BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 679
|
Por Correpi especial para Villa Crespo Digital
21 de
febrero del 2012
Del 24
de noviembre del 2012
Sumario:
1.
Informe de la situación represiva nacional: Archivo 2012.
2.
“Pido perdón a los padres de Rodrigo Corzo... estoy acá
por mi hija.”
3.
Campaña: Represión & Consenso.
4.
Control social y organización popular en San Pedro, Jujuy.
Informe
de la situación represiva nacional: Archivo 2012.
3.773
asesinados por el aparato represivo estatal desde diciembre de 1983.
988 durante
la presidencia de Néstor Kirchner.
1.236
durante la presidencia de Cristina Fernández.
2.224
desde el 25 de mayo de 2003.
El 51%
eran jóvenes de menos de 25 años. Todos, hijos de trabajadores.
Éstos
son algunos de los datos que atronaron la Plaza de Mayo el pasado viernes
16, cuando CORREPI, por 16º año consecutivo, convocó
a la presentación del informe anual de la situación represiva,
con el Archivo de Casos que venimos elaborando desde que el ministro
del interior Carlos Corach, que dirigía la policía allá
por 1996, dijo “No hay gatillo fácil, hay noticia fácil”.
Años
después, con la cara pintada diferente, pero defendiendo los
mismos intereses, los de los poderosos, su sucesor al frente de las
fuerzas federales, Aníbal Fernández, clamaría “nombres,
quiero nombres”, igualito que Videla cuando le preguntaron por
los desaparecidos.
Es que
los más hábiles en el arte de gerenciar ese aparato de
opresión llamado estado, privilegian, en su arsenal represivo,
las armas que les permiten cooptar consenso, para disfrazarse de lo
que no son, y así reprimen más, pero también mejor:
sin que se note tanto.
“Éste
es el gobierno que no reprime la protesta” nos repiquetean a diario.
Pero seguimos contando:
De los
68 asesinados en la represión a movilizaciones y manifestaciones
populares desde 1995, 19 cayeron desde 2003 (2 de él, 17 de ella).
“Es
verdad, éste es un gobierno represor, sancionó varias
leyes antiterroristas… vamos con los progresistas…”,
terminan admitiendo algunos, incluso los que, hace no tanto, batían
el parche de la “transversalidad” y nutrían con su
gente las patotas para-oficiales.
Pero se
quedan calladitos cuando seguimos sacando cuentas:
1.759
casos en la provincia de Buenos Aires, 465 en Santa Fe, 16 en Tierra
del Fuego… Si calculamos el índice por millón de
habitantes, la cosa se empareja, y Buenos Aires queda tercera, detrás
(bastante detrás) de Santa Fe y Tierra del Fuego… ¿cómo,
los “progres” también reprimen, y todavía
más? Y, si, porque el nivel de represión no depende tanto
del color del partido de gobierno o de la cantidad de veces que diga
“democracia” por día, como de la necesidad de cualquiera
que gobierne un estado dividido en clases de reprimir para garantizar
la explotación.
CORREPI
construye este Archivo para poner a disposición de todo el activismo
una herramienta más para ayudar a generar conciencia, para promover
la organización y la lucha. Vamos cada año a la Plaza
para mostrar lo invisibilizado, para gritar lo silenciado.
No vamos
solos. Este año, más de un millar de compañeros
nos hicieron el aguante, bajo el sol, y la atenta mirada policial. Juntos,
escuchamos los datos que desgranó, formidablemente, el compañero
Herman Schiller. Juntos, aplaudimos a los trabajadores que vinieron
a contar su experiencia con la represión cada vez que salen a
pelear por sus derechos y a nuestros compañeros en la militancia
diaria, los familiares organizados en CORREPI, y abrazamos a los que
vinieron de muy lejos, como la familia de Matías Casas, de Neuquén;
la hermana de Julián Antillanca, asesinado en Trelew, o el compañero
Pablo, representante de un grupo de jóvenes que se empiezan a
organizar contra la represión en San Pedro, Jujuy.
A todos
los compañeros y organizaciones que estuvieron, que colaboraron
de mil maneras, que mandaron adhesiones, que se llevaron materiales
para discutir sobre la represión en sus lugares de trabajo y
militancia, a todos les agradecemos, y los convocamos, de nuevo, a organizarnos
en todos lados para enfrentar la represión.
Nota:
La Presentación del Archivo, con sus gráficos y tablas,
está disponible en www.correpi.lahaine.org. El listado alfabético
y por fecha de cada uno de los 3.773 casos puede ser requerido por mail
a correpi@fibertel.com.ar
“Pido
perdón a los padres de Rodrigo Corzo... estoy acá por
mi hija.”
