HISTORIA

PERSONAJES

 

LISANDRO DE LA TORRE

 

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital 

 

 

LISANDRO DE LA TORRE

EL NEGOCIO DE LAS CARNES

 
6 de diciembre del 2010
 
Lisandro De la Torre

Un enfrentamiento contra cipayos y colonialistas


Lisandro De la Torre fue un senador de la nación, de esos atípicos, quizás, único, denunció el comercio de las carnes y el coloniaje que nos ataron en los años de la Década infame, a partir del golpe contra Hipólito Yrigoyen, en 1930 y hasta 1943.
 
Enfrentó en soledad la corrupción y los negociados de la década infame, nació en Rosario, provincia de Santa Fe, el 6 de diciembre de 1868. Cursó sus estudios primarios y secundarios en Rosario y al egresar del Colegio Nacional se trasladó a Buenos Aires para estudiar derecho. A los 20 años se graduó como abogado con su tesis sobre el gobierno municipal y regresó a Rosario donde tomará contacto con los círculos políticos opositores a la política de Juárez Celman que confluirán en la formación de la Unión Cívica en 1889.
Su padre, Don Lisandro, había comenzado a amasar una fortuna como comerciante y la consolidó como estanciero. Su madre, doña Virginia Paganini, culta y enérgica, hablaba a la perfección el francés e intentaba que en la casa de los De la Torre se hablaran las dos lenguas a la perfección.
La conflictiva vida de Lisandro registra su primer incidente muy precozmente: en la pila bautismal. El cura Pantaleón Galloso, un conservador que se había negado a casar a una pareja porque habían contraído el matrimonio civil, se negó a bautizar al pequeño porque su nombre no figuraba en el santoral. Los padres insistieron y finalmente acordaron llamarlo Nicolás Lisandro.

En el marco del Pacto Roca-Runciman, cuando ejercía la vicepresidencia el hijo de Julio Argentino Roca, se produce, en 1935, la investigación del comercio de carnes por parte de De la Torre, que provocará el asesinato de su compañero de banca Enzo Bordabehere.

Es una historia invadida por la falta de independencia económica, soberanía política, un contexto político con una clase dominante: la oligarquía vacuna; las diferencias entre invernadores y criadores y los intereses del monopolio inglés, su dominación y las cuotas de venta de las carnes. Estamos analizando el modelo agro exportador.

Lo que hace Lisandro de La Torre es denunciar a las empresas inglesas por evasión impositiva, específicamente a la Anglo, de las cuales dice: "¡las empresas frigoríficas forasteras evaden impuestos e impiden, con el apoyo del fisco, la sobre vivencia de las empresas argentinas para monopolizar el comercio interno!"
Por otro lado, denuncia al gobierno argentino sosteniendo de su representante: "¡el ministro de Agricultura sabotea el desarrollo de los productores libres en su propio beneficio!".

El 5 de enero de 1939 se suicida en la entonces Capital Federal.
 
