El Ferrocarril es una cuestión nacional, una historia que debemos conocer y reconocer

"No podemos aceptar el sistema de colonización"


Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

 

14 de agosto del 2008

En el programa A boca de jarro, emitido por Radio Cooperativa, AM 740, ubicada sobre la avenida Cerrito 242 de esta Capital Federal, estuvo presente el pasado lunes 4 de agosto del 2008, entre las 22 y 24 horas. Juan Carlos Cena, quien hizo hincapié sobre la importancia de volver al Sistema Integrado de Transporte Ferroviario, Industrias y Comunicaciones, única manera de solucionar y revertir el derrumbe de la red ferroviaria y contribuir a sacar del colapso al Sistema Nacional de Transporte.


En el primer tramo le preguntaron por la frase que incorporó en la Segunda Edición
de EL FERROCIDIO, una cita por demás elocuente:
¨La caída del tirano Perón en Argentina, es la mejor reparación del orgullo del Imperio y tiene para mi tanta importancia como la victoria de la Segunda Guerra
Mundial y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida ni tampoco después de muerto¨
Winston Churchill ante las Cámaras de los Comunes, Londres 1955.

A partir de esta frase comenzó un largo reportaje donde podemos rescatar algunos aspectos esenciales; entre ellos cuando Cena afirma que los ferrocarriles ingleses fueron un arma de penetración colonial, que instalaron más de 300.000 kilómetros
de vías férreas para finales del siglo XIX y completaron más de 400.000 durante las primeras décadas del siglo XX, en el mundo. Por supuesto la Argentina está incluida en ese kilometraje.

En nuestro país y esencialmente en esta Capital Federal, hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se instaló la Cámara Británica que fue la cuña del proyecto económico colonial enquistado en nuestro país, que la alianza se realizó con la oligarquía terrateniente y que por otro lado lograron de los gobiernos que se prohibiera para nuestro país la instalación de vías férreas por fuera de los 500 milímetros de la isohieta de precipitaciones, esto es la Pampa húmeda.

La pregunta fue cuál fue el objetivo, simplemente porque de esta forma monopolizaba para el imperio británico la captura de materia prima. En ese mismo marco el Estado nacional colonizado capturó para sí la monopolización en la dirección y control del Puerto y Aduana de Buenos Aires, es decir se controlaba desde ese lugar, con mano dura la comercialización nacional. Eran dos lugares esenciales que daban poder, y que dejaron un tendal de guerras civiles y enfrentamientos durante décadas.

Por ello, es dable tener claro, que la red ferroviaria impulsada por los ingleses fue coniferal, o sea, todo hacia el Puerto de Buenos Aires, lugar por donde entraron y salieron mercancías.

En 1904 los conservadores que sí tenían políticas de Estado, nos guste o no, diseñaron desde la Casa
de Gobierno crear ferrocarriles en otras zona. Que se llamaron primariamente Ferrocarriles de Fomento. Este acto fue una toma de decisión que significó toda una política de Estado; que fue la de diagramar los Ferrocarriles del Estado. Una traza diferente al de los ingleses y en menor medida de los franceses. Este sistema fue la ligazón, la conexión del territorio nacional de catorce provincias, hacia el norte y sur de nuestro país.

En otro tramo del reportaje Juan Carlos Cena fustigó al ex presidente Juárez Celman, lo nominó como el primer cipayo argentino cuando entregó el primer ferrocarril; ya que el Ferrocarril del Oeste, el primer ferrocarril nacional y que comenzó su recorrido en la Estación El Parque, actual Teatro Colón, llegando hasta el barrio de Floresta y luego extendiéndose hacia el oeste de la provincia de Buenos Aires, era un ferrocarril eficiente, conectaba las poblaciones y tenía un muy buen servicio, estaba en manos estatales. Juárez Celman se lo entregó vilmente a los capitales ingleses.

Luego destacó la importancia del Movimiento Obrero Ferroviario, sus luchas y la defensa inclaudicable del Sistema Ferroviario, de la importancia del ferrocarril como un transporte que además de haber sido el ¨fundador¨ de un sinnúmero de poblaciones, los enlazó y trasladó las mercancías de esas poblaciones dándole vida al interior nacional.

Agregó que ¨la mercancía no toma valor si no interviene el transporte¨, sino es mercadería muerta¨, por eso es deber de todo Estado que la Nación Argentina
, en este caso, tenga un transporte eficiente y barato.

Sobre el papel del Estado nacional y provinciales, remarcó que independientemente de cualquier ecuación económica o matemática, elucubración política, el Sistema Integrado de Transporte Ferroviario, Industrias y Comunicaciones estructuró todo el país; hecho ocurrido en la Argentina con la nacionalización, único en el mundo, porque tenía la industria incorporada al ferrocarril a través de sus más de 37 talleres y un sin fin de almacenes, depósitos y otros. Este sistema fue tal luego de la nacionalización de los ferrocarriles, en febrero de 1948. Remarco que por lo tanto, el Estado siempre intervino en el tendido de las vías, en la consolidación del ferrocarril y también en su vil destrucción.

Sobre el actual desguace y destrucción del Sistema Ferroviario, Cena volvió a remarcar que el problema de los ferrocarriles no se soluciona con políticas de parches, o diseño de empresas que mal imitan al modelo español, de la misma manera que el tren bala, del cual habla poco. Argumenta, como siempre sostiene, que entrar a discutir estos proyectos faraónicos, anunciados desde el atril, porque es ¨el árbol fosforescente que nos ponen delante del bosque, para entretenernos; porque el bosque es red ferrroviaria¨, y ese bosque es el actual descalabro del ferrocarril. Por ello, la lucha actual es pensar cómo recuperar ese Sistema Integrado de Transporte Ferroviario Industrias y Comunicaciones que vuelva a unir los pueblos y les de vida. El desafío es imaginar un estado dispuesto a ello, y donde esta obra sólo puede ser parte de un proyecto de país independiente, donde se respeten la coherencia, los principios y la sabiduría acumulada por años, por más de un siglo y medio. Esa sabiduría acumulada está en los hombres y en menor medida las mujeres que hicieron del ferrocarril el transporte por antonomasia. En ellos, en quienes no claudicaron, no perduraron con la dictadura, no trabajaron como funcionarios en las concesionarias ferroviarias.

Es realmente un desafío, el rechazar otro proyecto o proyectos colonizadores en materia ferroviaria y del transporte en general. Eso sí, lo decimos convencidos, en estos años muchos advenedizos se han subido al tren buscando un lugarcito bajo el Sol, lamentablemente, muchos de esos personajes tienen un historial no santo…

La cultura del trabajo, el respeto a los oficios es una enseñanza ancestral, la transmisión oral del oficio y el manejo de las herramientas, su cuidado y la enseñanza aprendizaje constituyen una matriz difícil de encontrar porque fue destruida en estas décadas de decadencia deliberada y manifiesta.

 

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