MOVIMIENTO OBRERO - TRABAJO INFORMAL - TRAPITOS Y CUIDACOCHES
 
 

 

TRAPITOS Y CUIDACOCHES

FORMALIZAR LA ACTIVIDAD DE LOS DENOMINADOS TRAPITOS Y CUIDACOCHES

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

5 de octubre del 2011

El próximo jueves 6 de octubre del corriente año, el presidente del bloque PRO de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, llevará al recinto el tratamiento de la iniciativa para regular la actividad de los cuidacoches y limpiavidrios sin autorización legal.
Por otro lado, el oficialismo confía en el acompañamiento de otras fuerzas políticas.

En ese sentido, el titular de la bancada macrista afirmó: "La oposición debe entender que no sólo la policía, sino también los fiscales tienen las manos atadas, si no se modifica el Código Contravencional para sancionar a las personas que operan fuera de la ley sin estar registradas”.

Dijo además que: “hay bandas organizadas, que tienen comportamientos mafiosos y están conectados entre sí. No sólo aparecen en los estadios de fútbol cuando hay partidos, también están en los recitales, ó en cualquier evento al aire libre, cobrándoles a los porteños como si fueran dueños de las plazas, los parques y paseos, obligándolos a pagar tarifas abusivas”.

Y agregó que: "Algunos nos acusan de querer criminalizar la pobreza, y no se dan cuenta que si permitimos esto, un día los porteños se van levantar de su casa tendrán que pagar peaje para caminar por la veredas, llevar sus hijos a la plaza, pasear las mascotas o abrir las puertas de sus casas”.

Por último dijo: "Nosotros como legisladores de la ciudad, estamos para cuidar a los vecinos del acoso amenazante, la violencia y el hostigamiento permanente de las mafias de las franelas, limpiavidrios, trapitos o cuidacoches que imponen terror y miedo si no se les paga el peaje correspondiente. La oposición sistemática de algunos diputados confirma que ni la seguridad, ni el combate a la delincuencia están en la agenda de los que perdieron la ultimas elecciones".

UN RECORRIDO SOBRE LA SITUACIÓN Y DISCUSIÓN SOBRE LOS TRAPITOS Y CUIDACOCHES

El 11 de noviembre del 2010 se estaba al tanto que el PRO no había conseguido el quórum para que se discutiera el tema pertinente.

En ese sentido, el Jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri había asegurado a C5N que ordenaría a su bloque legislativo que intente tratar sobre tablas un proyecto contra la actividad de los “trapitos”.

En aquella jornada y luego de la aprobación de aumentar las tarifas de los taxistas en un 20 por ciento para el turno nocturno, el líder del bloque oficialista en la Ciudad, Cristian Ritondo pidió la palabra para tratar el tema.

Cuando el legislador comenzó a hablar, Oscar Moriello, vicepresidente 1º del Parlamento porteño, le aclaró “disculpe diputado, pero sólo hay 20 legisladores presentes. Se debe levantar la sesión”.

Ritondo dijo “no cabe duda que no quieren debatir el tema. Y parece que la seguridad le interesa sólo al gobierno de la Ciudad. Que quede claro que los diputados que se quedaron fueron los del PRO y María José Lubertino”.

En aquella jornada, de los 60 legisladores, se habían ausentado los legisladores de la oposición y 4 representantes legislativos del PRO. Al ser necesaria 2/3 de la Cámara para discutir un proyecto sobre tablas, lo cual implica sí o sí la necesidad de diálogo con la oposición, el tema no pudo ser tratado.

En esa misma fecha, la legisladora Adriana Montes de la Coalición Cívica planteó que quería legalizar los "trapitos" para solucionar el problema, eso lo aseguraba a Radio 10, que "con una credencial y una tarifa fija" se acabaría la mafia de los cuidacoches, razonó.

Amplió afirmando que si bien es una actividad ilegal, penada incluso en el Código Contravencional de la ciudad de Buenos Aires, la mafia de los "trapitos" sigue actuando. Incluso, con ganancias enormes durante espectáculos como los recitales que Paul McCartney brindó en el estadio de River, en el que llegaron a cobrar hasta 150 pesos por un estacionamiento.

Sin embargo, la propuesta de algunos legisladores es la de "legalizar" la actividad, con un registro y una tarifa fija, para que los automovilistas "sepan" qué es lo que deberían abonar en los lugares donde realizan su actividad los cuidacoches.

¨Lo que proponemos es la regulación porque de esa manera, estando registrados, es mucho más fácil poder determinar quiénes son los que están envueltos en una mafia”.

La actividad de los cuidacoches está prohibida en el Código Contravencional de la ciudad de Buenos Aires. El artículo 79 de esa norma expresa que "quien ofrece servicios de estacionamiento o cuidado de vehículos en el espacio publico sin autorización legal, es sancionado/a con uno (1) a dos (2) días de trabajo de utilidad publica o multa de doscientos (200) a (400) pesos. Cuando exista previa organización, la sanción se eleva al doble para el organizador. La sanción es de cinco (5) a treinta (30) días de arresto cuando se exigiera retribución". De tal forma el PRO impulsó una modificación en el 2010, pero esta no prosperó y ahora vuelven a presentar el tratamiento del tema para lograr su aprobación.

Es decir que, según la legisladora, habría que darle un cobijo jurídico a una situación ilegal. Además, el cobro lo realizan en lugares donde el estacionamiento es libre y gratuito. En todo caso, debería ser el Estado el que usufructúe un sistema de estacionamiento pago, sostenía.

