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Martes, 14 Diciembre, 2021 16:34
 
 

Si supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, ¿verdad?

Albert Einstein

 

"¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir 'amor, amor', y que debían los pueblos pedir como piden pan".

FEDERICO GARCÍA LORCA

ARTE Y CULTURA / MACEDONIO FERNÁNDEZ

MACEDONIO FERNÁNDEZ

Producción periodística de Villa Crespo Digital

26 de mayo del 2015 *

1 de Junio de 1874 NACIMIENTO DE Macedonio Fernández

El autor de Papeles de Recienvenido nace, en Buenos Aires, el 1º de junio de 1874.
Fue poeta, ensayista, periodista y narrador. Publicó, además de Papeles de Recienvenido, Museo de la Novela de la Eterna, No todo es vigilia la de los ojos abiertos. Muere el 10 de febrero de 1952.
En 1897 la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires le otorga el título de doctor en jurisprudencia por una tesis titulada De las personas que todavía permanece inédita.

Publica en La Montaña, diario socialista dirigido por José Ingenieros. En 1898 recibe su diploma de abogado. Al año siguiente se casa con Elena de Obieta, con quien tendrá cuatro hijos.

Publica en 1904 algunos poemas en la revista Martín Fierro (que no hay que confundir con revista vanguardista del mismo nombre publicada durante los años 20 y en la que tendrá un papel muy activo). En 1910 obtiene el cargo de Fiscal en el Juzgado Letrado de la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones, que desempeña durante algunos año

En 1928 se edita No toda es vigilia la de los ojos abiertos, a instancias de Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal. Publica al año siguiente Papeles de Recienvenido. Durante este período, se preocupa por crear expectativas respecto a la posible aparición de la novela Museo de la Novela de la Eterna. En 1938 publica "Novela de Eterna" y la Niña del dolor, la "Dulce-persona" de un amor que no fue sabido, anticipación de Museo de la Novela de la Eterna.
Tres años más tarde publica en Chile Una novela que comienza.
En 1944 se publica una nueva edición de Papeles de Recienvenido. En 1947, Macedonio se instala en la casa de su hijo Adolfo, donde residirá hasta su muerte, su esposa había fallecido en 1920.

TEXTOS DE MACEDONIO

EL NO-HACER

La mera omisión no es suficiente no-hacer; invención de una nueva dignidad: la omisión por Acto.
El no-hacer-nada, o simplemente, el No-Hacer no es un género en el que se hayan hecho todos los progresos; véase en lo aquí narrado cómo podía enriquecerse todavía el noble género: Se titula el sensato cuento: "La Diosa Omisión" o "El Taller del Ocio".
En aquella Estancia donde nadie hacía nada hubo un día en que los habitantes se alegraron al divisar que iba llegando lenta, descansadamente, una persona que no conocían. Los que llamaremos estaneistas tenían por momentos la incomodidad de dudar de si no faltaría todavía algo que dejar de hacer, que a lo mejor habían descuidado de omitir; y este desconocido de tranquilo andar, por su desgarbo y modos reposados, expresión personal de contento y despreocupación, parecióles que tenía todo el aire de ser un experto en el no-hacer y el no-suceder, que eran las cosas en que vivían colaborando los estancistas sin discrepancia, y también sin jactancia, pues ya digo que no estaban satisfechos del todo, sospechosos de hallarse, sin darse cuenta, omitiendo todavía alguna omisión.
Sí, el desconocido calmoso debía traer un algo que se pueda no hacer, una ampliación del catálogo; en efecto, y no en efecto, es decir parcialmente en efecto, el desconocido no era tal genio del no-hacer y había tenido la fortuna de que, por casualidad -pues por investigación y trabajo nunca halló ni buscó nada- conoció en la ciudad el precioso vivir del burocratismo.
Explicó a los estancistas, una vez que se les hizo amigo y fue invitado a quedarse eternamente (aunque no fuera más que por no tener el trabajo de no quedarse) y a cooperar e identificarse con todo el no-hacer del Establecimiento, que había algo que añadir al puro no-hacer; éste era incompleto, carecía de su elegancia que fue siempre la belleza esencial de la Omisión, porque faltaba un ingrediente primario de la ociosidad que él descubrió en toda oficina del Estado, donde no sólo se le imparte al empleado nuevo en seguida la prohibición de hacer sino que se les hace firmar un horario de presencia en la oficina, y, para que su no hacer se vea, se le encarga confeccionar toda clase de memorias o informes, lo que no es trabajoso porque consiste simplemente en arrancar páginas de cualquier novela y firmarlas. Además, el recién llegado, y el ya empezado a quedarse, añadió una extraordinaria información, a saber, la de que los desocupados de Puerto Nuevo, con abundantes razones, se habían quejado del exceso de horario previendo que, por el espíritu de contradicción, el Gobierno decretaría prestamente el aumento de aquél.
Así empezaron en la estancia las memorias e informes de capataz, de proveedor, de cocinera, con otras tantas páginas de novela que quizás, bien encuadernadas en un solo tomo, constituirán la novela modelo de continuidad.
Esto era la autenticación del No-Hacer, que es lo que les había faltado siempre a los estancistas.

