MUJER

EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

 

SUJETO POLÍTICO Y SOCIAL

 

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

 

EN EL MES DE LA MUJER
LA MUJER COMO SUJETO POLÍTICO Y SOCIAL
 
8 de marzo del 2015
 
El 8 de marzo es el día Internacional de la Mujer
 
La historia de la humanidad, o mejor dicho la aparición del hombre tienen como actora fundamental a la mujer. Los tiempos antes de la aparición del Estado, la mujer era reina y señora de su casa y de la producción y reproducción. De la subsistencia y del cuidado de las tribus, fatrias y gens, de los clanes y de las diversas formas familiares antes de la monogamia.
 
La mujer daba el origen del niño y el adulto por venir, la sociedad se escalonó como parte de su primordial elemento de llevar y dar vida.
 
Luego con la aparición del Estado y la otra historia, la herencia y la preeminencia masculina forzaron por generaciones a que la mujer fuera un elemento, no un sujeto histórico de la sociedad, constreñida, impuesto su lugar en el ámbito familiar, la crianza de los niños y quitada de la vida social pública.
 
Debieron pasar largos procesos donde la mujer volvió, lentamente, a recuperar aquellos lugares, en su inmensa mayoría ignorando que así había sido en algún momento. Pero como afirma Federico Engels, ¨El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo¨. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción.
 
Ese derrocamiento fue contundente para la historia de las luchas de la humanidad, porque la soledad del hombre y la discriminación de la mujer dejaron los espacios libres para cientos de derrotas, fundamentalmente entre los movimientos populares de todo tiempo.
 
En medio de este largo proceso histórico debemos rescatar de los confines de una historia que las hizo de bronce, como el caso de Juana Azurduy, o las ignora, las ha olvidado deliberadamente como el caso de Bartolina Sisa Vargas, Teresa Bustos o Vicente Eguino o Aguino, de acuerdo a las fuentes consultadas, que por cierto son muy pocas. La primera luchó contra los conquistadores y las dos últimas contra los realistas. Hubo mujeres que fueron fusiladas, torturadas, violadas y decapitadas por luchar por los ideales de libertad e independencia. Pero la pregunta es porqué son ocultadas. Porque como afirmaba ese otro pensador del campo popular nacional John W. Cooke, la politización de las clases dominantes conlleva la despolitización de los dominados. Esto en un pensamiento claro significa que no debe haber conciencia, ni participación, ni compromiso en las clases explotadas para cambiar el destino al cual son sujetas.
 
La mujer en ese tránsito juega un espacio sustancial, su deliberado mantenimiento en los denominados espacios privados: casa, hijo y marido la invalida de ser actora esencial de las luchas por su liberación. La mujer arrastra, motoriza, es práctica y cuando se compromete empuja a los miembros de su familia. Los ejemplos son infinitos.  En épocas de la conquista dos mujeres cacicas condujeron a sus ejércitos de indios contra los españoles, durante la independencia hubo mujeres que trabajaban en forma clandestina en las fábricas de armas y municiones, en el siglo XX las mujeres de Rosario y Villa Manuelita evitaron que los golpistas del ´55 entraran a sus poblaciones. Durante las huelgas obreras las mujeres pusieron el pecho y defendieron los derechos de sus maridos y compañeros, pero lo que es más válido, salieron a defender sus espacios, a una vida digna y la seguridad de la comunidad laboral.
 
En la última dictadura miles de mujeres fueron carne de cañón, pero hubo otras mujeres segregadas por la sociedad en su conjunto que protagonizaron momentos de dignidad, coraje y real valentía, no hocicaron ante los esbirros buzzistas, los enfrentaron y salvaron vidas, fueron las prostitutas de Tafí Viejo, igual que las prostitutas en la Patagonia. Esas mujeres no aparecen en los anales de la historia, y otras mujeres, miles de mujeres embaucadas por los preceptos sociales ignoran estas hazañas escondidas entre los pliegues de otros recuerdos.
La historia, no sólo de nuestro país, ni aún de nuestro continente americano tiene entre sus cientos de años, pequeñas y grandes historias de mujeres y hombres que fueron enterrados.
 
