a los pobladores, la supresión de los trenes aguateros, del tren sanitario, de los trenes petroleros, graneleros, entre otros.

Este es el eje del balance que debe realizarse después que se cerró el ferrocarril, lo que quedó a través de la contabilidad social, el déficit bruto interno que generó, la deuda interior, la despoblación…y así, y preguntarse: ¿Cuánto cuesta un pueblo abandonado?

“... Los ferrocarriles fueron un sistema integrado de transporte articulador de los espacios económicos y sociales que se expandieron por toda la geografía nacional. Este pasó a ser un elemento solidario comunicador de conexión entre las distintas regiones del país y contribuyó al desarrollo de las economías regionales...”

A esto hay que agregar el saqueo de los talleres ferroviarios, de sus máquinas y herramientas, de sus almacenes vaciados de sus materiales y repuestos, del levantamiento de vías en forma clandestina, de la venta a precio vil de propiedades, muebles e inmuebles.

Todo esto ocurrió, esta tremenda red de hierro se ha oxidado por voluntad de los gobernantes que privilegiaron como medio de transporte al autotransporte automotor. Cuando se hizo cargo de la administración del Estado Argentino este gobierno, y en este caso la Secretaria de Transporte a cargo de esta desprolijidad manifiesta que es Ricardo Jaime, ¿no intentaron inventariar lo que le dejaba el gobierno anterior? No hacerlo, es incurrir en una desprolijidad compartida entre el que se va y el que viene, es decir, se recibió el Estado y su administración a libro cerrado.

En la Secretaria de Transporte aún anidan viejos privatizadores. ¿Qué política pueden implementar estos funcionarios, en estos tiempos, cuando fueron obedientes a las instrucciones que venían desde el menemismo, fiel representante de los intereses antinacionales. Todos fueron confirmados en forma desprolija, solo algunos presentaron sus renuncias.

El fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, denunció al funcionario secretario de Transporte Ricardo Jaime por presuntas irregularidades en su gestión. Se lo acusa de haber pagado de más por la remodelación y reconstrucción de 120 vagones del F.C. Belgrano Norte. Debemos salvar el término, no son vagones, sino coches de pasajeros de la zona suburbana.

El beneficiario de esos pagos –continúa el informe- fue el concesionario del servicio, la empresa Ferrovías S.A. La imputación es por el delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado. La otra maniobra sospechada por la fiscalía es la contratación directa, con aparentes sobrevaluaciones, para la reparación de varias estaciones.

Esta denuncia fue presentada por el fiscal y el caso quedó a cargo del Juez Urso, que ya tiene en su despacho y en el cajón de su escritorio, desde hace un tiempo prolongado, otras denuncias por sobre precios que elevaron las concesionarias por reparación de estaciones, elementos de pasos a niveles, conservación y renovación de vías, en una multiplicación, para su beneficio, en que algunos casos se elevan a un 4.000 por ciento.

Expediente elevado en tiempo y forma por la Oficina Anticorrupción, basada en una investigación realizada por APDFA (Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos) El Juez Urso, es uno de los jueces que más causas tiene de ese mismo tenor. Toda una desprolijidad.

La denuncia del fiscal Garrido dice que la Secretaría de Transporte, a cargo del susodicho profesor Ricardo Jaime, contrató para reparar vagones (coches) de la ex Líneas Belgrano Norte (F.C. suburbano) a la misma empresa que tiene la concesión del servicio y que, además, le pagó 4.000.000 millones de pesos por gerenciar ese trabajo. Las reparaciones costaron cerca de un millón de pesos por coche, cuando las reparaciones similares han constado 800 mil por unidad. Seguimos con las desprolijidades.

Fuera de la anomalía contractual, éste, es un negocio redondo. Como no serlo, si el Estado manda (no envía) a reparar los coches de pasajeros de la concesionaria del F.C. Belgrano Norte S.A. a la Empresa Emepa, que es a su vez, la mayor accionista de esa concesionaria, o sea el F.C. Belgrano Norte S.A., que luego de reparado explotará en su beneficio. Ganancia pura, donde no hay que amortizar costo alguno por la reparación, el Estado paga y se beneficia el privado, es la ecuación del sistema. ¡Vaya con las prolijidades de la Secretaria de Transporte!

