DERECHOS HUMANOS - CORREPI - BOLETÍN INFORMATIVO Nº 623
 
 

 

BOLETÍN INFORMATIVO Nº 623


Por Correpi especial para Villa Crespo Digital

28 de septiembre del 2011

Del 31 de agosto de 2011

CORREPI abraza y acompaña en el dolor a sus compañeros Angélica y Omar Mansilla, padres de “Tato”, asesinado por la policía, que esta semana perdieron a su segundo hijo en un fatal accidente.

1. TORTURAS A LA ORDEN DEL DÍA: SAN JUAN Y ENTRE RÍOS

La represión preventiva, ejercida por la policía sobre los pobres a los fines del control social, implica amedrentamientos constantes, torturas, gatillo fácil. Esta función, ejercida por la policía y coordinada desde el estado para tener bien controladas a las masas pasibles de organización, es claramente una política de estado.

2. GATILLOS Y MEDIOS DE DESINFORMACIÓN RECOMENDAMOS

El 18 de agosto, en Lomas del Millón, un policía federal, de 30 años, atacó a tiros a cuatro hombres, argumentando que quisieron entrar a robar a su casa. El saldo, un muerto, con dos balazos.

3. SE NECESITA CUSTODIA PARA TRAFICAR Y ROBAR.
La cantidad de casos delictivos en los que se encuentra involucrado personal de las distintas fuerzas represivas, muestra efectivamente que garantizar los negocios del narcotráfico, el robo, la trata de personas, etc., es imposible sin la participación directa de gendarmes, policías o prefectos.

4. DEFENDERSE ES "INSTIGAR AL DELITO"

Ya es bien sabido por todos que la supuesta justicia es en realidad la justicia de los poderosos, y defiende sus intereses, hostigando al pueblo trabajador y más aún a quienes se organizan para hacerle frente a este sistema enormemente desigual.

5. CHILE: EL FUTURO CON LOS CABROS, EL PODER CON LOS PACOS

Manuel Gutiérrez, un cabro (pibe de los suburbios santiaguinos) fue muerto por una bala que gatillaron los pacos (carabineros), pero el crimen lo cometió el estado capitalista chileno.


6. JUJUY: A FUERZA DE MOVILIZACIÓN, DOS COMPAÑEROS LIBERADOS RECOMENDAMOS
Agradecemos el aporte de esta nota a la agrupación Jóvenes Kurmi – Jujuy.

Torturas a la orden del día: San Juan y Entre Ríos
La represión preventiva, ejercida por la policía sobre los pobres a los fines del control social, implica amedrentamientos constantes, torturas, gatillo fácil. Esta función, ejercida por la policía y coordinada desde el estado para tener bien controladas a las masas pasibles de organización, es claramente una política de estado.

En el caso de las torturas en cárceles y comisarías, es ésta una práctica constante que recae sobre los pobres, y que, las menos de las veces, llega a hacerse eco en los medios, pero no por eso deja de existir como una constante.

Esta semana, un caso en San Juan ha salido en todos los diarios y noticieros, gracias a la organización del pueblo, que logró hacer escuchar su voz, reclamando y señalando directamente a los responsables, aquellos que son los sicarios del estado, la policía. Miguel Mateo Muñoz, albañil de 24 años, desapareció en su pueblo, Jáchal, provincia de San Juan.

Diez días llevaba desaparecido ya, y su familia apuntó a un policía que en una ocasión lo había molido a golpes hasta dejarlo sangrando, y que constantemente lo perseguía. El pueblo se organizó, haciendo una marcha y yendo a la comisaría, donde expresaron su bronca de clase por el constante sometimiento que ejerce la policía sobre ellos, los pobres. Destruyeron la comisaría y parte de la municipalidad y quemaron la camioneta de un policía porque, dijeron, no hacían esto solo por Muñoz sino también por otros chicos que son constantemente golpeados por la policía.

Casualmente, el cuerpo sin vida de Muñoz fue encontrado al día siguiente, molido a golpes en un canal.

En Entre Ríos, Alexander Gaggión, de 23 años, se encuentra internado en el hospital, con la cara completamente desfigurada y golpes en todo el cuerpo, luego de haber sido detenido por la policía y haber pasado la noche en la comisaría. La policía recién avisó a la familia que el joven se encontraba internado al día siguiente y, cuando el padre del chico quiso averiguar, lo pasearon entre la comisaría 5ª y la 12ª, pasándose la pelota entre ellos, y alegando impunemente el ridículo argumento de que el chico “se autolesionó” en el calabozo, para lograr ser liberado. Tan impunes son, que alegan que cuando lo dejaron en el hospital tenía solamente un corte en el labio y le sangraba la nariz, cuando, según se informó en los medios, tiene cortes en la cara, golpes de puño y patadas en la cabeza, rotura de dientes, hemorragia de nariz y oído y no puede abrir uno de sus ojos.

