MEDIOS DE TRANSPORTE

FERROCARRILES

Un trabajo realizado hace dos años...

 

El ferrocarril una cuestión Nacional


Ferrocarriles para la liberación nacional o la dependencia (Parte II)


Por Juan Carlos Cena especial para Villa Crespo Digital

12 de febrero del 2008

El pago de la deuda interna necesita de los Ferrocarriles Argentinos para tener soberanía nacional. El pago de la deuda externa consolida los ferrocarriles concesionados.

Ver también:
Ferrocarriles para la liberación nacional o la dependencia (Parte I) (del 11-2-2008

La politización de las clases dominantes implica la
despolitización de las clases dominadas
J. W. Cooke


Cuando la privatización es desnacionalización

El Estado y las Empresas Estatales son instrumentos para defender el Patrimonio Nacional. Dependerá en manos de quienes están esos instrumentos, para que sean utilizados para una mayor dependencia o para la liberación nacional.

La Empresa Ferroviaria que nosotros proponemos y necesitamos, debe ser: Propiedad del Estado, monopólica y eficiente, democratizada y desburocratizada, sin compartimientos estancos, con regionales o zonas que tengan auténtico poder de decisión

Comunicado de la Seccional Organismo Central de Capital Federal de la Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos - 1988.

Emitimos este comunicado cuando desde el gobierno de Ricardo Alfonsín se desataba una nueva ofensiva contra los Ferrocarriles Argentinos, de la mano del entonces ministro de Obras y Servicios Público, el acicalado Rodolfo Terragno, al regresar de Houston–EEUU, con las nuevas instrucciones impartidas por el Imperio.

Con el asesoramiento del Banco Mundial se planteaba descuartizar a los ferrocarriles en cuatro partes. Otra vez el Banco Mundial. Este proyecto fracasa por la resistencia de los ferroviarios y, porque el gobierno Radical venía en caída libre.

Pero en la década del 90, con la misma iconografía, cánticos y simbología utilizada para su nacionalización, se los destruye de la mano del gobierno de Menem. Obediente cipayo, diría, inigualable a pesar que en estos tiempos muchos se esfuerzan para imitarlo, acompañados siempre de la mano de Banco Mundial.

Antes de continuar es bueno recordar lo que significó para el país la nacionalización de los ferrocarriles y el papel que jugó después de ese acontecimiento trascendente. De ese hecho significante, lo que sobrevino después, por la propia dinámica del ferrocarril fue la constitución de un Sistema Integrado de Transporte Ferroviario de Comunicación e Industrias. Es dable señalar este cometido, para poder apreciar mejor su posterior boicot, la obsolescencia inducida desde el propio Estado, el cerramiento, la expulsión de los trabajadores, la desintegración, tupacamerización, desguace y el ulterior saqueo, faena llevada a cabo con una ferocidad y una barbarie nunca vista.

“Al recuperar ese medio de transporte, el ferrocarril, el gobierno perpetra un acto de soberanía nacional. Que el Estado tenga en sus manos el transporte, la energía y las comunicaciones es una cuestión de soberanía nacional, y la de posesionarse como Nación Soberana frente al mundo. Apropiarse de cualquier manera de esos resortes fundamentales del desarrollo tiene que ver con objetivos nacionales estratégicos irrenunciables”

“Una vez nacionalizado los ferrocarriles pasaron a configurar un sistema de transporte que se inscribía dentro de un proyecto de desarrollo y crecimiento del país, donde el modo ferroviario se constituía en un factor de progreso, integrador y articulador de los espacios económicos y sociales, expandiéndose por toda la geografía nacional. Este pasa a ser un elemento solidario, comunicador, de conexión entre las distintas regiones del país, y a contribuir al desarrollo de las economías regionales, enmarcado dentro de un proyecto de Nación”. Pag. 118. Juan Carlos Cena - El Ferrocidio. Editorial La Rosa Blindada - 2003.

