24 Septiembre, 2016 16:19
MEDIOS DE TRANSPORTE - CRISIS FERROVIARIA II
 
 

 

CRISIS FERROVIARIA II

PRE ANUNCIOS DEL COLAPSO FINAL


“Si una tragedia es anunciada y no se toman
medidas precautorias, se convierte en un crimen.”
Juan Carlos Cena

Por Juan Carlos Cena * especial para Villa Crespo Digital

3 de marzo del 2012

Cincuenta y un trabajadores muertos y más de 700 heridos. Sus familiares buscándolos desesperados en los hospitales, y en las morgues. Dolor, tristeza. Indignación por el hallazgo del cuerpo sin vida de Lucas Menghini después de más de dos días.

Cifras dolorosas, desde esta columna sólo decirles a todos los que han sufrido una pérdida o ha quedado accidentado que lamentamos profundamente lo sucedido.

¡Que sí hay responsables! La ira nos abraza. Todas las víctimas son trabajadores, docentes, estudiantes, gente del pueblo… El desprecio es un sentimiento que aflora y que tiene como destinatarios a los responsables. La justicia debe imperar por sobre la impunidad.

Todos los días, como una constante, ocurren accidentes en el transporte ferroviario Suburbano, ocultados celosamente por las empresas concesionarias y la CNRT. (Comisión Nacional de regulación del Transporte) órgano de control y de aplicación de los protocolos de seguridad. Sí, hay decidía, responsabilidades y complicidades, por un lado, improvisación, falta de personal, de mantenimiento en las unidades de inversión, por otro. Todo como consecuencia de la falta de políticas de Estado para el Transporte.

A consecuencia de ello, las unidades, o sea los coches de pasajeros, no reciben el adecuado, por no decir falta total, mantenimiento preventivo en los depósitos. Revisación de ejes, rodamientos (llantas y sus perfiles), suspensión, frenos, sistema eléctrico; y en las vías: señales, semáforos, conservación y renovación...y así.

Hay un desprecio y una insensibilidad manifiesta hacia los pasajeros. Los trenes del F.C. Sarmiento están plagados de falencias técnicas y el peligro es latente. Todos los otros recorridos, del T.B.A., están saturados de anomalías. T.B.A. es una de las empresas dedicadas al transporte, sus dueños: la familia Cirigliano.

Todos los trenes concesionados adolecen de las mismas deficiencias.

La crisis en el universo ferroviario es integral. Tanto en los trenes suburbanos, cargas y en los de cartón de pasajeros de larga distancia inaugurados con una gran pompa K. Abarca todo. No hay rincón donde, ella, la crisis, no esté presente. Pero hay crisis de finitud, el de este sistema perverso de las concesiones ferroviarias. Todo este sistema concesionarista va camino al colapso. Los accidentes de trenes fueron moneda corriente durante toda la etapa concesionarista, nosotros iniciamos estas denuncias y en el libro El Ferrocidio se plasmó integralmente. ¿Podemos inferir que el gobierno nacional continúa subsidiando los accidentes ferroviarios?

Desde el año 2004 cuando se constituye el Mo.Na.Re.FA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) seguimos alertando que se avecinaba un tiempo ferroviario plagado de accidentes.

Por otro lado, señalábamos que la Gerencia de Seguridad en el Transporte, que depende de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, publicó una estadística donde reflejaba que en el área metropolitana durante, por ejemplo, el 2003, fallecieron un total de 389 personas y 1.064 resultaron heridas de gravedad. .Cifras reveladas por el propio Secretario de Transporte que manifestaba: ‘La Argentina tiene un record importante de muertes en ferrocarriles: más de 400 por año’. Lo que no dice es porqué ocurren esos accidentes. Las cifras son demostrativas y hay que compararlas cuando los ferrocarriles estaban en manos del Estado. Veríamos como los ferrocarriles del Estado tenían sumo cuidado en las cuestiones de seguridad. Acá en el periodo privatista todas esas normas de seguridad se anularon, como así los sistemas de controles. Cifras actuales están diciendo que fallecen 1,5 personas por día, o sea, 45 personas por mes, sin contar heridos, o sea, 540 personas por año. Lamentablemente no hay cifras oficiales.

Cada maquinista se jubila con un promedio de 35 muertes en su recorrido laboral, y como dice un maquinista de Castelar: uno convive con los muertos debajo de la cama. Sentencia dolorosa que no es tomada en cuenta por nadie, absolutamente por nadie.

El protocolo de seguridad lleva el nombre R.I.T.O (Reglamento Interno Técnico Operativo). Tiene fuerza de ley, data de 1935 con sus modificaciones por los avances tecnológicos y nuevas normativas de tráfico ferroviario. Este reglamento jamás fue respetado por los concesionarios de cargas o pasajeros. El Estado administrado por este y otros gobiernos no tuvo la responsabilidad de controlar su aplicación.

