BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 629
|
Por Correpi especial para Villa Crespo Digital
18 de
octubre del 2011
Del 11
de octubre del 2011
1.
Otro ataque a los trabajadores de la Línea 60.
…Hace
unas pocas semanas, le incendiaron el auto al delegado Néstor
Marcolín. Esta vez, le tocó al delegado Daniel Farella…
2.
Más tercerización de la represión.
…
una de las estrategias del gobierno nacional para reprimir las protestas
de los trabajadores que reclaman, es el uso de patotas sindicales o
similares como fuerza de choque contra los trabajadores…
3.
La justicia encierra, la cárcel enajena.
…“la
Justicia” es parte del aparato represivo y, como tal, defiende
a los que más tienen y encarcela a los pibes pobres…
4.
La “justicia”, también contra los trabajadores organizados.
…Esta
vez, la excusa del estado para perseguir a los trabajadores del ferrocarril
fue culparlos por la quema de trenes, ocurrida el 2 de mayo, en las
estaciones de Haedo, Castelar y Ciudadela…
5.
Causa del rectorado de la UBA: “piadosos” vs. “injustos”.
…En
mayo de 2008, diez dirigentes de la Federación Universitaria
de Buenos Aires (FUBA) fueron encausados luego de la movilización
a la sede del rectorado donde se decidía el futuro del CBC de
Merlo…
6.
Encuentro Nacional Antirrepresivo.
…Vinieron
de Misiones y de Comodoro Rivadavia; de Olavarría y de Rafaela;
de Jujuy, Córdoba, Santa Fe, Mar del Plata, Rosario, Mendoza,
El Bolsón…
25 de
noviembre, en Plaza de Mayo:
PRESENTACIÓN
del ARCHIVO DE CASOS DE PERSONAS ASESINADAS POR EL APARATO REPRESIVO
ESTATAL 2011.
Otro ataque a los trabajadores de la Línea 60
A medida
que profundizan su lucha por mejores condiciones laborales, los choferes
de la línea 60 vienen sufriendo ataques por parte de la patota
que defiende los intereses de la empresa Monsa.
Hace unas
pocas semanas, le incendiaron el auto al delegado Néstor Marcolín.
Esta vez, le tocó al delegado Daniel Farella. Cinco individuos
armados irrumpieron en su casa la madrugada del viernes, suponiendo
que lo encontrarían, pero él no estaba. Rompieron todo,
y agredieron a su nieta de 15 años, a la que ataron y golpearon,
mientras le mostraban la foto de la libreta de trabajo de su abuelo
y amenazaban con matarlo si continúan los reclamos laborales.
Por la
tarde, los trabajadores de la línea realizaron un paro por cinco
horas, en repudio al accionar de las patotas, y convocaron a una reunión
conjunta con otros sectores de trabajadores, estudiantes, partidos y
organizaciones de derechos humanos para organizar la lucha contra la
represión tercerizada.
Como dijéramos
hace dos semanas: Más temprano que tarde, todo reclamo, todo
conflicto, cada lucha, choca con la ineludible represión, respuesta
inmediata que articulan, de conjunto, los enemigos históricos
de la clase obrera. Enfrentar organizadamente la represión, venga
del aparato represivo oficial, con uniformes, o del oficioso, con las
patotas de la burocracia sindical, es una tarea imprescindible en el
camino de la defensa de los intereses de los trabajadores.
Más
tercerización de la represión
Como viene
sucediendo de forma cada vez más frecuente, una de las estrategias
del gobierno nacional para reprimir las protestas de los trabajadores
que reclaman, es el uso de patotas sindicales o similares como fuerza
de choque contra los trabajadores.
Esta semana,
la ya célebre patota de la UOCRA volvió a atacar a trabajadores
en Santa Cruz. Trabajadores de la empresa Eclesur SA reclamaban por
la mala liquidación de sus salarios en el paraje Río Bote,
cercano a Río Gallegos. Entre 40 y 50 patoteros de la UOCRA llegaron
con piedras y palos a atacar a los trabajadores. Siete de ellos resultaron
heridos y tuvieron que ser hospitalizados, dos en grave estado, con
traumatismos de cráneo. Tras el ataque, los trabajadores echaron
a José Vidal, jefe de la UOCRA-El Calafate, quien se acercó
luego de ocurridos los hechos. Además, trabajadores desocupados
se solidarizaron y realizaron una protesta en la sede sindical.
Como sucedió
en abril de este año, cuando la patota de la UOCRA atacó
a los docentes en Santa Cruz, nuevamente el gobernador kirchnerista
Daniel Peralta utiliza sus alianzas con la burocracia sindical para
reprimir a los trabajadores que luchan con el menor costo político
posible.