SU VIDA POLÍTICA
En julio de1890 se trasladó a Buenos Aires y participa activamente junto al sector de Leandro N. Alem en la Revolución del Parque. Contará años más tarde: "Yo estuve en muchas de las interioridades de la Junta Revolucionaria debido a la amistad que, a pesar de mi juventud, me mostraban Del Valle y Alem, y actué como centinela del gobierno revolucionario en su despacho del Parque y vi con mis ojos muchas cosas que no aparecen en los partes, que podrían vincularse a trascendentales acontecimientos posteriores".
Tras la derrota de la Revolución, Lisandro apoya a Alem, participa en 1891 en la conformación de la Unión Cívica Radical y será el puntal del nuevo partido en la provincia de Santa Fe. Durante la revolución radical de 1893, el alzamiento de los hombres de Alem contra el fraude y la corrupción del régimen, Lisandro será el jefe de operaciones en su provincia natal. Junto a un grupo de correligionarios se apodera de la jefatura de policía de Rosario y avanza con sus fuerzas, incrementadas por el apoyo popular hacia la Capital de la provincia, donde se proclama a don Leandro N. Alem como presidente del nuevo gobierno revolucionario. Pero en el resto de las provincias sublevadas los revolucionarios son derrotados. Al quedar aislados, los radicales de Santa Fe deben deponer su actitud.
LUEGO DE LA DERROTA
La pregunta que se hará es si se había empleado el método correcto. Decide retirarse para pensar y escribir, lo hace mientras administra un campo que le regala su padre. El retiro voluntario dura poco. A fines de 1895, Aristóbulo del Valle, el otro referente de los cívicos, lo convoca a Buenos Aires para dirigir un nuevo periódico, "El Argentino", destinado a levantar un movimiento electoral contra la candidatura de Roca. Lisandro encara con entusiasmo esta tarea. Pero en enero de 1896 muere inesperadamente Del Valle y en julio se suicida Alem. El radicalismo queda acéfalo. Lisandro propone una alianza con los mitristas para derrotar a Roca pero se encuentra con la firme oposición del nuevo líder radical, Hipólito Yrigoyen y decide apartarse de las filas radicales en estos términos.
"El Partido Radical ha tenido en su seno una actitud hostil y perturbadora, la del señor Yrigoyen, influencia oculta y perseverante que ha operado por lo mismo antes y después de la muerte del Doctor Alem, que destruye en estos instantes la gran política de la coalición, anteponiendo a los intereses del país y los intereses del partido, sentimientos pequeños e inconfesables".
Su indignación con la política de Yrigoyen lo llevó a retar a duelo al sobrino de Alem. Don Hipólito no sabía esgrima y contrató a un profesor para la ocasión. Lisandro, en cambio era un experto. El duelo se concreta el 6 de septiembre de 1897 y duró más de media hora al cabo de la cual, paradójicamente Lisandro presentaba heridas en la cabeza, en las mejillas, en la nariz y en el antebrazo, mientras que Yrigoyen resulta ileso. A partir de entonces Lisandro comenzará a usar su barba rala para disimular las marcas de aquella disputa con Don Hipólito.
Tras el duelo y la ruptura con la nueva conducción radical, Lisandro vuelve a Rosario y funda un nuevo diario "La República", desde donde expondrá sus ideas que aparecían cada vez más distanciadas de las de Yrigoyen. Lisandro va abriendo un nuevo espacio político a la derecha del socialismo y a la izquierda de los conservadores, que se plasmará, en 1908, en la conformación de un nuevo partido político: la Liga del Sur.
 
Este movimiento surge para defender los intereses de los departamentos sureños de la provincia de Santa Fe olvidados por los sucesivos gobiernos provinciales. Lisandro pronuncia un enérgico discurso en el acto de proclamación de "la Liga", definiéndola como "un acto de protesta y de defensa propia contra la absorción irritante y expresión de fe en las propias actitudes para realizar los fines del gobierno libre, así brota a la escena esta poderosa agrupación popular. La Liga del Sur no es la liga del sur contra el norte; la Liga del Sur es la concentración de voluntades de los habitantes del sur en defensa de su autonomía y en contra del localismo absorbente de la ciudad capital. Mañana podrá existir la Liga del Norte con la misma bandera". A poco de fundada, la Liga comenzó a crecer, incorporando a sus filas figuras influyentes de la provincia, como el Dr. Ovidio Lagos, director del diario "La Capital" de Rosario.