Los sindicatos, son parte de ese universo perverso, son cómplices del Estado y de las concesionarias por silenciar estas anomalías y no proteger al empleado ferroviario cuando rechazaba la puesta en marcha de un tren con fallas antes de arrancar.

Las cifras son palmarias y hay que compararlas cuando los ferrocarriles estaban en manos del Estado. Veríamos como los ferrocarriles del Estado tenían sumo cuidado en las cuestiones de seguridad. Acá, en el periodo concesionarista todas esas normas de seguridad fueron anuladas por los concesionarios, como así los sistemas de controles, con anuencia de la Secretaria de Transporte.

La CNRT es la responsable del control integral de los modos de transporte, en este caso el ferroviario, es el órgano de control del Estado. La inoperancia de la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) es patética.

La secretaria de Transporte y el Ministerio de Obras y Servicio Públicos, el Poder Ejecutivo y la Comisión Parlamentaria del Seguimiento de las concesiones son los responsables directos de estas desgracias. La oposición política en forma integral sufre de anomia grave, propia de dirigentes políticos colonizados y mediocres.

Pero es para preguntarse si ¿es inoperancia o complicidad manifiesta? ¿Cómo es posible que se les hayan renovado, a estas empresas concesionarias, los subsidios?
El gobierno de la Alianza, presidido por de De la Rua, integrado por el progresismo pacato debe responder, también son culpables. Ellos renovaron los contratos con modificaciones sustanciales llamadas addendas. Están guardadas bajo siete llaves por los gobiernos que le sucedieron.

A pesar de las advertencias ¿Cómo es posible que sigan ocurriendo accidentes inhumanos por cuestiones de mantenimiento preventivo en todo el material rodante, vías y señalamiento?
En casi todas las líneas de trenes los sistemas de suspensión están vencidos, el bamboleo de los coches obedece al mal estado de las vías que no se les hacen la renovación o el cambio de durmientes y afirmación de balasto (piedras) en forma permanente, lo mismo que el sistema lateral de la suspensión.

En el sistema eléctrico de trenes suburbanos que toma la alta tensión, (electricidad) del llamado tercer riel, no tiene la protección suficiente, las maderas que cubren ese tercer riel están podridas, no han recibido el baño de creosotado o aceite para su conservación, algunas raídas , otras ausentes...

El Poder Ejecutivo Nacional ¿no sabe de las falencias graves de esas concesionarias en las prestaciones y en las violaciones de los contratos?

El ExDefensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino era claro: ‘Hace bastante tiempo que el Estado está en condiciones de rescindir las concesiones de la empresa Metropolitano, pues estamos ante una concesión cuya ejecución está llena de incumplimientos desde hace ya varios años’.

El accidente ocurrido en la Estación Once es producto del colapso de los ferrocarriles concesionados. La falla de los frenos es cosa corriente en ese ramal. Más de una vez los conductores conducen un tren con fallas en los frenos por las deficiencias en el compresor, cañerías atascadas por los herrumbres, pérdidas de aire de los depósitos, entre otras falencias. Los maquinistas y mecánicos dan la alarma. A los conductores les dicen desde Control, por una radio, que continúe. Al mecánico lo sancionan por obstruir el tráfico y así con la impunidad empresaria que sólo busca la ganancia máxima.

La cuestión de todos los accidentes debemos enmarcarla en la ausencia de políticas de Estado para el transporte. No hay políticas de Estado de este gobierno diseñadas para el control de transporte en general, pero en este caso el ferroviario.

Nunca se diseñó una política nacional de transporte, ni este gobierno ni los anteriores. Sólo se han favorecido al autotransporte automotor. A pesar de ello no se ha construido nada para la infraestructura vial. En cuanto al transporte de pasajeros ferroviarios sólo hay un negocio a través de los subsidios.

Es dable repetir que las fallas técnicas son la consecuencia de la falta de políticas para el transporte. No hay controles preventivos ni fiscalización sobre las obras comprometidas. No hay mejoras. Se viajaba como ganado, ahora es peor. Es suicida embarcarse. Los que viajan son pasajeros con necesidades serias de trabajo, seres llenos de valentías en busca del jornal.

La empresa TBA y el gobierno, en este caso, deslizaron un comentario perverso de que el conductor se durmió. Deslizamiento siniestro para eludir responsabilidades.
Es necesario repetir: Los sindicatos guardaron un silencio cómplice. Hoy se rasgan las vestiduras.

Los usuarios del ferrocarril deben escuchar, organizarse y actuar reclamando junto a los trabajadores ferroviarios que sí lo hacen.
Las vidas que transportan los trabajadores ferroviarios, a diario, son una responsabilidad, pero la responsabilidad principal es de la empresa que usufructúa la concesión, donde el Estado es el responsable principal que les da un subsidio para que efectúen una prestación, de acuerdo al contrato, que debe ser correcta.

