HISTORIA                                

El día de Villa Crespo: Historia y Educación

 

Villa Crespo tiene historia

 

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

 

 

VILLA CRESPO, TIENE HISTORIA
LA INMIGRACIÓN, LOS NATIVOS Y LA EDUCACIÓN PÚBLICA 
 

5 de octubre del 2006

 

Villa Crespo es un barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que nace al influjo de la industrialización primaria, chimeneas, curtiembres, calzado, textiles, conventillos, inquilinatos. Obreros nativos e inmigrantes. Los inmigrantes llegaron a representar casi el 50 por ciento de la población total de la Ciudad. En el Censo 1914 en nuestra Capital Federal, el 49,3 por ciento de la población no era argentino.
 
El nacimiento de la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tiene un inicio que podemos retrotraer hacia 1880, cuando se convierte por ley 1029 en la Capital Federal, capital de toda la República Argentina. Este hecho es conocido como la Federalización u otros sostienen la capitalización de la Ciudad de Buenos Aires.
 
FEDERALIZACIÓN DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
Dentro del perímetro de la novel Capital Federal quedó el puerto y la aduana, esto no fue casual, las disputas internas llevaron a consolidar a través de la que luego sería la Capital de la República el diseño de una nación alrededor del puerto y la aduana, lugares por donde entra y salen mercaderías, se desarrolla el comercio y con dichos ingresos se condicionó la vida del resto de las provincias argentinas.
 
En el país estaba el unicato y la clase dominante concentraba el poder económico y político y esta denominada élite se había apropiado de la cultura.
 
En 1887 se anexan los barrios de Belgrano y Flores a la novel Capital Federal.
En 1888, en el mes de junio, se coloca la piedra fundamental de la Fábrica Nacional del Calzado. Esta es una sucursal de la firma Wattine, cuya casa matriz se encontraba en el centro de la ciudad, en la calle Balcarce. La misma se instala en la manzana delimitada por las calles: Padilla, Gurruchaga, Murillo y Acevedo, esta albergó más de 1.200 trabajadores, otros sostienen que llegaron a trabajar más de 2.000 obreros que fabricaban calzado.
 
Por la actual avenida Corrientes estaba un trazado de vías férreas por donde transitaba el Tren de los Muertos rumbo a Chacarita, momento esencial de la vida de Villa Crespo, antes de llamarse de esta forma, cuando en 1871 con la fiebre amarilla, miles de personas morían sin remedios. Por esta ruta desde la estación Once de Septiembre venía el Tren de los Muertos cuya locomotora fue, en muchos momentos, la legendaria Porteña.
Este, luego barrio de Villa Crespo, era un inmenso lodazal, el arroyo Maldonado abierto y bravío inundaba toda la zona.
En medio de esta realidad y buscando nuevas viviendas, que dejaran atrás los inquilinatos del centro, muchos, miles de trabajadores inmigrantes y nativos se fueron trasladando hacia las nacientes barriadas.
El transporte era escaso y muy caro, por ende los trabajadores debían tratar de coincidir vivienda y lugar de laboreo.
A poco de instalada la Fábrica, se acondiciona una de esas viejas casonas, Villa Crespo era zona de quintas residenciales de familias nativas e inglesas, como los Canning.  En lo que se conoció como el Conventillo de la Paloma, en realidad su primer nombre es el Conventillo El Nacional allí van a vivir un considerable número de trabajadores de la fábrica del calzado.
Este conventillo que contaba con 112 habitaciones, se encuentra en las actuales Serrano al 100 con salida a Thames a la misma altura, la característica era y es actualmente de esas casas largas, de habitaciones una al lado de otra, con un patio central. De escasa ventilación que producía un gran hacinamiento y exiguas instalaciones para la higiene.
Sus alquileres eran elevados, en ellas convivían hasta dos y tres familias por habitación, en las mismas habitaciones se cocinaba, dormía y se tenían los pocos momentos de esparcimiento.
Estos conventillos de Villa Crespo, al igual a todos los de la ciudad eran parte de una eclosión inmigratoria que cuadriplicó los habitantes de nuestro país, como lo muestran los censos de 1869, 1895 y 1914.
Los nuevos habitantes venidos de Europa esencialmente, se afincaron en las nacientes urbes, los mismos desarrollaban tareas múltiples, tanto en pequeñas empresas, nuevas industrias, o tareas como barrenderos, en los servicios públicos o en el comercio, entre otros. También en la confección de ropa y ropa de trabajo, textiles y fabricación de alimentos.
Hacia esa época se comienzan a lotear los terrenos circundantes a la fábrica, ya el incipiente barrio estaba abriéndose a pequeños talleres, fabriquitas. La antigua Curtiembre La Federal que se instaló en la manzana subsiguiente, o sea, Padilla, Gurruchaga, Murillo y Serrano fue otro polo de atracción, en medio del Maldonado abierto.
De ahí el interés de los vendedores de terrenos, que los ofrecían en cuota, para que los trabajadores se arriesgaran a construir, en medio del incontenible Maldonado, se les ofrecía, como una manera de atraerlos, los primeros 10.000 ladrillos. Esta primera casa estaba compuesta por habitación, baño y cocina.
Estos terrenos quedaron delimitados durante la administración de Antonio Crespo, de él deriva el nombre de nuestro barrio.
Hacia 1888 los límites del novel barrio eran las calles Triunvirato, Ministro Inglés, Chubut y camino a San Martín, a los costados corría la calle Almeyra en homenaje al médico y diputado Hilario Almeyra (1799-1885)
Los límites actuales son: avenidas Corrientes, Scalabrini Ortiz, Ángel Gallardo, San Martín y Borrego, por la actual avenida Juan B. Justo está entubado el arroyo Maldonado.
 