La Ley Sáenz Peña, de voto universal, secreto y obligatorio, que ponía fin a décadas de fraude electoral, fue sancionada el 10 de febrero de 1912 y aplicada por primera vez en las elecciones de gobernador y diputados nacionales en Santa Fe de abril de ese año. Lisandro fue electo diputado nacional por la Liga del Sur. Presentará numerosos proyectos de Ley, entre los que se destacan el que solicitaba la adquisición de tierras por el estado para distribuirlas entre pequeños y medianos productores; el que dio origen a la fundación de la Facultad de Ingeniería de Rosario y hará oír su voz en todos los debates decisivos, toda esta actividad proyectará su figura a nivel nacional.
El 14 de diciembre de 1914, en el hotel Savoy de Buenos Aires se constituye el Partido Demócrata Progresista. Dijo entonces: "Después de la disolución de los antiguos partidos, participamos del deseo general de crear uno nuevo, no para que haga vivir situaciones y partidos del pasado, sino que inspirados en la alta tradición del espíritu argentino, pueda armonizar con las exigencias presentes y futuras de nuestra sociedad, todo lo que debe ser conservado como vínculo de solidaridad entre las anteriores y las nuevas generaciones." Y agregaba en clara alusión a la falta de experiencia en la administración pública de sus adversarios radicales "Queremos que ocupen los principales puestos nacionales ciudadanos que hayan dado pruebas suficientes de aptitud para realizar los anhelos permanentes de orden institucional, de progreso económico, de continuidad en la labor de cultura moral e intelectual, fundados a costa de tantos sacrificios de las generaciones anteriores".

La convención nacional del PDP eligió a Lisandro de la Torre como candidato a presidente para las anheladas elecciones de 1916. Su compañero de fórmula fue el entrerriano Alejandro Carbó, de amplia labor en el terreno educativo, que provenía de las filas del Partido Autonomista Nacional. El nuevo partido cerró su campaña en el histórico local del Frontón Buenos Aires, donde se realizó allá por 1889 la primera reunión pública de la Unión Cívica. Lisandro confiaba en lograr el apoyo de las fuerzas conservadoras pero éstas desconfiaban de él por su paso por el radicalismo y su amistad con Alem. Tanto el decisivo Partido Conservador de la Provincia de Buenos Aires, como el presidente Victorino de la Plaza le negaron su adhesión. El triunfo sería para la fórmula radical encabezada por su viejo adversario, Hipólito Yrigoyen y Pelagio Luna. El radicalismo llegaba al gobierno y se iniciaba una nueva etapa en la vida política argentina.
De la Torre explica en una carta los motivos del fracaso electoral: " Las clases media y proletaria no se conforman con quedar con quedar libradas a los beneficios que puedan derivarse del "bienestar general". Quieren saber concretamente qué propósitos tienen los partidos políticos sobre las cuestiones que a ellas les interesan: participación de los obreros en las utilidades de las fábricas, limitación de las grandes ganancias y de las grandes fortunas, pensiones a la vejez, seguro de desocupación y otros puntos semejantes. No caben ya equívocos sobre las cuestiones sociales y del trabajo, por más que los conservadores argentinos no lo comprendan todavía".
La incapacidad de las fuerzas conservadoras de articular un partido político moderno e integrado a la problemática nacional tendrá nefastas consecuencias. Estos sectores se irán apartando de la política institucional y acercando cada vez más a la vía autoritaria de acceso al poder a través del golpe de estado.

En octubre de 1920 tuvieron lugar las elecciones para constituyentes con el objetivo de reformar la Constitución provincial de Santa Fe. Los radicales obtuvieron 36 convencionales y los demócratas progresistas 24. La labor de la convención transformó a la nueva carta magna en una de las más avanzadas y progresistas de la época. Se eliminaba a la religión católica como credo del estado, dedicó un capítulo especial a los derechos laborales, creó la Corte Suprema de Justicia y un Jury de enjuiciamiento para los magistrados. El gobernador de la provincia, el radical alvearista Enrique Mosca, futuro candidato a vicepresidente por la Unión Democrática en 1946, rechazó todo lo actuado por la convención. De la Torre denuncia el atropello del gobierno radical y denunció lo que calificó como "las conveniencias públicas entre factores poderosos: el presidente de la República, el gobernador, el clero católico, representante de los inmensos intereses conservadores y antidemocráticos de la sociedad".

En las elecciones de 1922 se produce el recambio radical: Marcelo Torcuato de Alvear reemplaza a Hipólito Yrigoyen. Llegaba al gobierno el sector más conservador del radicalismo. Lisandro fue electo nuevamente diputado nacional y desde su banca promoverá proyectos de ley para fomentar las cooperativas y de expropiación de frigoríficos extranjeros.
La vida privada de De la Torre era un misterio aún para sus amigos más cercanos. No se le conocieron noviazgos ni compañías femeninas. Sólo trascendió que mantenía una respetuosa amistad con su comprovinciana Elvira Aldao de Díaz.

