LA
GUERRA DE LAS MALVINAS
ARA
GENERAL BELGRANO
LEY
2001 CABA / HISTORIA DEL CRUCERO / HUNDIMIENTO / ACCIONES COORDINADAS
DE BÚSQUEDA
Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
2
de mayo del 2015 *
Buenos
Aires, 26 de abril de 2001
La
Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona
con fuerza de Ley
Artículo
1º.- Establécese en todas las escuelas dependientes
del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el día
2 de Mayo de cada año como "Día de los Tripulantes
del Crucero A.R.A. GENERAL BELGRANO".
Artículo2º.- Inclúyase en el calendario escolar
la realización de actividades recordatorias del hundimiento
del Crucero A.R.A. General Belgrano y sus tripulantes fuera del
área de exclusión, por un submarino británico,
violando normas internacionales.
Artículo3°.- Dispóngase en todos los establecimientos
educativos que la bandera permanecerá izada a media asta
en homenaje a los muertos por el hundimiento del Crucero A.R.A.
General Belgrano, ocurrido el 2 de mayo de 1982.
Artículo4º.- Derógase la Ordenanza 51.481/97.
Artículo5°.- Comuníquese, etc.
JORGE R ENRIQUEZ
JUAN MANUEL ALEMANY
LEY Nº 586
Sanción: 26/04/2001
Promulgación: Decreto Nº 694/2001 del 18/05/2001
Publicación: BOCBA N° 1199 del 24/05/2001
Memoria
Se conmemora el hundimiento del Crucero General Belgrano
Crucero
General Belgrano.
El
2 de mayo de 1982, el Crucero General Belgrano, fue alcanzado fuera
de la zona de exclusión declarada por los británicos
por dos torpedos disparados por el submarino nuclear inglés
HMS Conqueror, después de haber embarcado más de 9.000
toneladas de agua por sus vías, el navío se hundió
tras casi una hora de agonía.
Sus supervivientes fueron rescatados después de afrontar
una larga odisea en alta mar, con aguas heladas y fuertes vientos
antárticos, entre los días 3 y 4 de mayo. De los 1.093
tripulantes del glorioso crucero perecieron 323.
Historia:
Crucero General Belgrano
El
Crucero ARA General Belgrano fue construido en los EE.UU. y pertenecía
ala clase Brooklyn, sirviendo en la Marina de los EE.UU. bajo el
nombre de USS Phoenix. Se puso en construcción el día
15 de abril de 1935 y fue botado el 12de marzo de 1938.
A su entrada en servicio fue destinado a la Flota del Pacífico
y estuvo presente durante el ataque japonés a Pearl Harbour.
Durante la segunda guerra mundial, y bajo pabellón estadounidense,
sirvió en las campañas de Guadal canal, Salomón
y Filipinas. Tras la Segunda Guerra Mundial fue dado de baja pasando
a la reserva naval. En 1950 el Gobierno de la República Argentina
compró por cuatro millones de dólares los cruceros
ligeros Phoenix y Boise, siendo renombrados, respectivamente, como
ARA 17 de octubre y ARA 9 de julio. Puestos en perfectas condiciones
operativas, fueron entregados formalmente a la Armada Argentina
el día 12 de abril de 1951.
El día 16 de noviembre de 1951zarpó el ARA "17
de octubre" rumbo a su base Argentina de Puerto Belgrano a
donde llegó el 5 de diciembre. La plena vida operativa de
este crucero en la Armada Argentina comenzó en 1952, formando
parte de la escuadra de cruceros, y ese mismo año el buque
recibió el Pabellón de Combate. El General Belgrano
participó, en 1955, en el derrocamiento del gobierno del
General Perón.
Ese mismo año, el navío que pasó a llamarse
ARA General Belgrano, nombre con el que continuó su largo
y buen servicio a la Armada Argentina. En 1968 se reincorporó
al servicio después de una amplia modernización en
la que se le dotó de dos rampas de mísiles antiaéreos
Sea-Cat.
La gloria del General Belgrano llegó durante la Guerra de
las Malvinas. Después de largos años de negociación
entre la República Argentina y el Reino Unido para que Argentina
recuperara la Soberanía de estas y otras islas, el gobierno
argentino decidió recuperar las islas mediante una acción
aeronaval.
El día 2 de abril de 1982 las tropas argentinas desembarcan
en las Malvinas ocupando su capital Puerto Argentino. La reacción
inglesa no se hizo esperar y la flota inglesa zarpó hacia
las Malvinas.