La impunidad de la policía en materia de torturas y muerte, está completamente garantizada por el estado, mediante los jueces, que se encargan de que estos sicarios que cumplen con sus funciones, nunca paguen el precio de ser los asesinos a sueldo del estado. Y claro, sin ir más lejos, aún aguardamos el juicio al comisario Miguel Ángel Espósito por la detención ilegal de Walter Bulacio (no por su muerte, porque de eso ya lo exculparon) ocurrida hace 20 años.

Pero no nos engañamos. Sabemos que no se puede confiar en la justicia de los ricos y poderosos, y que nuestra respuesta debe ser siempre la organización y la lucha popular.


Gatillos y medios de desinformación
El 18 de agosto, en Lomas del Millón, un policía federal, de 30 años, atacó a tiros a cuatro hombres, argumentando que quisieron entrar a robar a su casa. El saldo, un muerto, con dos balazos.

En Lanús, el 22 del mismo mes, otro federal, que estaba de franco pero portando su arma, mató de otros dos balazos a un joven de 21 años, sosteniendo que iba a asaltar una panadería.

Dos días después, el 24, policías de la comisaría 6ª de Ezpeleta, persiguieron a los tiros a dos chicos que, según los uniformados, "incurrieron en una actitud sospechosa". Mataron a uno, vecino del lugar, de nombre Adrián. Investiga el hecho la misma comisaría en la que trabajan los homicidas.

Indiscutible ejecución el último caso, y típicos ejemplos, los dos primeros, de la eterna racha de raros asaltos, donde el único que dispara y mata es el policía, sin que a los medios les llame la atención.

Pero no nos engañamos. Sabemos que no se puede confiar en la justicia de los ricos y poderosos, y que nuestra respuesta debe ser siempre la organización y la lucha popular.

Se necesita custodia para traficar y robar.
La cantidad de casos delictivos en los que se encuentra involucrado personal de las distintas fuerzas represivas, muestra efectivamente que garantizar los negocios del narcotráfico, el robo, la trata de personas, etc., es imposible sin la participación directa de gendarmes, policías o prefectos.

En la provincia de Salta, un juez federal dictó una orden de captura internacional para un narco- empresario uruguayo.

El mega empresario se encuentra prófugo. Pero los que sí cayeron fueron dos gendarmes, pertenecientes a la banda, quienes evidentemente no habían arreglado con el control, trasladando en un vehículo utilitario 966 kilos de cocaína.

En Jujuy, detuvieron a un empresario dedicado al robo de automotores que operaba en conjunto con un gendarme retirado; en Jujuy a otro gendarme y en Corrientes a una policía, hermana de uno de los dos gendarmes que trasladaba los 966 kilos de cocaína. Todos ellos pertenecían a la banda del “uruguayo”.

Y la desprolijidad delictual llega a tal punto que hasta los ricos y empresarios en sus lujosos countries tienen que ingeniárselas para no ser traicionados por sus mismos perros guardianes. Ahora contratan empresas de seguimiento satelital para tener control en tiempo real de la acción y ubicación del personal de seguridad… parece que poca confianza inspiran incluso a sus mismos patrones.

Estas son las fuerzas de “seguridad” con las que el gobierno custodia de punta a punta el país, las mismas que ahora merodean por las calles de la ciudad de Buenos Aires y que son parte de la campaña electoral por “más seguridad”.

Son con los que nos quieren hacer creer que estamos más seguros, que nos están cuidando.

Pero no caben dudas. Son los que garantizan los más sucios negocios, contando con la máxima impunidad.

Defenderse es "instigar al delito"
Ya es bien sabido por todos que la supuesta justicia es en realidad la justicia de los poderosos, y defiende sus intereses, hostigando al pueblo trabajador y más aún a quienes se organizan para hacerle frente a este sistema enormemente desigual.

La semana pasada, sin embargo, un hecho no dejó de indignarnos, Félix Díaz, dirigente QOM, fue imputado por “instigación al delito”.

Los compañero Qom, luego de ser violentamente desalojados de sus tierras, desalojo que le costó la vida a dos de ellos, y luego de cinco meses de acampe sobre la 9 de Julio, (desalojado por La Cámpora), habían sido imputados por el corte de ruta. Ahora, además, se acusa a Félix Díaz de haber instigado un asesinato, en referencia a Eber Falcón, policía muerto en los disturbios.

Nosotros sabemos que es una clara persecución política, así como una forma de meter miedo al resto de las comunidades y grupos que, siguiendo el ejemplo de los hermanos Qom, deciden resistir a los desalojos.

Esta semana, también fueron procesados ocho de los puesteros que habían sido desalojados en Liniers en junio del año pasado.

La razón que encontró la “justicia” fue la supuesta “agresión y resistencia a la autoridad” por parte de los puesteros; recordemos que ellos se había defendido de los ataques de la policía Metropolitana. Pero de la violencia del estado no se habla, y los policías que reprimieron a los trabajadores fueron sobreseídos, esto es, sus causas fueron cerradas. Ingenuo sería esperar que se encarcelara a los policías por hacer lo que están mandados a hacer, defender los intereses de los poderosos a costa de la sangre del pueblo.

