MACEDONIO
FERNÁNDEZ
Producción
periodística de Villa Crespo Digital
26
de mayo del 2015 *
1
de Junio de 1874 NACIMIENTO DE Macedonio Fernández
El
autor de Papeles de Recienvenido nace, en Buenos Aires, el 1º
de junio de 1874.
Fue poeta, ensayista, periodista y narrador. Publicó,
además de Papeles de Recienvenido, Museo de la Novela
de la Eterna, No todo es vigilia la de los ojos abiertos. Muere
el 10 de febrero de 1952.
En 1897 la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires
le otorga el título de doctor en jurisprudencia por una
tesis titulada De las personas que todavía permanece
inédita.
Publica
en La Montaña, diario socialista dirigido por José
Ingenieros. En 1898 recibe su diploma de abogado. Al año
siguiente se casa con Elena de Obieta, con quien tendrá
cuatro hijos.
Publica
en 1904 algunos poemas en la revista Martín Fierro (que
no hay que confundir con revista vanguardista del mismo nombre
publicada durante los años 20 y en la que tendrá
un papel muy activo). En 1910 obtiene el cargo de Fiscal en
el Juzgado Letrado de la ciudad de Posadas, en la provincia
de Misiones, que desempeña durante algunos año
En
1928 se edita No toda es vigilia la de los ojos abiertos, a
instancias de Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal.
Publica al año siguiente Papeles de Recienvenido. Durante
este período, se preocupa por crear expectativas respecto
a la posible aparición de la novela Museo de la Novela
de la Eterna. En 1938 publica "Novela de Eterna" y
la Niña del dolor, la "Dulce-persona" de un
amor que no fue sabido, anticipación de Museo de la Novela
de la Eterna.
Tres años más tarde publica en Chile Una novela
que comienza.
En 1944 se publica una nueva edición de Papeles de Recienvenido.
En 1947, Macedonio se instala en la casa de su hijo Adolfo,
donde residirá hasta su muerte, su esposa había
fallecido en 1920.
TEXTOS
DE MACEDONIO
EL
NO-HACER
La
mera omisión no es suficiente no-hacer; invención
de una nueva dignidad: la omisión por Acto.
El no-hacer-nada, o simplemente, el No-Hacer no es un género
en el que se hayan hecho todos los progresos; véase en
lo aquí narrado cómo podía enriquecerse
todavía el noble género: Se titula el sensato
cuento: "La Diosa Omisión" o "El Taller
del Ocio".
En aquella Estancia donde nadie hacía nada hubo un día
en que los habitantes se alegraron al divisar que iba llegando
lenta, descansadamente, una persona que no conocían.
Los que llamaremos estaneistas tenían por momentos la
incomodidad de dudar de si no faltaría todavía
algo que dejar de hacer, que a lo mejor habían descuidado
de omitir; y este desconocido de tranquilo andar, por su desgarbo
y modos reposados, expresión personal de contento y despreocupación,
parecióles que tenía todo el aire de ser un experto
en el no-hacer y el no-suceder, que eran las cosas en que vivían
colaborando los estancistas sin discrepancia, y también
sin jactancia, pues ya digo que no estaban satisfechos del todo,
sospechosos de hallarse, sin darse cuenta, omitiendo todavía
alguna omisión.
Sí, el desconocido calmoso debía traer un algo
que se pueda no hacer, una ampliación del catálogo;
en efecto, y no en efecto, es decir parcialmente en efecto,
el desconocido no era tal genio del no-hacer y había
tenido la fortuna de que, por casualidad -pues por investigación
y trabajo nunca halló ni buscó nada- conoció
en la ciudad el precioso vivir del burocratismo.