En 1926, en vísperas de terminar su mandato legislativo, desanimado y sintiéndose muy solo con sus ideas, Lisandro anuncia su retiro definitivo de la política. Se retira a su estancia de Las Pinas en el límite de Córdoba con La Rioja. Allí lo irán a buscar en septiembre de 1930 los enviados de su viejo amigo, el general José Félix Uriburu, que se preparaba a derrocar a Hipólito Yrigoyen con el apoyo de los sectores conservadores. Uriburu le ofrece el ministerio del interior en el futuro gobierno. De la Torre lo rechaza porque, según dice, "el programa de Uriburu es más amenazador que el de Yrigoyen. El general desconfía de la capacidad del pueblo para gobernarse, no cree en la elevación moral de los hombres políticos y atribuye a las instituciones libres vicios orgánicos que la conducen a la demagogia. Yo creo exclusivamente en el gobierno de la opinión pública".
El llamado de los golpistas, que consuman sus planes el 6 de septiembre de 1930 inaugurando el nefasto ciclo de los golpes de estado en Argentina, saca a Lisandro de su retiro político. Regresa a Buenos Aires y toma contacto con sus viejos compañeros de ideas y con la dirigencia del Partido Socialista. De estas reuniones surge la Alianza Demócrata Socialista, que llevará a las elecciones nacionales del 8 de noviembre de 1931 la fórmula Lisandro De la Torre - Nicolás Repetto, que enfrentará al oficialismo representado por el binomio Agustín P. Justo - Julio A. Roca (hijo). El programa de la Alianza contemplaba las aspiraciones de las clases media y obrera en una época de crisis mundial y creciente desocupación y se adelantaba en sus postulados al New Deal llevado adelante a partir de 1933 por el presidente Franklin Delano Roosevelt en los Estados Unidos, base del estado benefactor que florecerá en distintas partes del mundo entre las décadas del 30 y del 40.

Pero la oligarquía en el poder retoma las viejas prácticas del fraude electoral, al que ahora llaman patriótico, porque según sus ejecutores se hacía para salvar a la patria del gobierno de la "chusma". Se consumó un escandaloso fraude en todo el país. Como en las épocas previas a la Ley Sáenz Peña, volvieron a votar los muertos, se quemaron urnas y se colocaron matones en las mesas de votación. Con éstos métodos la Alianza es derrotada y asume la presidencia el general Justo. Lisandro, presionado por sus amigos, acepta ocupar una banca en el Senado de la Nación en representación del Partido Demócrata progresista que ha triunfado en Santa Fe.

En 1932, en Otawa, Canadá, ante la crisis, Inglaterra se reúne con sus colonias y ex colonias para reorganizar su comercio exterior.
El Reino Unido decide adquirir los productos que antes compraba a la Argentina, en Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
En los sectores ganaderos exportadores argentinos hay un gran desconcierto: la metrópolis los había abandonado.
El gobierno de Justo, fiel representante de los sectores ganaderos exportadores, envió a Londres al vicepresidente Julio A. Roca hijo para tratar de llegar a algún acuerdo.
En una cena, Roca hijo dirá sin ruborizarse que la Argentina, desde el punto de vista económico, es una parte integrante del Imperio británico. Otro miembro de la delegación, director de los FFCC ingleses en Argentina no se quedó atrás diciendo a su turno que "la Argentina es una de las joyas más preciadas de su graciosa majestad".
Para esa época se crea el Banco Central de la República Argentina con funciones tan importantes como la emisión monetaria y la regulación de la tasa de interés, en cuyo directorio había una importante presencia de funcionarios ingleses.
Finalmente se le otorgó el monopolio de los transportes de la Capital a una corporación inglesa.
De la Torre denuncia el acuerdo en el Senado por escandaloso y promueve el debate.
"El gobierno inglés le dice al gobierno argentino no le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros. En esas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se toma la libertad de imponer a los dominios británicos semejantes humillaciones. Los dominios británicos tiene cada uno su cuota de importación de carnes y la administran ellos. La Argentina es la que no podrá administrar su cuota. No sé si después de esto podremos seguir diciendo: "al gran pueblo argentino salud":
Dos años más tarde, en mayo de 1935, acusa por fraude y evasión impositiva al frigorífico Anglo. Las pruebas que aporta comprometerán directamente a dos ministros de Justo: Pinedo de Economía y Dahau de Hacienda.
De la Torre probará cómo se ocultaba información contable en cajas selladas por el ministerio de Hacienda y demuestra hasta dónde llegaba la impunidad de los frigoríficos ingleses tras la firma del pacto Roca-Runciman. Las entradas para el debate se agotan y la gente hace largas colas para escuchar y alentar a Lisandro.

