SALUD |
FLOREAL FERRARA: MÉDICO SANITARISTA |
Conversaciones
con Floreal Ferrara |
Por Elena Luz González
Bazán especial para Villa Crespo Digital
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PARTE II *
14 de junio del 2009 *
Las dos horas que estuvimos con Floreal Ferrara discurren entre un cúmulo
de información y de anécdotas que tiñen, no sólo el reportaje, sino una
historia desconocida de la salud en nuestro país. Esos ejemplos de vida que
tantas veces se preguntan millones si existen. Y en este caso hay una realidad
de estos médicos sanitaristas que marcaron un nuevo momento de la salud como
bien social.
Ferrara nos habla de Ramón Carrillo y de Arturo Oñativia, en ese orden,
porque Carrillo fue Ministro de Salud Pública de
Pensaron en una salud donde la comunidad es central.
Floreal Ferrara es un médico, pero es un hombre lleno de sabiduría, una, la
adquirida por la lectura permanente y la otra, casi la más importante, las
enseñanzas de la vida; ambas se resumen en su lenguaje pedagógico.
La experiencia de los ATAMDOS es igual, tiene que ver con esta salud, la
prevención y el centro en la comunidad, se llevó a cabo entre los años 1987 y
1988 en la provincia de Buenos Aires, el doctor Ferrara era Ministro de Salud
provincial y esta experiencia, a pesar de ser corta, se grabó en la retina y la
conciencia de miles de personas.
Esta es su historia...
ATAMDOS
– ATENCIÓN AMBULATORIA Y DOMICILIARIA DE
El ATAMDOS estaba conformado por
un médico, o médica, una enfermera o enfermero, un trabajador social o
trabajadora social, un psicólogo o psicóloga y un odontólogo u odontóloga, que
era uno cada dos ATAMDOS.
En segundo lugar era un espacio
administrado por
¿Qué se hacía en estos ATAMDOS?,
se atendía a la comunidad, el equipo interdisciplinario no esperaba a los
pacientes, iba a las casas y atendía las problemáticas de salud, estaban todo
el día porque se los nombró con retención de título. Comenzaban su día a las 8
de la mañana y la jornada terminaba a eso de las 19 horas, siempre y cuando no
hubiese otro tipo de problemas.
Entre los 160 ATAMDOS que
funcionaron en la provincia de Buenos Aires, se nombraron unos 650 trabajadores
de la salud, sólo una persona falló en su desempeño, siguió cubriendo otras
funciones y no entendió que el trabajo era en el lugar determinado. El salario
de todos los trabajadores de los ATAMDOS era el mismo que cobraba Floreal
Ferrara, como Ministro de Salud de la provincia.
¿Cómo se entiende esto Floreal,
lo de los ATAMDOS?
F.F.: Los ATAMDOS estaban al pie de la necesidad de la comunidad.
Los hospitales quedaron para internación, para la alta complejidad.
Los ATAMDOS eran para los problemas cotidianos.
Como lo hicimos en los ATAMDOS, se puede volver a hacer. Porque el trabajo
en los ATAMDOS tiene un perfil ambulatorio...
Los hospitales no estaban abarrotados de gente, un día entra en mi despacho
el director del Hospital de Tres Arroyos y me dice: ¿vos que querés hacer
Floreal, cerrar los hospitales, los querés destruir?
No para nada, le contesté, yo lo que quiero es que, los hospitales sirvan y
son para la alta complejidad, que lo que se pueda resolver en la comunidad sea
así. No, como voy a querer cerrar los hospitales, le dije. Estuve un buen rato
tratándolo de convencer. Al fin lo entendió.
Los hospitales están construidos para que hagan todo, y no es necesario que
hagan todo, es como si vos querés cazar pajaritos y te llevas un misil.
El tema de los ATAMDOS fue injertarlos en una sociedad que mira todo
despectivamente, porque las salitas tienen una historia lamentable, porque el
médico nunca iba, estaban cerradas, no había nada. Acá en los ATAMDOS estaban
abiertas. Que decían ellos, la comunidad, nosotros, venimos y están todos. Y
además iban al domicilio, por eso eran domiciliarios. No es un invento mío, es
de mucho tiempo de pensar en distintas partes del mundo.
El pueblo de la provincia de Buenos Aires estaba atendido en los ATAM DOS.
UNA
HISTORIA QUE MARCA
Me cuenta Floreal: Un día me llaman de un ATAMDOS, creo que del Conurbano,
me llaman y me dice la enfermera, que una muchacha cuyo marido esta trabajando
hasta los cuatro o cinco de mañana estaba con un cuchillo en la mano y quiere
matar a sus cuatro hijos. Les pregunto que están haciendo y me dicen que están
todos ahí y que la tienen controlada, pero no le podemos sacar el cuchillo.
¿Qué tenemos que hacer?, le pregunta la enfermera.
Y les digo tienen que quedarse,
Estamos en eso.
Les digo que me llamen en una hora.
A la hora me llaman y el cuchillo lo tenía el grupo de salud, pero el
cuadro era muy bravo. Un brote esquizofrénico.
Está llorando descontroladamente y son las cuatro de la mañana y nosotros
no damos más.
Entonces les dije: yo voy para allá.
Cuando llego, había pasado una hora, estaba un grupo de gente del barrio,
miro a la muchacha, estaba excitadísima.