Pero además, 'La nacionalización de los ferrocarriles es el primer paso ineludible de la liberación económica. La liberación económica no es más que la puerta que se abre a un destino llamado a perdurar con sus caracteres propios en la memoria del espíritu humano' 'No es posible opinar sobre la oportunidad y conveniencia de la nacionalización ferroviaria si se desconoce la capacidad de poder y de acción de los ferrocarriles' Raúl Scalabrini Ortiz - Los Ferrocarriles deben ser Argentinos - A. P Peña Lillo, Editor 1965.

Luego, durante un largo período histórico que va desde su nacionalización hasta la década del noventa, el ferrocarril ha venido sufriendo embates feroces. Fue la empresa más denostada de todas las nacionalizadas. Era un símbolo hereje para todo lo antinacional. La nueva función que desempeñó el ferrocarril en la integración territorial del país como empresa nacionalizada, fue totalmente diferente al que jugaron cuando eran extranjeros, y ese nuevo protagonismo era una cuestión insoportable para los colonizados. Además, el papel vertebrador y comunicador que recreó fue impresionante, a estos hay que agregarle la recuperación de todas las tierras para la Nación que estaban en manos de los colonizadores ingleses y franceses.

Esta actuación soberana no pudo ser soportada por los cipayos y sus patrones nativos. Era toda una ofensa, para nuestra oligarquía vacuna con olor a bosta, el tema de las nacionalizaciones y la independencia económica. La ideología de los grandes terratenientes y latifundistas penetró haciendo estragos en la cabeza de muchos dirigentes de la izquierda Argentina, juzgaban que esto era fascismo criollo. La respuesta en lo político fue aliarse a ellos, por eso integraron Unión Democrática.

La ofensiva contra la empresa ferroviaria comienza a partir de 1955. Esta fue boicoteada desde adentro y desde afuera, Desde esos tiempos el ferrocarril se defendió a través de sus trabajadores, pobladores y usuarios en forma bravía. La pequeña burguesía ilustrada se refugió en silencios sanitarios. Todos los gobiernos, civiles y militares operaron sobre el sistema de transporte férreo. Los intereses extranacionales obraron hasta detenerlo utilizando todas las herramientas, una de ellas fue la corrupción descarada a todo nivel y, la otra, la represión.

“Para facilitar, para posibilitar mejor dicho la venta del Ferrocarril del Oeste, la operación fue precedida por una inmensa campaña de descrédito. Se comenzó a endeudarlo. Se irritó a los usuarios con malos servicios y encarecimientos, consecuencia de la desorganización planificada, empezaron a producirse déficit cuya resonancia la propaganda periodística extendió y multiplicó sin explicar sus causas...”

...'En 1955 han reaparecido los viejos testaferros que sirvieron a los intereses británicos en la elaboración y sostenimiento de su extinto imperio ferroviario. Es evidente que ellos están trabajando en el más sigiloso secreto para endeudar a los actuales ferrocarriles del Estado Argentino y facilitar las maniobras futuras de readquisición, muy semejantes a las que condujeron a la pérdida de la propiedad del primer ferrocarril argentino, el Ferrocarril del Oeste. Historia de los Ferrocarriles Argentinos - Raúl Scalabrini Ortiz.-

Decía que desde 1955 se va instalando este perfil discursivo denunciado por Scalabrini Ortiz. Toma fuerza a partir de la década 60. Sí, en la década del 60, según el calendario ferroviario, es el momento en que se produce el desembarco del general Larkin, norteamericano él, su currículum sostenía haber sido ex coordinador del transporte de las tropas aliadas y material bélico durante la Segunda Guerra Mundial. El imperio enviaba a este general con prosapia, comisionado a nuestras tierras a efectuar un desembarco por encargo del Banco Mundial (este se corporiza por primera vez), para realizar un estudio sobre el transporte en general, pero su objetivo central era muy preciso: la de planificar con los cipayos criollos una ofensiva contra los Ferrocarriles Argentinos, aduciendo que daban déficit. El déficit ferroviario pasó a ser el símbolo de la decadencia nacional, era el enemigo principal contra todo lo occidental y cristiano, los objetivos eran muy claros y precisos.

