Producción
de Villa Crespo Digital
7
de octubre del 2011
Usualmente,
en las metrópolis se encuentran aglutinados gran parte de
los empleos realizados en oficinas. Este es el caso de periodistas,
secretarias, contadores e ingenieros informáticos, los cuales
pasan diario ocho horas, con escasa movilidad, sentados frente a
una computadora.
Según
cifras oficiales, se tienen registradas más de dos mil afecciones
relacionadas con el trabajo, que van desde el cáncer por
el manejo de sustancias peligrosas, hasta molestias musculares tras
pasar largos periodos de tiempo en una sola posición.
En
este sentido, la Organización Internacional del Trabajo recalcó
que, en términos económicos, dichas afecciones provocan
que 4 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, es decir, 1,25
billones de dólares, se pierda a causa de los costes directos
e indirectos relacionados con estas enfermedades.
Asimismo,
según un estudio realizado por la comercializadora de material
de oficina Office Depot en mil empresas en Europa, uno de cada cinco
empleados de oficina tiene problemas de salud laboral, siendo los
más comunes el dolor de espalda y las contracturas.
Durante
los últimos años se han reconocido una gran cantidad
de males relacionados directamente con las actividades laborales;
sin embargo, existen diez de ellas que han provocado los mayores
aumentos en los niveles de ausentismo erosionando gravemente la
salud:
1.
Síndrome de desgaste profesional (burnout). Fue definido
por primera vez en el decenio 1970-1980 y se caracteriza por extremo
agotamiento físico y mental, bajo rendimiento laboral y pérdida
de interés hacia el trabajo; su nombre en inglés hace
referencia a la expresión utilizada por los primeros pacientes
atendidos, luego de que se les preguntaba cómo se sentían:
"fundidos" o "quemados", respondían invariablemente.
Las estadísticas han permitido confirmar que este problema
es más frecuente en personas cuya profesión se basa
en el trato directo con gente: médicos, psicólogos,
trabajadores sociales, profesores, policías, bomberos, guardias
de cárceles, comerciantes y encargados de brindar información
o atención al público, ya que deben involucrarse en
problemas y preocupaciones de otros y enfrentarse a hechos sociales
dolorosos, como pobreza, violencia o muerte.
2.
Síndrome de acoso (bullying o mobbing). Se produce cuando
una persona es sometida a fuerte presión psicológica
por parte de varios miembros del grupo al que pertenece o por sus
superiores, quienes buscan que renuncie a su empleo. Se observa
cada vez con más frecuencia y se caracteriza por depresión
o estado de estrés y ansiedad que, de no atenderse a tiempo,
derivan en complicaciones severas.
Se ha observado que este problema es mayor en organizaciones relativamente
cerradas cuya cultura interna considera al poder y al control sobre
otros como valores más importantes que la productividad y
la eficacia; por ello se da con más frecuencia en empresas
con organigrama muy rígido, oficinas de gobierno, hospitales
e incluso escuelas y universidades, aunque en teoría ninguna
entidad, pública o privada, parece estar a salvo del problema.
3.
Síndrome de fatiga crónica (gripe del yuppie). Esta
afección también se conoce con nombres tan complicados
como encefalomielitis miálgica y síndrome de disfunción
inmunológica, pero en todos los casos se hace referencia
a un cuadro de estrés laboral caracterizado por dolor de
cabeza, irritabilidad, sensación de cansancio permanente,
pérdida de memoria y disminución en la capacidad del
sistema de defensas contra enfermedades (inmunológico), por
lo que el paciente suele manifestar síntomas similares a
los de un resfriado.
El
origen del nombre común que algunos anglosajones le dan a
esta enfermedad se debe a aquellos ejecutivos y hombres de negocios
surgidos en las últimas dos décadas del siglo XX en
Estados Unidos, los yuppies (palabra que abrevia al término
young urban profesional o "joven profesional de ciudad"),
quienes tenían el único objetivo de obtener "ganancias"
que les permitieran contar con alto nivel de vida y reconocimiento
social, aunque fuese a costa de agotadoras jornadas de trabajo o
de desafiar todo principio ético o moral.
4.
Fatiga visual. ¿Sufres de ojos rojos, ardor o cansancio?
Todos síntomas de la llamada "fatiga visual" y
que es causada por la continua lectura de documentos, computadoras
sin protectores visuales o con bajos niveles de iluminación.
El hecho de estar concentrado en el trabajo puede hacer que el empleado
comience a pestañear cada vez menos, lo que produce, a su
vez, dolor de cabeza y malestar.