Una muchacha muy bien puesta me dice, les estamos diciendo a los muchachos
que se vayan, que no dan más, que nosotros la vamos a cuidar, pero no la
internen, por favor, nosotros la vamos a cuidar, pero no la internen.
La enfermera temblaba, el médico no sabia que carajo hacer, la psicóloga la
mantenía, pero ahí, pero no la podía dominar.
Les dijimos que estábamos de acuerdo, la chica estaba en un cuadro
delirante.
La mantuvieron 15 días y la chica salió del cuadro delirante, la
mantuvieron, la cuidaron y ella salió.
Cuándo salió y le preguntó a doña María,
¿Qué me pasó doña María? No me acuerdo de nada...
Habían pasado unos 16 o 17 días.
La muchacha preguntó por qué había tanta gente en su casa, y doña María le
dijo que había tenido una crisis.
Si me parece, pero ahora estoy bien, doña María.
¿Y los chicos?
Ahí están,
Hay que bueno, doña María.
Y concluye Floreal: NO HAY NADA MAS IMPORTANTE EN
Este episodio es un episodio real,
fue en uno de los barrios de Florencio Varela...
¿Fue en el año 1987?
F.F.: Sí, aún la veo a la muchacha. Una muchacha joven que tenía cuatro
chicos. Cuando llega el marido ya está en familia, y el barrio y el marido
hacen de contención.
O sea, el rol protagónico es de la comunidad, no del médico, el médico
lleva la ¨sabiduria¨ del conocimiento.
F.F.: Exactamente así. No sabés el cambio que hubo en los médicos, en las
enfermeras, en los asistentes sociales, en todos los que trabajaban en los
ATAMDOS. El sueldo de ministro lo tenían ellos, de tiempo completo con
retención de título. Nombramos unos 650 trabajadores de la salud, uno sólo me
falló, una trabajadora social de Tandil que siguió trabajando en otra cosa.
Quien le dio la ¨cana¨, fue el propio grupo que le dijo que se tenía que ir.
Acá mentiras no puede haber, ganás lo mismo que el Ministro.
Por otro lado, Floreal afirma que: ¨La crítica que me hicieron es correcta
porque no teníamos presupuesto y echamos mano a lo que podíamos que eran horas
cátedras de escuelas que no eran tan importantes, esto fue anárquico me dijeron
y es cierto. Cuando estábamos por diseñar el presupuesto, me echaron¨. Lo dice
con una sonrisa y un dejo de pena.
Además cuenta que: ¨El otro problema que tuvimos es que nosotros nos
quedamos a los 120 ATAMDOS sin médicos generalistas, tuvimos que echar mano a
los clínicos, ya no era lo mismo...
¿Que es médico generalista?
F.F.: Tiene una formación especial, porque tiene todo lo que necesita para
atender, ambulatoriamente, a una persona. Es un tipo que sabe manejar toco
ginecología, infectología, cirugía algunas cosas, materno infancia, clínica
médica es decir todas las cosas que hacen a la generalidad de la patología y la
salud con una visión de prevención.
El generalista está en condiciones de poner un DIU, y en cuanto a los
anticonceptivos, los buscábamos todos.
¿Dónde se forman estos médicos generalistas?
F.F.: Estos médicos generalistas se forman en la universidad, hay dos o
tres lugares en la provincia, el más importante es el hospital Manuel Belgrano
en la calle Constituyentes, ya sobre San Martín.
O sea que teníamos entre 100 y 120 médicos generalistas y no había más, y
los ATAMDOS eran unos 160. Los clínicos van a la enfermedad, los generalistas
son preventivos.
Me dijo algo sobre los psicólogos.
F.F.: Ellos no trabajaban con el diván, trabajaban en grupos, juntaban a la
gente en grupos y trabajan las problemáticas, lo que pasa es que los psicólogos
estaban y están formados en lo individual.
¿Y en el caso de la enfermera/o?.
F.F.: La enfermería era igual: poner la inyección y tomar la presión. La
salud pública es ver el problema del agua, ver como están las gallinas, si hay
agua potable o no, el problema de las aguas servidas, o sea es trabajar con la
realidad. Es cambiarle el eje a la salud.
El problema es que nuestra salud ha sido el hospital que es un lugar
central para la salud.
La salud está en la comunidad, en el domicilio, en el barrio, en el
boliche.
En muchos lugares no teníamos donde juntarnos. Esto nos pasó en Villa
Tranquila, en Ensenada, y entonces le pedimos permiso a un bolichero para que
nos diera lugar para las clases y los borrachos intervenían en las discusiones.
Las zanjas para sacar las aguas servidas las hacíamos con ellos, participaba la
comunidad.
En un momento Floreal estaba en aquel lugar, discutiendo con la comunidad,
mientras la cinta del grabador registraba todo, sus emociones también...
Me emociona hablar de todo esto...
El programa se lo había apoderado el pueblo.
¿Se puede volver a implementar el ATAMDOS?
F.F.: Ahora seria más fácil. Yo puse salarios altos, pero igual se puede
poner en ejecución este programa. Poner en funcionamiento esto no es caro, es
una decisión política.
Y sí, es un problema de militancia y de seguir pensando como dice Floreal
que la ¨revolución es posible¨, y la salud al servicio de la comunidad,
también.
·
Esta entrevista fue publicada a partir del
12 de marzo del 2005. Reproducida en numerosos medios de comunicación durante
el 2005 y 2006. En el 2009 volvimos a revisarla y ha sido publicada nuevamente
en el portal Villa Crespo Digital.
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