BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 624
|
Por Correpi especial para Villa Crespo Digital
28 de
septiembre del 2011
Del 5
de septiembre de 2011
Sumario:
Inseguridad,
es la policía en la calle
...por más que los medios de desinformación oficial y
opositores traten de no difundir tanto, nos enteramos varias noticias
sobre la criminalidad policial. Una, en particular nos trajo recuerdos...
"reapareció" un viejo conocido...
2. Represión y presos en marcha a la embajada de Chile
Seis fueron
los detenidos luego de la represión a la manifestación
realizada el pasado jueves frente a la embajada de Chile. El estado,
cualquiera fuere, y su manía de reprimir y criminalizar a los
que luchan...
Más
gatillo fácil, más control social
Como todas las semanas, el número de casos de gatillo fácil
aumenta a ritmo constante...
Con
la ley en la mano
Cuando la violencia directa no le alcanza, el estado recurre a su otra
herramienta, la ley, que aparece para transformar en delito conductas
que ponen en evidencia al sistema dominante...
Tercerización
de la represión: otra vezla UOCRA
El 30 de agosto, al mediodía, una patota de Gerardo Martínez,
secretario general de la UOCRA, atacó a Víctor Amarilla,
militante del Sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Construcción
y Afines (SITRAIC)...
Inglaterra:
los niños primero... a la cárcel
...el gobierno inglés condenó a un pibe de 11 años
porque habría sido sorprendido por un policía, llevándose
un tacho de basura, en medio del caos de un saqueo a un almacén...
Inseguridad,
es la policía en la calle
Esta semana, y por más que los medios de desinformación
oficiales y opositores traten de no difundir tanto, nos enteramos varias
noticias sobre la criminalidad policial. Una, en particular nos trajo
recuerdos... "reapareció" un viejo conocido.
La primera,
es sobre una banda neonazi que actuaba en Córdoba y en Buenos
Aires, que buscaba “lavar” la cabeza a los jóvenes
y cooptarlos para la xenofobia. Desde su página de internet,
los “Hijos del Sol Hermandad de Caballeros Alba Thule” promocionaban
una “biblioteca aria” con textos de Adolfo Hitler, Martín
Bormann y Joseph Goebbels. En los allanamientos realizados en Córdoba,
Buenos Aires e Ituzaingó, se encontraron videos con imágenes
nazis, cruces esvásticas, libros antisemitas, armas de guerra,
explosivos caseros, manoplas y cachiporras. Y como en algo así
no puede faltar el botón, uno de sus miembros es un policía
de la Metropolitana.
El policía
está prófugo, aunque, en este caso, no se ha sabido que
a ningún juez o fiscal se le ocurriera la peregrina idea de acusarlo
por “prepotencia ideológica”... lo suyo, apenas si
es una violación a la ley antidiscriminatoria.
En Chubut,
mientras tanto, detuvieron a cuatro personas que intentaban forzar un
cajero automático. Después, resultó que eran dos
personas... y dos policías. Al poco tiempo, detuvieron a otro
policía más, y se investiga si se trata de la misma banda
que viene robando cajeros en la zona. Es evidente que tantas cámaras
y tecnología para prevenir el delito no son muy efectivas, ya
que los detuvieron en flagrancia, es decir, en el acto, por otro policía
que evidentemente no sabía que se trataba de sus compañeros.
Para el
final, la frutilla del postre, el ejemplo claro de interrelación
de las distintas fuerzas y la justicia con el crimen. Se informó
que desbarataron una banda de secuestradores, integrada, cuándo
no, por una policía federal y un ex bonaerense, Carlos Leiva.
Este último fue uno de los policías que estuvo, de civil,
en el puente Pueyrredón cuando murieron nuestros compañeros
Kosteki y Santillán, escopeta 12/70 en mano y disparando a mansalva.
En aquel momento fue reconocido por los represaliados, y se profugó.
