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UNIVERSIDAD OBRERA ARGENTINA

UNIVERSIDAD OBRERA ARGENTINA

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

15 de junio del 2014. Actualizado el 8 de septiembre del 2016 *


La UOA se funda en 1938, es la primera Universidad Obrera en nuestro país, en dicha institución se capacitaba a los trabajadores, en las especialidades técnicas y en la sindical. Indudablemente, Mario Bunge tuvo mucho que ver con ese emprendimiento; también aunque parezca insólito, el futuro presidente, Arturo Frondizi, flamante abogado y representante de Bunge en materia legal, dicta la materia de Derecho Gremial. La UOA fue cerrada en 1943 por la entonces Secretaría de Trabajo y Previsión, a cuyo frente estaba Juan Domingo Perón. La UON – Universidad Obrera Nacional, el antecedente de la UTN – Universidad Tecnológica Nacional fue abierta durante el primer gobierno de Perón, pero esta es otra historia.

Lo que ofrecía la UOA, como sistema de educación para la clase obrera fue resistido por la oposición política, ya que definía, claramente, la diversidad de clases sociales, dividía a la sociedad en este sentido y desde el punto de vista; por ello, desde los propios factores de poder, no podía tolerarse este planteo político e ideológico.

Su creador, el socialista Mario Bunge, lo hace, unos dicen en 1936 y otros en 1938, pero los siguientes reportajes nos muestra que su fundación fue hacia 1938, cuando había cumplido sus 18 años, Mario Bunge nace el 21 de septiembre de 1919.

De todas formas, es dable entender que este emprendimiento fue colectivo, participaron obreros y docentes, primero estuvo ubicado en un local en Maipú 273 de la Capital Federal; posteriormente se expande y hacia principios de 1941 se muda a Alsina 2764, en el barrio, antes, de Once.

Hacia principios del año entrante, ya ocupaba tres locales, tenía unos 1.500 metros cuadrados, laboratorios, aulas y un taller, estaba en una casa grande y podía tener una población estudiantil de 3.000 alumnos, lo que se sabe es que tuvo unos 700 estudiantes.

De mayo de 1938 al final de 1943 fueron cinco años, donde la UOA aparentemente no quiso ser oficializada pero si requirió de asistencia por parte del Estado.

Bunge, un pensador que ha tomó la filosofía como una construcción científica; también le dio un lugar primordial a la historia, de la cual sostuvo en mayo del 2014, en un reportaje sostenía: La historia es mucho más científica que la cosmología. El buen historiador busca y da evidencia de prueba, a diferencia de los cosmólogos fantasistas, como Hawking. La historia es la más científica de las ciencias sociales.

LAS PALABRAS DE MARIO BUNGE EN ALGUNAS ENTREVISTAS CONCEDIDAS

–A los 18 años, fundó y dirigió uno de los proyectos más audaces que tuvo la Argentina: la Universidad Obrera, que de 1938 a 1943 formó a trabajadores humildes. ¿Cómo recuerda esa experiencia?

Con gran emoción. Fue una experiencia muy positiva. Yo veía que mis compañeros de la facultad que se interesaban por las ciencias políticas militaban en el movimiento reformista y en el centro de estudiantes. A mí me parecía una pérdida de tiempo, porque de ahí no salía otra cosa que oradores y posibles futuros políticos. Yo creía que como la universidad me la pagaba el pueblo, era mí deber devolver un poco de lo que me habían dado, y que debía hacerlo enseñando, diseminando el saber que yo había recibido en la universidad. La universidad latinoamericana es gratuita, lo que no ocurre en ninguna otra parte del mundo. En todo caso, fue una experiencia muy interesante porque al principio lo tuve que hacer todo solo. A medida que fue creciendo, se fue incorporando gente activa al consejo directivo y finalmente me ocupé solamente de los aspectos de enseñanza y ya no de aspectos financieros u otras cuestiones. Creo que la Universidad Obrera fue muy positiva porque demostró cómo se podía enseñar a adultos, más aún a obreros que venían cansados después de trabajar ocho horas diarias. Iban tres veces por semana, y asistían a clases participativas para aprender cosas totalmente nuevas, habiendo hecho solamente la escuela primaria. Muy pocos de ellos habían estudiado en la escuela secundaria. En aquella época, del ’38 al ’43, la gran mayoría de los obreros había asistido sólo a la escuela primaria y pocos la habían terminado. Fue una experiencia interesante: lástima que cerraron la Universidad Obrera a fines del ’43. Nos informaron que quien dio la orden de clausura fue el entonces secretario de Trabajo, el coronel Perón.


– ¿En qué consistió la Escuela Obrera y qué recuerda de aquella época en la que Iglesia y gobierno tenían un fuerte rechazo por lo popular?


