MEDIOS DE TRANSPORTE

¿ACCIDENTES DE TRÁNSITO O SINIESTRALIDAD?

 

DE LA ACCIDENTOLOGÍA A LA SINIESTRALIDAD

 

Por Juan Carlos Cena * especial para Villa Crespo Digital 

 

¿ACCIDENTES DE TRÁNSITO O SINIESTRALIDAD?
DE LA ACCIDENTOLOGÍA A LA SINIESTRALIDAD
PARTE V
 
25 de octubre del 2010
 
En Argentina hay 22 muertos diarios en accidentes viales - Un muerto por hora
 
Contrariamente, el transporte ferroviario es, y seguirá siendo, un contaminante atmosférico insignificante aún cuando se tome en cuenta la polución causada por la generación de corriente eléctrica. Los resultados positivos del tráfico ferroviario, sobre todo en el campo de la polución así como también en el consumo de energía y la seguridad del transporte vial y ferroviario, en interés de la calidad de vida en el medio ambiente son altamente positivos. Informe sintético dado por el representante de La República Federal Alemana en el congreso de la Asociación Panamericana de ferrocarriles. - Caracas - 1985.
 
LO QUE NO  SE DICE EN LOS INFORMES
Casi todos los informes sobre muertes en carreteras o llamados viales eluden denunciar que los accidentes aumentaron por la ausencia del ferrocarril. Que la carga y el número de pasajeros no transportados por ausencia de ese modo de transporte se volcaron a las carreteras. Aumentando el número de camiones y de ómnibus hasta llegar a una brutal saturación, fundamentalmente, en las cercanías a los puertos de ríos y de mar, y en las grandes ciudades.
El otro tema no abarcado, aunque no es de la incumbencia de estos organismos, es el costo de los fletes. El 82% del transporte de carga se realiza por rutas, y la mayoría no está en buenas condiciones, de la misma manera ocurre con los ómnibus.
Aunque no existan cifras oficiales ni del Gobierno porteño ni de Vialidad Nacional, se estima que entre 10 y 15 mil camiones entran, salen y transitan por las calles de la Ciudad cada día; que obstaculizan el tránsito y que provocan accidentes. El sentido común indicaría que el tránsito pesado no debería circular por la Ciudad ni estacionar en cualquier lado, y es menos concebible que la carga de los camiones pueda caerse desde las autopistas a las calles porque está mal asegurada. ¿Por qué sucede y quién es responsable? ¿Podría evitarse? Más que una causa, detrás del problema hay un entramado de intereses sectoriales complejo, pero se destaca la laxitud de los controles o su total ausencia.
El 82% del transporte de cargas en el país se realiza por carretera y crece al ritmo del consumo. En 2007 se incorporaron 19.948 unidades nuevas de camiones pesados, en tanto el aumento de la carga, estimado en unos 21 millones de toneladas para este año exigiría sumar unas 25 mil unidades más (Fundación FIEL, proyecciones logísticas mayo 2008).
Hay camiones que deben entrar al puerto para llevar o traer mercancía; hay camiones “pasantes” que entran a la Ciudad desde el norte para llegar al puerto de Avellaneda, Rosario o Santa Fe, o que deben hacer su camino norte-sur y seguir por ruta. Finalmente, la propia necesidad de las grandes ciudades de ser abastecidos lleva a que muchos vehículos realicen descargas en pleno macro y microcentro.
 
Una estadística del CESVI, entidad de las empresas aseguradoras, afirma que los camiones protagonizan el 30% del total de accidentes.
El Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) dice en un informe que las rutas nacionales 9, 7 y 8 se producen el 21% de los accidentes viales de la Argentina, lo que las lleva a liderar el trágico ranking de la siniestralidad.
Del estudio surge que el 7,2% de los choques suceden en la ruta 9, mientras que la 7 y la 8 comparten el segundo lugar, con el 7% del total.
Como se dijo, las rutas 9, 7 y 8 acumularon más del 20 por ciento de los siniestros viales que, en los primeros seis meses de este año, sumaron 11.996, con un saldo de 5365 muertos, según un informe que otra institución privada envía a sus socios.
 
Un panorama pintado por la tragedia, muerte, dolor, indignación y pedido de mejoras concretas. Es el producto de la concatenación de hechos que tiene que con el escaso mantenimiento de las arterias, negligencia o falta de profesionalismo de los conductores y poca rigurosidad en los controles suelen ser algunas de las razones más comunes que derivan en estas tragedias.
Tras recorrer más de 20.000 kilómetros de rutas argentinas, el Cesvi realiza anualmente un ranking de los 20 caminos donde ocurren mayor cantidad de accidentes de tránsito.
 
