Por
Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo
Digital
19 de junio del 2014. Actualizado el 15 de julio del 2020
Este
11 de junio se cumplió un nuevo aniversario de la fundación
de la ciudad de Buenos Aires, 440 años de aquella segunda
llegada de los conquistadores españoles. Esta conmemoración
y recuerdo lo haremos retomando algunas plumas que escribieron sobre
esta ciudad de antes…
BARRIO
DE TANGO
LETRA DE HOMERO MANZI / MÚSICA DE ANÍBAL TROILO
1942
Un
pedazo de barrio, allá en Pompeya,
durmiéndose al costado del terraplén.
Un farol balanceando en la barrera
y el misterio de adiós que siembra el tren.
Un ladrido de perros a la luna,
el amor escondido en un portón,
y los sapos redoblando en la laguna
y a lo lejos la voz del bandoneón.
Barrio
de tango, luna y misterio,
calles lejanas, como estarán!
Viejos amigos que hoy ni recuerdo
que se habrán hecho, que es lo que harán!
Barrio de tango, que fue de aquella
Juana, la rubia que tanto ame,
Sabrá que sufro, pensando en ella,
desde la tarde en que la deje ...
Barrio de tango, luna y misterio,
desde el recuerdo te vuelvo a ver!
Un
coro de silbidos, allá en la esquina.
El codillo llenando el almacén.
Y el dragón de la pálida vecina
que ya nunca salió a mirar el tren.
Así evoco tus noches, barrio 'e tango,
con las chatas entrando al corralón
y la luna chapaleando sobre el fango
y a lo lejos la voz del bandoneón.
CAMINITO
LETRA DE GARBINO CORRIA PEÑALOZA / MÚSICA DE JUAN
DE DIOS FILIBERTO
1926
Caminito
que el tiempo ha borrado,
que juntos un diga nos viste pasar,
he venido por ultima vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito
que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo.
Desde
que se fue
triste vivo yo,
Caminito amigo,
yo también me voy.
Desde
que se fue
nunca mas volvió,
seguiré sus pasos,
Caminito, adiós.
Caminito
que todas las tardes
feliz recorrías cantando mi amor,
no le digas si vuelve a pasar
que mi llanto tu huella dejó.
Caminito
cubierto de cardos,
la mano del tiempo tu huella borró.
Yo a tu lado quisiera caer
y que el tiempo nos mate a los dos.
CORRIENTES
Y ESMERALDA
Letra
de Celedonio Esteban Flores.
Musica de F. Pracanico.
Compuesto en 1933.
Amainaron
guapos junto a tus ochavas
cuando un cajetilla los calzó de croa
y te dieron lustre las patotas bravas
allá por el ajo ...novecientos dos....
Esquina
portea, tu rante canguela
se hace una melange da caña, gin fitz,
pase ingles y monte, bacará y quiniela,
curdelas de grappa y locas de pris.
El
Odeón se manda la Real Academia
rebotando en tangos el viejo Pigall,
y se juega el resto doliente anemia
que espera el tranvía para su arrabal.
De Esmeralda al norte, del lao de Retiro,
franchutas papusas caen en la oración
a ligarse un viaje, se pone a tiro,
gambetendo el lente que tira el botón.
En
tu esquina un día, Milonguita, aquella
papirusa criolla que Linnig mentó,
llevando un atado de ropa plebeya
al hombre tragedia tal vez encontró
Tu glosa en poemas Carlos de la Púa
y el pobre Contursi fue tu amigo fiel...
En tu esquina rea, cualquier cacatúa
sueña con la pinta de Carlos Gardel.
Esquina
porteña, este milonguero
te ofrece su afecto más hondo y cordial.
Cuando con la vida este cero a cero
te prometo el verso mas rante y canero
para hacer el tango que te haga inmortal.
MARÍA
ELENA WALSH
EVA
Calle
Florida, túnel de flores podridas.
Y el pobrerío se quedo sin madre
llorando entre faroles sin crespones.
Llorando en cueros, para siempre, solos.