Fundé la Universidad Obrera Argentina el mismo año, 1938, en que ingresé en el doctorado en Física, de la Universidad Nacional de La Plata. Yo me negué a participar en el movimiento estudiantil porque creía que el primer deber de los estudiantes era estudiar, y el segundo, devolver algo a la sociedad que le pagaba los estudios. Previamente me informé, escribiendo a los directores de la Worker’s School de New York, y de la Universidad Obrera de México, que dirigía Vicente Lombardo Toledano. Los primeros profesores fueron dos poetas amigos, que enseñaron castellano en sindicatos, y un ingeniero galés que enseñó motores Diesel. Cuando fue clausurada a fines de 1943, la UOA tenía unos 40 profesores y mil estudiantes. La Policía puso muchas trabas desde el comienzo. Se dijo que quien dio la orden de clausura fue un ambicioso coronel llamado Juan D. Perón, a quien no le gustaba la sociedad civil, porque se interpone entre el Estado y el individuo.

– ¿Es cierto que entre 1943-44 ejerció el periodismo bajo el seudónimo “El Centauro”?

Escribía la página humorística, titulada “El Centauro”. Un pasquín clandestino y efímero que publicábamos un grupito opuesto a la dictadura militar-fascista instalada el 4 de junio de 1943, la misma que destituyó al gran biólogo experimental y maestro de maestros Bernardo Houssay, quien cuatro años después fuera galardonado con el Premio Nobel. No hice periodismo serio hasta que empecé a publicar notas en El País y luego en La Nación, así como para la Agencia Española de Prensa. Algunas de ellas fueron reproducidas en mi libro 100 ideas.

MARIO BUNGE

Es filósofo, físico y matemático, se doctoró en la Universidad Nacional de La Plata, docente en las Universidades de Buenos Aires, de México, Estados Unidos, Alemania y Canadá.
En otro reportaje realizado por la Agencia oficial Télam, afirmó: "Contribuimos modestamente con la industrialización del país y a la formación cultural de los militantes sindicales, porque las bibliotecas populares se ocupaban de dar corte y confección, y la Universidad Obrera, cursos de técnica, historia argentina, economía, legislación del trabajo e historia del movimiento obrero".

Mario, hijo de Augusto Bunge, quien fuera por 20 años diputado socialista de la Capital Federal, comentó que "los estudiantes de cada curso elegían un delegado para proponer temas o controlar cuestiones estrictamente pedagógicas, y en las asambleas de los socios se elegían a los dirigentes" de la casa de estudio.

A MODO DE COROLARIO

La Universidad Obrera Argentina, luego la Universidad Obrera Nacional, la actual Universidad Tecnológica Nacional resultaron emprendimientos educativos únicos, junto a las Escuelas Fábricas y las escuelas tecnológicas para un amplio espectro de estudiantes, hijos de la clase obrera.

No podemos tener miedo o temor a decirlo de esta forma, en esta sociedad capitalista existen clases sociales: algunos las disfrazan como clases bajas, medias y altas y, en tal sentido, se desdibuja la realidad. Cuando se habla de la clase obrera, los trabajadores, asalariados, proletariado, irremediablemente, se trata de hablar de la movilidad social; entonces, aquel trabajador que logró comprar la casa pasa a revistar en las clases medias como por arte de magia…

Para este cierre y, para analizar con mayor profundidad que estos prejuicios los tienen muchos que no han examinado en su real dimensión esta situación social y económica que tiene que ver con el capitalismo como sistema político y económico, social y cultural, tomemos las palabras del dueño de la multinacional Walmar, Warren Buffet, uno de los multimillonarios en el mundo. ¨Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”. Otra versión que hay sobre sus palabras es cuando hace una observación a partir de los impuestos que paga su secretaria, del 33 por ciento y él tan solo el 19 por ciento. ¨Claro que hay una lucha de clases, pero es mi clase, la clase de los ricos, la que está librando esta guerra. Y la estamos ganando¨ y, la tercera transcripción que se conoce dice: La lucha de clases existe, de acuerdo; pero es mi clase, la de los ricos, la que da la batalla... y vamos ganando.

En definitiva, la UOA fue una experiencia que, como afirma Bunge: era necesario “una educación tecnológica general”, que dotara a los trabajadores de “el dominio de la máquina y su adaptación a cada nuevo trabajo, su reparación y combinación”. Por ello refrenda, sólo la “escuela-taller” tuvo condiciones para ofrecer “el trabajo manual educativo” para arribar al “trabajo productivo en el taller”.

Algunos intelectuales jugaron un papel en la capacitación de los trabajadores, entendieron que hay obligaciones por lo que se recibe y que en ese esfuerzo colectivo se debe tener una respuesta también solidaria y colectiva. La UOA apostó a la capacitación general de los trabajadores en nuestro país. No es para nada comparable con la actualidad...

* Trabajo ampliado, corregido y actualizado.

FUENTES: Jonathan Rippel, / Revista Ñ de Clarín marzo 2010, Télam 2010, La voz del interior 21-04-2013, El País, 2010, ABC. es del 2012, Movimiento Estudiantil.com.ar, Mario Bunge, Educación Popular, 1943 y fuentes propias.

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