De esta
particular manera, Ariel Núñez, el “Vertiginoso”
policía cómplice del asesinato de Rodrigo Corzo hace casi
10 años, pretendió esta semana, en los tribunales de Morón,
terminar con su condena.
Núñez,
condenado a 3 años y medio de prisión porque encubrió
el homicidio, está detenido hace cuatro meses. Sin embargo, lejos
de purgar la pena en una cárcel común -como es de rutina
para la inmensa mayoría de los pobres- lo hace en la comisaría
de Villa Sarmiento, al cuidado de sus propios compañeros, cerca
de su domicilio.
Su defensa
oficial presentó un curioso pedido para acceder a la detención
en su domicilio, argumentando un presunto "deterioro de su estado
emocional compatible con depresión profunda e ideación
suicida", según le certificó alguna psicóloga.
Las explicaciones
no alcanzan a diferenciar el estado de Núñez del de la
inmensa mayoría de los presos. De resultar verosímil la
gravedad del caso (que a la luz de lo visto y escuchado, no parece),
en todo caso debería ser trasladado a un instituto afín
del Servicio Penitenciario Bonaerense, como se hace con cualquier pobre
detenido.
Desconfiamos
de la resolución judicial que está al caer. Pero quienes
asistimos a la berreta actuación del uniformado delincuente,
reparamos en su inadmisible pedido de disculpas.
No lo
hizo a los pocos días del crimen. Por el contrario, por entonces,
y año tras año, se sumó a la estrategia de su compinche,
el oficial Solana. y mintió descaradamente.
No lo
hizo después de la condena de Solana, sentencia en la que él
fue mandado a investigar por sus mentiras. Por el contrario, eludió,
cuantas veces pudo, los diferentes llamados de la justicia para explicar
lo inexplicable.
No lo
hizo ni siquiera cuando fue su juicio oral, al que llegó en libertad,
pues sólo se lo detuvo cuando se leyó la sentencia.
En todos
esos momentos, por más de nueve años, fue un policía
digno de la fuerza que lo invistió. Porque contó con respaldo,
desde el pago de su salario hasta la garantía de impunidad "por
los servicios prestados" y él respondió con las armas
que le proveyeron en la Vucetich: subordinación y valor para
disciplinar a los jóvenes pobres y respeto institucional para
evitar que aflore la verdad.
Ahora
Núñez viene con el caballo cansado. Porque son muchos
los meses que lleva detenido, inesperadamente detenido. Y esto revela
algo mucho más profundo. El acto de justicia por el que Núñez
se halla detenido, no es obra de ningún juez, sino de la perseverancia
de la familia Corzo y la consecuente militancia antirrepresiva de nuestra
organización.
Lo que
revela el proceso es que Núñez ya no es un policía
más, pero no por obra del arrepentimiento ni de la pluma de la
justicia. Núñez está dónde está y
ahora pide lo que pide, porque todo el andamiaje con el que su institución
y la justicia lo sostuvieron se cayó por el impulso, la organización
y la lucha antirrepresiva organizada. Un gran ejemplo de lo que provee
la organización: no aflojarles, no concederles, no desmoronarse,
sostenerse mutuamente con los compañeros, no confiar en nada
sino en las propias fuerzas.
Ha pedido
disculpas, meras palabras de ocasión para volver a su casa. Y
aunque hubieran sido sinceras, jamás las admitiríamos,
porque detrás de su crimen está la institución
que lo cobijó y que sigue con otros tantos Núñez
por ahí, sumando víctimas de nuestro lado. Nada de disculpas
entonces, contamos con 3.800 razones para rechazarlas.
Campaña:
Represión & Consenso.
Este verano,
el gobierno decidió no descansar en su tarea de reprimir al pueblo
y seguir perfeccionando las herramientas represivas. Un ejemplo de esto
es la Campaña Nacional “Verano sin Violencia Institucional”,
que se desarrolla en el marco de una mucho más grande y ya puesta
a funcionar llamada “Campaña Nacional contra la Violencia
Institucional”. Ambas campañas dependen del Ministerio
de Justicia y DDHH y son ejecutadas en las barriadas populares, centros
neurálgicos de la represión preventiva.