El General Belgrano con varios destructores tenía su base
de operaciones en el puerto de Ushuaia, en la Patagonia. Cuando
se supo la composición de la flota inglesa el crucero General
Belgrano y los destructores ARA Bouchard y ARA Piedra Buena, con
otras unidades auxiliares, recibieron orden de concentrarse en la
Isla de los Estados. El día1 de mayo de 1982 el grupo operativo
del Belgrano (TG 79.3) comenzó su avance hacia las Malvinas
actuando de pinza sur en una operación en la que participaba
el Portaaviones ARA "25 de mayo" como pinza norte.
Sin embargo, el día 2 de mayo, a las 06 horas, el Alto Mando
argentino decide retrasar la operación y ordena al grupo
del Belgrano virar y dirigirse hasta la zona denominada Área
Julián.
A las 16 horas, cuando el crucero General Belgrano navegaba zigzagueando,
fue alcanzado por dos torpedos disparados por el submarino nuclear
inglés HMS Conqueror. A pesar de los desesperados intentos
por salvarlo, y después de haber embarcado más de
9.000 toneladas de agua por sus vías de agua, el navío
se hundió tras casi una hora de agonía. Sus supervivientes
fueron rescatados después de afrontar una larga odisea en
alta mar, con aguas heladas y fuertes vientos antárticos,
entre los días 3 y 4 de mayo.
De
los 1.093 tripulantes del glorioso crucero perecieron 323, entre
ellos dos civiles (los cantineros) que optaron por permanecer embarcados
aún cuando no tenían obligación de ello.
HORA 16.01 - 2 DE MAYO
Mientras
a bordo del Crucero se comenzaba a vivir una real emergencia a partir
de 16.01 hs., en las otras dos unidades en la zona también
se comenzaría a transitar por una situación crítica
y singularmente inédita, que fue intensificándose
a medida que corrían los minutos.
Una típica bruma y el adelanto del crepúsculo vespertino,
parecían achicar las siluetas que se movían en conserva.
Recuérdese que se navegaba en una formación con estaciones
aleatorias, que en la práctica significaban no mantener posiciones
relativas rígidas, sino en constante variación, tanto
en marcación al guía, como en la distancia que los
separaba.
Pasados unos minutos y sin que ninguna evidencia pronosticara un
cambio inmediato de la situación, a bordo del Destructor
ARA Bouchard (D-26) se escuchó un fuerte golpe sobre el casco,
como el impacto de un torpedo. El Comandante ordenó rápidamente
largar esa información por radio al Crucero y al Destructor
ARA Piedra Buena (D-29).
La ligazón con el Crucero (C-4) no se pudo lograr pero el
mensaje lo recibió el otro Destructor pasadas las 16.05 hs.
Se estimó entre las posibles causas que lo sucedido podría
ser el impacto de un torpedo que no explotó. Se insistió
en dar a conocer esta novedad al CGT.79.3 por ser una emergencia
de combate. Se pasó a la comunicación por foco de
señales con C-4, en medio de pésimas condiciones de
visibilidad. Ello determinó, en los instantes posteriores,
que el intercambio de destellos fueran sólo resplandores
sin sentido.
En los destructores se redobló la escucha a través
de contramedidas electrónicas, en busca de emisiones propias
o extrañas, sin resultados positivos. Lo mismo sucedió
con los sonares, que no acusaron contactos o rumores hidrofónicos.
De la revisación interior del casco del D-26, no aparecieron
averías visibles, pero no había dudas de que el fuerte
golpe había sido producido por un agente exterior. Claro
que ese agente, bien podría haber sido una concusión
debido a la onda explosiva de los torpedos que hicieron impacto
en el Crucero. Dependiendo de la posición de las napas de
agua, puede existir una canalización que deje transitar la
onda sonora por muchas millas, manteniendo intensidad.
La silueta del Crucero se mantenía sobre el horizonte, tras
un manto nebuloso, pero persistía la imposibilidad de ligazón
radioeléctrica, indicativa de problemas en la generación
de energía. No se distinguían columnas de humo, ni
se habían escuchado otras explosiones a distancia, pero se
evidenciaba que no estaba usando sus máquinas, por el solo
hecho de su posición estable en los plottings de los destructores.
Comenzaron
así los destructores una serie de movimientos tácticos
doctrinarios, mientras el Comandante del Destructor ARA Piedra Buena
y a su vez Segundo en Comando Táctico del Grupo de Tareas
79.3, disponía la transmisión de un mensaje de alta
prioridad al Comandante de la Fuerza de Tareas 79, informando acerca
de la situación en la zona y solicitando apoyo aéreo.
Los tres buques podrían pasar a estar bajo una emergencia
operativa cuyos resultados eran imprevisibles y era vital darlo
a conocer al Comando Superior que se encontraba fuera del sector
de operaciones.
