MEDIOS DE TRANSPORTE

FERROCARRILES

Un trabajo realizado hace dos años...

 

El Ferrocarril una cuestión nacional


Ferrocarriles para la liberación nacional o la dependencia (Parte I)


Por Juan Carlos Cena especial para Villa Crespo Digital

 

11 de febrero del 2008

El pago de la deuda interna necesita de los Ferrocarriles Argentinos, para así tener soberanía nacional. El pago de la deuda externa consolida la política de los ferrocarriles concesionados.

“No parece cierto que la iniciativa del pago fuera argentino,
mejor dicho kirchnerista”.
“Las reglas del juego las impone el Imperio y también aquí.
Hasta para pagar, el trazado lo indica el poder imperial. Creer
en una iniciativa de los explotados y sólo hasta una módica
medida de la decisión política, es negar al Imperio. Este dicta
las normas y el sentido de toda iniciativa”.
“Lo demás es conjeturar, casi como con el sexo de los angelitos.
Quienes critican, como quienes aplauden la medida, generan
su discurso desde un plano societario capitalista burgués. Es
desde la “verdadera naturaleza de las cosas”, tal como las
diseña el poder cierto, del Imperio dominante.

Floreal Ferrara –FMI o una revolución necesaria – Argenpress.info – 20.12-2005

No podemos entrar a juzgar el tema del pago de la Deuda Externa al FMI y sus consecuencias nacionales, si no se tiene en consideración lo expresado por el maestro Floreal Ferrara. Asimismo, debemos despejar la identidad de los actores cubierto por todo un malezal engañador, de quien es quien en esta toma y daca entre el pagador (K) y el receptor sufriente (FMI).

No existen dudas de que fue un desembolso proveniente de los bolsillos de la Nación, que no es una identidad abstracta, sino concreta. Este Estado, a través del gobierno que lo administra, tiene la obligación de gestionar y dirigir correctamente los intereses nacionales y, que cualquier acto político administrativo de envergadura debe consultar al pueblo y al parlamento, cuestión no realizada.

Porque una elección ganada no legitima, ni mucho menos, ningún tipo de tiranías, ni la de establecer como singularidad política los hechos consumados. Un acto electoral sólo es un concurso o una contienda para ver quien va a Administrar nuestro Estado. El elegido se legitima, solamente, a través de las acciones emprendidas que benefician a la Nación. Es cuando el elegido legalmente administra, correctamente, los recursos del Estado para solucionar las necesidades de los argentinos, hasta hacerlas desaparecer. Si éste, el electo, ampara desde el Estado sólo a un sector, es el momento de su deslegitimación, no hay excusas ni amparos.

Toda esta cuestión del pago al FMI fue montada sobre un embuste, de que el hecho de pagar era un acto de soberanía nacional. Algunos periodistas rentados y succionadores de calcetines dijeron que se parecía a la actitud de Perón frente al FMI. Periodismo o empresas que pretenden formar o alientan la constitución de batallones de come sapos, o científicamente hablando, los batracios-fófagos. No se puede opinar desde la ignorancia. Perón dijo otra cosa sobre el Fondo Monetario Internacional, veamos:

'Cuando en 1946 me hice cargo del gobierno, la primera visita que recibí fue la del presidente del Fondo Monetario Internacional que venía a invitarnos a que nos adhiriéramos al mismo. Prudentemente le respondí que necesitaba pensarlo y, enseguida, destaqué a dos jóvenes técnicos de confianza del equipo del gobierno para investigar a este 'monstruo tan peligroso', nacido según tengo memoria en los sospechosos acuerdos de Breton Woods.

El resultado de este informe fue claro y preciso: en síntesis, se trataba de un nuevo engendro putativo del imperialismo.

Ha pasado el tiempo y, en casi todos los países adheridos al famoso Fondo Monetario Internacional se sufren las consecuencias y se comienzan a escuchar las lamentaciones.

Este Fondo, creado según decían para estabilizar y consolidar las monedas del 'Mundo Libre', no ha hecho sino envilecerlas en la mayor medida.

Mientras tanto los Estados Unidos se encargaban, a través de sus empresas y capitales, de apropiarse de las fuentes de riqueza en todos los países donde los tontos o los cipayos le daban lugar' Juan Domingo Perón. 1967

Por eso este gesto pagador, adelantado a su vencimiento y en una sola cuota, es sólo un sainete de circo, que encubre la verdadera naturaleza de la acción realizada. Maniobra que le cuesta mucho al País. Este acto sobre actuado, nos pretende demostrar, a través del coraje del pagador, que el es el dueño de las razones y las sinrazones nacionales y se acabó.

