26 Septiembre, 2016 13:23
MEDIO AMBIENTE - RIACHUELO
 
 

 

EL RIACHUELO

NUEVOS TÓXICOS NO CONTROLADOS EN NUESTRA LEGISLACIÓN - DENUNCIA UNA ONG.

EL RIACHUELO
En un informe de una ONG se afirma que se siguen vertiendo nuevos tóxicos al Riachuelo, los cuales no son controlados.

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

9 de abril del 2012

La ONG Greenpeace revela que en el Riachuelo se siguen vertiendo nuevos tóxicos y que estos no son controlados.
Estos tóxicos no controlados, en nuestra legislación, son rechazados por los países de la Unión Europea.

Es histórico que las curtiembres utilicen arroyos y ríos para los desechos de sus industrias. En Buenos Aires, ya antes de ser Capital Federal, se utilizaron las tierras cercanas a los arroyos abiertos, caso Maldonado, para instalar curtiembres, fábricas de calzado y otras industrias.
Los bajos controles por parte del Estado en nuestro país, hacen que las empresas no implementen los controles adecuados.

En el informe se sostiene que: Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo) fiscaliza a las empresas, muestrea efluentes y requiere procesos de reconversión”, pero “hay sustancias tóxicas que la normativa actual no contempla” y además “no se limita la masa total de contaminantes que una empresa puede emitir”. Además, Greenpeace requiere que “las grandes curtiembres no se limiten a cumplir las normas vigentes: deben difundir públicamente qué sustancias emiten y fijarse plazos para eliminar las peligrosas”. En respuesta, el director ejecutivo de Acumar admitió la necesidad de limitar la masa de efluentes para cada empresa y afirmó que “ahora, cuando ya sabemos quiénes contaminan y los hemos inspeccionado, hay que avanzar en el control de sustancias que internacionalmente ya no se consideran aceptables”.

En dicho informe “Nuevas evidencias de contaminación de curtiembres en la cuenca Matanza-Riachuelo”, de Greenpeace, recuerda que las curtiembres fueron identificadas por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), en 2006, como responsables del 50 por ciento de la degradación ambiental del Riachuelo, y señala que “el sector está dominado por un grupo de grandes empresas, que concentran la mayor parte de la producción y el 80 por ciento de las exportaciones. El resto está constituido por múltiples curtiembres medianas y chicas que proveen al mercado interno”.

Por su lado, afirman que las grandes curtiembres “se adaptaron a las exigencias de calidad de sus productos para competir en mercados internacionales, pero no adoptaron estrategias eficaces para terminar con el vertido de sustancias peligrosas” y que “aprovechan la legislación local, más laxa que la vigente en muchos países, para no implementar controles estrictos”. Entre estas empresas menciona a Arlei, Sadesa, Fonseca, La Hispano Argentina, Ángel Giordano, Urciuoli y Américo Gaita”.

La ONG Greenpeace señala que “hasta fines de 2011, más de 80 curtiembres –de un total superior a las 170– fueron declaradas como agentes contaminantes por la Autoridad Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar). A partir de ello, están obligadas a implementar planes de reconversión industrial”. Sin embargo, “la normativa vigente sobre vertidos industriales no sólo permite sustancias contaminantes por concentración de vertidos sino que no contempla una gran variedad de sustancias tóxicas. Este marco regulatorio débil, sumado a la falta de políticas de gestión de sustancias peligrosas por las industrias, no permitirá una verdadera recomposición ambiental de la Cuenca”.

La Coordinadora de la campaña Riachuelo de Greenpeace, Lorena Pujó aseveró que: “si consideramos laxa la normativa argentina es por dos motivos.
Primero, porque el control en los efluentes de las industrias se limita a las sustancias tóxicas incluidas en la Resolución 1/2007 de Acumar. Esa norma fue un buen comienzo, pero otras legislaciones se revisan y actualizan a medida que se investigan mejor las sustancias a controlar. Así, la normativa brasileña incluye el control del cloroformo, los dicloroetilenos y el tricloroetileno; la chilena, el pentaclorofenol, el tolueno, el xileno y otras sustancias.