Explicó a los estancistas, una vez que se les hizo amigo
y fue invitado a quedarse eternamente (aunque no fuera más
que por no tener el trabajo de no quedarse) y a cooperar e identificarse
con todo el no-hacer del Establecimiento, que había algo
que añadir al puro no-hacer; éste era incompleto,
carecía de su elegancia que fue siempre la belleza esencial
de la Omisión, porque faltaba un ingrediente primario
de la ociosidad que él descubrió en toda oficina
del Estado, donde no sólo se le imparte al empleado nuevo
en seguida la prohibición de hacer sino que se les hace
firmar un horario de presencia en la oficina, y, para que su
no hacer se vea, se le encarga confeccionar toda clase de memorias
o informes, lo que no es trabajoso porque consiste simplemente
en arrancar páginas de cualquier novela y firmarlas.
Además, el recién llegado, y el ya empezado a
quedarse, añadió una extraordinaria información,
a saber, la de que los desocupados de Puerto Nuevo, con abundantes
razones, se habían quejado del exceso de horario previendo
que, por el espíritu de contradicción, el Gobierno
decretaría prestamente el aumento de aquél.
Así empezaron en la estancia las memorias e informes
de capataz, de proveedor, de cocinera, con otras tantas páginas
de novela que quizás, bien encuadernadas en un solo tomo,
constituirán la novela modelo de continuidad.
Esto era la autenticación del No-Hacer, que es lo que
les había faltado siempre a los estancistas.
AUTOBIOGRAFÍA
EI
Universo o Realidad y yo nacimos el 1 de junio de 1874 y es
sencillo añadir que ambos nacimientos ocurrieron cerca
de aquí y en una ciudad de Buenos Aires. Hay un mundo
para todo nacer, y el no nacer no tiene nada de personal, es
meramente no haber mundo. Nacer y no hallarlo es imposible;
no se ha visto a ningún yo que naciendo se encontrara
sin mundo, por lo que creo que la Realidad que hay la traemos
nosotros y no quedaría nada de ella si efectivamente
muriéramos, como temen algunos.
En vano diga la historia, en volúmenes inmensos, sobre
el mucho haber mundo antes de ese 1 de junio; sus tomos bobalicones
es lo único que yo conozco (no sus hechos), pero los
conocí, después de nacer, como todo lo demás.
Lo que me podría convencer sería el Arte, más
gracioso y verdadero: un preludio de Rachmaninoff, una mirada
creada por Goya, pero no es tan crédulo el arte, no abre
la boca ante los cortejos de pompas fúnebres, como la
historia.
Nací, otros lo habrán efectuado también,
pero en sus detalles es proeza. Lo tenía olvidado, pero
lo sigo aprovechando a este hecho sin examinarlo, pues no le
hallaba influencia más que sobre la edad. Mas
las oportunidades que ahora suelen ofrecerse de presentar mi
biografía (en la forma más embustera de arte que
se conoce, como autobiografía, solo las Historias son
más adulteradas) háceme advertir lo injusto que
he sido con un hecho tan literario como resulta la natividad.
(El dato de la fecha de ésta se me ha pedido tanto y
con una sonrisa tan juguetona, que tuve la ilusión de
que ello significaba que era posible una fecha mejor de nacimiento
mío y se me alentaba a elegirla y pedirla, que se me
habría de conseguir. Por si acaso, aunque no han progresado
ni declarándose estas cortesías, dejo dicho que
me gustaría haber nacido en 1900).
Como no hallo nada sobresaliente que contar de mi vida, no me
queda más que esto de los nacimientos, pues ahora me
ocurre otro: comienzo a ser autor. De la Abogacía me
he mudado; estoy recién entrado a la Literatura y como
ninguno de la clientela mía judicial se vino conmigo,
no tengo el primer lector todavía. De manera que cualquier
persona puede tener hoy la suerte, que la posteridad 1e reconocerá,
de llegar a ser el primer lector de un cierto escritor. Es lo
único que me alegra cuando pienso la fortuna que correrá
mi libro: "No toda es vigilia la de los ojos abiertos".
