MONAREFA
EL
FERROCARRIL ES UNA CUESTIÓN NACIONAL
CAMINO AL INFIERNO EN EL TREN DE LAS NUBES
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EL
FERROCARRIL ES UNA CUESTION NACIONAL
CAMINO AL INFIERNO EN EL TREN DE LAS NUBES
Parte II
El
hombre es el que se atreve
a mucho, por eso construyó
el Ramal C-14, de Salta a Socompa.
JCC
Juan
Carlos Cena* especial para Villa Crespo Digital
28
de junio del 2013
Cuando
asume el presidente Juan Domingo Perón le da un nuevo impulso
a la obra y, en enero de 1948, a la sombra del volcán Socompa,
se unen finalmente las vías argentinas y chilenas. Poco después,
el 20 de febrero, aniversario de la Batalla de Salta, y con 27 años
de durísimo trabajo, se inaugura oficialmente.
Este
no es el único paso, como dicen algunos ignorantes. Está
el de Mendoza -Los Andes cerrado para favorecer el paso de camiones,
es decir, la industria del transporte automotor. Pero ahí están,
son incapaces y no pueden cruzar cuando la cordillera está nevada.
En cambio, el tren siempre superó todas las inclemencias del
tiempo.
Por
eso, nuevamente, cobran importancias ambos pasos que pertenecen al Ferrocarril
Belgrano, tienen salida al Pacífico a través de los corredores
bioceánicos, apoyado entusiastamente por el Banco Mundial a través
de IIRSA y el ZICOSUR.
Estas obras de ingeniería son consideradas únicas no sólo
por su traza, sino que además por la descomunal belleza que la
rodea.
UNA
HISTORIA QUE SUCEDIÓ Y QUE TUVO MUY POCA PRENSA
Hoy, tiempos de privatizaciones, concesiones y prebendas, en este ramal,
el llamado Tren a las Nubes que en principio fue concesionado a una
empresa llamada Trenes y Turismo que hace unos años dejó
varado a 460 pasajeros en medio de la cordillera. La historia continúa
con tubos de oxígeno insuficientes, de acuerdo a lo que en su
momento confirmó la misma concesionaria: Trenes y Turismo SA.
Las frazadas que se cargaron para el viaje sólo alcanzaban para
entregar una cada diez personas. O sea, en los vagones iban más
de 460 pasajeros y solo 50 mantas.
No había
planes de contención y evacuación, todo se tuvo que improvisar.
En otros tiempos, cuando al ferrocarril lo administraba el Estado, iban
dos locomotoras, doble dotación de personal, técnico y
sanitario. Nada de eso ocurre hoy porque lo más importantes es
la ganancia y el lucro, por ello, se suprimieron todos los elementos
de seguridad y de atención médica.
El plan
de evacuación debió improvisarse y las fuerzas de seguridad
de San Antonio de los Cobres, más un número importante
de voluntarios, fueron fundamentales para rescatar a todas las personas
detenidas a la altura de Mina Concordia, a 17 kilómetros del
pueblo. La formación que había partido un sábado
a las 7 de la mañana desde la estación de Salta, no contaba
con locomotoras de respaldo por cualquier desperfecto que sufriera la
máquina que tiraba los vagones cargados de turistas, cada uno
de los cuales había pagado más de 70 dólares (hoy
saque sus números de acuerdo al dólar oficial o en casas
de cambio) para subirse al tren.
A poco
más de 48 horas de ocurrido el desperfecto mecánico, no
el único, los pasajeros renovaron sus reclamos, considerando
que habían sido abandonados en medio de la cordillera "sin
el más mínimo plan de contingencia".
"Sufrimos
abandono de persona'' “Hasta que se paró el tren hubo calefacción,
después cada vez menos. Cuando salí del coche tipo 7.30
(de la tarde del sábado) ya no había calefacción,
no había nada. El frío era intenso, era una cosa impresionante''.
Esta es sólo una parte del relato de Stella Maris Anzola, una
de las pasajeras que subió al vagón 405 del Tren a las
Nubes.
La mujer
acumula bronca y angustia por lo que les pudo haber pasado en la Puna,
donde tuvieron que padecer una temperatura de varios grados bajo cero
sin ropa de abrigo y sin calefacción. Descarga su enojo en los
responsables del servicio a quienes criticó porque -según
sus palabras- todo el pasaje sufrió un ``alevoso abandono de
persona, porque desde Salta tuvieron que enviar un médico y hasta
un botiquín básico. Al médico del tren no lo vimos
nunca, el sábado no lo conocí''.
`El intendente
de San Antonio de los Cobres puede estar orgulloso de su pueblo. No
puedo decir lo mismo de los responsables del tren'', dijo Stella Maris.
Aquí hizo un alto para contar que programó el viaje con
él, quien tiene su historia familiar ligada al ferrocarril ya
que su padre fue jefe de la estación de San Enrique.
