CINE
ACONCAGUA
Por
Javier Vedda especial para Villa Crespo Digital
1º
de agosto del 2013
Cine
Aconcagua ¡Pare de sufrir!:
El
5 de noviembre de 1945, por primera vez, gracias a Patti que se
dedicaba a la construcción de viviendas, se proyectó,
en el cine ubicado en la avenida Mosconi casi esquina Campana, la
película rusa Arco Iris. Con una sala con capacidad total
para 1200 localidades en su planta baja y pullman en planta alta;
con un escenario de importante superficie tras el cual se albergan
espacios para servicios y camarines.
El
Cine Teatro Aconcagua era un lugar ideal tanto para la proyección
de largos y cortometrajes y para la exhibición de espectáculos
teatrales y musicales de primer nivel como de nuevos artistas y
artistas en formación de la zona, que en estas épocas
demandan un lugar donde exponer su obra y/o expresar su arte.
Pero,
lamentablemente, a raíz de los descubrimientos iba perdiendo
poder. En la década del ’60 soportó la competencia
de la televisión hasta que en la década del ’80
fue decayendo su concurrencia por la difusión de la video
casetera. En los ’90 recibió el impacto de la televisión
por cable y debió cerrar en 1996.
En
ese momento, la compró la Iglesia Universal, agrupación
religiosa brasilera, famosa por sus programas televisivos en horarios
nocturnos, creada 20 años antes de comprar el Complejo, pero
10 años después, el inmueble quedó en desuso.
Sin embargo, la estructura sigue intacta, lo que hace pensar que
con las modificaciones edilicias necesarias es posible reactivarlo
como Complejo Cultural, lugar en el que desarrollen distintas manifestaciones
artísticas y culturales.
El
final todavía es un enigma, pero la secuencia fue así:
los vecinos juntaron firmas e impulsaron proyectos para recuperar
el complejo; la Legislatura porteña sancionó una ley
para su expropiación y puesta en valor a fines de 2011; pero
el Ejecutivo porteño la vetó la semana pasada al argumentar
que no es económicamente viable y que en los barrios de Devoto
y Villa Pueyrredón hay suficientes centros culturales.
A
pesar de eso, el joven Román Bonani, un vecino de 16 años,
estudiante y de corazón soñador decide hacer algo
por el Cine por el que pasaba caminando a diario y que permanecía
cerrado después de haber sido ocupado por el templo religioso
durante cinco años.
Junto
a un grupo de amigos de su edad decide armar un espacio en la red
social Facebook, desde donde impulsa su iniciativa titulada "PARA
QUE EL "CINE ACONCAGUA" VUELVA A SER EL CINE/TEATRO QUE
ALGUNA VEZ FUE", al cabo de no más de dos meses el espacio
había agrupado más de 2.000 seguidores, que apoyaron
la iniciativa desde Internet; mientras por fuera del espacio virtual,
con el apoyo de vecinos y el Centro de Jubilados Juvenilia de Llavallol
5560 se comienza una campaña de recolección de firmas
que superaron las 4.000 a los tres meses de comenzar la campaña.
En
la actualidad se coordinan reuniones semanales donde se decide conformar
una asociación civil para tener una mejor representatividad
y presencia más fuerte y organizada ante organismos oficiales.
Norberto
Malaguti es secretario de la Junta de Estudios Históricos
de Devoto. Vio en el Aconcagua su primera película de terror,
El hombre y la bestia, a los cinco años y recuerda que “había
que ir bien vestido, sin zapatillas ni jeans”. Dice que se
podría aprovechar el buen estado edilicio del cine. Para
la Junta, el problema estaría en que la Ciudad “quiere
tener un control absoluto de la cultura”.
Los
vecinos hacen todo lo posible para que el Complejo del Cine Aconcagua
deje de sufrir.
RELACIONADO:
http://www.villacrespomibarrio.com.ar/2012/comunas/repudio%20aconcagua.htm
http://www.villacrespomibarrio.com.ar/2012/comunas/veto%20aconcagua.htm
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