No se olvide: soy el único literato existente de quien
se puede ser el primer lector. Pero además mi libro,
y es más inusitado esto todavía, es la única
cosa que en Buenos Aires puede encontrarse aún no inaugurada
por el Presidente. Se están imprimiendo todos los certificados
de primer lector mío que se calcula serán necesarios.
Y para retener al libro el segundo precioso mérito que
lo adorno, el Editor ha puesto vigilancia en todos los caminos
por donde pueda acercarse una Inauguración Presidencial
infortunada.
MANERA
DE UNA PSIQUE SIN CUERPO
Manera
de la inespacialidad de lo solo psíquico.
Manera de la identificación entre psiques meras y de
la identidad para sí cada una.
Manera de la comunicación directa entre psiques meras
con identificación por cada una de los "estados"
en ella promovidos directamente por la otra, como distintamente
reconocibles y no pertenecientes a la corriente mental propia.
Pero estos estados psíquicos "otros", visitantes
de nuestra fluencia psíquica propia aunque reconocidos
como ajenos y susceptibles de ser excluidos por nuestra eficiencia
(por no llamarla "energía") psíquica,
pueden ser prohijados por nosotros y sustituir y desviar, a
veces para consuelo o vencer resistencia para mal, la temática
psicológica de ese momento de nuestra fluencia asociativa
propia. Si aclaramos, lo que no me es dable ahora -y quizá
nunca en mi forma actual psico-física-, estos hondos
problemas de la Posibilidad Psíquica Pura, conoceríamos
que los Cuerpos no son más que intermediarios, no poseedores,
de un Psíquismo Universal siempre existente, lo único
que siente, con toda simultaneidad, aun la simultaneidad del
Principio con el Fin, del Deseo con su Satisfacción;
conoceríamos también que la sucesividad no es
forzosa al ser y que la única realidad o ser es el Psiquismo.
Manténte en el Misterio, lector. Para la Psique no hay
el "en", no está en un Cuerpo. Y en un cuerpo
pueden manifestarse y recibir estímulos dos Psiques tan
extrañas una a otra como las que se manifiestan mediante
dos cuerpos. La llamada "doble personalidad" es mera
verbalidad, mala denominación.
Doble personalidad es una abstrusidad, un inconcebible; pero
el hecho de dos personalidades es auténtico.
Y esta experiencia es suficiente para iluminar la no-dependencia:
la trans presencia de la Psique en los Cuerpos. Otra ilustración
es la falacia de las localizaciones en el cuerpo de los estados
psíquicos: no nos duele la mano sino en el cerebro, y
tampoco en el cerebro sino en un antes y un después de
tal o cual otro estado psíquico; el estado sentido se
sitúa temporalmente entre estados psíquicos.
"Papeles
de Recienvenido"
"Soy
de un temperamento tan instructivo que no puedo dejar de informaros
que todos los pueblos existentes -los inexistentes son malsanos-
deben tener una estatua del inventor de los lados derecho e
izquierdo y los de revés y anverso, distinción
ésta que sólo los agujeros escurren. No me pregunten
ahora el por qué los comisarios más abusivos siempre
se abstuvieron de llevar presa a ninguna estatua, que viven
en las plazas como los vagabundos, ostentando el mal ejemplo
de su holgazanería. Aborrezco las estatuas: casi siempre
son hombres con sobretodo griego, o amplia levita de mármol.
Si absurdo suele ser el traje actual del varón, esos
botones y trencillas de mármol, ese trozo gruesísimo
de mármol que simula los faldones levantados levemente
por la brisa, son intolerables, y todo para que un hombre esté
allí asegurándonos con su mano y su boca que nos
va a decir cosas elocuentes y no se le oye en todo el día".
FUENTES:
gobierno porteño, fuentes varias y fuentes propias
Caracteres:
10.989
*
Primera versión publicada el 1 º de junio del 2010,
corregida y ampliada.