POLIPROSTIBULARIOS,
DE NUEVO |
Por
CORREPI especial para Villa Crespo Digital
4 de abril
del 2011
Como semana
a semana vemos en nuestro Boletín, la policía, además
de servirle a la clase dominante para proteger sus ganancias, es la
que regula y promueve los negocios más perversos como el tráfico
de drogas, la trata de personas para la explotación sexual, los
secuestros extorsivos, etc.
El ejemplo
de esta semana compromete a 12 comisarías de la Federal y a 90
efectivos (entre ellos, 6 comisarios y 15 subcomisarios).
En base
a una denuncia de la UFASE (unidad fiscal anti secuestros) ante la jueza
federal María Romilda Servini de Cubría, saltó
a la luz un negocio de protección que realizaban dichas comisarías
con unos cuantos prostíbulos.
Por medio
de una sistemática falsificación de las actas policiales
con testigos inhallables (usaban datos de gente que había hecho
trámites en las comisarías para incluirlos en las actas)
esas comisarías porteñas, en vez de controlar la actividad
de los centros nocturnos, ocultaban una red de trata de mujeres.
A partir
de esta denuncia, allanaron más de 40 boliches, cuatro de los
cuales terminaron clausurados. En uno de los locales, encontraron dos
menores de edad, de 16 y 17 años, que eran explotadas sexualmente.
Otros boliches comenzaron a ser investigados por trata de mayores con
fines de explotación sexual, y, en al menos tres lugares, se
encontraron indicios de pagos a policías: algo tan burdo como
billetes agarrados con un clip a un papel en el que estaba anotado el
número telefónico de la seccional.
La misma
perversidad que late en este negocio protegido por la institución
policial, la hallamos en el siguiente caso, que es sólo un ejemplo
entre muchos, de actitudes enfermizas que son llevadas a cabo por oficiales.
En Bariloche,
un cabo de la policía rionegrina que estaba acusado de abusar
sexualmente de una menor en la ciudad de General Roca, intentó
suicidarse mientras estaba siendo perseguido.
El intento
de abuso sexual en el que fue víctima la adolescente ocurrió
el 1º de enero de 2010 en el paraje Guerrico.
También
hay otro oficial involucrado (Rubén Darío Rubio) quien
fue capturado en General Roca.
Bien lejos
de la imagen de integridad y pureza con la que los medios y las instituciones
quieren vestir a la policía, estos casos vuelven a demostrar
la vinculación de la fuerza con los valores más putrefactos
y siniestros de esta sociedad.
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