AUTOBIOGRAFÍA

EI Universo o Realidad y yo nacimos el 1 de junio de 1874 y es sencillo añadir que ambos nacimientos ocurrieron cerca de aquí y en una ciudad de Buenos Aires. Hay un mundo para todo nacer, y el no nacer no tiene nada de personal, es meramente no haber mundo. Nacer y no hallarlo es imposible; no se ha visto a ningún yo que naciendo se encontrara sin mundo, por lo que creo que la Realidad que hay la traemos nosotros y no quedaría nada de ella si efectivamente muriéramos, como temen algunos.
En vano diga la historia, en volúmenes inmensos, sobre el mucho haber mundo antes de ese 1 de junio; sus tomos bobalicones es lo único que yo conozco (no sus hechos), pero los conocí, después de nacer, como todo lo demás. Lo que me podría convencer sería el Arte, más gracioso y verdadero: un preludio de Rachmaninoff, una mirada creada por Goya, pero no es tan crédulo el arte, no abre la boca ante los cortejos de pompas fúnebres, como la historia.
Nací, otros lo habrán efectuado también, pero en sus detalles es proeza. Lo tenía olvidado, pero lo sigo aprovechando a este hecho sin examinarlo, pues no le hallaba influencia más que sobre la edad. Mas
las oportunidades que ahora suelen ofrecerse de presentar mi biografía (en la forma más embustera de arte que se conoce, como autobiografía, solo las Historias son más adulteradas) háceme advertir lo injusto que he sido con un hecho tan literario como resulta la natividad. (El dato de la fecha de ésta se me ha pedido tanto y con una sonrisa tan juguetona, que tuve la ilusión de que ello significaba que era posible una fecha mejor de nacimiento mío y se me alentaba a elegirla y pedirla, que se me habría de conseguir. Por si acaso, aunque no han progresado ni declarándose estas cortesías, dejo dicho que me gustaría haber nacido en 1900).
Como no hallo nada sobresaliente que contar de mi vida, no me queda más que esto de los nacimientos, pues ahora me ocurre otro: comienzo a ser autor. De la Abogacía me he mudado; estoy recién entrado a la Literatura y como ninguno de la clientela mía judicial se vino conmigo, no tengo el primer lector todavía. De manera que cualquier persona puede tener hoy la suerte, que la posteridad 1e reconocerá, de llegar a ser el primer lector de un cierto escritor. Es lo único que me alegra cuando pienso la fortuna que correrá mi libro: "No toda es vigilia la de los ojos abiertos". No se olvide: soy el único literato existente de quien se puede ser el primer lector. Pero además mi libro, y es más inusitado esto todavía, es la única cosa que en Buenos Aires puede encontrarse aún no inaugurada por el Presidente. Se están imprimiendo todos los certificados de primer lector mío que se calcula serán necesarios. Y para retener al libro el segundo precioso mérito que lo adorno, el Editor ha puesto vigilancia en todos los caminos por donde pueda acercarse una Inauguración Presidencial infortunada.

MANERA DE UNA PSIQUE SIN CUERPO

Manera de la inespacialidad de lo solo psíquico.
Manera de la identificación entre psiques meras y de la identidad para sí cada una.
Manera de la comunicación directa entre psiques meras con identificación por cada una de los "estados" en ella promovidos directamente por la otra, como distintamente reconocibles y no pertenecientes a la corriente mental propia.
Pero estos estados psíquicos "otros", visitantes de nuestra fluencia psíquica propia aunque reconocidos como ajenos y susceptibles de ser excluidos por nuestra eficiencia (por no llamarla "energía") psíquica, pueden ser prohijados por nosotros y sustituir y desviar, a veces para consuelo o vencer resistencia para mal, la temática psicológica de ese momento de nuestra fluencia asociativa propia. Si aclaramos, lo que no me es dable ahora -y quizá nunca en mi forma actual psico-física-, estos hondos problemas de la Posibilidad Psíquica Pura, conoceríamos que los Cuerpos no son más que intermediarios, no poseedores, de un Psíquismo Universal siempre existente, lo único que siente, con toda simultaneidad, aun la simultaneidad del Principio con el Fin, del Deseo con su Satisfacción; conoceríamos también que la sucesividad no es forzosa al ser y que la única realidad o ser es el Psiquismo.
Manténte en el Misterio, lector. Para la Psique no hay el "en", no está en un Cuerpo. Y en un cuerpo pueden manifestarse y recibir estímulos dos Psiques tan extrañas una a otra como las que se manifiestan mediante dos cuerpos. La llamada "doble personalidad" es mera verbalidad, mala denominación.
Doble personalidad es una abstrusidad, un inconcebible; pero el hecho de dos personalidades es auténtico.
Y esta experiencia es suficiente para iluminar la no-dependencia: la trans presencia de la Psique en los Cuerpos. Otra ilustración es la falacia de las localizaciones en el cuerpo de los estados psíquicos: no nos duele la mano sino en el cerebro, y tampoco en el cerebro sino en un antes y un después de tal o cual otro estado psíquico; el estado sentido se sitúa temporalmente entre estados psíquicos.

"Papeles de Recienvenido"

"Soy de un temperamento tan instructivo que no puedo dejar de informaros que todos los pueblos existentes -los inexistentes son malsanos- deben tener una estatua del inventor de los lados derecho e izquierdo y los de revés y anverso, distinción ésta que sólo los agujeros escurren. No me pregunten ahora el por qué los comisarios más abusivos siempre se abstuvieron de llevar presa a ninguna estatua, que viven en las plazas como los vagabundos, ostentando el mal ejemplo de su holgazanería. Aborrezco las estatuas: casi siempre son hombres con sobretodo griego, o amplia levita de mármol. Si absurdo suele ser el traje actual del varón, esos botones y trencillas de mármol, ese trozo gruesísimo de mármol que simula los faldones levantados levemente por la brisa, son intolerables, y todo para que un hombre esté allí asegurándonos con su mano y su boca que nos va a decir cosas elocuentes y no se le oye en todo el día".

FUENTES: gobierno porteño, fuentes varias y fuentes propias

Caracteres: 10.989

* Primera versión publicada el 1 º de junio del 2010, corregida y ampliada.

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