Varios vecinos denunciaron que se lo veía entrar y salir de la
comisaría y que andaba por el barrio sin esconderse. Él
mismo se entregó 14 meses después, seguramente porque
le aseguraron una “condenita” por tentativa de homicidio,
que finalmente le dieron, y hasta le permitieron la prisión domiciliaria.
Años
después, y ya en libertad, volvió a caer por portación
de armas de guerra y robo de automotor, y, de nuevo, se profugó.
Ahora, lo detuvieron por formar parte de una banda de secuestradores
que opera desde 2002, de la que, además, participaban su hijo
adolescente, y su hermana, oficial de la comisaría 29ª de
la PFA.
Tres
ejemplos de que la inseguridad, es la policía en la calle
Represión
y presos en la marcha a la embajada de Chile
Estudiantes y diferentes organizaciones de izquierda vienen manifestando
su repudio a la represión que están sufriendo los estudiantes
y trabajadores chilenos hace ya varios meses (ver Boletines nº
617, 619 y 623). Apoyando esta lucha, y repudiando la salvaje represión
y las muertes por ella causada, Manuel Gutiérrez, de 14 años,
y Mario Parraguez Pinto, de 18, el primer día del mes de los
estudiantes se realizó otra manifestación frente a la
embajada chilena, en la Ciudad de Buenos Aires.
Alrededor
de las 20:00, luego de un forcejeo con infantería, dos camiones
hidrantes avanzaron contra la columna de alrededor de 200 personas.
El saldo de la represión fue de seis detenidos: tres militantes
del PTS, dos del PRML y un fotógrafo de la Red de Medios Alternativos.
Inmediatamente, en la puerta de la comisaría 53ª, muchas
organizaciones exigieron la liberación de los detenidos, movilización
que mantuvo cortada la avenida Las Heras hasta la madrugada, mientras
compañeros de CORREPI y el CeProDH activaban los trámites
para lograr la soltura.
Para desalentar
la movilización, los compañeros fueron trasladados a la
División Investigaciones, en Gral. Paz y Madariaga, desde donde
salieron en libertad ya entrada la mañana del viernes 2, todos
con una imputación por atentado y resistencia a la autoridad
y daño, que, por involucrar una embajada, tramita ante el juzgado
federal nº 10.
La persecución
a luchadores y militantes sociales y políticos que contribuyen
a la lucha organizada del pueblo, es una constante para cualquier gobierno
que administre una sociedad con ricos y pobres, como lo vemos en Europa,
en Medio Oriente, en Chile, en nuestro país. La respuesta por
parte del estado es siempre la misma: REPRESIÓN. Represión
selectiva que se dirige a quienes, organizados, luchan. Criminalización
de la protesta social y política, una forma más de este
tipo de represión, mediante la cual nos tiran por la cabeza la
batería de herramientas legales con las que cuentan para garantizarla
y hacerla efectiva.
Más
gatillo fácil, más control social
Como todas las semanas, el número de casos de gatillo fácil
aumenta a ritmo constante.El domingo 28 de agosto, en Gregorio de Laferrère,
un policía que trabajaba como patovica en un boliche, le pegó
un tiro en la nuca a un pibe de 22 años. A raíz de una
pelea entre dos grupos de chicos, Osvaldo Aquino, el suboficial que
prestaba servicios en el Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de La Matanza,
comenzó a perseguir a uno de los dos grupos. Luego de unos metros,
apuntó su 9mm reglamentaria (a la que le había agregado
una mira láser) y realizó varios disparos. Una de las
balas fue directo a la nuca de Ángel Rojas, quien tuvo que ser
internado en gravísimo estado, y está en coma farmacológico,
en el Hospital Castex, de San Martín.
El policía,
que al momento del incidente estaba de civil, y gozando de sus vacaciones,
quedó detenido, acusado de "tentativa de homicidio calificado"
y fue desafectado de la fuerza.
