EL
TRADICIONAL CAFÉ RICHMOND
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Por Elena
Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
26 de
octubre del 2011
El tradicional
café Richmond abrió sus puertas en 1917, con el tiempo
se transformó en un espacio turístico de la Ciudad de
Buenos Aires. Desde 1917 fue sede de los encuentros de artistas cuando
estaba ubicado frente al teatro Maipú.
El local tiene 650 metros cuadrados en su planta baja, con una barra
de estilo inglés y revestimientos de roble.
Se mezcló
el romanticismo, la cultura, los escritores con los porteños
y los turistas. El ajedrez fue un juego de salón sustancial en
la vida del Richmond, miles de hombres caminaron su espacio para practicarlo
y pensar en un jaque mate, en el movimiento de la reina y el rey.
Con el tiempo y con la caída de su brillo, muchos, miles de turistas
que llegaban a nuestra ciudad no sabían que el Richmond estaba
en la calle Florida y además por supuesto desconocían
su historia.
El lunes
15 de agosto del corriente año, sus meseros se presentaron a
trabajar y descubrieron que el lugar había cerrado. El cambio
cultural era la historia del Richmond por un local de la firma Niké,
ya se habían retirado todos los muebles y artefactos históricos
de su interior.
Esto llevó a que los trabajadores tomaran las instalaciones para
que les pagaran sus salarios.
Si bien
fue declarada "patrimonio cultural" por la Legislatura, el
último café tradicional de Buenos Aires, a pesar de los
intentos de evitar su cierre, la confitería de Florida 468 bajó
su persiana. Sus puertas amanecieron cubiertas por tiza, mientras sus
dueños retiraban sus pertenencias.
LA
RICHMOND Y LOS INTELECTUALES
Por la
Richmond desfilaron intelectuales como Jorge Luis Borges, Macedonio
Fernández Moreno y Leopoldo Marechal, entre otros. De hecho,
este grupo de autores pasó a la historia como "Grupo Florida".
En el subsuelo de la confitería, además, convivió
durante 40 años el mundo de los maestros de ajedrez y de billar
que se reunían a jugar a cualquier hora. Por los billares han
desfilado personajes como Carlos Monzón, Susana Giménez,
Fernando De la Rúa, entre otros.
CÓMO
SE DESENCADENA EL CIERRE
Parece
que se debió a una mala administración, su personal disminuye
de 50 a 10 trabajadores en los últimos meses. Además de
la caída de la demanda que fue muy grande, en parte, por el mal
servicio de cocina y repostería.
UN
CIERRE QUE SE ANUNCIABA – UNA RESEÑA
El amplio
salón, de unos 1500 metros cuadrados, queda inmenso para la cantidad
de clientes que lo frecuentaban. Tiene dos espacios que están
cerrados al público: el salón para fumadores y restaurante,
y el de los billares. Un cartel en la puerta sentencia el final: "Le
informamos que este salón permanecerá cerrado hasta nuevo
aviso por reformas. Retirar pertenencias de 10 a 11". Hay 16 mesas
que sólo juntan tierra. Piden sacar los tacos y las tizas de
los jugadores.
Los dueños
no hablaron, pero alguno de sus trabajadores afirmaron que hubo una
política de dejarlo caer: "Dejaron caer el café con
cosas simples: no cambian las lamparitas o dejan todo sucio. Sacan un
sándwich frío y en 40 minutos. El cliente se cansó".
La situación,
según cuentan, comenzó hace un año, pero la crisis
se profundizó hace meses cuando hubo más despidos. Nadie
les avisó cuál sería el futuro del local y qué
pasará con sus puestos de trabajo. Tampoco se comunicaron con
ellos los representantes de la Unión de Trabajadores del Turismo,
Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Utgra).
"¿Tener participación sindical? Es imposible, no
nos dejan", reveló uno de los empleados.
No existe
una certificación, pero las versiones indican que a partir de
noviembre la firma deportiva instalaría allí un local
de 650 metros cuadrados. El salón, con 90 mesas y una capacidad
para 350 personas sentadas, con un mobiliario señorial y de estilo
inglés, se llenaría de zapatillas, camperas, remeras y
pelotas de fútbol. "Es una lástima. Van a tirar abajo
la historia de Buenos Aires. No va a quedar pasado. Si fuera todo así
la humanidad se queda sin historia", se quejó Laura, una
ex docente clienta del lugar.
PROTECCIÓN
CULTURAL – PATRIMONIO DE LA CIUDAD
Si bien
la cadena de ropa deportiva Niké estaba interesada en el local
ubicado al lado de la Sociedad Rural Argentina, un proyecto aprobado
por la Legislatura Porteña protege al mismo con una declaración
de Patrimonio Cultural de la Ciudad. La norma establece que cualquier
modificación de la estructura edilicia o del destino comercial
de la Richmond, deberá ser aprobada por el Ejecutivo, previo
análisis del proyecto.
Por su
parte, el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, aseguraba que
se debe buscar una solución sustentable, es decir, algún
grupo inversor que decida hacerse cargo del rubro y mantener el esplendor
que supo tener la notable confitería.
De los
cafés tradicionales porteños se encuentran Las Violetas,
El Molino, Café Británico y ahora el Richmond entre otros,
hay que considerar que en las barriadas hay cientos de cafés
que han cerrado sus puertas sin ningún tipo de protección
patrimonial de la ciudad.