Subsidio que rondaba, aproximadamente, en 4,5 millones diarios de pesos, recientes cifras hablan de 300 millones mensuales, 10 millones de pesos por día. Ahora es casi dos veces y media de lo que se daba antes de su desguace definitivo en los 90. Cuando demonizaban al sistema ferroviario por deficitario, con la diferencia que corrían todos los trenes de pasajeros por el territorio nacional, funcionaban los 37 talleres, 84 policlínicos y espacios de salud, laboraban 85.000 trabajadores. Hoy, con el destace del ferrocarril existen 1.200 pueblos fantasmas y los accidentes pasaron del nivel más bajo de su historia a esta siniestralidad en ferrocarriles y rutas sumamente preocupante.

Ferroviarios y usuarios deben actuar juntos, para contrarrestar la perversidad de la especulación que realiza, en este caso, este concesionario, pero donde están involucrados todos los concesionarios de pasajeros y carga, porque lo importante para ellos es que su política de lucro sea floreciente.

Podemos cuantificar que por la ausencia del ferrocarril hemos pasado de la Accidentologia a la Siniestralidad por la cantidad de accidentes y muertes en las rutas y en las mismas redes ferroviarias.

Como primera medida: este gobierno le debe quitar la concesión al TBA. Es la concesionaria junto ALL, de carga, que tienen el nivel más elevado de accidentes.
Debe, además, revisar todos los contratos de concesión, para que luego vuelvan al Estado. El gobierno debe rescatar los ferrocarriles con los inventarios en mano para comprobar y verificar que es lo que dejaron.

Los ferrocarriles deben volver a manos del Estado Nacional. Se debe terminar con las políticas concesionaristas. Los ferrocarriles en el mundo son estatales. Acá triunfaron las políticas tacherianas, políticas que fracasaron en su propio territorio. Los ferrocarriles ingleses regresaron al Estado.

Las primeras pericias son una falacia, Se percibe la ausencia de conocimientos técnicos. A estos los invito a que estudien cuestiones de la inercia y la calculen; y física, nivel secundario, sobre la ley de la impenetrabilidad de los cuerpos. Dicen que la clave es el desnivel entre los vagones, es una de las causales entre otras aseveraciones. No se habla de análisis metalográficos de las cañerías de frenos, juntas, válvulas condensadoras, filtros, zapatas de frenos o válvulas, todo es oftalmológico, o sea, a ojo No se ha convocado a ningún especialista con experiencia y conocimiento, así nos va señor Juez. Así nos va.

Es deber de todo Estado reconstruir los ferrocarriles. Reconstruirlos es reconstruir a la nación. No hay reconstrucción nacional posible sin la fuerte presencia del ferrocarril, para que integre de nuevo el país, que beneficie a las economías regionales, que restablezca la conexión perdida entre pueblos y regiones y, para que en todos los pueblos abandonados retorne la vida.

No es cierto que no hay otro plan para los ferrocarriles y el transporte, quienes dicen eso son los que nada saben: intelectuales, economistas y los gatopardos que algo saben y se callan, esperando ser convocados a la danza de los acomodos, y aquellos que desguazaron las empresas del estado. Nadie habla del tema ferroviario y del transporte, porque hay que decirlo, no saben, no conocen y no pueden hacer un curso acelerado. El colonialismo fabrica colonizados.

Para que la recuperación sea integral y positiva debe existir un control del Parlamento, que en este sentido no ha funcionado, deben ser elegidos los nuevos reconstructores del ferrocarril a los que verdaderamente son conocedores e idóneos en la materia, por concurso, con un control muy férreo sobre la caja y la aplicación de los recursos, entendiendo que la corrupción no sólo mata, sino destruye integralmente el cuerpo social. Sino veamos la realidad, en los ferrocarriles y en el resto de las empresas que fueron del patrimonio nacional.

Por ello, para hacer posible, la recuperación de los ferrocarriles para la nación, lo nacional debe unirse a lo popular y lo democrático. Y lo popular y democrático no puede realizarse sin la independencia nacional. Ahora, eso sí, se necesita coraje, decisión y estar alejados de los intereses económicos anticoloniales. Es necesario un nivel de patriotismo que hoy está sumamente escaso.

* Técnico especialista en Transporte y Transporte Ferroviario.
* Miembro fundador del Mo.Na.Re.Fa y del Instituto de Estudios Ferroviarios del Transporte
* Ex Secretario General del Personal Técnico de Dirección - Organismo Central (1984-1989)
* Autor de los libros: El Ferrocidio y Ferroviarios Sinfonía de Acero y Lucha, entre otros y de numerosas investigaciones sobre la temática.

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