"La persona tendría un cartel, con un monto fijo que es lo que debería abonar el automovilista si es que se habilita el estacionamiento en la vía pública", continúo Montes con su argumentación. Lo que cuesta imaginar es que efectivamente un "trapito" respete esos montos, que distan muchísimo de lo que actualmente cobran en los lugares donde se ubican.

Por último, la legisladora de la Coalición Cívica admitía que se trataba de un problema más profundo: "También tiene que ver con nuestra cultura. Estamos en una sociedad en la que, en muchos aspectos, no se puede vivir".

Lo que está claro es que este tipo de cuestiones como el de los cuidacoches no se solucionan con "parches" legales, sino, precisamente, con la aplicación de las normas vigentes, y con nuevas herramientas que permitan terminar con una actividad ilegal por donde se la mira.

Es decir, a mediados del año pasado, el despacho de prohibir la actividad de cuidacoches y limpiavidrios obtiene despacho favorable en la Comisión de Justicia de la Legislatura, pero no así cuando se presenta para su aprobación en el recinto.

En el proyecto se establece multas de entre $ 200 y $ 2.000 e incluso penas de arresto de uno a cinco días para aquellas personas que ofrezcan cuidar automóviles. Para los limpiavidrios, la pena sería de hasta tres días de arresto.

Por su parte, los ocho diputados de la oposición que integran la comisión trabajaron en un proyecto alternativo. Gonzalo Ruanova (Nuevo Encuentro) consideró que "para modificar determinadas situaciones, la herramienta no es modificar el Contravencional sino poner a trabajar a las fuerzas de seguridad". Los legisladores proponen reglamentar la actividad de los cuidacoches y crear un registro. Ruanova consideró que "hay gente que aparenta cuidar autos y roba, pero tam­bién hay gente que aparenta andar en bicicleta y roba, no por eso vamos a prohibir andar en bicicleta".

En tanto Rafael Gentili (Proyecto Sur), afirmaba al Diario Z: "Antes de modificar el código hay que regular la actividad: se debe contemplar la cuestión social. Hay un tema económico que hace que se recurra a esa cuestión informal y a la vez está la molestia de todos nosotros donde se forma una estructura con connivencia policial que obliga y fija el pago. Tenemos que intervenir pero con la sanción que propone el PRO no se logra nada".

A fines de junio del 2010, el diputado Helio Rebo planteaba encontrar el “consenso” con la oposición para modificar el actual Código de Contravenciones, y que el Gobierno de la Ciudad entregue 1.500 permisos para personas que quieran cuidar los coches en la calle. Esos permisos durarían un año, aunque serían renovables, afirmaba el diputado.

La pregunta
¿Quiénes podrían pedir estos permisos?
Personas con ciudadanía argentina, mayores de 18 años, sin antecedentes penales o contravencionales, y que puedan pasar un examen de aptitud psicofísica y aprobar un curso de capacitación.

Mientras tanto, aumentaría el castigo para los “trapitos” ilegales, con multas que irían de $200 a $2.000 o uno a cinco días de arresto.
Durante la gestión de Aníbal Ibarra en el 2004, unos 20 cuidacoches fueron regulados en su actividad con pecheras identificatorias, se cobraban bonos de dos y cinco pesos en los alrededores del Lawn Tennis, pero dicha experiencia no se mantuvo en el tiempo.

UNA HISTORIA DE MARGINALIDADES Y DESOCUPACIÓN

Esta realidad social tiene décadas, un proceso histórico de desocupación y marginación puede ser marcada a partir de la última dictadura militar. Estas formas de trabajo precario o rebusque no son nuevas, ni exclusivas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sí, seguramente, están más difundidas porque la ciudad concentra un sector social de buenos recursos económicos y una amplitud de espectáculos públicos culturales en variadas formas y deportivos que concentran miles de personas y estos espacios son propicios para estos rebusques y de otros tipos.

Estas actividades existen, estas formas informales de trabajo y rebusque, los trapitos, los cuidacoches, los manteros o vendedores ambulantes en sus distintas formas, son parte de un paisaje real y molestan a la población cuando esta se introduce en su realidad. Legislar con penas porque hay mafias nos lleva a preguntarnos: dónde no están las mafias. Tanto en el orden nacional y de la ciudad son el paisaje obligado de estas formas de convivencia, las mafias y patotas son el recreo obligado de espectáculos deportivos que pareciera que no son regulables, las patatos oficialistas y no fluyen sin ningún tipo de regulación y entorpecen la vida comunitaria. En cuanto a las mafias de todo tipo están instaladas en barrios, barriadas, villas y asentamientos, formando ya parte de un espectáculo ¨autorizado¨, aunque se afirme lo contrario.

Esta situación no se soluciona con penalizar la pobreza en cualquier espacio o lugar, cuando no se ve ni se colabora en erradicar el problema central que es la desocupación, la informalidad, el trabajo en negro, las formas esclavas de trabajo y el trabajo infantil.
Está probado en el mundo que las mayores penalizaciones no han bajado el delito, las problemáticas sociales profundas se deben erradicar con verdaderas políticas de estado en ese sentido, y que sumen trabajo, educación y capacitación.

FUENTES: INFOBAE - DZ, radios y fuentes propias.

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2 Diciembre, 2018 17:59

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