BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 688
|
Por Correpi especial para Villa Crespo Digital
24 de
marzo del 2013
Del 24
de marzo del 2013
Sumario:
1.
24 de marzo.
2.
Aumento del 681% en el presupuesto para reprimir y la “desmoralización”
policial.
3.
Triple gatillo fácil en Quilmes.
4.
Polichorro y poliviolador.
5.
Sala Alberdi: frente a la represión, respuesta organizada y colectiva.
6.
Próximas actividades.
24
de marzo
Mientras
exista una sociedad en la que algunos pocos poseen y otros muchos no,
será necesario un estado que garantice esa desigualdad. La represión,
que adquiere distintas formas según la coyuntura, es una de las
herramientas para perpetuar la explotación. El 24 de marzo de
1976 marcó el inicio de una etapa en la que era necesario agudizar
la represión, debido al nivel de organización y lucha
que el pueblo había alcanzado. Por aquel entonces, con el objetivo
de insertar el modelo económico neoliberal en nuestro país
y ante la amenaza que presentaba toda una generación convencida
y comprometida con un cambio social que revirtiera el orden vigente,
se recurrió al franco terrorismo de estado, con un plan sistemático
de secuestro, tortura y asesinatos que dejó como saldo 30.000
compañeros desaparecidos, una clase trabajadora desarticulada
y una sociedad disciplinada.
Con el
objetivo de derrotar la organización popular cumplido, siete
años después volvió la democracia. La presión
popular no era ya una amenaza para la hegemonía de los poderosos.
Con las leyes de obediencia debida y punto final de los radicales, y
el indulto de los peronistas, los genocidas podían descansar
tranquilos. Ante este escenario, tomaron protagonismo otras formas represivas,
dirigidas a ejercer el control social sobre los más pobres, para
asegurarse que "nunca más" se pusiera en disputa el
sistema.
Herramientas
de esta represión preventiva, como el gatillo fácil, la
tortura en cárceles y comisarías y el constante hostigamiento
a los pibes en los barrios, resultan eficaces para mantener al pueblo
callado y evitan la indispensable organización popular. Pero
como el pueblo trabajador siempre resiste, se organiza y pelea, cuando
fue necesario se empezó a profundizar, también, la persecución
a los trabajadores organizados con herramientas de represión
selectiva, desde la represión directa a las movilizaciones y
otras medidas de lucha, hasta la criminalización de la protesta,
que incluye iniciativas como las leyes antiterroristas y el Proyecto
X. Los trabajadores del Garrahan, los de la línea 60, los presos
de Bariloche, Las Heras y Corral de Bustos, son sólo algunos
ejemplos de la sistematicidad que ha tomado la criminalización
de la protesta en este gobierno, que dice luchar por los DDHH.
Por otro
lado, la tercerización de la represión, a través
de patotas, también ha sido un mecanismo rescatado por el kirchnerismo
para reprimir con menor costo político. El asesinato de Mariano
Ferreyra es un claro ejemplo de esta dinámica que se pone en
evidencia bajo una de las formas más efectivas a la hora de denunciar
las injusticias de este sistema: la movilización popular.
A 30 años
del retorno constitucional, la represión del estado argentino
tiene más de 3.800 muertos en su haber, de los cuales, 210 están
desaparecidos y 68 fueron asesinados por luchar. Los procesados por
luchar ya son más de 5.000.
Durante
el gobierno kirchnerista, los asesinados fueron 2.224, 19 en la represión
a la protesta; 79 desaparecidos. Éstas son cifras objetivas que
desmienten la farsa discursiva del autoproclamado gobierno "de
los DDHH".
Por eso,
a 37 años del golpe militar, sostenemos que la única forma
de reivindicar a los compañeros caídos es continuando
su lucha.
¡BASTA
DE CRIMINALIZAR Y ASESINAR A LOS QUE LUCHAN!
¡BASTA
DE GATILLO FÁCIL, TORTURAS EN CÁRCELES Y COMISARÍAS,
Y DETENCIONES ARBITRARIAS!
¡30.210
DESAPARECIDOS PRESENTES!
FRENTE
A LA REPRESIÓN, ¡ORGANIZACIÓN Y LUCHA!
Aumento
del 681% en el presupuesto para reprimir y la “desmoralización”
policial.
El pasado
1º de marzo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner,
en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento,
confesó que, desde 2003, el presupuesto interanual destinado
a “seguridad” creció un 681%, lo que significó
pasar de 2.900 millones a 23.133 millones de esa fecha hasta 2012.
En el
desglose de las partidas, CFK ilustró que la gendarmería
nacional recibió un aumento del 953%, y la cantidad de efectivos
subió un 65%, llegando a un total de 12.700 gendarmes. La prefectura
naval recibe hoy un 841% más que al inicio del gobierno kirchnerista,
con un 25% más de efectivos, que ya son 4.109.