Las denuncias hicieron evidentes las conexiones del gobierno con otros negociados. El nivel de las discusiones en el senado va subiendo de tono hasta que se decidió hacer callar a De la Torre. Un matón del Partido Conservador, el ex comisario Ramón Valdez Cora atenta contra la vida del senador matando a su amigo y compañero de bancada Enzo Bordabehere.
 
Pero el ataque a De la Torre no había terminado. El gobierno de Justo decreta la intervención a la provincia de Santa Fe, derrocando al gobierno demócrata progresista de Luciano Molinas. Lisandro se muestra abatido y confiesa su voluntad de abandonar la política. Una de sus últimas intervenciones en el Senado tiene lugar en ocasión del debate del proyecto de Ley sobre represión del comunismo. Dirá entonces: "El peligro comunista es un pretexto, es el ropaje con que se visten los que saben que no pueden contar con las fuerzas populares para conservar el gobierno y se agarran del anticomunismo como una tabla de salvación. Bajo esa bandera se pueden cometer toda clase de excesos y quedarse con el gobierno sin votos. Yo soy un afiliado a la democracia liberal y progresista que al proponerse disminuir las injusticias sociales trabaja contra la revolución comunista, mientras los reaccionarios trabajan a favor de ella con su incomprensión de las ideas y de los tiempos".

Terminado el debate, De la Torre presenta su renuncia al Senado y se retira a su casa de la calle Esmeralda 22, de la que sólo sale para brindar alguna conferencia o participar en homenajes a viejos amigos de ideas como Aníbal Ponce. En 1938 sus amigos le preparan un cumpleaños sorpresa. En aquellos 70 años se lo notaba muy apesadumbrado, hacía pocos días había fallecido su madre y comenzaba a rondar por sus ideas el fantasma de Alem. Lentamente comienza a despedirse de sus allegados, se va desprendiendo de sus cosas más queridas hasta que al mediodía del 5 de enero de 1939, pone fin a su vida disparándose un balazo al corazón.
El Pacto
El 1º de mayo de 1933 el vicepresidente de la nación, Julio A. Roca hijo, firmaba, en Londres, el Pacto Roca-Runciman, allí se ampliaba la cuota de exportación de carne vacuna al Reino Unido y sus colonias, estableciendo que el 85 por ciento del total de dichas exportaciones debía realizarse por medio de frigoríficos extranjeros.
Finalmente se firmó un tratado con el ministro de comercio británico Sir Walter Runciman.
Por el pacto Roca–Runciman, Inglaterra sólo se comprometía a seguir comprando carnes argentinas siempre y cuando su precio fuera menor al de los demás proveedores. En cambio la Argentina aceptó concesiones lindantes con la deshonra: liberó los impuestos que pesaban sobre los productos ingleses y se comprometió a no permitir la instalación de frigoríficos argentinos.
 
Asimismo, y en forma secreta se suscribieron cláusulas que garantizaban el monopolio de los medios de transporte en manos de empresas inglesas y creaban el Banco Central de la República Argentina con preeminencia de capitales ingleses.