Chile: el futuro con los cabros, el poder con los pacos
Manuel Gutiérrez, un cabro (pibe de los suburbios santiaguinos) fue muerto por una bala que gatillaron los pacos (carabineros), pero el crimen lo cometió el estado capitalista chileno.
El estado capitalista, más acá o más allá de la cordillera andina, encuentra en el consenso su principal modo de legitimación, y en la violencia su principal modo de imposición política.
La particularidad chilena radica en el alto grado de disciplinamiento social que impuso la dictadura pinochetista donde el uso de la violencia estatal logró un consenso inusitado en gran parte de la población. Pero -y aquí caen las pretendidas diferencias que algún iluso pueda hallar en la democracia- también continuó con la alternancia representativa, en la que la sonrisa del chacal Piñera cobra una patética relevancia.

Con excepción del combativo movimiento estudiantil, las expresiones de la resistencia originaria y la acción directa de grupos libertarios, el estado de movilización del pueblo chileno en general era bastante débil. En la militarización de sus ciudades, como continuidad histórica represiva de la dictadura, se halla una explicación.

Porque el "país modelo", el del mercado y el crecimiento, el del boom del consumo, la prolija representación política y la gestión empresarial de la cosa pública, no puede explicar, si no es con la saturación militar de sus calles, que sobre 17 millones de habitantes, 4 millones sean pobres y más de un millón indigentes.

En la militarización de la sociedad chilena, en su marcial y regimentado modo de acallar la protesta, se explica el por qué de la sorpresa que algunos se llevaron frente al primer muerto de la protesta social.

No es que no debía ocurrir el asesinato del pibe -piensan- es que no debió ocurrir la protesta.

Porque no ha de ponerse en tela de juicio el éxito del modelo, porque no hay que permitir que estos cabros desnuden al capitalismo y adviertan que sólo la alienación puede sostener los logros del "milagro chileno".

Frente a la protesta y a la incontenible marea popular que encabezaron los estudiantes, la institucionalidad reaccionó del modo habitual: matando.

Consenso y violencia retroalimentan todas las políticas de estados cuyas sociedades se hallan divididas en clase. No era Chile una excepción, con los cabros mirando al futuro y los poderosos electrificando su parcela de mierda y custodiados por los pacos.
Con la heroica y generalizada lucha estudiantil , la protesta es como un rescoldo en la montaña de cenizas: soplando sin desfallecer, sin bajar los brazos, por la educación ahora y mañana por otra sociedad, es probable que más temprano que tarde vuelva a arder el fuego de su mejor historia.


Jujuy: a fuerza de movilización, dos compañeros liberados
(Agradecemos el aporte de esta nota a la agrupación Jóvenes Kurmi - Jujuy)
El 11 de junio por la madrugada, Rodrigo Cajal (18) y Samuel Guzmán (16) se conocieron en el calabozo de la Comisaría 33, luego de ser detenidos en las cercanías de un boliche bailable cuando regresaban a sus casas en la zona de Alto Comedero, en la capital de Jujuy. Durante más de dos meses estuvieron presos porque, como lo hemos denunciado en cada una de nuestras movilizaciones, la policía los capturó y les inventó una causa.
En las indagaciones realizadas por el Juzgado de Menores, se demostró la persecución de la policía, la Justicia y los sectores vinculados al poder político de la provincia hacia los pibes pobres de los barrios. Varios afirman que a Rodrigo le habrían plantado pruebas para acusarlo de la agresión que sufrió el hermano de una oficial, que participó de las detenciones hechas esa noche, y que también es denunciante. El testigo tampoco reconoció a Rodrigo y Samuel como agresores del hermano de la policía, quien tiene como abogado querellante a Cristian Molina, procesado por intento de homicidio y enriquecimiento ilícito en la defraudación a los trabajadores del Tesorero de la Cooperativa del Salvador.
Por este medio, queremos agradecer a todas aquellas que de una y otra manera se han solidarizado en la lucha por la liberación de nuestro compañero Rodrigo y de Samuel, un joven que, sin conocerlo, hemos defendido desde el primer momento, porque entendemos que, al igual que muchos changos de nuestro país, son detenidos ilegalmente por el solo hecho de ser joven, humilde y de un barrio pobre, características que para la policía provincial son suficientes para detener, golpear, perseguir y armar causas que prosperan en los Juzgados para “criminalizar a la juventud”.
Sin dudas, lo que les ha tocado vivir durante estos dos meses a Rodrigo y Samuel nos ha fortalecido. Los KURMI no podemos mirar para otro lado cuando tocan a uno de los nuestros. Obligadamente tuvimos que salir a reclamar contra estas injusticias que muestran cómo actúa la policía y la justicia contra los pibes de los barrios humildes de Jujuy y protegen a los “poderosos de papel”. Agrupación Jóvenes Kurmi, Jujuy.

FUENTE: CORREPI

Caracteres: 14.597

20 Diciembre, 2016 14:32

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