ESCUELAS PÚBLICAS - SUBSIDIOS A LAS ESCUELAS PRIVADAS

Parte I

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

30 de septiembre del 2007

 

La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su Capítulo Tercero, desde los artículos 23 al 25, arroja las argumentaciones esenciales sobre el tema educativo.

En este articulado sostienen el reconocimiento y afirman se debe garantizar la educación en los principios de la libertad, ética, solidaridad para lograr un desarrollo integral.

A su vez, afirma la igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del sistema educativo.

Inmediatamente, en este primer artículo referido a la educación, plantea la igualdad en la calidad educativa.

 

Bien, por otro lado un paneo de la situación de escolarización inicial, primaria, media, terciaria y sin introducirnos en la universitaria demuestran otros aspectos no menores para pensar en la hecatombe actual de los edificios escolares de nuestra ciudad y las graves consecuencias que ha acarreado en materia de seguridad, calidad educativa, igualdad de oportunidades, edificios adecuados y todo lo que plantea el articulado de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires de 1996.

 

Asimismo, la Constitución, garantiza 10 años de escolaridad obligatoria, también plantea que pueden los particulares llevar adelante emprendimientos privados de educación y hay que decirlo en su gran mayoría reciben subsidios del Estado comunal, garantizado por la constitución cuando sostiene en el segundo parágrafo del artículo 25: La Ciudad puede realizar aportes al funcionamiento de establecimientos privados de enseñanza, de acuerdo con los criterios que fije la ley, dando prioridad a las instituciones que reciban a los alumnos de menores recursos. 

 

Por otro lado, las estadísticas del 2005 arrojan la siguiente realidad en cuanto a Instituciones Educativas y matriculación de alumnos.

 

 

 

Enseñanza Privada

Una realidad educacional incontrastable, la mayoría de estos establecimientos privados reciben subvención del gobierno porteño, una cantidad importante de estos colegios privados contienen, en su ofrecimiento privado, los tres primeros niveles de enseñanza, tanto inicial, primario y medio. Si observamos las cifras arrojadas en el 2005: hay 483 jardines o enseñanza inicial, hasta cinco años, o preescolar. El primario entre 6 y 13 años, de acuerdo a la fecha de ingreso, si es antes del 1º de junio o posterior, son 441 establecimientos y los de enseñanza media 340.

De esta totalidad: 405 establecimientos con estos niveles de enseñanza reciben el auxilio de los gobiernos capitalinos en forma de subsidio a la educación.

 

Baste mirar la realidad educacional y el contexto de este entramado, podemos verificar en los cuadros que ofrecemos a continuación que la disparidad entre lo privado y estatal es contundente: por lo injusto, por la falta de políticas ciertas de asistencia para todos los sectores sociales, estamos hablando de los niños, niñas y adolescentes. Debiendo realizar una pregunta ineludible: ¿Cuáles son los sectores económicos que estamos privilegiando con la educación privada y los pertinentes subsidios?

Porque no podemos dejar de resaltar que tenemos en estado calamitoso y semi desastroso a una parte importante de los colegios y escuelas estatales. Donde sus alumnos, acompañados por maestros y padres, debieron salir a la palestra para reclamar mejoras, soluciones a los múltiples problemas en las escuelas porteñas como: falta de calefacción, agua corriente, sanitarios en malas condiciones, cables de alto voltaje sin protección, techos en condiciones paupérrimas, a punto de caerse… y así de seguido.

 

Establecimientos Estatales y las Cooperadoras

En estos establecimientos estatales, las cooperadoras juegan un papel esencial, por décadas han sido los bomberos voluntarios para solucionar problemas en los edificios, falta de materiales escolares y las diversas jornadas que realizan y seguirán realizando para lograr fondos que dejen en mejores circunstancias los establecimientos educativos.

Por otro lado, las escuelas estatales se han transformado, en estos largos años, en el espacio de asistencia alimentaria, esencialmente en las barriadas más pobres de nuestra ciudad, como el resto del país.

Ya en otros informes hemos detallado ampliamente sobre la explosión demográfica de nuevos asentamientos, villas, casas tomadas en distintos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esta problemática se ve directamente reflejada en el aula.

El cuadro que sigue es una: Relación entre establecimientos y alumnos matriculados, en el mismo reflejamos la cantidad de alumnos por niveles y por establecimientos estatales y privados. Aquí encontramos una fuerte dicotomía para analizar.

 

 

En el nivel inicial cada establecimiento estatal alberga diariamente un promedio de 233 chicos entre 45 días y 5 años. Aquí nos podemos plantear sobre la divergencia con los jardines maternales que son los que en su mayoría albergan los bebés entre 45 días y los 3 años. Pero en este registro no queda muy claro estas diferencias. Por un relevamiento realizado años atrás, el nivel inicial estatal es para niños entre 3 y 5 años. A diferencia con los privados.

El primario que es el nivel formador por excelencia tiene un promedio por establecimiento educativo de 332,5 chicos entre 6 y 12-13 años.

El nivel medio 717 adolescentes entre 13 y 18 años.