Igualmente, como una pieza del coloniaje ejercido, sin ningún resorte de la economía en manos de la nación, todo lo parecido con la actualidad, no es casualidad, el gobierno inglés le dice al gobierno argentino "no le permito que fomente la organización de compañías que le hagan competencia a los frigoríficos extranjeros".

Previo a esto, en 1932, el Reino Unido de la Gran Bretaña había decidido reducir a un tercio la compra de carne congelada que se reemplazaría con la de Australia y en un 10 por ciento la enfriada. Evidentemente, punto muy sensible por el comercio y las divisas que esto implicaba para los sectores dominantes: productores, frigoríficos y empresas navieras que indudablemente no dudaron en presionar al gobierno.

La supuesta negociación de Roca hijo, fue una súplica, se mantuvieron los cupos de 1932, pero se abrió la puerta a reducciones futuras y vino la limitación hacia los frigoríficos nacionales: 15 por ciento.
El montaje colonial estaba en marcha, era claro, los ingleses se aseguraron que las libras generadas por este comercio se emplearan en la mismísima isla británica.

Además, las empresas como Ferrocarriles, con costos fijos elevados y la de transportes urbanos con la competencia del autotransporte automotor y la construcción sistemática de caminos, iniciada en 1928, había hecho tambalear a sus ferrocarriles, estaban dejando de ser rentables, además que los ingleses no estaban realizando las inversiones correspondientes.
La única oposición a este tratado, apoyado por los grupos propietarios, fue en el Congreso, el Partido Socialista y el Partido Demócrata Progresista.

Intereses en pugna
La relación más estrecha estaba entre los frigoríficos y los invernadores, ganaderos que proveían la carne para el enfriado. Representados por la SRA Sociedad Rural Argentina.
Los criadores proveedores de carne congelada para la venta, optando por la de menor calidad, venta a los invernadores y el consumo interno. Representados por la CARBAP Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la Pampa.

¿Qué
descubre el senador nacido en Rosario? Algunos aspectos importantes para visualizar, como las formas de corrupción e intereses en juego. De la Torre la llama la "confabulación antiargentina" destinada a reforzar nuestro colonialismo. Esto lo lleva a censurar el convenio firmado en Londres. Como a plantear: "cuál era la situación del comercio de exportación de carnes argentinas y verificar si los precios que pagaban los frigoríficos en la Argentina guardaban relación con sus ventas en el exterior".

No sólo fue un canto emotivo a la reina…
Cuando los obreros y trabajadores en nuestro sur nacional son diezmados al mejor estilo de la Campaña al Desierto de Roca, en 1921, algo parecido a Santa María de Iquique, en diciembre de ese año, del lado chileno, los militares de Varela, los hacendados y los ingleses cantan victoriosos y en inglés: Dios Salve a la Reina… Era la victoria del capital inglés y sus lacayos nacionales, por llamarlos de alguna forma, con el brazo ejecutor, las fuerzas armadas.

Más de veinte años después, la investigación en el Senado desnuda a la oligarquía y los sectores de la política, la oligarquía y el capital británico. Los más grandes estancieros bonaerenses, entre los que estaban Luís Duhau Ministro e Agricultura, vendían sus novillos a los frigoríficos extranjeros. Asimismo, había miles de pequeños ganaderos cuyas carnes eran cotizadas a un precio inferior e injustificable. Esto deja al desnudo las fabulosas ganancias que realizan los frigoríficos protegidos por el Estado, las defraudaciones al fisco en el pago de los impuestos y, el hilo cortando por lo más delgado, la sobreexplotación de la mano de obra. Esto se traducía en una vida realmente indigna para los obreros de la industria de la carne.

Los frigoríficos bajo la lupa de Lisandro de la Torre decidieron cometer otro acto propio de los colonialistas, en los barcos donde enviaban las carnes, de origen inglés, el Norman Star, llenó los cajones de los papeles comprometedores de la Anglo; tres de estos envíos se habían enviado ya a Fray Bentos, en la hermana Uruguay y así el resto de las pruebas.