Por el otro, basta ver la coherente e indisimulable alegría del agredido por el dispendio otorgado (FMI). Navidad con dinero fresco, repite a cada rato el cabrón de don Rato, gachupín de prosapia franquista. Recoge su capa de torero con un mohín de colonizador satisfecho, sonriente, realiza una verónica elegante sobre su propio eje, como diciendo, lo encrespe a pura capa bermeja, inclinándose reverencialmente. Con decir, que el torero Rato, de puro contento no más, le acaba de escribir una epístola sustanciosa de agradecimiento a nuestro Presidente.

Todo un azote ejemplificador, la del pagador nacional justiciero, al grito de: ¡Basta! ¡Stop!, que te azoto, que te sigo pagando…dicen que decía fríamente el pagador, como intimidando a don Rato. ¡Qué actor, qué parada! Mientras don Rato, sereno, lleno de galanura hispana le alcanzaba unas migajitas de soberanía nacional como muestra de pago, en una bolsita, que éste, el pagador nacional justiciero, las junta con las miguitas de pan que estaban en la punta del bolsillo.

Con este jineteado embuste se ha pagado al FMI, “una deuda externa que nació “odiosa” durante la dictadura militar”. (Mario Cafiero – Carta Abierta al Poder Ejecutivo 8/12/04); dejando de lado, con total desprecio, la Deuda Interna: hambre, desocupación, indigencia, desnutrición y mortalidad infantil, educación, salud, mendrugos por salarios, y así de seguido.

Con este embeleco, profundamente aplaudido por una clack rentada y mediocre, los batracios-fófagos, se pretende hacer creer al pueblo que lo expresado por el anunciador, -la medida pagadora- es una acción unilateral, valiente del Poder Ejecutivo.

Faena realizada sin consultar al Congreso de la Nación, ni que hablar a los 38,5 millones de argentinos que tienen que poner de su bolsillo, aproximadamente, 760 pesos, para muchos un salario, para otros casi un salario, para otros millones mucho más que un salario, cada uno, incluyendo jubilados y niños. Sólo un autoritario decreto de necesidad y urgencia. Es decir, le regalamos entre todos, contra nuestra voluntad, un paquete a don Rodrigo Rato de 9.530 millones de dólares. A esto hay que sumar los 315 millones de dólares pagados previamente en dos operaciones, los días 19 y 20 de diciembre, qué manera de honrar a tantos muertos, pero sigamos, más unos 210 millones cancelados con el dinero que había sido separado para atender la reestructuración de la deuda en caso que la aceptación hubiera sido del 100 por ciento, reza la información del 29 de diciembre del 2005, donde afirmaba que dicha operación terminó el 3 de enero pasado.

Como agregado digo que dicen, que con este pago hemos comprado una poción importante de soberanía, de independencia económica y política. Es parte del humor de los batracios-fófagos (come sapos).

La verdadera deuda es el adeudo interno, histórica estafa, donde la soberanía nacional ha sido vapuleada, ninguneada, comerciada de mil distintas formas, hipócritas y mentirosas, operación perversa que se ha venido realizando desde hace más 50 años. Este lapso de tiempo nos permite afirmar que esa brecha fue profundizada, agrandada y expandida por cada gobierno civil o militar durante todo este casi medio siglo.

Todos respondiendo al mismo patrón de poder, gestionando y operando a través de los testaferros nacionales, nuestros cipayos, empleados del capitalismo internacional, es decir, del Imperio. Unas veces articulando descaradas relaciones carnales, y esta contemporánea, diríamos, con la ropa interior puesta, con un poco más de pudor, solamente eso.

El FMI ha sido colocado, con este pago, en un cobrador privilegiado, sin quita ni protesta, pero nosotros no debemos olvidar el papel de este organismo.

La Responsabilidad del FMI en la debacle Argentina 1976-2003 - La responsabilidad que le cabe al FMI en la deuda odiosa argentina, en la convertibilidad de la deuda por activos públicos, y la subsecuente convertibilidad monetaria, que llevó a Argentina a la peor catástrofe de su historia, carta que fuera remitida a la Presidencia el 9 de diciembre pasado por el diputado nacional Mario Cafiero, donde sintéticamente se denuncia una suerte de “plan criminal” a partir de:

• Una deuda externa que nació “odiosa” durante la dictadura militar. Como se demostró en la causa “Alejandro Olmos”, esa deuda ilegítima se contrajo con el apoyo y supervisión del FMI; y hoy se encuentra en la Corte Suprema de Justicia pendiente de resolución una denuncia penal contra el FMI por ser “partícipes necesarios” de los delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura.

