LENGUA
DESFALLECE POR REYERTA VECINAL |
Producción
periodística de Villa Crespo Digital
7 de abril
del 2011
Un dialecto
indígena está a punto de desaparecer porque sus dos únicos
hablantes no se dirigen la palabra.
SEGOVIA
NO QUIERE DECIR PORQUE NO SE HABLA CON VELÀZQUEZ
VELÀZQUEZ
NO QUIERE DECIR PORQUE NO SE HABLA CON SEGOVIA
Los vecinos
que se matan con la indiferencia –y por añadidura, a la
lengua indígena que ambos dominan son Manuel Segovia, de 75 años,
e Isidro Velázquez, de 69. Este dialecto se origina en el municipio
mexicano de Jalapa de Méndez, en el sureño estado de Tabasco.
Y ambos viven en la pequeña comunidad de Ayapan, a sólo
500 metros uno del otro.
Nadie
sabe cuán profunda es su enemistad ni qué clase de disputa
los alejó, porque prefieren no hablar del tema (al menos, en
español no se han pronunciado sobre la cuestión). Ni siquiera
un grupo de catedráticos de la Universidad de Stanford, que grabó
durante dos años a Segovia para conservar el dialecto, logró
averiguar qué pasó, ni pudo acercarlos para escucharlos
interactuar en su idioma.
El ayapaneco
es una lengua condenada a muerte pese a que las dos personas que lo
dominan son conscientes de que, cuando ellos estén varios metros
bajo tierra, morirá para siempre.
Según
el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), a mediados
del siglo XX todavía quedaban casi 8.000 familias ayapanecas.
Pero desde que se construyó la carretera Villahermosa-Comacalco
comenzó la paulatina extinción de su lengua, a causa de
la migración.
Esto es
nada. El ayapaneco es una de las 364 variantes lingüísticas
que existen en México. Hay 36 variantes de lenguas indígenas
que podrían seguir el mismo camino. Por cierto, ya son 141 las
variantes que han desaparecido.
Caracteres:
1774