Por
Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
31 de
enero del 2011
El 31
de enero del 2009, el adolescente Luciano Arruga fue detenido por la
policía provincial y luego de ser golpeado, se burlan de él,
le escupen la comida, vuelve a su casa y es detenido nuevamente, pero
esta vez lo desaparecen, hace ya dos años.
No se
sabe dónde está.
La causa
está detenida, parada, o sea, nada se hace para encontrar a Luciano
Arruga.
Vanesa,
su hermana en una entrevista realizada durante el recordatorio que se
llevó adelante en Lomas del Mirador, provincia de Buenos Aires,
el pasado 29 de enero, sostuvo que: ¨Lo que hicimos el día
siguiente fue acercarnos a la fiscalía, pedimos hablar con la
Dra. Castelli y no nos recibió. Sabíamos que no había
recibido ni a Vanesa ni a Mónica los 45 días anteriores.
Esa fue la primera intervención de la APDH".
El ministro
de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Carlos Stornelli decidió,
por la presión recibida, pasar a disponibilidad a los 8 policías
que estaban en servicio. "Sí, ahí hubo un quiebre
-explicó Pablo Pimentel de la Asamblea por los Derechos Humanos
de la Matanza- pero después la policía que había
secuestrado a Luciano estaba en la calle, patrullando en otras comisarías".
En la
actualidad, además de reiteradas amenazas que han recibido quienes
reclaman por Luciano Arruga y sus familiares, la causa está parada,
los elementos probatorios son suficientes, afirman, para haber procesado
a los policías de la seccional donde estuvo Luciano quien fue
visto, en ella, por última vez.
La clave
está en que "se subestima tres testimonios claves, porque
son de pobres y presos, que vieron como torturaban a Luciano en la comisaría
de Quintana. Eran testimonios de personas que no se conocían,
que no habían arreglado para mejorar sus causas. No se le dio
seriedad ni entidad a eso. Tampoco a lo que los perros olfatearon en
los patrulleros. No hay voluntad política para resolver la causa
y no le dan respaldo a los fiscales".
También
se sostiene que a los 11 meses de la desaparición, Stornelli
estaba presionado políticamente y ahí tomó el discurso
de la familia y admitió que había una práctica
de reclusión por parte de los policías para integrar redes
delictivas. Pimentel explicó que meses antes, desde la APDH habían
hecho pública esa denuncia: "Sí, dijimos que algunos
miembros de la policía, del Poder Judicial y del poder político
reclutaban jóvenes para robar, para el tráfico de drogas,
etc. Al día siguiente me citaron para ratificar o rectificar
los dichos. Fuimos con pruebas, las presentamos, lo tomó la fiscalía
número 5. Y después, cuando Stornelli dijo eso, le dije
que lo citaba como testigo calificado porque afirmaba lo mismo que nosotros".
Agregó
además "Ya no tenemos expectativas. Si aparece algo este
año pensaría que es algo especulativo porque es año
electoral. Quien se quiera presentar a la gobernación de la Provincia
de Buenos Aires tendrá que rendir las materias previas, de las
cuales el caso paradigmático es el caso de Luciano, porque es
una desaparición institucional, en manos de la policía
que tiene conducción política".
Lo reiteramos,
la causa está totalmente parada: "si contamos de 1 a 10
en el éxito, diría que está en 2, la verdad. Porque
está aplazada. No tiene tiempo de prescripción, las causas
penales tienen 10 años. Si se determina que la policía
es responsable en la desaparición, se convertiría en un
delito de lesa humanidad y ahí a Scioli no le da la vida para
dar explicaciones. Merecería juicio político. Cuando asumen
sus cargos juran por Dios y la patria y si no, que Dios y la patria
los demanden. Bueno, les estamos demandando justicia. El pueblo está
demandando. Tenemos que conocer nuestros derechos y hacerlos valer".
La causa
sigue caratulada como averiguación de paradero.
Está desaparecido. Hay peritajes donde se comprobó que
estuvo en el destacamento y en un baldío donde hay pruebas de
que Luciano estuvo.
El libro
de guardia fue adulterado. Hay denuncias de efectivos a efectivos sobre
detenidos y actos que se adjudican.
Hay dos
testigos, de mínima que vieron cómo lo golpeaban.
Todos
los policías implicados siguen trabajando.
Discriminación,
tortura, desaparición, impunidad.
Luciano
es un desaparecido en democracia, de éste gobierno que nada dice
y se rasga las vestiduras por pavadas...
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