Asimismo, el humo, la contaminación ambiental en las grandes
urbes e incluso el frío, pueden terminar por provocar el
denominado síndrome del ojo seco, que es la ausencia de lágrimas
que lubrican la vista.
Como hay dos tipos de lágrimas, lubricantes y de reflejo,
los inadecuados factores ambientales pueden hacer que aparezcan
lágrimas "no lubricantes", por lo que el problema
y el cansancio persisten.
5.
Dolor de espalda. Tras ocho horas de trabajo sentados en una silla
resulta muy probable que una mala posición termine por afectar
el estado de la espalda. Con ello, comienzan a aparecer los dolores
de hombros, cuello y cintura.
Otro de los factores que se relacionan con esto es el deficiente
diseño ergonómico de las sillas. Resulta bastante
común tener sillas con respaldo inadecuado y escritorios
muy pequeños.
Por otro lado, se dice que ocho de cada 10 personas padecerán
dolor de espalda en algún momento de sus vidas. Y lo peor
es que, en general, la lumbalgia, producida por las contracturas
en el cuello y una sensación de dolor profundo en la cintura,
resulta difícil de solucionar.
6.
Estrés. Considerado una "epidemia global" por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés
está considerado como la primera causa de ausentismo laboral
y disminución de la productividad.
Uno de sus principales síntomas es la cefalea. Este mal provoca
que los empleados pierdan, en promedio, entre uno y cuatro días
laborales al año.
Existen más de 150 tipos distintos, aunque el más
habitual es la migraña que afecta a un 16% de las mujeres
y al 7% de los hombres. Realizar actividad física, regularizar
el sueño y suspender el cigarrillo son algunas medidas clave
para prevenirla.
7.
Síndrome Mouse o ratón. Conocido también como
síndrome del "túnel carpiano", causado por
la flexión reiterada de la muñeca, que produce pérdida
de fuerza en las manos.
El uso de la computadora durante jornadas prolongadas suele provocar
molestias en la muñeca y el codo, que a largo plazo pueden
derivar en tendinitis.
Algunos estudios indican que durante los últimos 10 años
se ha triplicado en la población. Esto puede evitarse con
el uso de teclados y mouses ergonómicos y realizando rotaciones
frecuentes de muñeca.
8.
Problemas gástricos. El síndrome de intestino irritable,
conocido como colon irritable, es un trastorno de carácter
funcional de una gran frecuencia en la población. Aunque
su causa es desconocida, el mundo científico tiene cada vez
mayor conocimiento de sus mecanismos de producción.
Uno de ellos es el ambiente laboral, la presión, el aumento
de las preocupaciones y la mala alimentación. Resulta frecuente
entre los 30 y 45 años, edad en que la persona está
en plena etapa de productividad.
9.
Obesidad. Estar detrás de un escritorio es algo que pesa
mucho a los trabajadores, ya que mientras más tiempo pasa
una persona en su escritorio, más propensa es a tener sobrepeso.
Pero lo más grave es que, junto con la epidemia de la obesidad
muchas otras enfermedades están en crecimiento, tal es el
caso de la diabetes, hipertensión, problemas de colesterol
y triglicéridos altos.
La obesidad es un síntoma de alimentación malsana
y falta de actividad física por lo que el lugar de trabajo
es el sitio clave para tratar sobre la epidemia de obesidad en el
mundo entero.
En este sentido, facilitar una alimentación saludable y aumentar
los niveles de actividad física durante las horas de colación
y después del trabajo, puede reducir considerablemente los
riesgos de obesidad y otros graves problemas de salud.
10.
Síndrome de fatiga informativa (tecnoestrés). Aparece
en personas que deben trabajar largas jornadas con computadoras
y novedosas tecnologías hacia las que se termina por crear
mayor o menor grado de dependencia; este problema fue descrito desde
1984 por el psicólogo Craig Bord, pero el tema ha comenzado
a difundirse hasta hace poco debido a que la masificación
de estos sistemas es más reciente.
El tecnoestrés puede iniciar a la vez que se aprende a hacer
uso de la computadora, ya que muchos trabajadores se ven obligados
a adquirir nuevos conocimientos a marchas forzadas, sin cometer
errores y bajo la presión de quienes desempeñan cargos
superiores, por lo que es común que se experimenten ansiedad,
inseguridad y sentimiento de incompetencia, lo que puede desencadenar,
sobre todo en personas de mayor edad, aversión hacia las
nuevas herramientas (tecnofobia), e incluso solicitar cambio de
puesto o deserción en el trabajo.
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