29
DE ABRIL
DÍA
DE LA DANZA: LO QUE NO SE SABÍA
|
Producción Periodística por Haydeé Dessal especial
para Villa Crespo Digital
29 de
abril del 2011
Siete
cosas que no sabías sobre la danza
Los
bailarines también entrenan mentalmente
Hace unos años, un equipo de investigadores de la University
College London (UCL), en Reino Unido, descubrió que en nuestro
cerebro existe un “sistema espejo” que responde de forma
diferente cuando vemos a un bailarín hacer una pirueta según
estemos entrenados o no para ejecutar ese movimiento. Las neuronas que
lo forman están “afinadas” para el repertorio de
movimientos propio de cada individuo. Una de las principales conclusiones
del hallazgo, según sus autores, es que atletas y bailarines
podrían continuar entrenando mentalmente cuando sufren una lesión
física.
Los
genes de la danza
Tras analizar el código genético de distintos profesionales
de la danza, en la Universidad Hebrea de Jerusalén han encontrado
diferencias importantes en dos genes: el gen encargado de codificar
el transportador de la serotonina, un neurotransmisor que entre otras
cosas contribuye a la experiencia espiritual, y un receptor de la hormona
arginina-vasopresina, que según estudios recientes modula nuestra
capacidad de comunicación social. “Ambos son genes vinculados
al aspecto emocional del baile” puntualiza Richard Ebstein, coautor
del estudio.
Inteligencia
relacionada con el movimiento corporal
Junto a la inteligencia lingüística, la musical, la lógica/matemática,
la espacial, la intrapersonal, la interpersonal o la espiritual existe
una inteligencia corporal o cenestésica, que puede definirse
como la habilidad para controlar los propios movimientos corporales
y manipular objetos con cierta maña. Este tipo de inteligencia,
según Howard Gardner, es la que está detrás de
la capacidad del bailarín para “ver-y-hacer”, transformando
una imagen visual dinámica o ciertas órdenes sonoras en
una acción física.
Bailar
zamba debería formar parte del entrenamiento de los futbolistas
Un equipo de investigadores japoneses ha llegado a la conclusión
de que bailar zamba, una danza brasileña con raíces africanas,
favorece un control del cuerpo que puede mejorar las habilidades motoras
en actividades tan dispares como tocar un instrumento de percusión
o jugar al fútbol. Según el doctor Tomoyuki Yamamoto y
sus colegas del Insitito Avanzado para la Ciencia y la Tecnología
de Japón, “ejercitar el movimiento de las caderas es esencial
para mejorar la movilidad de otras zonas del cuerpo”, posiblemente
debido a la proximidad de esta zona a nuestro centro de gravedad corporal.
Por eso decidieron probar a entrenar a jugadores de fútbol bailando
zamba. El resultado: una importante mejora del rendimiento deportivo.
Lo próximo, dice Yamamoto, será probar los efectos de
otros bailes en los deportistas.
Nuestros
antepasados también danzaban
Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo de la Universidad de Nuevo
México (EE UU), cree que “música es lo que ocurre
cuando un simio antropoide tropieza y entra en el paraíso evolutivo
de la selección sexual desbocada, de la exhibición acústica
compleja”. El autor cree que cantar y bailar formaban un conjunto
de rasgos indicadores para nuestros antepasados cuando escogían
pareja, especialmente para las hembras. El baile y el canto ponían
de manifiesto la buena forma física, la coordinación,
la fuerza y la salud.
El
baile puede ser terapéutico
Científicos de la Universidad de Missouri (EE UU) han llegado
a la conclusión de que bailar puede ser terapéutico al
alcanzar la tercera edad, ya que mejora considerablemente el equilibrio
y reduce el riesgo de caídas y lesiones.
Existen
coreografías basadas en las matemáticas del caos
En los años noventa una estudiante de ingeniería del popular
Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), Diana S. Dhabi,
decidió utilizar las matemáticas del caos para componer
mùsica a piano. Siguiendo su ejemplo, los científicos
norteamericanos Elizabeth Bradley y Joshua Stuart han creado recientemente
varias secuencias de movimientos basadas en el caos partiendo de piezas
clásicas. Incluso han desarrollado una versión caótica
del popular baile asociado a la canción Macarena. Y todo a través
de un software original desarrollado por ellos mismos, el Chaographer.
El resultado es una danza original y “agradable para la vista”,
aseguran. Además de que “enseñar estos resultados
en clase es una forma muy efectiva de motivar a los estudiantes para
que aprendan más sobre las matemàticas del cuerpo rígido
y el caos”.
Caracteres:
4524