En Formosa,
el intendente de Ingeniero Juárez, Cristino Mendoza, mandó
a una patota encapuchada a la casa del locutor Wichí de Radio
Identidad, Fernando Albornoz, a amedrentarlo al grito de “salí
indio de mierda que nos manda el intendente a hablar con vos”.
No sólo fueron a la vivienda del locutor, sino que también
apedrearon la radio donde trabaja. Albornoz lleva adelante constantes
denuncias contra las prácticas mafiosas del intendente Mendoza,
quien responde a Gildo Insfrán, gobernador de Formosa, alineado
con el gobierno kirchnerista.
Son constantes
los aprietes que recibe la comunidad para la entrega de documentos para
las elecciones, o los ataques frente a las denuncias que realizan por
los manejos de los recursos destinados a la comunidad por parte de funcionarios
del gobierno, a tal punto que el intendente amenazó de muerte
a Agustín Santillán, referente de la Comunidad Wichí
Barrio Obrero, y mantiene con constantes amenazas de desalojos y hostigamiento
a los representantes de las familias del Barrio 13 de Agosto.
A lo largo
y ancho del país, la tercerización de la represión
va siendo una práctica cada vez más utilizada por el kirchnerismo
y sus aliados, para reprimir la protesta social y llevar adelante su
política antiobrera. En épocas electorales, esta práctica
le viene como anillo al dedo para disminuir el costo político
de la represión y favorecer su legitimación a través
del consenso.
La
justicia encierra, la cárcel enajena
Políticos,
jueces y muchos ciudadanos hablan de que hay que confiar en “la
Justicia” (el poder judicial). Sin embargo “la Justicia”
es parte del aparato represivo y, como tal, defiende a los que más
tienen y encarcela a los pibes pobres en esos calderos que son las Unidades
Penitenciarias. Leandro Martín Roig, oriundo de Villa Trujuy,
un barrio del partido bonaerense de Moreno, estuvo casi 3 años
preso por un crimen que no cometió. El fiscal tardó 33
meses en darse cuenta que Leandro era ajeno al asesinato de Santiago
Alfonso, ocurrido en 2009.
Mientras
tanto, cada vez que un policía mata algún pibe de barrio
continúa libre por lo menos hasta el juicio. Esa es “la
Justicia” en la que quieren que confiemos: la que deja libre a
su asesino policía y encarcela pibes pobres.
Una vez
presos, la maquinaria carcelaria los condiciona a vivir hacinados, en
paupérrimas condiciones de salud y alimentación, en las
que el servicio penitenciario los obliga a robar o a que vendan droga
para ellos, lo que genera un grado de violencia feroz dentro de los
penales. Víctima de ello fue Samuel Emanuel Cardozo, un joven
de 28 años que fue herido de un puntazo en una pelea entre encarcelados
de la Alcaldía de Jefatura de Rosario y se encontraba “estado
reservado” al cerrar el boletín. Su situación es
responsabilidad del estado.
Hay en
algunas situaciones en que los muchachos encarcelados comienzan a intentar
organizarse para cambiar su situación dentro de las cárceles.
Ya sea estudiando, creando un centro cultural o simplemente para no
dejarse flagelar (aún más) por los penitenciarios. Y ahí
también se los continúa reprimiendo y se los hacer padecer.
Tal como
pasó a fines de agosto en la Unidad Nº 1 de Coronda, cuando,
a raíz de la presentación del libro “Cárceles
de Mala Muerte”, los asistentes fueron mantenidos desnudos en
los pasillos mientras los agentes los insultaban, verdugueaban y robaban.
También,
hace unos días, circuló la noticia de que los presos del
Centro Universitario del Penal de Devoto, quienes a fines del año
pasado estuvieron casi dos meses en huelga de hambre porque el SPF obstaculizaba
su funcionamiento, se resisten a que trasladen a ese pabellón
a un grupo de detenidos que cometieron crímenes de estado en
los ‘70.
En la
tarde del 29 de septiembre, en el penal Nº 1 de Corrientes, se
produjo “un incidente” entre un preso y algunos penitenciarios,
quienes lo apalearon en el patio. Sus compañeros de pabellón
se solidarizaron e intentaron defenderlo. Ahí fue cuando intervinieron
las fuerzas especiales antimotines, la infantería, el cuerpo
de bomberos y el PAR (Policía de Alto Riesgo), quienes reprimieron
con escopetas y balas de goma dejando varias personas heridas.