Camila O´Gorman es conocida por la historia moderna porque de alguna forma se necesita de esta historia para plantar los preceptos ¨morales¨ de un celibato impuesto. Cientos de curas dejaron sus hábitos para poder realizar su vida sexual normalmente y alejado de la hipocresía consentida, y no dejaron de ser fervientes creyentes, hombres de la religión que abrazaron y fieles a los preceptos de vida. Nuestra historia reciente y represiva nos muestra a monjas torturadas y vejadas por creer y practicar la libertad. Ambos amores tienen el mismo valor, y ambas corrieron el mismo destino.
 
No se trata de pensar en lo prohibido de Camila o la militancia de Leonie y Alice sino que es lo que cuestionaron con su accionar.
 
La Argentina en líneas generales ha impuesto a sus calles nombres de personas prominentes en alguna disciplina, sin embargo y en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sobre unas 1.000 calles, el porcentaje dedicado a calles con nombre de mujer es realmente insignificante, en realidad son excepciones a la regla. La historia toma a la mujer excepcionalmente, los medios de comunicación evitan mostrar a las mujeres en la protesta social.
En estos tiempos de campaña electoral, la frivolidad de sus participantes degrada la participación política y social de esta otra realidad de todos los días y de tiempos inmemoriales.
 
La matanza de las 129 obreras de la fábrica Cotton, o las 146 según otras fuentes; o bien, las investigaciones posteriores que hablan del suceso que el incendio fue en la Triangle Shirtwaist Company, que no fue ni el 8 de marzo de 1857, ni el 8 de marzo de 1908, sino el 27 de septiembre de 1909 y que el mito se elaboró en 1955.
 
De todas formas, este momento histórico dejó un ejemplo de lucha y protagonismo, que luego tomó Clara Zetkin y un día al año se las recuerda, a pesar de que se hace todo lo posible para desnaturalizar ese día. Las madres de Plaza de Mayo muertas por la represión dejaron su ejemplo, las mujeres que sufrieron el vil castigo dictatorial dejaron sus enseñanzas, hoy y a pesar de las injusticias, existe la realidad de muchachas como Romina Tejerina que dice con total libertad que su dolor le despertó a otra situación. Hoy se han dado casos de violación y abortos que debieron realizado y sin embargo, las presiones de distintos factores de poder no lo permitieron. Cientos, miles de mujeres se comprometieron para denunciar la injusticia, dejando de lado y rechazando los valores impuestos por los grandes medios de comunicación de masas… hay que ser críticos, hoy la mujer protagonista de los medios es la vergonzante actuación de personas del sexo femenino que tienen de cerebro un maní y muchas voluptuosidades y exposiciones públicas que son patéticas.
Las mujeres con verdaderos valores no tienen esa prensa…
 
El tiempo de las luchas por la dignidad, el coraje, la valentía, los ideales no son ajenas a las mujeres, no se trata de oponer los sexos, esto es un problema que deben dilucidar las feministas, es tiempo de entender que la marcha de la topadora femenina arrastra y, lo que es más importante, arrastra a toda la sociedad y su núcleo esencial: la familia. No en vano hay un mensaje elaborado por el poder político y económico dirigido a la mujer, a un modelo de mujer y una frivolidad femenina. Los tiempos van desenmascarando estas premisas, y las injusticias dividen a las clases en pugna, pensar en un problema de sexos es como analizar que puede haber un capitalismo humanizado, y esto es incoherente ya que la desocupación castiga fuertemente explotando la mano de obra femenina, produce la competencia deshumanizada y la intenta sumergir en una disputa con el otro sexo.
 
La mujer perdió sus derechos, su lugar en la sociedad, sus espacios claros y precisos, dominantes en la comunidad. Dilapidó la sociedad su rol dirigente, no sólo de reproducción, sino de producción, organización y de conducción en la vida social. Malversó esos niveles de conciencia y articulación de la mujer que movían la sociedad, eso fue, esencialmente, lo que debía desterrar. Esto es lo que hay que recuperar…
 
Publicado por primera vez: 25 de septiembre del 2005 y el 9 de marzo del 2010. Corregida, ampliada y actualizada.
 
Autora de: * Mujer, Sociedad y Política, La Rosa Blindada, 2007 y trabajos e investigaciones sobre la temática.
 
Caracteres: 8696

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