• Que dicha deuda odiosa requirió luego la intensa gestión del FMI, para que la novel democracia la aceptara;

• Que por ser impagable, por la presión del FMI se canjeó en parte por activos públicos, mediante las privatizaciones. (Mario Cafiero, ídem carta)

El pago de la deuda al FMI, implica la convalidación del fraude, es decir, la deuda ilegítima que se contrajo con el apoyo y supervisión del FMI, y confirma por otro lado el sometimiento.

Nada ha cambiado, me refiero a las relaciones con el poder Internacional. Continuamos teniendo una conducta, una cultura y unas maneras de comportamiento a las de un país colonizado, obedientes y sumisas que impuso el colonizador desde la Metrópolis. Los colonizados deben ser dóciles y humildes, aunque se les permiten algunas licencias de pataleos, rabietas y quejas de vez en cuando, pero nada más.

Por eso digo siempre que, cuando el colonizado grita, vocifera y patalea frente al colonizador que lo oprime y lo explota, para no equivocarme, en vez de mirarle la boca y evaluar las palabras del chillón, prefiero mirar con el rabillo del ojo las manos, para no perder de vista de como actúa. Acá, en este caso, se grita pero se paga.

Siguiendo la misma línea de la ideología colonizadora, en la actualidad tampoco se ha enmendado la nefasta política concesionarista, mal llamada privatizaciones, de nuestros servicios públicos esenciales, aplicada durante la década de los 90. Esta fue una urdiembre perversa que se venía tejiendo desde “allá lejos y hace tiempo”, impulsada y financiada por la banca internacional, en este caso el Banco Mundial, el BIRF, Eximbank, BID, el Club de Paris y, por supuesto con el visto bueno del FMI, por eso afirmamos desde el Mo.Na.Re.FA, que esa política privatista perversa continúa vivita y coleando.

Nada ha cambiado, la ley madre que es la Reforma del Estado Nº 23.696 continúa vigente, sin que el Poder Ejecutivo, tan locuaz él, haya intentado, aunque sea tímidamente, protestarla. Locuacidad manifiesta cuando pretende avergonzar al país por la década de los 90 vivida y sufrida por el pueblo, como si este tuviera la culpa directa por la estafa que le hicieron; olvidando que la historia es como una foto y, el acusador vocinglero está dentro del retrato de los colonizados que votaron, fogonearon y prestaron medios de transporte para que viajaran los tullidos diputados a votar la privatización de YPF.

Repito, que el Poder Ejecutivo no haya recordado esa vergüenza y tomado la iniciativa de su derogación, es tan vergonzante como la década de los 90, además, como agregado, digo y no para descubrir nada, ningún legislador levantó el dedo índice, tan siquiera, para reclamar. Toda esa legislación que avaló y le dio marco jurídico a este proceso vergonzante de los 90 sigue en uso y con abuso.

Hay que agregar a esta vergüenza los decretos de necesidad y urgencia, los poderes legislativos nuevamente cedidos al poder ejecutivo y, como si esto fuera poco, se acaba de prorrogar la ley de emergencia económica, sancionada en tiempos del tan vapuleado y vergonzante Eduardo Duhalde, que beneficia directamente a los concesionarios de los ferrocarriles. Pero por otro lado, se cacarea sobre el fabuloso superávit fiscal, del crecimiento casi asiático de la macro economía, pero la emergencia económica continúa y la pobreza trepa y trepa.

La emergencia económica está en la desocupación, en la mortalidad infantil, la salud, la educación, en la colonización de nuestro territorio, en la devastación de nuestros bosques, en el saqueo de nuestros minerales, en la perversidad de las empresas nacionales privatizada y concesionada, ahí, y en muchos más lugares la emergencia económica está presente, y no es un sofisma.

Como si las villanías no acabaran nunca, repito, el Poder Ejecutivo, democráticamente, sin consultar con nadie, hablo del pueblo, acaba de abonarle al FMI 9.530 millones de dólares, así no más, de puro guapo. Ya se ha dicho mucho sobre ese pago ¿para que repetir? Pero si podremos inferir, suponer, imaginar con bastante acierto, ¿cómo se deberían haber utilizado esos recursos en beneficio del pueblo?