Argüían que el déficit era sinónimo de estatismo, es decir de socialismo, enemigo si los hubo, por eso este general establecía una cabeza de playa en nuestro territorio, como un colonizador prepotente, pero que nos venía a liberar del mal llamado déficit, toda una simbología que aún perdura.

Desde ese lugar, cedido por los colonizados, es decir, por nuestros cipayos criollos, comenzó su trabajo para anular el déficit, para eso, se debían suprimir ramales, servicios, cerrar talleres, despedir a trabajadores y así, de esta manera se iniciaba el primer brutal ataque contra el Sistema Integrado de Transporte Ferroviario. Los habitantes que se quedaban sin ferrocarril, eran parte del déficit social, aumentaba la cuenta de la Deuda Interna, se generaba un inhumano Déficit Bruto Interno.

Se confirmaban las predicciones de Scalabrini Ortiz. Este general, exigió una fuerte restricción en las inversiones ferroviarias. Sí, exigió, no solicitó esa restricción. Tras esos avances militaristas, aparecen los primeros hombres oráculos, cipayos todos, uno de ellos el capitán ing. Alvaro Alzogaray, aduciendo que el sostener al ferrocarril salía más caro que sostener la guerra de Vietnam a Estados Unidos

La ofensiva contra el sistema ferroviario –aunque fuera privado- data desde la sanción de la pseudo Ley 11658 donde se creaba Vialidad Nacional, en 1932. Verdadera estrategia a largo plazo del Ferrocidio, comenzaba el trazado de las carreteras paralelas a las vías. (Rutas 188/14/9/8/734/ entre otras). Los mentores de esta política fueron varios, y es bueno recordarlos. Son los que convocaron a los Larkins: como Roberto Aleman, Martínez de Hoz, Krieguer Vasena, Moyano Llerena, Méndez Delfino, Celestino Rodrigo, Gelbart, el inefable Cavallo, Sourrille, Machinea, Dromí, entre otros, que alternaron más de una vez sus andanzas en los laberintos del poder cumpliendo el mandato del colonizador.

Es bueno detener la marcha para señalar que el tema del pago anticipado de la deuda externa “odiosa”, más la cuestión de los ferrocarriles desde su nacionalización hasta la fecha, pasando por su cerramiento y saqueo, y la continuidad de las políticas concesionaristas con el monitoreo del Banco Mundial, y los otros organismos internacionales de crédito, son dos acciones de un mismo proceso, que confirman nuestra dependencia colonial.

Ahora bien, con los planes groseros urdidos para el ferrocarril por este gobierno, no es nada más, ni nada menos que la continuación de las políticas que comenzaron en al año 1955. ¿Todos los planes fracasaron? ¡NO! Fueron maquinados para la destrucción por mandato de los colonialistas. Es una muestra de la doblegación, acabar con la soberanía nacional y acentuar la dependencia. Todo está concatenado, podremos sintetizar que habrá ferrocarriles para la liberación y la soberanía nacional o, ferrocarriles para las grandes corporaciones mineras/graneleras, es decir, para más dependencia. El ferrocarril es un ejemplo, deberíamos enumerar a YPF, Aerolíneas, Gas, Flota Fluvial, Puerto, Marina Mercante y así.

Repito, la ofensiva fue resistida por los trabajadores ferroviarios en todos los tiempos, estos hicieron abortar y retroceder esta primera ofensiva de este general que respondía al comando aliado del Banco Mundial y de la industria del transporte automotor. La Huelga duró 42 días. La represión se hizo presente de inmediato. Antes movilizaron militarmente a los ferroviarios encarcelándolos en los propios lugares de trabajo, luego, les aplicaron el Plan Conintes y, durante la Huelga de 42 días se realizaban “las requisas” a los ferroviarios (Fraternales), los detenían en sus propios hogares quedando encerrados con sus familias con custodias en la puerta, todo de la mano del capitán de navío Recadero Vásquez.