Según arrojan los datos de esa entidad, para el primer semestre, el promedio de víctimas mortales fue de 26 personas diarias, mientras que, en ese lapso, 105 resultaron heridas.
La ruta nacional Nº 9 tiene un tránsito medio diario anual de 372.000 vehículos en los tramos de mayor caudal, como en el que va entre la avenida General Paz y la ruta provincial 4.
En tanto, la ruta nacional 7 tiene un paso diario promedio de 150.600, en el tramo más complejo, que va desde la avenida General Paz hasta la ruta provincial 4.
En la ruta 8, en el trayecto entre la 9 y la ruta provincial 26 se produce el mayor flujo diario con 85.100 vehículos.
La ruta 11, tristemente famosa, por la tragedia del colegio Ecos y la reciente, en la que murieron 14 personas en Villa Guillermina (aquel hecho también había ocurrido en Santa Fe), tiene un caudal vehicular diario de 20.700 vehículos, en el tramo que va desde Resistencia, Chaco, hasta el cruce con la ruta nacional Nº 16.
 
Pero, lo fundamental es la falta de una política de Estado para el Sistema Nacional de Transporte por parte del gobierno. De la misma manera le ocurre a la llamada oposición, también adolece de una falta de políticas serias sobre este tema. Ambos están unidos, los une una falta de proyecto de país, de una concepción de lo nación.
 
El diario La Nación consultó a especialistas en materia de seguridad vial e infraestructura terrestre. Todos los entrevistados coincidieron en que se debe hacer hincapié en los tres aspectos que intervienen en esta problemática: la educación y la infraestructura viales y los controles (como se informa por separado).
 
Ninguno mencionó a los otros modos de transporte, ferrocarril y flota fluvial.
 
"La red vial argentina tiene 300.000 kilómetros, de los cuales el 5 por ciento soporta el 57 por ciento del tránsito total de transporte de cargas, pasajeros y particular. Además, concentra el 75% de las muertes en todas las rutas argentinas. Es decir, son 15.000 los kilómetros de la red troncal principal", explicó Guillermo Laura, presidente de la Fundación Metas Siglo XXI.
Laura presentó hace 12 años en el Congreso un proyecto para la creación del Programa de Modernización de la Infraestructura del Transporte Terrestre, iniciativa para que la red troncal vial sea de autopistas inteligentes, con lo cual, según Laura, se reducirían el 87% de las muertes en accidentes en rutas.
 
AHORA LAS CARRETERAS INTELIGENTES
En estos días estamos asistiendo a otros edictos fantásticos, grandilocuentes. Siempre manifesté mucho antes, que estas proclamas fosforescentes eran debilidades gubernamentales como el aeropuerto en el río de Plata de Carlos Menem diseñado por don Álvaro Alzogaray, y el cohete que iba a la estratosfera y aterrizaba en Japón en un periquete, todo según Menem; el traslado de la Capital Federal a Viedma, el puente que uniría Buenos Aires y Colonia - Uruguay, la canalización del río Bermejo, trenes balas y soterramientos varios. Me equivoqué. Esos anuncios errabundos también están en el imaginario privado, pero… con algunas diferencias notables: hacer negocios no tan resplandecientes a como de lugar.
 
Asistimos de vez en cuando, casi perplejos, de la cuasi proclama del proyecto de las autopistas inteligentes. Es una obra costosísima. Su costo rondaría los 2.000.000 de dólares el kilómetro, cifra que supera en diez veces lo que se invertiría en el tendido de un kilómetro de vía férrea, 220.000 dólares por kilómetro (precio internacional). Inversión brutal que, además, no soluciona la complejidad del transporte en la Argentina que está colapsado, como tampoco en ninguna parte del mundo. Repito, en ninguna parte del mundo las autopistas resolvieron el problema de transporte en general de pasajeros y cargas.
Al compilar estos anuncios para realizar el escrito, no puedo, antes de continuar, recordar y referirme otra vez a María Elena Walsh, y a su trabajo publicado en el diario Clarín el 16 de agosto de 1979 "Desventuras en el País Jardín de Infantes, tiempos calientes eran esos, si los hubo. Como reflexión, luego de leer el archivo para trabajar, afirmar: No sólo creen, como afirmaba María Elena Walsh, que somos un país de jardín de infantes, sino que están convencidos que todos estamos por ingresar al primario, certeza que se anida en el Estado y en los factores de poder.
 