Pienso que ese concepto llevó a los escalones de Comando
a asumir un ataque de submarino nuclear. Y que todo el GT.79.3 estaría
involucrado en sus consecuencias. De manera que se encaminaron acciones
inmediatas de apoyo a ese sector.
Mientras esto sucedía a nivel operacional del teatro, en
el plano local se perdía todo contacto visual entre el Crucero
y los otros buques. Habían pasado pocos minutos desde el
torpedeamiento y la noche había adelantado su manto negro
como presagiando acontecimientos futuros.
EVIDENCIAS DEL HUNDIMIENTO
Aproximadamente
a 17 hs. el eco radar se debilitó, como influido por la mala
propagación e inmediatamente desapareció de las pantallas.
La pasmosa realidad vista como desde una etérea dimensión,
fue que precisamente a esa hora desaparecía la estructura
del Belgrano, sobre la superficie del mar.
Y ya no habría más eco radar. No por culpa de las
ondas, sino por falta de objeto reflector
A esa misma hora, se dispuso que la Escuadrilla Naval de Exploración
efectuara búsqueda sobre la superficie del mar que rodeaba
el último punto dato del Crucero. Estaban dispuestos hombres
y máquinas, cuando la meteorología se mostró
francamente desfavorable. Se avecinaba temporal.
Ese
mismo estado del tiempo fue el que frenó el avance de los
destructores a menos de 10 nudos, en los movimientos que estaban
efectuando sobre el punto dato.
En
esa emergencia que aun no estaba del todo clara, se destacó
al Aviso ARA Gurruchaga (A-3) a la zona de operaciones, en apoyo
del C-4.
Lo que estaba sucediendo en aquella zona del mar argentino, obligaba
a los Comandos superiores a discernir sobre suposiciones y disyuntivas.
Es que sobre el punto dato podrían estar merodeando submarinos
enemigos, listos a un ataque. Con ello aparecían dos alternativas
tácticas. Los propios ingleses deben recordar las acciones
durante la Segunda Guerra Mundial, en la que fueron directos y damnificados
protagonistas de lamentables episodios, durante las operaciones
de rescate de náufragos.
La decisión fue disponer los medios posibles para ayuda,
corriendo el riesgo que los buques de apoyo podrían ser hundidos.
La decisión final puede calificarse como riesgosa y hasta
de no recomendable académicamente, pero primó el factor
humano, dentro de un contexto de guerra poco convencional hasta
el momento. El desarrollo posterior confirmó el acierto de
la decisión y el beneficio que significó.
No por ello debemos dejar de pensar hasta dónde hubieran
llegado las críticas, si el resultado hubiera sido desfavorable.
Pero ese riesgo es lo que justamente identifica y jerarquiza la
sagrada función del Comando, sobre cualquier otra actividad
profesional
ACCIONES COORDINADAS DE BÚSQUEDA
En
los mismos momentos que en el Atlántico Sur se movilizaban
medios de búsqueda y rescate, se produjo una comunicación
telefónica entre los presidentes argentino y peruano, que
fue posteriormente muy comentada.
Eran las 03.00 hs. del 3 de mayo cuando el presidente argentino
le informó al presidente peruano que, a 19.00 hs. de la tarde
anterior, se iba a reunir la Junta Militar para tratar la propuesta
de paz peruana, pero que ello se vio tremendamente afectado y trastrocado
por el ataque al Crucero ARA General Belgrano. El presidente peruano
le expresó su profunda indignación por esa acción,
especialmente por creer que había un entendimiento tácito
de que mientras hubiera posibilidad de negociación, los ingleses
se abstendrían de cualquier acto agresivo. Después
de un intercambio de opiniones, se reiteró que el hundimiento
del Crucero hacía dejar de lado todo análisis y razonamiento
para rever la propuesta de paz, ya que este hecho era trascendente
psicológica y políticamente, más allá
de lo militar, para la Nación Argentina.
Las comunicaciones siguientes fueron cursadas dentro del contexto
de una operación de búsqueda y rescate de gran magnitud,
en pleno frente de guerra. En las páginas impresas hay un
mayor desarrollo y aquí se hacen constar algunas de ellas
por el especial significado que representan para la situación
que se vivía. Los números que componen la notación
de cada párrafo significan los dos primeros el día,
los dos siguientes la hora y luego los minutos.
MES
DE MAYO DE 1982
030910:
avión Neptune de la Aviación Naval 2-P-111 avista
gran mancha de combustible sobre el mar. La mancha aparecía
como una lengua de 300 metros de ancho por 18 Km de largo. Es el
primer indicio concreto de la ocurrencia de la tragedia.