El nivel terciario muestra que 632 adolescentes adultos y adultos comparten el espacio edilicio.

El contraste con la enseñanza privada es por lo menos alarmante si pensamos en lo que se sostiene desde la ley magna de la ciudad de Buenos Aires y la muestra que nos revelan los números que no siempre son fríos.

En el nivel inicial un establecimiento alberga un promedio de 110 chicos.

En el primario: 250 niños.

Secundario: 264 adolescentes.

Terciario: 279 adolescentes adultos y adultos.

Esto no implica espacios más pequeños, sino aulas con menos alumnos, menos divisiones, menos grados por escuela, menos pequeños por salitas. Todo esto se trasunta en mejor nivel educacional en grandes pinceladas.

Según las cifras ofrecidas del 2005 existen 842 establecimientos estatales y 1.458 privados. Un total de 2.300 espacios educacionales de todos los niveles.

La matricula era de 637.315 alumnos. Debemos diferenciar que 550.931 asisten hasta el nivel medio o escuela secundaria.

De este total, 296.855 niñas, niños y adolescentes en edad escolar realizaban su educación en escuelas estatales y 254.076 en establecimientos privados.

Estas cifras, por supuesto, no están alejadas de la matricula total de este año, que además no ha concluido. Si bien, como sostienen desde una encuesta realizada por la Dirección General de Estadística y Censos en el año de referencia: 2005, la cantidad de alumnos va en aumento. Estas sin embargo, no difieren demasiado de la realidad actual.

 Asimismo, la Dirección General de Estadísticas y Censos sostiene que la tasa de escolarización es de 97,9 por ciento para los menores entre 6 y 13 años, y de 89,0 por ciento para los menores entre 13 y 18 años.^[]

¨La Ciudad de Buenos Aires cuenta con una gran cantidad de establecimientos educativos. Salvo en el caso de las escuelas primarias donde se equiparan, es mayor el número de establecimientos privados. La mayoría de ellos está subvencionada por el estado. La cantidad de alumnos matriculados en establecimientos educativos de gestión privada es menor a la registrada en las instituciones estatales, así como también el número de secciones o divisiones por unidad académica¨.

Vale también esta otra relación que hace a la matriculación y a un mejor entendimiento de la situación educacional de la Ciudad de Buenos Aires. Esta, la Capital Federal, recibe, también, a estudiantes que viven en la Provincia de Buenos Aires. Tomando el 2005 arroja un porcentaje de alumnos con residencia en esa provincia que asistió a escuelas estatales, el cual fue del 4,4 por ciento para el nivel inicial. ^{[el el} El 11 por ciento en el nivel primario.^. El 19 por ciento en el nivel medio. En el caso de los establecimientos de educación especial es del 20,6 por ciento.

El artículo 23 de la Constitución de la CABA sostiene que: Asegura la igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del sistema educativo. Respeta el derecho individual de los educandos, de los padres o tutores, a la elección de la orientación educativa según sus convicciones y preferencias.

 

Si bien no se suministran datos específicos sobre repitencia, continuidad educativa y que se garantice esta igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del sistema educativo, podemos verificar algunos otros aspectos que nos alejan de esta letra aprobada en su momento y transformada como ley Magna de la Ciudad de Buenos Aires, esto es la cantidad de educandos provenientes de la provincia de Buenos Aires y que vienen a estudiar a las escuelas de la Capital Federal, y no sólo en los niveles terciarios, sino en los secundarios con un 19 por ciento, el primario con el 11 por ciento y el inicial con el 4,4 por ciento.

Para cerrar esta primera parte de este informe volver sobre unas cifras recientes de pobreza e indigencia en nuestra Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

El censo del 2001 arroja una población total de 2.965.403, según información del INDEC, el 23,3 por ciento de esta población sería la franja etaria entre 0-18 años: 690.939 niños, niñas y adolescentes en edad escolar.

El total de matrícula entre 45 días a 18 años es de 637.315 niños, niñas y adolescentes para el año 2005, en este aspecto hay que ver la proyección poblacional para la CABA para este año y el porcentaje de población en edad escolar.

 

La posibilidad de ser educado, recibir educación en condiciones dignas, las mejores, tener derecho al aprendizaje, empaparse del principio de la solidaridad, es lograr tener acceso a la mejor calidad educativa, que consta de todos los elementos: enseñanza-aprendizaje, calidad óptima de los establecimientos donde se imparte la educación, el acceso a la formación mental y física que se debe dar y recibir, además de una calidad de vida del núcleo familiar, conforman la práctica esencial de todos los días y de cualquier democracia que se precie de tal.

 

Las dicotomías entre lo privado y lo estatal donde siempre es privilegiado lo privado inducen a pensar y afirmar que esa calidad educativa está orientada hacia un sector social en detrimento de las mayorías.

 

Igualmente, la educación para todos es un objetivo de un Estado con políticas orientadas en tal sentido, cuando interviene lo privado, interviene el lucro y la ganancia, la educación, queda relegada a un segundo plano.

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