TESTIMONIO
DE MIGUEL HESAYNE
TESTIMONIO
DEL MARTIRIO DEL OBISPO ENRIQUE ANGELELLI
Testimonio
de Monseñor Miguel Hesayne, en vísperas de cumplirse
el 4 de Agosto, 30 años de la muerte de Monseñor
Enrique Angelelli.
27 de julio
del 2006. Actualizado el 22 de julio del 2015
El 4 de
agosto próximo se cumplirán 39 años de
la muerte del Obispo de La Rioja ENRIQUE ANGELELLI.
Dice Monseñor
Hesayne: Hace 30 años que quiénes lo mataron logran
todavía matar su muerte. no obstante el clamor popular
que lo proclama ¡¡¡ el Obispo Mártir!!!-
Yo también me uno a este clamor. Tengo certeza moral
de que fue asesinado por anunciar el Evangelio de Jesús
sin mimetismos o retaceos diplomáticos.
El 4 de
agosto de 1976 encontrándome en el Obispado de Viedma
recibí la noticia oficial de la muerte del Obispo Angelelli
ocasionada-según comunicaba el cable- por un accidente
automovilístico. La noticia de su muerte me golpeó
muy hondo. Fue la triste muerte del amigo, confidente y lúcido
consejero pastoral. A la luz de la Fe en Jesús Resucitado,
cuya presencia, el "Pelado" como lo llamábamos.-irradiaba
como anuncio pascual vibrante y claro - el golpe de tristeza
se me fue transformando hasta en una sensación de victoria:
¡¡¡el Pelado ha logrado la gracia del martirio
cristiano!!!, me dije y comencé a proclamarlo. Y lo que
fue una instantánea intuición se ha convertido
ahora en una certeza.
Con la noticia de la muerte de mi hermano en el episcopado el
Padre Obispo Enrique Angelelli se me agolparon los recuerdos
de los encuentros personales y reuniones pastorales que mantuve
con el amigo y pastor desde que lo conocí como integrante
notable de la COEPAL, primero y luego siendo yo obispo de Viedma
en charlas personales y las Asambleas Plenarias del Episcopado
Pero una y otra vez, en los diversos recuerdos de su gran riqueza
de vivencia evangélica personal como de claras y vigorosas
orientaciones pastorales, resaltaba punzante la conversación
confidencial que mantuve con él quince días antes
del 4 de agosto. Admiraba su contagioso y vigoroso entusiasmo
pastoral, su sereno y firme coraje y hasta a veces sonriente
anuncio del Evangelio a secas, orientado siempre hacia la construcción
de la nueva civilización del Amor y denunciando sin eufemismos
la injusticia social y la escalada de violencia y atropellos
a la ciudadanía causados principalmente por funcionarios
del Estado; pero, día a día me preocupaba su seguridad
personal. Por eso, en esa conversación confidencial,
decidí aconsejarle que por un tiempo se ocultara, quizá
haciendo un viaje al exterior. De inmediato y con firmeza me
contestó que NO. De ninguna manera saldría fuera
del país. "Mirá- me dijo con serena firmeza-ahora
me toca a mí"... “Si me oculto o salgo de
La Rioja seguirán matando a mis ovejas." Corrían
días oscuros y tensos cargados de amenazas, detenciones
y torturas de dirigentes laicos de pastoral diocesana y el asesinato
a mansalva de sus dos sacerdotes Murias y Longville juntamente
con el cruel asesinato del dirigente laico de pastoral rural
acribillado ante su esposa e hijos en su propia casa, por un
grupo de las Fuerzas Armadas.
Con estos
antecedentes íntimos personales ¿ cómo
no iba a estar convencido del asesinato que le quitó
la vida a Angelelli a causa del Evangelio y por lo tanto considerarlo
y proclamarlo mártir junto a la gran mayoría del
pueblo de Dios, libre de ideologías y prejuicios políticos
o recelos clericales?
Y esta íntima
convicción de que Angelleli había sido asesinado
para silenciar su mensaje y acción pastoral, en forma
providencial se transformó en objetiva persuasión,
al momento de leer el documento judicial que me fue enviado
desde el Juzgado de Instrucción N-1 en lo Criminal y
Correccional de la Ciudad de La Rioja (año 1983).
De acuerdo
a documentación judicial, la certeza moral del asesinato
de Enrique Angelleli ha logrado la certeza judicial a tal punto
que la Corte Federal establece en forma indudable circunstancias
que no pueden ser materia de controversia y califica jurídicamente
el caso Angelleli, en forma definitiva e incontrovertible, homicidio
calificado.
La patraña
criminal del accidente provocado por una falsa maniobra que
habría cometido el Obispo Angelleli en ese momento, queda
al descubierto ante datos probados y asentados en la documentación
de referencia-
Queda
probado:
*
Que la camioneta fue encerrada por la izquierda al momento que
se produce una explosión.
*
Que el cuerpo del Obispo Angelelli quedó ubicado a veinticinco
metros del lugar final de la camioneta. con el cuerpo extendido
y los pies juntos. Mostrando ambos talones pérdida de
la piel sin ningún indicio de golpes o contusiones en
el resto del cuerpo. Por eso, se infiere que fue arrastrado
hasta el lugar mencionado por intervención de los autores
del hecho.