La campaña
cuenta con abogados kirchneristas que recorren los barrios populares
explicando qué hacer ante una detención. Lo que nunca
explican –no podrían hacerlo- es porqué se producen
esas detenciones arbitrarias. Es precisamente el gobierno que los manda
y les paga el sueldo el que mantiene vigentes las facultades policiales
para detener a cualquiera en cualquier lugar, incluso desobedeciendo
la condena al estado argentino que dictó en septiembre de 2003
la Corte Interamericana de DDHH en el caso Bulacio, ordenado la derogación
de todo el sistema de averiguación de antecedentes, faltas y
contravenciones.
Tampoco
dicen nada de los fusilamientos, las torturas y el hostigamiento al
que someten las fuerzas de seguridad estatales a los trabajadores y
el pueblo. Explicarlo exigiría reconocer que el gobierno kirchnerista
reprime, ya que es un gobierno que administra una sociedad dividida
entre una minoría rica, que explota y vive a costa de una mayoría
pobre, y que una sociedad así, sólo se sostiene con palos
y balas apuntando hacia el pueblo.
El gobierno
que arrastra la responsabilidad sobre el 58,94% de los 3.773 casos de
personas asesinadas por el aparato represivo del estado desde 1983,
lanza una campaña contra su propia violencia. ¿Doble discurso?
¿Contradicción? No, estrategia represiva.
Como decíamos,
el gobierno elegido en el 2003, y después también, para
reconstruir las instituciones del poder y someter a los trabajadores
y el pueblo, ha sido quien mejor supo aplicar las herramientas represivas,
ya que, reprime, pero con el menor costo político posible. Esto
lo logró a fuerza de fraccionar, comprar y, porque no, convencer
a muchos de los que años atrás luchaban con el pueblo,
pero también presentando “medidas progresistas” que
invisibilizan la represión y, a la par, aumentar la descarga
represiva. Una de ellas es esta campaña: ponen una cortina, escudándose
en el “algo hacemos”, mientras por detrás, y aprovechando
esa lavada de manos anterior, siguen reprimiendo a los pibes de los
barrios para evitar su organización.
Sabemos
que las soluciones no vendrán de parte de quien nos persigue,
nos mata y nos explota. Con o sin campaña, las balas siguen lloviendo
en los barrios. La organización y la lucha, también.
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Control
social y organización popular en San Pedro, Jujuy.
Escuchamos,
sin sorpresas, el relato que nos hizo Pablo, un compañero que,
junto a otros jóvenes, se está organizando en San Pedro,
Jujuy, para enfrentar la represión. Nos pintó un vivo
cuadro del nivel de disciplinamiento al que se somete a la población
de los barrios pobres en esa pequeña ciudad norteña de
70.000 habitantes. Torturas, amenazas, causas armadas, aprietes, todo
forma parte del menú al que recurre la policía jujeña
para consolidar el control social, en una zona del país donde
el narcotráfico es el negocio por excelencia de policías
y poderosos.
Juan Martín
Gómez, es el nombre de un joven jujeño de 28 años,
asesinado por un policía en la casa de otro policía. Ni
una palabra en los medios, ni locales ni nacionales. Es por eso, y porque
la situación va de mal en peor, que Pablo y un grupo de compañeros
decidieron empezar a organizarse con la gente en los barrios, para que
se tome conciencia de la situación y puedan enfrentarla.
Decíamos
que lo escuchamos atentos, pero sin sorpresas, porque, como le comentamos,
lo que nos relató es tan parecido a lo que sabemos que ocurre
en Fiorito, en Moreno, en La Matanza y tantos otros barrios. Tampoco
nos sorprendimos cuando nos contó que llevaron el reclamo a la
Secretaría de DDHH de la provincia, al mismísimo Remo
Carlotto, presidente de la Comisión de DDHH de la cámara
de diputados, cuando participó de una charla en la Facultad de
Humanidades. La respuesta de Carlotto fue "No sabía".
Ninguna respuesta encontraron –ni van a encontrar- tampoco por
parte de la Secretaría ni de ningún organismo oficial.
CORREPI
tomó el compromiso de impulsar y ayudar la organización
de los compañeros, que viajaron a Buenos Aires para hacer visible
la realidad que están padeciendo, y participaron del acto en
Plaza de Mayo el viernes 16.
Enterados
de la inminencia de una nueva reunión de las organizaciones que
integramos el Encuentro Nacional Antirrepresivo (ENA), los compañeros
aceptaron con entusiasmo viajar a Córdoba con nosotros, para
conocer las experiencias organizativas en el resto del país y
para incorporarse al Encuentro, como organización que le pone
el cuerpo a la lucha contra la represión.
FUENTE:
CORREPI
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