Una segunda limitación de nuestra normativa es no tomar en cuenta la ‘carga másica’: supongamos que se vierte ‘x’ cantidad de una sustancia por litro de efluentes, pero no se establece cuál es la cantidad total máxima que cada empresa en particular puede descargar en un año o en un mes”.

“Reconocemos que, especialmente en el último año, hubo muchos avances por parte de la Acumar –puntualizó la representante de Greenpeace–. Antes ni siquiera se sabía cuántas industrias había en la Cuenca. Ahora se está empadronando a todas las empresas; Acumar las fiscaliza y muestrea los efluentes; a aquellas donde detecta emisión de sustancias tóxicas las declara agentes contaminantes y les ordena iniciar un proceso de reconversión industrial. Sin embargo, mientras no se incorporen otras sustancias tóxicas a la normativa y mientras no se incluya la ‘carga másica’, no se va a recomponer el Riachuelo.” Según el informe de la entidad ambientalista, “nueve empresas, entre ellas dos curtiembres, que en noviembre de 2011 fueron declaradas ‘reconvertidas’ por Acumar de acuerdo con la normativa vigente, siguen vertiendo sustancias tóxicas”. Por eso, Pujó sostiene que “aun si se reconvirtieran todas las empresas de acuerdo con la normativa actual de Acumar, el Riachuelo seguiría sin sanearse”.

Por su lado, la ONG Greenpeace tomó muestras de efluentes de algunas curtiembres y estas fueron enviadas al laboratorio central de la entidad que está en Exeter, Gran Bretaña. Las tomas se realizaron entre fines del 2010 y abril del 2011, sobre las descargas de La Hispano, ubicada en el barrio porteño de Mataderos: “Los análisis demuestran la presencia de sustancias tóxicas, persistentes y bioacumulativas, como ftalatos, reconocidos como ‘sustancia de muy alta preocupación’ por la regulación Reach (Registration, Evaluation and Authorization of Chemicals), de la Unión Europea”.

Además, Greenpeace sostiene que “La Hispano, como empresa líder del sector exportador de las curtiembres, tiene una posición clave para realizar cambios en su proceso productivo y eliminar las sustancias peligrosas de sus vertidos”.
Otra serie de muestreos se efectuó, entre abril y mayo del 2011, sobre efluentes de curtiembres en el municipio de Lanús, conocido históricamente como “la capital del cuero” por la cantidad de estas industrias allí radicadas. Se eligieron “cuatro curtiembres representativas: Américo Gaita, Ángel Giordano, María Lettieri y La Teresa”, ya declaradas como agentes contaminantes por Acumar. Los análisis de Greenpeace “demuestran la presencia de un alto porcentaje de compuestos orgánicos contaminantes”, entre ellos “el nonilfenol, reconocido como contaminante prioritario en sistemas hídricos desde hace más de una década e incluido en la primera lista de químicos de la Convención Ospar (Convenio para la Protección del Medio Marino del Atlántico del Nordeste), para que cesen sus vertidos en 2020”. Ese plazo “obedece a que es necesario trabajar con 10 a 15 de años de anticipación para lograr un adecuado reemplazo de la sustancia tóxica”, aclaró Pujó, y señaló que “estas sustancias tampoco están incluidas entre las mediciones de Acumar”.

En el documento de Greenpeace se afirma que “las empresas no deben limitarse a cumplir con la norma vigente: las grandes curtiembres deben tomar la iniciativa de identificar y eliminar las sustancias peligrosas. Es necesario que difundan públicamente qué sustancias emplean e identifiquen las que debieran ser eliminadas”.

Consultada, Lorena Pujó por un diario capitalino, sobre la actitud empresarial y la falta de implementación de los controles por parte de éstas, la ambientalista sostuvo que el año pasado las empresas de calzado, prestigiosas zapaterías, afirmó utilizan cuero de estas empresas y que fueron reclamadas por dichos cueros contaminantes.

Por otro lado, las empresas, tanto medianas como grandes tienen capacidad para implementar procesos no contaminantes en su producción de cueros.

También afirmó que si en 20 o 25 años se hacen bien las cosas, será posible un saneamiento del Riachuelo. ¨La condición es establecer un compromiso de vertido cero, con metas intermedias y plazos atendibles¨.

FUENTE: Interconsejos comunales.

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