La menos
agraciada fue la policía federal, que aumentó sus ingresos
en un 584%, y tuvo un 18% de aumento de personal, lo que redundó
en un total de 6.800 efectivos. En síntesis, las fuerzas represivas
dependientes del Poder Ejecutivo Nacional pasaron, ente 2003 y 2012,
de75.000 a 100.248. A ello debe agregarse el equipamiento bélico
adquirido, con vehículos livianos y pesados, motos, helicópteros,
aeronaves, escáneres, cámaras y equipos de rayos X.
Hacia
el final de su discurso, CFK dijo “la fuerza también se
desmoraliza cuando apresa a gente y ven que al otro día esa gente
queda en libertad”.
Desde
CORREPI denunciamos:
Que
este aumento del 681% en el presupuesto de la “seguridad”
desde 2003 hasta 2012 se ve traducido en el aumento del 108% de asesinados
por la represión estatal comparado con el decenio anterior, 1993/2002.
Que durante la “década pérdida” del menemismo
la cantidad de asesinados por el aparato estatal ascendieron a 597,
mientras que, en la “década ganada” de los K, los
asesinados fueron –hasta noviembre 2012- 2.224, lo que representa
un aumento del 272%, en igual cantidad de tiempo.
Que durante los 20 años transcurridos desde 1983 hasta la asunción
en 2003 de Néstor Kirchner, la cantidad de asesinados por el
aparato represivo fueron 1.573, mientras que en era K fueron 2.224,
superando a todos los gobiernos anteriores juntos y con el “mérito”
de haberlo logrado en la mitad de tiempo.
Que desde el argumento falaz de la “desmoralización de
la fuerza”, la presidenta las convoca a incrementar la represión
y el gatillo fácil en los barrios.
Que, si de porcentajes se trata, los difundidos por Cristina Fernández
dejan bien claro lo que CORREPI viene denunciando desde hace tiempo:
INSEGURIDAD, ES LA POLICIA EN LAS CALLES.
Triple
gatillo fácil en Quilmes
Una vez
más queda claro cómo los discursos de la institución
policial, la agencia judicial y los medios de comunicación se
articulan de modo de justificar y encubrir las prácticas represivas
del estado y el uso de la fuerza letal de la policía sobre los
sectores populares.
Los hechos:
el domingo 3 de marzo, a las 6.45 de la mañana, unos 15 pibes
entre 15 y 23 años volvían del festejo de un cumpleaños
en el boliche Maruca en la Ribera de Quilmes. Caminaban por una calle
sin veredas, ocupando la calzada. Un automovilista impaciente, en lugar
de pedir que le abrieran paso, les tiró el auto encima. Ante
este prepoteo, la reacción lógica de los pibes fue gritar
y patear el auto, en el que viajaba un subcomisario de la 1ª de
Quilmes, Alfredo Alberto Veysandaz, que se bajó con su pistola
Glock calibre 357 en la mano y empezó a los tiros.
Un disparo
mató a David Vivas, de 23 años, y otro a Javier Alarcón
de 15 años. El tercero hirió Marcelo Luquez (23), hermano
de Javier. La determinación homicida queda expuesta en las autopsias:
Javier recibió un disparo por la espalda, que hizo estallar su
columna vertebral y atravesó sus pulmones, y a David le disparó
con el arma apoyada en la cabeza, en la parte superior de la frente.
El tiro produjo el estallido de su bóveda craneana. Luego, subió
al auto y huyó del lugar, hacia su casa en San Martín,
previo ser auxiliado por sus colegas de la zona, que echaron un balde
de agua sobre el auto para limpiar la sangre y materia cerebral de David,
que cayó contra el capot.
A libro
cerrado, los diarios reprodujeron la versión policial: "Dos
“pirañas” murieron y otro resultó herido,
tras ser agredidos a balazos por “un vengador anónimo”,
a quien pretendieron robarle el automóvil que conducía,
en un tremendo suceso registrado en la localidad bonaerense de Quilmes".
"Dos jóvenes murieron baleados y otro permanece gravemente
herido tras protagonizar un violento intento de robo en Quilmes, cuando
intentaron llevarse un automóvil, pero apareció el propietario
y los atacó con un arma de fuego".
Estas
tácticas deliberadas de desinformación reproducen el discurso
hegemónico y derivan en la legitimación de prácticas
represivas por parte de las instituciones estatales. Contribuyen a la
construcción de consenso acerca de cómo resolver los "problemas
de inseguridad", fomentan la naturalización de estos hechos
por parte de un amplio sector de la población y, sobre todo,
garantizan la impunidad de los asesinos.
A pesar
de la presión policial, que de inmediato cayó sobre los
chicos para forzarlos a admitir la tesis del “violento robo”,
con una firmeza admirable lo resistieron, y declararon lo que había
sucedido realmente. Más de un vecino de la zona avaló
sus palabras. Se sumó a ello la movilización del barrio,
acompañado por organizaciones de la zona, como los compañeros
de Hagamos lo Imposible de Quilmes. Tras una semana de cortes en la
autopista a La Plata, pintadas y otras movidas, el capitán Veysandaz
fue identificado, detenido e indagado por el doble homicidio y las lesiones.