Villa Crespo es un barrio que con el Maldonado abierto, las tierras económicas, el avance de la industrialización, se va armando un conglomerado obrero y de trabajadores de diferentes ramas que conforman un abanico de realidades que se asemejan y relacionan con el cordón industrial de la Capital Federal.
Este crecimiento sostenido de miles de obreros que van arribando al barrio se abre, se fortalece, mixtura y surgen otras realidades que atraviesa ese crecimiento, esta es la conjunción de inmigrantes y nativos, las formas de cultura, idiomas, expresiones sociales que conviven en el lugar esencial de las barriadas obreras de aquellos años, donde confluyen el trabajo, la labor diaria, el barrio y el lugar de vivienda: el conventillo.
 
La generación del ochenta, las bases sarmientinas arriban para pensar en la escuela pública como esencia de inclusión de los millones de inmigrantes que llegaron a la Argentina.
El papel de la escuela pública será la unificación de un idioma, una bandera, símbolos, el aprendizaje del lugar de nacimiento y de vida. La escuela será el espacio de trabajo, educación, socialización de los niños y la incorporación de los padres como parte de la comunidad educativa.
 
Estos procesos llevarán generaciones, la permanencia de las generaciones de inmigrantes encontrarán en la educación el boleto de nacionalidad de sus hijos y nietos, la deseada movilidad social, pero también la marginación.
Las altas tasas de analfabetismo son limadas con la educación para las segundas y terceras generaciones, las contradicciones más importantes se darán en el marco de leyes nacionales, salidas de esta esencia del ochenta y de los gobiernos anteriores y posteriores donde los inmigrantes pasarán de ser bien recibidos a perseguidos. La ley de Residencias de 1902 es un ejemplo, cuyo mentor fue Miguel Cané. Porque los objetivos del Estado nación prefijado contiene a los inmigrantes y nativos como masa laboriosa y explotada, pero no concebida como participante y ciudadana.
Este elemento sirve para comprender que aquellos que pelearon por sus derechos y fueron miles fueron perseguidos y desterrados, el marco de esa realidad no puede ser ignorado, ni vaciado de contenido.
 
Estos aspectos no pueden dejarse de mencionar para pensar un barrio, una región o una ciudad, conforman un estado de realidades que se contraponen y que involucran a la niñez y sus familias. Esto es así porque la escuela pública siempre fue un reflejo de la realidad social, política y cultural. No puede estar al margen porque es parte de ese desarrollo.
 
Villa Crespo fue un barrio con estas características, con un sonido de sirenas, chimeneas humeantes, trabajadores, bares y recreación. Tuvo cines, teatros, la cultura popular se instaló de acuerdo a estas formas de expresión social y política, por eso el tango fue importante en Villa Crespo, los billares fueron de la partida de los hombres y el comercio fue el lugar de compra de la familia trabajadora.
La realidad del barrio se modifica vorazmente con la última dictadura militar, a partir de 1980 desaparecen las industrias que había y el barrio se reconvierte en un espacio de clases medias, comercio y escasa memoria.
Se puede reconstruir la historia de Villa Crespo, su memoria colectiva y la identidad barrial, esto significa un desafío… y estos retos siempre involucran a dos partes esenciales… indagar en la memoria colectiva, la identidad y la historia. Este ejercicio conlleva analizar, reflexionar y recrear el mecanismo científico de enseñanza, aprendizaje y transmisión.

* Historiadora, periodista y docente

 
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Martes 20 Noviembre, 2018 21:11

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