Sombríos
machos de corbata negra
sufrían rencorosos por decreto
y el órgano por Radio del Estado
hizo durar a Dios un mes o dos.
Buenos
Aires de niebla y de silencio.
El Barrio Norte tras las celosías
encargaba a Paris rayos de sol.
La cola interminable para verla
y los que maldecían por si acaso
no vayan esos cabecitas negras
a bienaventurar a una cualquiera.
Flores
podridas para Cleopatra.
Y los grasitas con el corazón rajado,
rajado en serio. Huérfanos. Silencio.
Calles de invierno donde nadie pregona
El Líder, Democracia, La Razón.
Y Antonio Tormo calla "amémonos".
Un
vendaval de luto obligatorio.
Escarapelas con coágulos negros.
El siglo nunca vio muerte mas muerte.
Pobrecitos rubíes, esmeraldas,
visones ofrendados por el pueblo,
sandalias de oro, sedas virreinales,
vacías, arrumbadas en la noche.
Y el odio entre paréntesis, rumiando
venganza en sótanos y con picana.
Y
el amor y el dolor que eran de veras
gimiendo en el cordón de la vereda.
Lágrimas enjuagadas con harapos,
Madrecita de los Desamparados.
Silencio, que hasta el tango se murió.
Orden de arriba y lagrimas de abajo.
En plena juventud. No somos nada.
No somos nada mas que un gran castigo.
Se pintó la República de negro
mientras te maquillaban y enlodaban.
En los altares populares, santa.
Hiena de hielo para los gorilas
pero eso sí, solísima en la muerte.
Y el pueblo que lloraba para siempre
sin prever tu atroz peregrinaje.
Con mis ojos la vi, no me vendieron
esta leyenda, ni me la robaron.
Días
de julio del 52
¿Qué importa donde estaba yo?
II
No descanses en paz, alza los brazos
no para el día del renunciamiento
sino para juntarte a las mujeres
con tu bandera redentora
lavada en pólvora, resucitando.
No
sé quién fuiste, pero te jugaste.
Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,
metiste a las mujeres en la historia
de prepo, arrebatando los micrófonos,
repartiendo venganzas y limosnas.
Bruta como un diamante en un chiquero
¿Quién va a tirarte la última piedra?
Quizás
un día nos juntemos
para invocar tu insólito coraje.
Todas, las contreras, las idólatras,
las madres incesantes, las rameras,
las que te amaron, las que te maldijeron,
las que obedientes tiran hijos
a la basura de la guerra, todas
las que ahora en el mundo fraternizan
sublevándose contra la aniquilación.
Cuando
los buitres te dejen tranquila
y huyas de las estampas y el ultraje
empezaremos a saber quién fuiste.
Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,
única reina que tuvimos, loca
que arrebató el poder a los soldados.
Cuando
juntas las reas y las monjas
y las violadas en los teleteatros
y las que callan pero no consienten
arrebatemos la liberación
para no naufragar en espejitos
ni bañarnos para los ejecutivos.
Cuando hagamos escándalo y justicia
el tiempo habrá pasado en limpio
tu prepotencia y tu martirio, hermana.
Tener
agallas, como vos tuviste,
fanática, leal, desenfrenada
en el candor de la beneficencia
pero la única que se dio el lujo
de coronarse por los sumergidos.
Agallas para hacer de nuevo el mundo.
Tener agallas para gritar basta
aunque nos amordacen con cañones.
EL
45
Te
acordás hermana qué tiempos aquellos,
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del cuarenta y cinco
tenias quince años lo mismo que yo.
Te acordás hermana de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.
Te acordás de la Plaza de Mayo
cuando «el que te dije» salía al balcón.
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.
Te acordás hermana qué tiempos de seca
cuando un pobre peso daba un estirón
y al pagarnos toda una edad de rabonas
valía más vida que un millón de hoy.
Te acordás hermana que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.
Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.
FUENTES: varias
y propias.
•
* Buenos Aires Ciudad Industrial / Villa Crespo caso testigo, 2016.
Caracteres:
8216