LOS
POLÍTICOS
La legisladora
de Encuentro Popular para la Victoria, María José Libertino
afirmaba que estaba trabajando en un proyecto de ley para proteger el
uso de los bares notables. Es así que le afirmó a un diario
nacional que existe la Ley 35 que protege y promociona los cafés,
bares y billares; la Ley 2548 de protección patrimonial arquitectónica
en la que figura la Richmond entre 600 lugares; un proyecto de protección
histórica de toda la zona conocida como Catedral Norte, pero
no existe un plan para resguardar el destino del salón. "Se
necesita proteger el uso y estamos trabajando para presentar un proyecto
de Declaración de Sitio Histórico. Ayudaría a protegerlos,
en este caso la Richmond que siga siendo como confitería, y luego
habría que resolver si los que la alquilaron para poner la tienda
deportiva deben ser indemnizados o si se consigue otro fondo de comercio".
La legisladora
mencionada afirmó que: "La información que tengo
es que en noviembre se instala la tienda deportiva", dijo.
El coordinador
de los 54 bares, Italo Daffra afirmaba que:
"La solución de fondo es que debe haber una reforma de los
modelos de negocios tradicionales y que se manejen como Las Violetas,
Los Angelitos o La Poesía, tres bares notables". "Es
necesario convocar un llamado de propuestas y que sea el dueño
quien decida seguir con este tipo de negocios. Queremos acercar posibles
soluciones y rentables, abrir una mesa de diálogo, de acercamiento
entre el mundo empresario y los propietarios, manteniendo el concepto
de bar notable y respetando la historia", concluyó.
Daffra
contó que hay alrededor de 60 bares notables y cinco en problemas
serios. "Hay empresarios que quieren administrar el negocio de
la Richmond para hacerlo rentable y que la marca siga viva", adelantó
como el inicio de una posible tregua que solucione el problema.
Los diputados
discutieron proyectos para asegurar la continuidad de la confitería,
esta posibilidad fracasó porque no hubo acuerdo en cómo
compensar económicamente a sus dueños por la restricción
que se le hubiera impuesto a la propiedad. Esta ley no cambia la situación,
porque la propia Nike ya había hecho público que, si instala
su negocio, no hará cambios estructurales en el edificio.
Cuando
se conoció la venta de la Richmond, la Legislatura decidió
tratar el tema “sobre tablas” (sin estar previsto en el
temario del día). Para que los distintos bloques discutieran
el tema, la sesión se interrumpió en un cuarto intermedio,
en el cual diputados macristas comentaron que se había llegado
a un acuerdo para prohibir el “cambio de uso” de todos los
Bares Notables de la Ciudad, incluida la Richmond.
Sin embargo,
el entendimiento naufragó porque no hubo acuerdo sobre cómo
reparar a los dueños por la restricción al uso de su propiedad.
El PRO propuso entonces tomar dos semanas para seguir discutiendo. “Queremos
preservarlo, pero de manera correcta”, dijo el oficialista Martín
Ocampo.
Fue entonces
cuando comenzaron las chicanas políticas. “Dentro de dos
semanas tal vez es tarde. ¿Al PRO le da igual que vendan zapatillas
en un bar histórico de Buenos Aires?”, preguntó
Diana Maffia, de la Coalición Cívica. “La oposición
manipula políticamente el tema. Si nosotros salvamos a la Richmond
ahora, son muchos los comercios históricos de Buenos Aires que
están en situación difícil y van a pedir que los
ayudemos de la misma manera”, respondió desde el PRO Helio
Rebot, debatían los legisladores.
Finalmente
se acordó declarar a la Richmond, sitio histórico de la
Ciudad, que es aquel “vinculado con acontecimientos del pasado,
de destacado valor histórico, antropológico, arquitectónico,
urbanístico o social”, según lo define el artículo
4° de la ley porteña 1.227. Además se ordenó
colocar en el frente una placa de mármol que atestigüe la
declaración.
El diputado
radical Rubén Campos advirtió entonces lo que diputados
de otros bloques reconocieron en voz baja después de la sesión:
que esta declaración no impide que el local cambie de rubro.
Incluso Campos recordó que la Richmond ya está desde el
año pasado a salvo de ser modificada en su edificio porque la
Legislatura amplió el área de protección histórica
(que antes sólo alcanzaba San Telmo y Monserrat) desde Plaza
de Mayo hasta Plaza San Martín, incluyendo la calle Florida.
Otros
diputados señalaron que la apertura del local de Nike quedará
supeditada a la aprobación del ministro de Cultura, Hernán
Lombardi. Pero el artículo 13 de la ley 1.227 exige esa aprobación
cuando para que los sitios históricos puedan ser “enajenados,
transferidos, modificados o destruidos en todo o en parte”. El
local de la Richmond ya fue vendido y la ley no exige aprobación
de Cultura para el cambio de rubro.
Hemos
querido reseñar una historia donde, independientemente, de los
dichos de los legisladores porteños, este patrimonio cultural
e histórico de la ciudad de Buenos Aires no ha sido considerado
en estas largas décadas, por el contrario, se corre detrás
de los hechos consumados; no es que en el país sea diferente,
no hay políticas de estado para la preservación y conservación
de nuestro patrimonio nacional.
Es una
política que habla a las claras de que no existen políticas
de estado para la preservación del patrimonio cultural e histórico,
antropológico y arqueológico que colabore como forma de
concientizar a la misma ciudadanía.
En los países hermanos de Perú y México esto existe
y los propios pueblos saben cómo cuidar su patrimonio. Nada parecido
con nuestro país.
FUENTES:
Viarrapida, La Nación, Excelsior de México, Prensa CPPHC,
Perfil y otras fuentes.
Fotógrafo:
Matías Aimar y fotos de Excelsior de México.
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