`La gente
de piel color tierra y labios paspados, esa gente nos acarició
el alma. Ellos nos salvaron, la gente de San Antonio de los Cobres,
porque con sus vehículos nos trasladaron desde la mina La Concordia
hasta la hostería'', comentó. El relato de Stella Maris
se mezcla con la emoción y el orden lo imponen los recuerdos
de lo que vivió hasta la hora que se inició la evacuación:
desde que el tren se detuvo, a la hora de las siesta, los coordinadores
sólo les sirvieron café, té de coca y algunos ``bizcochos
chicos''; también recuerda a la esposa de un médico español
a la que tuvieron que hacerle masajes en las piernas porque ``temblaba
toda'' y el abrazo que tuvieron que darse con una mendocina y dos francesas
para evitar que el frío las tirara.
`Sentía
el frío por todos lados, era una cosa impresionante. Y fue entonces
cuando a una mendocina y a dos francesas les dije que nos abrazáramos
para darnos calor e hiciéramos respiración profunda para
evitar que el frío nos tirara''. Cuando la mujer cuenta los detalles,
recuerda que sólo fue atendida por una enfermera de Gendarmería
e insiste en destacar la ayuda que recibieron de los vecinos del pueblo
hasta que retornaron a la Capital, a donde llegaron alrededor de las
cuatro del domingo siguiente a la partida.
"La
gente tenía frío y problemas estomacales" sostuvo
Raquel Coria que fue una de las primeras que llegó a la formación
detenida en Mina Concordia, a 17 kilómetros de San Antonio de
los Cobres. Como enfermera de Gendarmería tuvo un rol central
en la atención primaria de los pasajeros. "Preparamos la
ambulancia y salimos hacia el lugar donde estaba el tren.
“Allí
nos comunicamos con la gente responsable del tren y nos informaron que
en un vagón había personas que necesitaban atención.
Era la tardecita y quedaba poco tiempo de luz", relató la
enfermera.
De acuerdo
a lo narrado por el gendarme encontraron un clima de mucho nerviosismo
dentro de los vagones y "mucha bronca". Las primeras atenciones
fueron para las personas mayores que presentaban cuadros de hipertensión
arterial y jóvenes con hipotermia porque habían viajado
con poco abrigo y las mantas que había en el tren fueron insuficientes.
"También encontramos algunos cuadros de dolores estomacales
y descomposturas", indicó Coria.
La presencia
de los primeros vehículos se produjo a las cuatro horas de la
detención del tren. En ese momento, el pueblo de San Antonio
se movilizó para dar respuestas ante la falta de previsiones
de parte de la empresa concesionaria.
"Lo
primero que hicimos fue controlar la presión arterial de las
personas mayores y proporcionar oxígeno que llevamos en la ambulancia
desde nuestra base. El trabajo terminó después de la una
de la mañana", explicó Coria.
De acuerdo
al relato de los pasajeros, la ayuda de los médicos externos
-del hospital y las fuerzas de seguridad- fue clave porque en la formación
había un sólo profesional de la salud y un enfermero,
suficientes para atender los percances habituales de "apunamiento"
pero escasos para hacer frente a un hecho como el del sábado.
Cerca de las dos de la mañana del domingo, los casi 500 pasajeros
del tren salen de San Antonio de los Cobres rumbo a Salta, a bordo de
los 11 colectivos que la concesionaria había dispuesto para el
traslado. El pueblo, a esa hora, volvía lentamente a recuperar
la calma que había perdido en uno de los días más
fríos de aquel año en la Puna.
Esta historia
nos sirve para analizar correctamente que el problema del ferrocarril
es una cuestión nacional, pero sustancialmente que el Ferrocarril,
lo inicio con mayúsculas, a propósito, requiere de una
política de Estado, hoy inexistente.
Por ello
en los ferrocarriles concesionarios reina el desprecio por los usuarios
de tren y de todos los servicios. Así el Estado que no está
ausente, sino consciente, que conciente este tipo de anomalías
graves, aunque después quite la concesión o aparente quitársela.
El F.C. Belgrano Cargas es el responsable del mantenimiento del ramal:
sus vías, puentes, alcantarillas, viaductos y terraplenes, éste,
brilla por su ausencia. Los puentes de los viaductos, sufren por las
diferencias de temperaturas (bajas y altas), dilataciones y contracciones
en sus estructuras, por ese proceso se aflojan remaches y bulones. Todos
los años, cuando el ferrocarril era estatal se realizaba el mantenimiento,
es decir, el ajuste de esos elementos. Hoy, todo es ausencia.
Hoy ese
ramal, C-14 Salta – Socompa, es uno de los preferidos por el Banco
Mundial, las multinacionales graneleras, y nacionales. Todo es negocio.
No hay proyecto de Nación. Todo es un páramo, como la
soledad de Abra Pampa. Será un ferrocarril sojero/granelero al
servicio, Cargill, Monsanto, Bunge, Aceitera General Deheza. Será
restablecido todo el F.C. Belgrano Cargas a través de un crédito
del Banco Mundial que pagará la Nación.
*Miembro
fundador del Mo.Na.Re.FA. (Movimiento Nacional por la Recuperación
de los Ferrocarriles Argentinos)
•
Miembro fundador del MONAREFA.
• Autor entre otros de: FERROCARRILES ARGENTINOS DESTRUCCIÓN
/ RECUPERACIÓN.
• EL FERROCIDIO
• FERROVIARIOS SINFONIA DE ACERO Y LUCHA
• Ex Secretario General del Personal Técnico de Dirección
de los Ferrocarriles Argentinos 1984 – 1989.
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