*
Que la camioneta presentaba una goma desinflada, cuya cámara
tenía un corte de trece centímetros, lo que no
fue causa del vuelco según pericial mecánica practicada.
Por estos
datos y otras circunstancias, objetivamente probatorias, queda
firme la sentencia judicial que la "muerte de Monseñor
Enrique Ángel Angelleli no obedeció a un accidente
de tránsito, sino a un homicidio fríamente premeditado
y esperado por la víctima" reza la resolución
del Expediente Nº 23.350 del Juzgado de Instrucción
en lo Criminal y Correccional N 1 de la Ciudad de La Rioja.
A este testimonio
judicial se le puede agregar otros elementos de juicio ponderables
que confirman hasta la evidencia que nuestro Obispo argentino
Angelelli fue asesinado. Estas y otras muchas circunstancias
y testimonios dejan la fundada certeza que se quiso borrar hasta
la misma muerte del perseguido Pastor riojano porque anunciaba
el Evangelio de Jesús a secas en el marco de plena fidelidad
al Concilio Vaticano II y su predica evangelizadora molestaba
a los proyectos gubernamentales provinciales y nacionales.
Uno hecho
que hace poco tiempo se me ha trasmitido y estimo casi desconocido,
sumamente elocuente y que presume participación personal
de las Fuerzas Armadas y de Seguridad directa o indirectamente
en el asesinato del Obispo Angelelli, es el testimonio de la
Religiosa enfermera diplomada que cumplía guardia en
la morgue del Hospital de la Ciudad de La Rioja ese día
de la muerte del Obispo. Le tocó limpiar el cadáver
del Obispo Angelelli y al darlo vuelta en la camilla se sorprendió
por un orificio muy hondo en la nuca del cadáver. Ante
la exclamación de sorpresa de la Religiosa enfermera,
dos Oficiales de las Fuerzas Armadas y Seguridad que se encontraban
en custodia de inmediato la retiraron de lo que era su tarea
habitual ordenándole textualmente: "Hermana Ud.
no ha visto nada".
Ante este
hecho y otros como el de pretender allanar el Obispado de La
Rioja al conocerse la muerte del Obispo ¿se puede, ni
siquiera, dudar que de una u otra manera que las Autoridades
del Gobierno de facto y las Fuerzas Armadas y de Seguridad tuvieron
participación en la muerte de Angelelli a quién
no pudieron silenciar en vida? Esto es lo que restaría
probar junto con los civiles acusados en el Expediente citado
y es competencia de la Cámara Federal de Córdoba,
competencia que le fuera otorgada por el Alto Tribunal de la
Corte Suprema. Pero esto interesa para llegar a una sentencia
condenatoria de los directos o indirectos ejecutores del crimen.
A nosotros
como Iglesia Católica nos basta, hasta con grado de certeza,
de que el Obispo Enrique Angelelli fue asesinado y no murió
por un accidente automovilístico. No se comprende cómo
las Autoridades Eclesiásticas de ese entonces aceptaron
esa interpretación oficial y dejaron en manos de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad el cadáver del Obispo,
sin al menos un testigo del Episcopado para la correspondiente
autopsia. Por eso, hoy por hoy contando como contamos con el
hecho histórico del asesinato del Obispo Enrique Angelelli.,
urge esclarecer la verdad de los hechos sin dilación;
sin esperar actuaciones tribunalicias para llegar a otras instancias
legales condenatorias de los asesinos. Que si se realizan, bien
venidas en honor a la justicia. Para difundir y confirmar la
Fe Cristiana con mayor fuerza de lo Alto en nuestra Patria,
es hora que la Iglesia Católica en la Argentina reconozca
en Enrique Angelelli su primer mártir obispo argentino.
Porque siempre será verdad que "sangre de mártires
es semilla de nuevos cristianos" (Tertuliano)
Una vez
más, se cumple la afirmación evangélica
que sale de lo profundo del corazón de Jesús en
plegaria a su Padre Celestial, agradeciéndole la revelación
de cosas importantes a gente sencilla. (Lc.10,21) El pueblo
de Dios de todas las latitudes del país y Latinoamérica
no creyó la versión oficial. El pueblo de Dios
desde que se conoció la triste noticia de la muerte del
obispo riojano Angelelli lo viene aclamando como Mártir
de la Fe Cristiana. El 4 de agosto el Pueblo de Dios celebra
el triunfo martirial del Obispo de los pobres que dio su vida
hasta la muerte para anunciar el Evangelio de Jesús al
servicio del pueblo riojano en primer lugar y al mundo que pudo
alcanzar.
Al cumplirse 30 años de su muerte martirial me uno-una
vez más- al clamor del Pueblo de Dios para celebrar su
gloriosa muerte a la luz de la Fe Cristiana con la esperanza
que pronto podamos celebrar gozosos y agradecidos en la liturgia
católica la festividad de Enrique Angelelli Obispo y
Mártir, supremo acto evangelizador para gloria de Dios
Bendito.
MIGUEL
ESTEBAN HESAYNE
Obispo