En su relato, el policía se victimizó, alegando que tiene
diabetes, que “vio todo oscuro”, que “escuchó
disparos a lo lejos” y no reparó que eran de su propia
arma... Y que no presentó espontáneamente porque al día
siguiente “tuvo una gastroenterocolitis...”.
Las madres
de David y Javier, y el propio Marcelo, han tomado intervención
en la causa penal, acompañados por CORREPI, mientras se sostiene
la movilización para exponer una nueva vuelta de tuerca de la
política represiva estatal.
Polichorro
y poliviolador
Dos efectivos
de la policía federal debieron ser separados de sus cargos ante
el escándalo de los hechos cometidos: robo a mano armada y violación.
Por un lado, el cabo Nicolás Andrada, de la delegación
de Tres de Febrero, a bordo de una moto y arma en mano, robó
$2.000 después de efectuar dos disparos a Rolando Quiroz en Laferrere.
Fue la propia familia de Quiroz quien lo atrapó, después
de salir a perseguirlo.
Por el
otro, un oficial de la seccional 15ª, cuyo nombre no fue dado a
conocer, fue detenido por abusar sexualmente de su hijo y de otros menores.
La denuncia fue hecha por su esposa en los tribunales de San Martín.
No debe
confundirnos que ambos fuera detenidos y separados de sus cargos: no
se trata de hechos aislados, o de excepcionales situaciones de corrupción,
sino de dos hechos más que muestran y confirman que la policía
es un elemento clave en la organización y ejecución de
la criminalidad, aunque digan que están para combatirla.
Ya sea
por protagonizar estos hechos, por ser cómplices en su realización
o por garantizar impunidad en su propio beneficio, diariamente vemos
cómo los integrantes de la fuerzas de “seguridad”
son parte de las redes delictivas que tan preocupados tienen a los gobiernos
de turno.
Sala
Alberdi: frente a la represión, respuesta organizada y colectiva
Después
de dos meses de tensión, a partir que el cierre del Centro Cultural
General San Martín obligó a los compañeros de la
Sala Alberdi a sostener un acampe en la Plaza Seca para garantizar la
continuidad de la toma que comenzó hace más de dos años
para defender ese espacio de arte y cultura popular, el martes 12 de
marzo el gobierno de la Ciudad aprovechó la tregua pactada con
el ministro de Cultura Hernán Lombardi, y resuelta por los compañeros
para neutralizar la amenaza de despidos de los trabajadores del centro.
En horas
de la tarde, los grupos especiales de la policía metropolitana,
apoyados por la policía federal, rodearon el Centro Cultural
y cerraron las rejas de la plaza seca, dejando encerrados a unos 15
compañeros. De inmediato comenzaron a concentrarse más
compañeros en la zona, que a las pocas horas, lograron atravesar
el cordón policial, liberar a los compañeros y retomar
la plaza seca. Al mismo tiempo, se instalaron cortes simultáneos
con fogatas y barricadas desde Montevideo hasta Callao, tanto por Corrientes
como por Sarmiento.
La reacción
del gobierno de la Ciudad llegó poco antes de la medianoche,
cuando la policía metropolitana descargó todo su arsenal
sobre los manifestantes. El saldo, cuatro detenidos, que fueron trasladados
a Parque Patricios; decenas de heridos por los escopetazos con postas
de goma, y tres heridos por armas de fuego con proyectiles de plomo.
Es significativo
señalar que casi todos los heridos de bala son integrantes de
los medios alternativos de comunicación, nucleados en la Red
Nacional de Medios Alternativos, que estaban presentes cumpliendo su
tarea periodística. Evidentemente, la orden que recibió
la policía metropolitana fue tratar de evitar que quedaran registros
fotográficos y fílmicos de la represión en manos
de trabajadores de prensa independientes.
Desde
CORREPI, en acción común con CADEP y COPODH, asumimos
la defensa de los compañeros arrestados, que, aunque fueron liberados
al día siguiente, quedaron imputados por los típicos delito
usados en estas circunstancias, “atentado y resistencia a la autoridad”,
y “daños”. Las tres organizaciones antirrepresivas
también nos pusimos a disposición de los compañeros
heridos, y estamos reuniendo los materiales necesarios para promover
querella contra los represores, unificando en una sola las causas iniciadas
desde los hospitales que asistieron a los heridos de bala.
Así,
en forma colectiva y organizada, defenderemos a los compañeros
encausados y contribuiremos a la denuncia pública por la represión,
y a la campaña de solidaridad con los compañeros.
Próximas
actividades:
-Seguimos
haciendo el aguante a la Sala Alberdi en el acampe en Paraná
y Sarmiento.
-En marzo,
martes, jueves y viernes, siguen las audiencias en el juicio a los asesinos
de Mariano Ferreyra, en Comodoro Py 2002.
-Marchamos
de Congreso a Plaza de Mayo el 24 de marzo. CORREPI concentra a las
14:30 en Plaza Lorea (Av. de Mayo y L. S. Peña).
FUENTE:
CORREPI
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