Este caso
se suma a los de Manuel Pereyra (20), muerto en Morón luego de
ser perseguido por la policía de San Isidro (quienes dijeron
que se suicidó); y al de otro pibe de 16 años, quien en
la localidad de en La Plata recibió un disparo por parte de un
gendarme de apellido Rodríguez, porque, según él,
“quería robar una camioneta”.
Así
el estado amedrenta a los pibes de nuestra clase, a tiro limpio. El
gatillo fácil se sigue cobrando hoy en nuestro país, a
un pibe por día.
Con
la ley en la mano
Cuando la violencia directa no le alcanza, el estado recurre a su otra
herramienta, la ley, que aparece para transformar en delito conductas
que ponen en evidencia al sistema dominante. Pocas cosas ponen al desnudo
tan claramente lo injusto que es este sistema capitalista como ver familias
enteras sin techo acampando sobre las veredas de la reluciente ciudad
capital.
Esto de
ver pobres estorbando el paisaje citadino es algo que siempre molesta
a todos los gobiernos, y molesta al PRO, que, en su afán de “liberar
el espacio publico” primero usó la UCEP, esa fuerza de
choque compuesta por ex policías y barrabravas que, por la fuerza,
desalojaba a los que dormían en la calle. Ahora, creada ya la
policía Metropolitana, la ex UCEP se disfraza de ayuda humanitaria
“invitando” por favorcito corazón a los sin techo
y a aquellos que acampen en una avenida a retirarse. Eso si, los efectivos
de la policía Metropolitana actuarán como apoyo y custodia
de los “operadores sociales” del gobierno en caso de que
los “invitados” se nieguen.
“Como
sucede en todas las ciudades del mundo, dormir en la calle es un tema
grave que nos preocupa y queremos dar una solución. Va a ser
una de las prioridades del Gobierno para los próximos meses”
dicen los legisladores del PRO. “La idea es proteger a los que
duermen en la calle y llevarlos a nuestros refugios para que el Estado
esté presente”, mienten.
Un datito
más: Fabián Rodríguez Simón, ex jefe de
gabinete del ministerio de Espacio Público, y ex jefe de la UCEP,
es quien hoy trabaja como asesor legal junto a Rodríguez Larreta
y Diego Santilli para dar forma a esta nueva herramienta “legal”
para esconder a los pobres de la vista de los ricos, y para desbaratar
más rápido cualquier protesta social que incluya un acampe
por tiempo indeterminado en una avenida, por ejemplo.
El estado
avanza en sus medidas represivas, en silencio y amparado en el consenso
de los que prefieren mirar para otro lado, siempre y cuando no les toque
a ellos. Así es el capitalismo
Tercerización
de la represión: otra vez la UOCRA
El 30 de agosto, al mediodía, una patota de Gerardo Martínez,
secretario general de la UOCRA, atacó a Víctor Amarilla,
militante del Sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Construcción
y Afines (SITRAIC).
El SITRAIC,
con el apoyo de muchas organizaciones, entre ellas CORREPI, denunció
al titular de la UOCRA por su participación como personal civil
de inteligencia en el Batallón 601, durante la dictadura, y Amarilla,
además de querellante en esa causa, es testigo en la investigación
por el asesinato de Mariano Ferreyra.
Amarilla
fue golpeado en la entrada de la obra de Colombres 129, de Lomas de
Zamora, adonde había concurrido para conversar con los trabajadores,
algunos de los cuales son delegados electos del SITRAIC. Luego de anunciarse
con la policía que custodiaba el predio, salió un burócrata
de apellido Cardozo, seguido por unos 30 matones, que agredieron impunemente
a Amarilla, golpeándolo en la cara y en la cabeza, a la vista
de los policías que dejaron hacer.
La UOCRA
funciona como parte del aparato represivo para-estatal destinado a disciplinar
a los trabajadores, no sólo de la construcción, sino también
de otras actividades. En febrero de este año, la patota agredió
a trabajadores movilizados a las puertas de la obra de un Carrefour
en Lomas de Zamora (ver Boletín nº 595).
