HOMILIA
DE MONSEÑOR HESAYNE POR ANGELELLI
HOMILÍA
DE MONSEÑOR HESAYNE
5
DE AGOSTO DEL 2001
SE
CUMPLÍAN 25 AÑOS DEL MARTIRIO DE ENRIQUE ANGELELLI
5
de agosto del 2008. Actualizado el 22 de julio del 2015
Con
motivo del Jubileo 2000, el Papa Juan Pablo II reclamó
a las Iglesias locales hicieran memoria de sus mártires,
en caso que los tuvieran, para reafirmarse en el seguimiento
de Jesucristo el Señor de la Iglesia y de la Historia.
En
la Iglesia que peregrina en la Argentina, ni siquiera con la
celebración del Jubileo hubo reconocimiento oficial del
martirio del Obispo Enrique Angelelli. Se sigue matando su muerte
martirial, porque se sigue afirmando que fue un trágico
accidente por mala maniobra, porque no ha habido firmeza en
encarar la causa judicial, porque no se atendió el reclamo
de Paulo VI al Embajador argentino ante la Santa Sede al denunciarla
como “misteriosa muerte” y porque se pretende diluir
en el olvido el testimonio de un buen pastor que sirvió
a su rebaño eclesial hasta dar la vida quedando clavado
en la cruz de su tierra riojana, bañándola con
su propia sangre.
Sin
embargo, la fe cristiana popular, año tras año,
celebra su martirio el 4 de agosto y con razón y compromiso
con la verdad de los hechos cuya síntesis va en el recuadro...
Del martirio de Enrique Angelelli tenemos más pruebas
que del martirio de innumerables mártires de los primeros
siglos.-
Enrique
Angelelli fue testigo de la Fe Cristiana hasta derramar su sangre.
Fue asesinado porque se jugó por evangelizar a los pobres,
a sabiendas del peligro de muerte que se cernía sobre
él.- No quiso ocultarse de sus perseguidores para ponerse-
en cambio- entre éstos y sus fieles cristianos riojanos.
Quiero
espigar de sus escritos algunas frases que muestran sus más
íntimas motivaciones evangélicas, lejos de toda
ideología o ritualismo religioso:
“Ayúdenme
a que no me ate a intereses mezquinos o de grupo. Oren para
que sea el obispo y amigos de todos, de los católicos
y de los no católicos, de los que creen y de los no creen,
de los de ciudad y de quiénes viven en los lugares más
apartados...”.
“Que
difícil es comprender desde afuera todo lo que encierra
cada rostro de nuestro pueblo...Para servir, hay que tener un
oído atento al Evangelio y el otro en el pueblo”.
“Ustedes
Laicos Cristianos siéntanse corresponsales junto al obispo,
a los sacerdotes, a las religiosas, de la misión de la
Iglesia”- “ Luchen vigorosamente contra cualquier
clase de servidumbre!- Respeten los derechos fundamentales de
los hombres”!!!
“Miren
si estas injusticias continúan, algún día
estaremos juntos en el mismo paredón: Uds. los patrones
y nosotros los curas. Ustedes por no haber practicado la justicia
social.- Nosotros, por no haber sabido defenderla”. Les
advirtió a un grupo de empresarios injustos con sus obreros.
“La
liberación de un pueblo y su Iglesia es como una cebolla...le
sacás una cáscara y tiene otra abajo y le sacás
otra y aparece otra abajo y cada vez que le sacás una,
te hace llorar...Hay que seguir andando nomás”.
Enrique
Angelelli, a quién conocí personalmente, es nuestro
Obispo Mártir porque quiso anunciar el Evangelio iluminando
la situación socio-económica-política –cultural
de su pueblo, conforme aprendió en las aulas del Concilio
Vaticano II .- Y los dirigentes políticos y empresarios
contemporáneos y algunos coterráneos suyos, pretendieron
callar su voz profética, urdiendo un vil y traicionero
asesinato en el desierto riojano, tal cual consta en actas tribunalicias
libres y justas cuya síntesis quiero transcribir:
Soy
testigo de que en todo momento actuó por los intereses
de Jesucristo y su Reino.
Los
datos han sido extraídos del Acta Competencia N°
248 Libro XXI NN homicidio calificado y tentativa de homicidio
calificado s/inc. de Comp. Planteado por el CSFFAA al titular
de Juzgado de Inst. en lo Criminal y Correc. N° 1 de la
Ciudad de La Rioja.
Dichos
datos y hechos probados son los siguientes: el obispo Angelelli
se trasladó a la ciudad de Chamical, provincia de La
Rioja, para participar en los oficios religiosos con motivo
del homicidio de dos de sus sacerdotes.
Sabiendo
que su vida corría peligro de muerte, recibió
una invitación para hacer un curso en Perú –en
miras a salvaguardar su integridad- , pero el obispo manifiesta
que el Pastor no debía dejar solas a sus ovejas.
El
día 3 de Agosto de 1976, en una reunión con sacerdotes
y religiosas, le manifiestan nuevamente el temor por su vida;
él dibujó un espiral donde fue ubicando figuradamente
los asesinatos de dos de sus sacerdotes y un laico y concluía
ubicándose en el centro de dicho espiral, manifestando
que a quien en definitiva buscaban era a él.
Según
lo expuesto por el juez instructor, el día 4 de agosto
de 1976, el obispo Angelelli emprendió el regreso en
una camioneta desde la ciudad de Chamical, acompañado
por un sacerdote. De acuerdo a lo que el magistrado ha acreditado,
Angelelli llevaba consigo una carpeta que contenía elementos
de prueba respecto del homicidio de los sacerdotes el 18 de
julio de 1976.
El
juez hace referencia a los testimonios que afirman que el prelado
estaba convencido de que él también iba a ser
asesinado.
El
juez de la causa dio por probado que la camioneta que guiaba
el obispo fue alcanzada por un automóvil de color claro,
aparentemente un Peugeot 404, sobre la Ruta Nacional N°
38 Km. 106, en las cercanías de la localidad de Punta
de los Llanos, siendo alrededor de las 15 horas.
Según
manifestaciones del sacerdote acompañante, el citado
automóvil realizó una maniobra brusca, como si
tratara de encerrar al vehículo donde viajaban, produciéndose
pocos instantes después una explosión.
De
acuerdo a lo que concluye el juez interviniente, la camioneta
se desplazó a la banquina derecha, para volver a la ruta
unos 80 metros más adelante, y terminar volcando. A consecuencia
de ello se produjo la muerte del Padre Obispo Angelelli, quedando
tendido el cuerpo a unos veinticinco metros del lugar en que
quedó la camioneta.
El
cuerpo del obispo Angelelli fue arrastrado hacia dicho lugar,
mostrando en ambos talones pérdida de piel, lo que permitiría
inferir la intervención posterior al hecho de sus autores,
y que la camioneta presentaba una goma desinflada, cuya cámara
tenía un corte de trece centímetros, lo que no
habría sido la causa del vuelco.
De
las circunstancias fácticas reseñadas, el magistrado
actuante concluyó...
“...
QUE LA MUERTE DEL OBISPO ENRIQUE ANGELELLI NO OBEDECIÓ
A UN ACCIDENTE DE TRÁNSITO, SINO A UN HOMICIDIO FRÍAMENTE
PREMEDITADO, Y ESPERADO POR LA VÍCTIMA...”