Este anuncio vial inteligente confirma que todos ellos, gobierno y privados, creen que este es un país de negados, habitados por seres subalternos.
Debemos preguntarnos el porqué de este proyecto, a quien beneficia. Porque en los países capitalistas centrales no existen.
No nos dicen el verdadero motivo, porque sino el proyecto de marras se caería. Es decir, argumentan otros. Veamos someramente como se organizan estos sujetos cartelizados que representan al transporte automotor.
Ellos, los cartelizados, dicen que de acuerdo a sus proyecciones hasta el 2010, la carga total de la Argentina aumentará un 77%. Los nodos más comprometidos serán el puerto de Buenos Aires y el paso Cristo Redentor, en la provincia de Mendoza. El 90 % de las empresas exportadoras argentinas prevé que sus ventas al exterior crecerán a una tasa anual de entre el 10 y el 12 %, según un trabajo del Banco Mundial. La Nación Transportes y Servicios 31-07-07.
 
La Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL) - Cargadores, estima un crecimiento del 7% al 8% en su actividad logística. Afirman que el problema que más los preocupa es la infraestructura, es decir las carreteras. El Estado debe hacer más rutas, es una cuenta pendiente.
Previendo esta demanda, en base a esta perspectiva de las empresas transportistas, las industrias del transporte automotor (fábricas) invierten en expansión, para aumentar la productividad. La Empresa Volvo, por ejemplo, fabricantes de camiones y colectivos, invertirá para ampliar sus instalaciones US$ 5.5 millones.
 
Por otra parte, la firma Scania promociona sus nuevos camiones series, P, G, y R. anunciando a la vez nuevas unidades que lanzará al mercado. Por otro lado, los representantes de las fábricas de autos informan que para el año que viene  fabricarían 580.000 autos. Hay que imaginarse todos surcando el territorio nacional, por las mañanas las ciudades invadidas por estos artefactos metálicos, sembrando smog, ruidos, bocinazos, accidentes, más la dilapidación de combustible.
 
Veamos algunos efectos externos de esta invasión, muy brevemente:
A pesar de estas consecuencias los carteles preparan la invasión. Esto es sólo una muestra de como se alistan los integrantes de la Industria del Transporte Automotor (Transportistas y Fabricantes).
 Estos, para invertir, repito, deben de tener garantías totales de que los ferrocarriles en la Argentina seguirán así, paralizados. Los trenes de pasajeros que conectaban regiones, ciudades y poblados con la diversidad de servicios, continuarán detenidos.
 
La decisión política es: hay que viajar en ómnibus y transportar en camión aunque aumenten los siniestros viales. Con respecto a la carga, debemos agregar que la diferencia del flete entre modo y modo es de un 38% y un 40% más caro que el acarreo en ferrocarril. No importa esa diferencia porque la pagamos en las góndolas.
 
Entonces, podemos afirmar, con todo derecho, que los anuncios desde el atril sólo han sido un gran engaño, se nos estuvo entreteniendo y mintiendo, como que éste gobierno es la continuidad del que se fue. Si es así, nos seguirán engañando con anuncios y más anuncios, ahora, de obras faraónicas. Pero, los que sí dicen la verdad son los cárteles de la Industria del Transporte Automotor a través de sus proyectadas inversiones y hay que tenerlos en cuenta.
Hay que tenerlo en cuenta porque ellos tienen un representante en el Gobierno que administra este Estado, el Secretario de Industria Fraguío, ex Presidente de ADEFA, la asociación que agrupa a los cartelizados industriales y fabricantes de auto partes del transporte automotor.
 
Según los números de ADEFA para el mes pasado, las ventas a concesionarios treparon 50,1% en relación a igual mes del año pasado, y un 3,8% contra agosto. En los nueve primeros meses de este año se informó la suba llegó al 39,9% en comparación con igual período del 2009. En total, llegaron a 63.914 autos comercializados.
En tanto, la producción de automóviles registró una suba mensual del 3,3% en septiembre, y un incremento del 37,8% interanual. El total fue de 75.344 unidades.
"Comparando los nueve primeros meses del 2010 con respecto al 2009 se registró una suba del 48,2%", precisa ADEFA.
 
Por otro lado: ¨Ha comenzado a circular por Internet una campaña de firmas que acompaña a un proyecto de ley -que ya cuenta con estado parlamentario- y que propone crear una "red de autopsias inteligentes, libres de peaje y la rehabilitación del ferrocarril". Con un gran despliegue de diseño, un grupo de empresas privadas capitaneadas por la Fundación Metas Siglo XXI, nos ofrecen "la solución para las muertes en las rutas".
 