La concesionaria no invierte, solo recauda, en este caso, al contrario, gana porque la reparación de los coches se realiza en su propia empresa Emepa, fijando valores excesivos por cada coche reparado, el beneficio es redondo. Todo un ardid malicioso lleno de complicidades y ¿desprolijidades?

Debemos ilustrar al lector que la empresa Emepa tiene domicilio en Chascomús, provincia de Buenos Aires, repetimos: es uno de los socios mayoritarios de la concesionaria Ferrocarril Belgrano Norte S.A. Esta entidad inicia sus actividades hace más de 30 años como chatarrera, cuyo gerente o administrador era un tal Cao Saravia. En tiempos del gobierno de Raúl Alfonsín, también por contratación directa, se les adjudicó la reparación y reforma de los coches de pasajeros de procedencia inglesa, del año 1914, aproximadamente, era tan grande su vetustez que en vez de tener rulemanes en sus puntas de ejes llevaban cojinetes con estopada, unidades desembarcadas en nuestro puerto cuando los ferrocarriles estaban en manos de los ingleses, haciendo el recorrido suburbano hasta León Suárez y Tigre, hoy sólo llegan a José León Suárez.

A esta empresa concesionaria la fiscalía le cuestiona, además, la remodelación de estaciones, como Munro, Villa Rosa, Los Polvorines, se objeta la contratación directa y sus posibles sobre precios. Eso prueba, además, lo que venimos denunciando, que como todas las estructuras ferroviarias son del Estado, en consecuencia, todas las reparaciones son pagadas por el Estado, de la billetera del superávit fiscal, es decir de nuestros bolsillos, el adjudicatario de la concesión las envía a reparación, casi siempre, a empresas tercerizadas en la que también son dueños, luego eleva la factura a los organismos de este Estado, que no es tan bobo y que las paga sin chistar. Toda una sociedad perversa con fines de lucro.

Esta es otra prueba del mal uso que le da el Estado al dinero que es de la Nación, es decir, su forma desprolija y que, además, es de todos los ciudadanos. Y señala a la vez, el perfil rapiñero de las empresas concesionarias que sólo buscan el lucro, no hay contención de esta avaricia desmedida, toda una desprolijidad de la Secretaria de Transporte de la Nación.

Repasemos
brevemente algunas manifestaciones de los organismos de control del Estado, pero que no dependen de la Secretaría de Transporte, ni del Ministerio del cual dependen.

El Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, aseguraba hace tiempo, cuando se decretó la emergencia ferroviaria a través de un decreto firmado por Eduardo Duhalde, nunca derogado, que se está frente a un vaciamiento. Digo a priori: No me consta, pero sabiendo la naturaleza intrínseca de estos concesionarios que vienen del autotransporte automotor y, que siempre han combatido al modo ferroviario por todos los medios, digo de nuevo: ¿por qué no? Si es como haber metido el zorro dentro del gallinero. Si con los subsidios que se le otorgaron por contrato, el ferrocarril padece y ha sufrido un deterioro inimaginable, pero las empresas de colectivos andan bien, ¿por qué no puedo suponer que los colectivos han sido subsidiados en forma indirecta? Digo de nuevo: No me consta, pero ¿por qué no?

* Juan Carlos Cena es miembro fundador del Mo.Na.Re.FA  (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos)
- Autor de:

- El Guardapalabras (memorias de un ferroviario)
- El Cordobazo, una rebelión popular.

- El Ferrocidio 1ª edición (agotada)
- El Ferrocidio. 2da edición (ampliada y corregida)
- Crónicas del Terraplén.

- Ferroviarios, una sinfonía de acero y lucha

- Personal técnico especializado en Planeamiento y Control de Gestión

Nota: Investigación en IV partes publicada a partir del 15 de septiembre del 2005.

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