Al respecto sostiene Don Lisandro: "(...) recibió la Comisión denuncias acerca de la destrucción y ocultación de documentos que debían ser presentados por las empresas con el propósito de sustraerlos a la investigación. Una denuncia concreta se refería al embarque clandestino de papeles y libros realizados por el frigorífico Anglo en el vapor Norman Star, de la Blue Star Line y al envío de tres remesas de libros y papeles a Fray Bentos¨. En otra declaración: "(...) fueron descubiertos en una carbonera del vapor cuarenta cajones de carne cubiertos de bolsas de estiércol, de los cuales 21 contenían papeles y libros embarcados clandestinamente con el rótulo de corned beef".

A los seis meses la Comisión formula dos informes una en mayoría y otro en minoría, De la Torre, en minoría, denuncia el monopolio ilícito de las carnes, plantea la reducción de las ganancias de los frigoríficos nacionales y la situación de los obreros de la carne.

De la Torre sostenía que la pérdida para Argentina en ese renuncio del 85 por ciento de la cuota le cuesta a la nación, por reducciones arancelarias, 15 millones de pesos.

Los frigoríficos obligaban a los productores a vender carne de primera calidad a precios de segunda o tercera, y le colocaban la etiqueta y la exportaban como de primera. Los beneficiarios fueron los productores allegados a los intereses británicos, todo esto apañado por el gobierno.

Asimismo, el PEN desbloquea fondos de las empresas y comerciantes británicos por la friolera de 170 millones de pesos, los trasforma en valores oro y toma a su cargo una pérdida del 25 por ciento del capital.

Las cooperativas no pueden vender al exterior, no tienen una cuota libre, para eso estaba Duhau.

Las ganancias son elocuentes: el criador gana $ 1,50, el invernador $ 3,50 y el frigorífico $ 80.

Igualmente, el gobierno protegió a los ferrocarriles británicos y los beneficiaba con una libra esterlina a 15 pesos, mientras que los importadores de artículos de primera necesidad se les cambia por una libra esterlina que ronda entre los 17 y 19 pesos.

La exposición de Lisandro fue dura, ardua y con un gobierno, empresarios ganaderiles, corona británica que no dudó en poner escollos en el camino, a todo se apeló, se contrataron matones, se llevó una barra al senado que atacara las exposiciones de Lisandro, los ministros, todos se defendieron y agredían a De la Torre, todo pasó, incluido el asesinato de Bordabehere. Este fue cuando en medio de una alocución de De la Torre, el ministro de Hacienda se da por aludido, lo increpa, hay golpes, se produce un remolino, Lisandro trastabilla, Bordabehere va en su auxilio, suenan los tiros. El debate ha concluido exitoso para los cipayos de origen nacional y la corona británica y sus intereses.
El tiempo será una espera hasta el suicidio de Lisandro De la Torre.

La lucha por los intereses nacionales es una vocación militante y de conciencia que parece dejar a los mejores en el camino. Algunos emularon en pos de la defensa de los intereses nacionales. Pero cabe destacar que quienes ocupan bancas en el Congreso nacional, y a pesar de una actitud digna de algunas honrosas excepciones; no son la clase obrera, los trabajadores y/o las clases más desposeídas.

Por ende, el análisis histórico sólo se puede realizarse en el marco de una disputa entre las clases dominantes y sus contradicciones antagónicas.
 
Junto a su cadáver se encontró una carta dirigida a sus amigos: "Les ruego que se hagan cargo de la cremación de mi cadáver. Deseo que no haya acompañamiento público ni ceremonia laica ni religiosa alguna. Mucha gente buena me respeta y me quiere y sentirá mi muerte. Eso me basta como recompensa. No debe darse una importancia excesiva al desenlace final de una vida. Si ustedes no lo desaprueban, desearía que mis cenizas fueran arrojadas al viento. Me parece una forma excelente de volver a la nada, confundiéndose con todo lo que muere en el Universo. Me autoriza a darles este encargo el afecto invariable que nos ha unido. Adiós".
 
FUENTES: históricas varias. Primera versión publicada el  26 de febrero del 2008.

 

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