Todos
estos hechos demuestran que dentro de este sistema capitalista, no hay
reforma institucional posible ni para la justicia, ni para las cárceles,
ni para la policía. La única salida, hoy como siempre,
sigue siendo la organización y la lucha.
La
“justicia”, también contra los trabajadores organizados
El viernes
30 de septiembre a la mañana, cuando el delegado de la lista
Bordó del ferrocarril Sarmiento, Rubén “Pollo”
Sobrero, salía de su casa con su hija, fue detenido por policías
de civil y encarcelado. Simultáneamente, otros cinco trabajadores,
todos ellos opositores a la burocracia sindical que responde directamente
al gobierno, también fueron detenidos. Rápidamente, sus
compañeros se movilizaron exigiendo su libertad.
Esta vez,
la excusa del estado para perseguir a los trabajadores del ferrocarril
fue culparlos por la quema de trenes, ocurrida el 2 de mayo, en las
estaciones de Haedo, Castelar y Ciudadela. A los trabajadores, quienes
denuncian constantemente las pésimas condiciones en las que trabajan
y se presta el servicio, mientras los empresarios de TBA se llenan los
bolsillos con los subsidios del estado, se los quiere culpar de quemar
su fuente de trabajo, armándoles una causa judicial bajo las
acusaciones de estrago doloso y asociación ilícita.
El juez
federal Yalj, quien es funcionario judicial desde la dictadura, los
mandó detener apoyándose en “pruebas” que
proporcionó la policía, repentinamente, a fines de septiembre,
luego de casi cinco meses de la quema de trenes. Por su parte, el gobierno
kirchnerista se ocupó de dejar bien en claro que avalaba y aplaudía
esta nueva muestra de persecución sindical, diciendo por boca
de su vocero oficial, Aníbal Fernández, que el juez “tenía
pruebas suficientes para detener a los trabajadores”.
La movilización
de los trabajadores dio como resultado que el lunes los compañeros
fueran excarcelados. Tan (mal) armada estaba la causa, que el mismo
juez tuvo que salir a reconocer que no tenía pruebas suficientes
contra ninguno, además de quejarse de las “infelices tareas
de inteligencia” que le “contaminaron la investigación”,
por lo que apartó a la policía federal de la investigación,
cambiándola por la Secretaria de Inteligencia (antes SIDE).
La persecución
que sufren los trabajadores ferroviarios no es un caso aislado. Se enmarca
en la política estatal de represión selectiva y criminalización
de la protesta, que lleva adelante y profundiza cada vez más
el gobierno kirchnerista, que se llama a sí mismo “popular”
y “de los DDHH”, dejando bien claro que es capaz de armar
fácilmente causas judiciales contra quienes no compran la farsa
progre del gobierno que tiene más luchadores obreros y populares
con causas penales y presos políticos desde 1983 hasta hoy, además
de ser el gobiernos con más casos de gatillo fácil y que
cuenta dieciséis compañeros asesinados en manifestaciones.
Causa
del rectorado de la UBA: “piadosos” vs. “injustos”
En mayo
de 2008, diez dirigentes de la Federación Universitaria de Buenos
Aires (FUBA) fueron encausados luego de la movilización a la
sede del rectorado donde se decidía el futuro del CBC de Merlo,
y ponía en riesgo la posibilidad de estudiar de los jóvenes
de la zona. La causa en su contra, que recién quedó cerrada
esta semana, muestra de qué manera opera la justicia cuando trabajadores
o estudiantes luchan por sus derechos.
El juez
federal que los procesó por graves delitos, como secuestro extorsivo,
es Octavio Aráoz de Lamadrid, quien, luego de dejar su cargo
se dedicó a la actividad profesional privada. A fines del año
pasado, en la causa por el crimen de Mariano Ferreyra, se presentó
como defensor de uno de los integrantes de la patota de la UF, y es
quien se encuentra involucrado en el intento de coimear a los jueces
de la cámara de Casación para comprar la libertad de los
asesinos.
En diciembre
de 2008, a fuerza de movilización y denuncia pública,
la cámara federal tuvo que retroceder sobre los pasos del juez.
Luego de la audiencia en la que se agolparon numerosos representantes
de organizaciones políticas, sociales, de trabajadores y de DDHH
apoyando a los compañeros, mientras en la calle tronaban bombos
y consignas, todos los estudiantes fueron sobreseídos. Los jueces
de cámara debieron reconocer que ninguna de las conductas que
se les reprochaba constituía un delito.
