PERSONAJES

21 de febrero del 2008

Los ideales, los valores humanos, las utopías que generan esas valoraciones a través del tiempo, los años, las décadas, los siglos, donde los hombres atesoran lo que otros nos mostraron, lo guardan ante el avance renegado de los enemigos y sus lacayos y lo hacen esperanza cuando se ponen en movimiento, es la práctica viva que expresa esos anhelos.

Alguna vez, ese fenomenal dramaturgo y pensador alemán Bertold Brecht sostuvo que los hombres que pelean toda la vida son los imprescindibles…

Por ello, el reconocimiento que queremos hacer, a lo largo de estas décadas, a estos dos militantes por la vida, el amor y la verdadera paz. Porque recordarlos es hacer retroceder el olvido de las clases dominantes, que quieren imponer ocultando que hubo hombres y mujeres que lucharon por los otros. Evocarlos es el mejor testimonio hacia quienes forjaron los ideales y se pusieron a luchar por una verdadera nación, esa que debiera ser libre y soberana.

Ellos dejaron lo más preciado de cualquier ser humano en el tránsito por la vida que es ella misma, su existencia, para pasar a engrosar la larga lista de nuestros muertos queridos.

Martiniano Máximo Jáuregui fue obrero rural, practicó la pesca para darle de comer a su familia y luego obrero de la otrora Obras Sanitarias, adhirió al anarquismo y sufrió cárcel y persecución, vio morir a su hijo y fue un detenido desaparecido. Murió abandonado y olvidado. Fue dirigente de la CGT de La Plata, y además de soportar los apremios económicos, el hambre, la pobreza tuvo que armar su existencia de clandestino en una estación de ferrocarril abandonada para no ser descubierto, esto no le impidió ir a ver por unos pocos minutos, y a diario, a sus tres hijos y compañera.

Juan Martín Jáuregui, un obrero rural, a los quince años ingresó en la Dirección de Hidráulica de la provincia de Buenos Aires y luego en la Dirección de Vialidad. Más tarde fue obrero guinchero en las Canteras de Magdalena. Miembro de la Resistencia Peronista, dirigente del MP 17 de octubre.

La muerte lo encontró luchando, diciendo que no a las injusticias. Resistiendo, durante más de 36 horas soportó el asedio de la Triple A y las fuerzas de seguridad, lo tuvieron que volar para que dejara de pelear… mientras su padre miraba atado a un árbol las escenas dantescas de las bandas asesinas y la maravillosa actitud de vida que dejó su hijo.

En este especial, algunas fotos, dos notas de homenaje que nos pidieron desde el portal, realizado por la hija y nieta Marta Jáuregui, junto a Lilia Sierra y otros compañeros y compañeras.
Simplemente, queremos que lean los trabajos, miren las imágenes, recorran los archivos y presten atención a dos hombres que se quiere que sean olvidados y enterrados.

En la página digital donde está este material pueden encontrarse con quienes, además piden información, buscan justicia y requieren de una sociedad que debe empezar a manifestarse de otra forma. Están los archivos, el diario y otros elementos que sirven para valorar y valorizar a estos dos obreros y militantes populares.

No se trata de los derechos humanos de otros tiempos, aquellos derechos humanos cercenados, en aquel momento histórico, son los que han atropellado el actual presente ignominioso, unir ambos momentos y dejarlo claro, nos puede ayudar a explorar que el reconocimiento por la memoria colectiva, la identidad y la historia real de los pueblos es posible y necesaria.