Estos eran tiempos del gobierno 'democrático' de Arturo Frondizi. Se detuvo la primera gran ofensiva, pero de 200.000 ferroviarios solo quedaron 140.000, se fueron a través de los encantos del retiro voluntario 60.000 compañeros. Comenzaba otra etapa de la misma batalla: La defensa del ferrocarril, dura y violenta. El Estado la desataba sin miramientos ni escrúpulos. Era la violencia de la clase dominante, para doblegar a los trabajadores ferroviarios y a todo aquel que se solidarizaba. Ser solidario, era toda una herejía. Era otra cara del mismo proceso, romper el tejido solidario, romper la trama de las relaciones sociales en el seno del pueblo, debía predominar la cultura del egoísmo y lo individual.

Estos objetivos se logran cumplir en la década del 90, más de tres décadas duró la ofensiva. Aparece otro fenómeno como herramienta política: La corrupción. Lo antisolidario se posesionó en una parte de los más leídos, en el silencio y la oscuridad, sean universitarios curriculados, académicos célebres, profesionales, idóneos y expertos en todo, seudos patriotas y una casta política genuflexa y cipaya.



Por entonces todo era silencio y prudencia. Durante todo ese espacio histórico, los ferroviarios fueron reprimidos, encarcelados, torturados, desaparecidos por ofrecer una dura resistencia a toda esa política antinacional, que toma una fuerza inusitada en tiempos de la democracia relativa del Arturo Frondizi, llegando hasta la década de los 90, donde se produce el descuartizamiento y paralización de los Ferrocarriles Argentinos.

 



Década ignominiosa la del 90. Tiempo donde la soberanía nacional es rematada a precio vil. Se concreta lo que desde 1955 se venía articulando, la destrucción de los ferrocarriles.

 


Los ferrocarriles fueron descuartizados. No son más un Servicio Público. Predomina el lucro, la ganancia que transforma a estas empresas del Estado en empresas recaudadoras. No existe más el pasajero, ahora es un cliente. Y las cargas son para los que transportan sus propios productos, a precio más bajo que el costo, o un determinado tonelaje, el Estado les ha proporcionado una empresa gratis.

El ferrocarril ha sido desintegrado. No cumple más una función social, ya no va a todas partes, ha dejado pueblos sin agua, sin comunicación, dejó en estado de quebrantos las economías regionales por la desconexión territorial, ya no transporta todo sino lo que le conviene.

¿Cómo y cuánto costará recuperar los ferrocarriles? Primero echemos un vistazo a lo que quedó, lo que significaron las concesiones, sus consecuencias sociales, económicas y políticas. Los cuadros adjuntos, de esta nota y las otras, son sólo muestra. Repito, para saber la real cuantía del destrozo y vandalismo cometidos sobre los ferrocarriles es necesario una Auditoria con plenos poderes.

Observando estos cuadros y el mapa de lo que quedó, realmente es como para hacer un alto en medio de los escombros y reflexionar. Si, reflexionar ante la magnitud del desastre ocasionado con la más grande de las villanías. La confirmación de tamaña villanía es que sólo se utilizan 7.000 mil kilómetros de vías, lo demás es depredación y saqueo.

La licuación del patrimonio de los Ferrocarriles Argentinos, el desmantelamiento de la red de talleres del sector (el saqueo o venta a precio vil como chatarras a máquinas, materiales, rieles, durmientes, repuestos en distintos talleres y los de la empresa) almacenes y, la catástrofe de la cesantía de más de 85.000 puestos de trabajo, atestiguan el carácter depredatorio y rapaz de los capitalistas concesionarios.

Todo avalado por el Estado Nacional, desde la década del 90 hasta la fecha.

* Juan Carlos Cena es Miembro Fundador del Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos – Autor del libro El Ferrocidio.

FUENTE: Agencia Argenpress Fecha publicación:11/01/2006

 

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