Los medios,
cuando difunden estos ataques, los disimulan anunciándolos como
“enfrentamiento entre trabajadores”, cuando se trata de
hechos represivos tercerizados por el estado en la patota de la burocracia
sindical, lo que cumple, además, una función ideológica,
al hacer uso de la ilegalidad mientras el estado burgués que
las defiende y organiza parece permanecer en la legalidad.
El uso
de grupos de choque o patotas por parte del estado y las patronales,
es tradición vieja en nuestro país. Bajo el gobierno kirchnerista,
lo novedoso es que ya no actúan como meros complementos del aparato
represivo oficial, sino que, en muchas oportunidades, directamente lo
reemplazan, como lo vimos el 20 de octubre de 2010 con el asesinato
de Mariano Ferreyra, y, en el caso concreto de la UOCRA, en tantísimos
ataques de su patota contra los trabajadores del SITRAIC, los vecinos
de la Asamblea de Esquel No a la Mina, los trabajadores del sindicato
de Comercio de Santa Cruz, contra el delegado de Dezacor en Atucha,
Zárate, etc.
En cambio,
si los trabajadores deciden organizarse independientemente y logran
levantarse contra la burocracia, allí estará el estado
para criminalizar la protesta social. Es lo que ocurre con Carlos Olivera,
militante del SITRAIC, que está preso, imputado de homicidio
en grado de tentativa, por intentar defenderse de un ataque de la patota.
El funcionamiento
de este mecanismo represivo lo explicó con una gran claridad
el general Perón en la Bolsa de Comercio, en 1944, cuando garantizaba
que sus buenos muchachos disciplinados podían garantizar que
los trabajadores actuaran de determinada manera. Era el seguro que daba
la organización de las masas. Y si con eso no alcanzaba, aclaraba
que, como reaseguro, estaba el estado para que “por la fuerza
ponga las cosas en su quicio y no permitan que salgan de su curso”.
Inglaterra:
los niños primero... a la cárcel
Como es sabido, el mes pasado el pueblo inglés fue protagonista
de una gran protesta en distintas ciudades de Inglaterra, que fue reprimida
por la policía, dejando un saldo de cinco muertos, cientos de
heridos y 3.000 detenidos, con 1.500 procesados. Pero el gobierno inglés
no descansó con eso, y ahora sentenció a un pibe de 11
años a 18 meses de rehabilitación juvenil, porque habría
sido sorprendido por un policía, en medio del caos de un saqueo
a un almacén, llevándose un tacho de basura, durante esos
días.
El juez
John Woollard, de la corte de magistrados de Havering (noreste de Londres),
dijo: “si fuera un poco más mayor acabaría en prisión”;
lo cual no sólo no extraña, sino que remite a algo más
cercano: la permanente intención del gobierno argentino de bajar
la edad de imputabilidad.
Criminalizando
al pueblo, a su protesta, a su cuestionamiento al poder estatal, es
cómo logran que jóvenes adolescentes y preadolescentes
sean considerados “delincuentes”, cuando lo que hacen es
exigir las condiciones indispensables de vida, y cuando es el mismo
estado (a cargo de cualquier gobierno) el que los persigue y los demoniza,
logrando que buena parte de la sociedad piense que deben estar entre
las rejas.
Acá,
en Europa, en todo el mundo: disciplinar, controlar, y cuando el pueblo
empieza a organizarse, reprimir. Eso es lo que hace la parte rica de
la sociedad con los que salimos a la calle a exigir la dignidad que
nos corresponde, y a demostrar que no le tenemos ni un poco de miedo
a las instituciones que ellos crean y nos imponen, y que no vemos a
la represión como un impedimento para concientizarnos de esta
injusta realidad.
FUENTE:
CORREPI
Caracteres:
14.810