Entre las empresas y sectores políticos y sociales que apoyan este proyecto se encuentran la Sociedad Rural, el grupo Pampa Sur, Loma Negra, el PRO de Mauricio Macri, la UCR (a través de Ignacio García Hamilton), la aseguradora HSBC, el Banco Santander Río, el Movimiento Popular Neuquino de Felipe Sapag y la Coalición Cívica.
 
La explicación a todo este embrollo es muy simple: La Fundación Metas Siglo XXI nos propone "grandes metas públicas no ideológicas". ¿Es otra vez el cuento del fin de la historia y la muerte de las ideologías? Así es, pero ahora son ellos mismos quienes nos anticipan un final que ya conocemos: entre los principios de esta Fundación está el "demostrar que aplicando los principios de una economía solidaria de mercado, dentro del marco de la democracia liberal, es posible lograr, especialmente en la República Argentina, eliminar la miseria…".
 
La avanzada del auto transporte automotor fue una constante, con la colaboración cipaya de todos los gobiernos, políticos, dirigentes gremiales y parte de la sociedad que aplaudió a dos manos los proyectos liberales, salvo honrosas excepciones. Por intereses económicos, el ferrocarril fue la presa codiciada y deseada. Argentina, igual que México y Brasil son países de grandes extensiones, voracidad mercantilista de los dueños corporativos de las grandes empresas constructoras de camiones y ómnibus de pasajeros.
No podemos creer ni por las tapas que invertirán un solo centavo en la reestructuración del Sistema Nacional Integrado de Transporte Ferroviario, Industrias y Comunicaciones. Ni pensar en la oposición,  los proyectos presentados son solo un entretenimiento. Todo es un gran manto cargado de falacias para encubrir grandes negocios.
 
En mi libro El Ferrocidio digo: "El sistema constituye un aspecto clave de la vida nacional, ya no existe ninguna actividad que no requiera de una forma u otra de este servicio. El sistema de transporte es como el sistema arterial que irriga al cuerpo humano. Sin este régimen circulatorio el cuerpo no tendría vida. Todas las arterias, venas grandes, pequeñas y, conductos capilares, contribuyen armónicamente al funcionamiento de ese camino circulatorio. Todos los vasos arteriales son afluentes tributarios al sistema central de irrigación, todos son necesarios, comunicantes y complementarios entre sí. No compiten. Si eso ocurriera, habría un serio desequilibrio en el metabolismo de ese cuerpo, o no habría vida. No se puede imaginar el desarrollo de una comunidad que no cuente con un sistema de transporte adecuado, armónico, integrado, donde los distintos modos se complementen y sirvan a la universalidad comunicacional del territorio nacional.
 
El objetivo básico de cualquier Estado en ese sector es: Transportar, eficientemente, al más bajo costo social para la Nación. Para eso deberá fijar objetivos claros en su organización y armonización general. El Estado debe intervenir definiendo las normas de comportamiento de los distintos modos de transporte. Cumpliendo, con plena facultad, la función de planificador y organizador; asumiendo, a su vez, el papel de ente regulador, a través de un férreo control de gestión, para así, corregir errores y desviaciones en los objetivos fijados.
 
El ferrocarril es un componente del Sistema Nacional de Transporte y, como tal, su relación con la economía general se inscribe en este marco. En tales fines el ferrocarril tiene funciones específicas a las cuales, la Nación no puede renunciar.
 
Sin embargo, en mérito a constreñirlo a un papel netamente comercial, se abandonaron infraestructura y servicios de importancia estratégica, sin que los medios sustitutos, rigiéndose por estrictos e impropios mecanismos de lucro, hayan cubierto mínimamente los espacios vacíos, por el retiro del medio ferroviario, condenando a la extinción a poblaciones íntegras.
Este despoblamiento también es parte de la siniestralidad generada por la ausencia de los ferrocarriles.
 
La siniestralidad aumentará día a día en forma exponencial a medida que aumente la saturación de rutas y carreteras por camiones y ómnibus y no se vuelva al ferrocarril y a las vías navegables.
 
FUENTES: diarios nacionales, fuentes propias.
 
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25/10/2010 22:57:07
·         Miembro fundador del MONAREFA Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos.
·         Autor del libro: El Ferrocidio 1º y 2º edición ampliada, La Rosa Blindada, entre otros.
·         Secretario General de APDFA Organismo Central.
 
 
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