DÍA DE LA PACHAMAMA
EL DÍA DE LA MADRE TIERRA
1°
DE AGOSTO
Por
la Redacción de Villa Crespo Digital
6
de agosto del 2014
El
culto tiene cambios y diferencias de acuerdo al espacio geográfico,
cultural y las costumbres ancestrales.
En el caso de la región andina es la más antigua,
se afirma que es anterior al culto a Inti, el dios Sol de los Incas.
El
1 de agosto, Día de la Pachamama, se impone agasajar con
manjares a la Gran Madre Tierra y tomar una copita de caña
con ruda para alejar los maleficios, tener buena suerte y salud.
Es
dueña de las cosechas y del ganado, es rectora de las estaciones
y proveedora de vida, el hombre no puede menos que reverenciarla
una vez al año, tal como a ella le gusta, porque los enojos
de la Pachamama son de temer: terremoto, sequía, inundación,
helada, incendio, granizo, huracán, hambre, enfermedad y
muerte.
En
el norte andino, el ritual incluye cavar un hoyo donde se mete una
olla de barro con comida, pan y dulces, espigas de choclo, una botella
de chicha o aguardiente, tabaco y hojas de coca, para "carar"
(alimentar) a la Pachamama, el que luego se cubre con piedras, hasta
formar un montículo llamado "apacheta".
La
veneración a la diosa Tierra es quizás la más
antigua de la región andina sudamericana, hasta el punto
que algunos autores la consideran anterior al culto a Inti, dios
Sol de los incas.
"En
tiempos de los incas el centro divino cambió trasladándose
al Sol, y el culto a la Pachamama fue oscurecido y desplazado",
rememora Huaman Luis Alberto Reyes, en sus escritos doctorales sobre
religiones indígenas americanas.
Sin
embargo, el culto a la Pachamama sobrevivió, porque "la
dualidad inca permitía -dice- que lo alto y masculino tuviera
su contraparte baja y femenina"; y además, porque "el
culto oficial del Sol tenía un sentido elitista: correspondía
propiamente a los hijos de Inti, no a los simples hombres del pueblo".
Con
la conquista española, Inti fue reemplazado por el Dios cristiano
y con el tiempo se extinguió; pero a falta de otra diosa
femenina, el culto a la Pachamama, en cambio, adquirió fuerza.
"Cuando
Pizarro mata a Atahualpa, cuando el Sol es derrotado por el Dios
de la Biblia, se produce un curioso fenómeno: por un lado,
Inti es reemplazado con relativa facilidad por el Dios cristiano,
que también es varón y tiene su dominio en los cielos";
y al contrario, "de las profundidades de la más antigua
historia americana, reaparece el culto a la Pachamama", cuenta
Reyes.
Las
comunidades indígenas del noroeste argentino, Chile, Bolivia
y Perú le riden culto a la Pachamama durante un mes. Para
los atacameños de la Puna chilena, el Día de la Pachamama
es también su Año Nuevo: ese día comienza la
Primavera, que para el calendario oficial nacerá recién
en septiembre.
Según
una leyenda, la diosa habita en el macizo del Nevado de Cachi (Salta)
a 6.380 metros sobre el nivel del mar, en una de cuyas ocho cumbres
habría un lago y una isla, donde un toro de astas doradas
la custodia y emite nubes de tormenta al bramar.
Se
la identifica con la Tierra, pero Pacha, en kolla, Significa "tiempo".
Rigoberto Paredes, estudioso de la tradición indígena,
dice que "el mito debió referirse primitivamente al
tiempo, vinculado en alguna forma con la Tierra: el tiempo que cura
los dolores, el tiempo que distribuye las estaciones".
Las
diversas lenguas indígenas habrían simplificado luego
esta matriz y convertido a la Madre Tiempo en Madre Tierra. Llegado
el momento, se la sirve a los seres queridos para que tengan un
buen año. En el noroeste del país también se
estila colocar amuletos: en el tobillo, la muñeca o el cuello,
se ata un hilo blanco y negro de lana de llama o de oveja, hilado
hacia la izquierda, y se lo conserva puesto hasta que se rompa.
En Salta y Jujuy, la celebración tiene tanta importancia
como las fiestas conmemorativas de la Virgen María, a la
que también se le ofrecen "apachetas": la única
diferencia es que a la procesión de la Virgen la preside
un cura y a la de la Pachamama, un chamán.
Caracteres:
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