Es dable preguntarse ¿cómo deberíamos invertir esa suma de dinero para recuperar nuestros ferrocarriles, o tan siquiera mejorarlos? Pero antes de decir en qué y cómo sería la inversión, debemos señalar enfáticamente, que la utilización de ese dinero sería para restaurar nuestros ferrocarriles que fueron descuartizados y saqueados por los concesionarios, tanto de cargas como de pasajeros, con la anuencia de todos los gobiernos que administraron el Estado Nacional hasta la fecha.

El valor utilizado para esa recuperación demostraría, muy rudimentariamente, el valor de la infraestructura ferroviaria destruida y/o saqueada. Para tener una cuantía real, es necesario una auditoria general sobre los inventarios incorporados a los contratos y un control y verificación sobre el estado de todos los bienes muebles e inmuebles existentes. Valores que no reflejarían ni remotamente los costos sociales y los perjuicios ocasionados a las economías regionales de todo el territorio.

La red ferroviaria tardó casi 70 años en expandirse y consolidarse hasta 1916, luego vino su consolidación como sistema integrado de transporte ferroviario con la nacionalización, en menos de 10 años se destruyó esta obra fundamental del Estado Nacional. Frente a esta catástrofe, el Gobierno anuncia Mega Planes, que no son otra cosa que grandes planes de remiendos, parches y recauchutaje Ya volveremos.

Los ferrocarriles jamás se podrán recuperar en el marco de esta política colonial y de sometimiento. Porque la política gubernamental tiene ese sesgo, y lo demuestra en la continuidad del régimen concesionarista, que sigue vigente. Por eso, hay ausencia de una estrategia seria de transporte diseñada por esta Administración del Estado Nacional, a cambio, ha pergeñado una Política de Estado Comercial de Transporte.

Es dable destacar que este gobierno ya ha definido que hará con los ferrocarriles: Nuestros ferrocarriles cargueros serán y estarán a los servicios de las grandes corporaciones graneleras ligadas al Banco Mundial otorgante de nuevos créditos y los suburbanos igual.

Por eso la presencia de Francisco Macri, los chinos y la Unión Ferroviaria, además la empresa EMEPA y Benito Roggio, como apoyaturas, más el aval de los gobernadores del norte del país en la puesta en marcha del Ferrocarril Belgrano Cargas. Toda una sociedad de colonizados y cipayos. El Imperio necesita ese ferrocarril para el proyecto de los corredores bioceánicos financiados por el Banco Mundial.

Definición que no tiene nada que ver con la Soberanía Nacional, la Liberación Nacional, la Independencia Económica y esas cosas de los utopistas argentinos empecinados en ser ciudadanos, dignos, soberanos y libres.

De cualquier manera debemos luchar para que los ferrocarriles vuelvan al Estado, y en forma urgente, como ocurrió con el Correo Argentino, funcionar de esa manera hasta que el Estado diseñe de una vez por todo un verdadero proyecto nacional de recuperación de nuestros ferrocarriles. Estableciendo una política de Estado, donde participen todos los agentes sociales que están involucrados, ya sean, ferroviarios, usuarios, pequeños transportitas, productores de economías regionales, estudiantes y trabajadores, organizaciones populares, regionales, municipales, provinciales que establezcan las verdaderas necesidades de cada sector.

El ferrocarril es un bien nacional, por eso es una cuestión nacional, por eso todos los argentinos deben involucrarse en esta lucha, sino, no habrá cambios posibles. La reestatización, esa es la única manera de que vuelvan a cumplir el papel que en tiempos pasados se les asignó y, que en la década del 90 hasta hoy les ha sido negado, el de ser un servicio público que beneficie a la Nación.

Es
una obligación ciudadana luchar por la recuperación de ese bien como de los otros; YPF, Correos, Aerolíneas, la Flota Fluvial, la Marina Mercante, la Junta Nacional de Granos y de la Carne, y así, con todas.

Comencemos a considerar primero que teníamos antes de las concesiones para poder apreciar este desastre nacional, su envergadura y sus consecuencias nacionales

A partir de este cuadro y el mapa, recién podremos intentar calcular como utilizaríamos los casi 10.000 mil millones de dólares que le pagaron al F.M.I.
 


Estado de los Ferrocarriles Argentinos antes de las concesiones en bienes y extensión de la red

 



La red ferroviaria argentina antes de la concesión (izq) y luego de la misma (der.)

* Juan Carlos Cena es Miembro Fundador del Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) – Autor del libro El Ferrocidio.

FUENTE: Fecha publicación:10/01/2006

 

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