El fiscal
federal Germán Moldes no se resignó, y recurrió
a la cámara de Casación, argumentando que, si bien no
podía probar un secuestro extorsivo, sí había otros
delitos, como daño calificado, privación ilegal de la
libertad, perturbación del derecho de reunión y extorsión.
Fueron
necesarios dos años y medio para que, hace escasos días,
finalmente la cámara de Casación resolviera que tampoco
se puede acusar a los compañeros de semejante raid delictivo,
y confirmó los sobreseimientos.
Sin embargo,
vale mencionar un par de “textuales” del juez Mariano González
Palazzo (viejo conocido de CORREPI, por su larga intervención
como camarista criminal en la sala VI, en la causa Bulacio), que votó
en disidencia. Dijo Su Señoría, por ejemplo: “Cubrir,
ocultar o proteger los excesos que lastiman los derechos de los demás
bajo la excusa de privilegiar la libertad, puede conducir a desnaturalizar,
desfigurar o, por fin, destruir la seguridad, presupuesto del Contrato
Social”. Y luego, advirtió: “Téngase en cuenta
la Torah : quien es piadoso con los injustos, es injusto con los piadosos”.
Queda claro, en su planteo de que los compañeros debían
ir presos por gravísimos delitos, quiénes son, para él,
“piadosos” e “injustos”.
La lucha
organizada permitió, en este caso, que los “injustos”
ganáramos dos veces: con los compañeros absueltos, y su
reclamo hecho realidad.
Encuentro Nacional Antirrepresivo
Vinieron
de Misiones y de Comodoro Rivadavia; de Olavarría y de Rafaela;
de Jujuy, Córdoba, Santa Fe, Mar del Plata, Rosario, Mendoza,
El Bolsón. Compañeros que, con distintas historias, con
su propia identidad y diferentes formas organizativas, pertenecen a
diversas experiencias antirrepresivas que plasman en la práctica
nuestra histórica consigna: CONTRA LA REPRESION, ORGANIZACION
y LUCHA.
"La"
CORREPI -como nos llaman con sus ricas tonadas- fue la anfitriona del
ENCUENTRO NACIONAL ANTIRREPRESIVO que se desarrolló este fin
de semana en Buenos Aires, convocado a partir de una iniciativa del
Frente Antirrepresivo Marplatense (FAM) e inmediatamente apoyado por
la Comisión Antirrepresiva y por los DDHH de Rosario (CADH).
Más
de 70 compañeros de todo el país, con un amplio y fraternal
sentido de la unidad en la acción, empeñados en trabajar
sobre caracterizaciones profundas y determinantes, coincidimos en que
la represión sistémica que se expresa en su modalidad
preventiva y en la selectiva, es una política del estado capitalista.
Demostramos, con la experiencia de cada uno, que se despliega a lo largo
y ancho del país contra todos los sectores oprimidos de la sociedad.
Denunciamos
que esta política va imprimiendo un ritmo cada vez más
vertiginoso y que la violencia estatal se va profundizando y multiplicando,
como respuesta institucional que busca el disciplinamiento social frente
a la resistencia que generan la explotación, la opresión,
la marginalización, la pobreza de amplias franjas de la población
argentina. Comprobamos que la lucha antirrepresiva debe ocupar un lugar
central a la hora de enfrentar las políticas de los diferentes
gobiernos administradores, y mucho más hoy, de cara a la fenomenal
crisis que envuelve al capital en el mundo y que hace sentir sus efectos
entre nosotros.
Por el carácter de clase que esa represión asume, acordamos
en activar en forma completamente independiente del estado, de sus agencias
y de todas aquellas experiencias que la ocultan, legitiman, niegan o
maquillan.
Porque
la dispersión y el aislamiento conjuran contra nuestros objetivos,
acordamos en realizar una serie de actividades coordinadas, más
la producción de materiales conjuntos, y la difusión y
respaldo conjuntos de nuestra militancia, primordialmente de aquellas
experiencias incipientes o con mayor grado de dificultades organizativas.
Porque
fue comprendida la trascendencia y centralidad que entraña la
lucha antirrepresiva, acordamos sostener, periódicamente, encuentros
plenarios en diferentes ciudades.
Vinieron
de todo el país, y, a la hora de entender el impresionante despliegue
militante que realizaron, todos dejamos en claro que, frente a las políticas
opresoras, están los que justifican, disimulan o lloran y están
los que se organizan y luchan. Sólo los últimos son merecedores
del futuro y su alegría.
Repetimos
el aplauso y el abrazo con cada uno de los compañeros.
FUENTE:
CORREPI
Caracteres:
17.054