031000: la visibilidad tiende a mejorar. La separación entre
los buques de rescate tiene una línea de búsqueda
que se lleva a 5 millas. El peligro de ataque sigue latente y esos
buques están en aguas donde existe la presunción de
submarinos enemigos. Por esa razón el avión Neptune
lanza sonoboyas que podrían llegar a detectar -con muy alto
grado de azar- al incursor.
031240: el 2-P-111 avista un objeto amarillo flotando en 55°
44' Sur y 60° 40' Oeste, que es difícil de confirmar
por el estado del mar muy agitado y por una reiteración en
la falta de visibilidad. Esa información vital es evaluada
a bordo del Piedra Buena y se determina que su rumbo a partir del
punto dato habría sido 130° y su velocidad 1,6 nds. Ello
es coherente con el abatimiento producido por el fuerte viento durante
la noche, que predominó sobre la deriva de la corriente de
Malvinas. La mancha de petróleo avistada, también
había seguido ese rumbo. Se dispone para el avión
una búsqueda en espiral, a partir del objeto amarillo. Se
preveía con toda razón que se estaba muy cerca del
desenlace. Pero era impredecible lo que habría de encontrarse...
AVISTAJES
Y MANIOBRAS DE RECUPERACIÓN
El
esfuerzo desplegado por las unidades navales y aeronavales en un
trabajo de coordinación, comenzó a dar los resultados
deseados, sobre aquel océano infinito y encrespado.
Confirmada la existencia de balsas en un amplio radio, aún
faltaba saber si esas embarcaciones, tenían tripulantes con
vida...
Los
hechos en sus aspectos de mayor relevancia en la escena de búsqueda,
fueron los siguientes:
031315: el 2-P-111 avista balsas en 55° 55' Sur y 60° 40'
Oeste. El D-29 se encuentra en ese instante a 30 millas.
031330: el avión informa 15 balsas avistadas y hacia esa
posición se dirigen los tres buques que están en la
tarea de búsqueda.
031355: Aun estando relativamente cerca entre sí, a cada
balsa le es imposible distinguir otra cercana, dada la altura del
oleaje que forma una verdadera pared.
031436: el D-29 comunicó haber avistado balsas por la banda
de babor.
031437: el D-26 informó que también avistó
balsas por babor y cinco minutos después se acercó
a la primera.
031450: los buques comenzaron sus maniobras de rescate, con condiciones
de mar sumamente desfavorables. El viento de 32 nudos en aumento
creaba una fuerte marejada y se hacía más riesgosa,
lenta y delicada cada maniobra.
031720: el Piedra Buena informó el resultado del rescate
hasta ese momento: A-3 : 3 balsas recogidas - 40 sobrevivientes
/ D-26: 2 balsas recogidas - 42 sobrevivientes / D-29: 5 balsas
recogidas - 42 sobrevivientes - 1 vacía
031730: los aviones estimaron 30 balsas más a flote, cuando
ya las condiciones de luz impedían visualizar la superficie
del mar. Los buques prosiguieron con toda intensidad su misión
de rescate, alentados por el alto número de sobrevivientes
032200: los destructores sufrieron averías por el temporal.
El D-26 tuvo problemas con radar y sonar. Se vio imposibilitado
de parar máquinas, porque los turbos de circulación
de los condensadores tenían semitapadas las aspiraciones
de agua de mar, debido a los elementos residuales de las balsas
como cáñamos, ropa, salvavidas, restos de flotadores,
etcétera. Ello dificultaba enormemente la tarea de ese buque.
032230: el D-29 resultó con flexión estructural del
montaje I, con fisura en tanque de combustible y problemas en el
material electrónico. Poco debe agregarse, para imaginar
la violencia con que el mar austral trataba a esos equipos de trabajo.
No obstante, la dirección del esfuerzo se mantuvo en todo
momento, aun recibiendo señales de presencias aéreas
y submarinas enemigas en la zona.
040146: el A-3, con un ingenioso pescante de maniobra rápida,
y la ductilidad de un casco muy apto para esta misión, había
rescatado ya 16 balsas, con más de 300 hombres, entre los
que se contaban 7 heridos graves.
040400: el A-3 recogió la que sería la última
balsa de ese grupo. En ella estaba el Comandante del Crucero.
040530: el aviso A-3 ya tenía colmada su capacidad y se lo
destacó hacia el puerto de Ushuaia.
040715: se incorporó a la búsqueda y rescate, el Transporte
Polar Bahía Paraíso (B-1)
040845: hasta ese momento se habían rescatado 38 balsas.
El helicóptero del B-1 realizó vuelos para transportar
10 heridos graves desde el D-29 al buque hospital.
041000: el B-1 rescató su primera balsa desde el arribo a
la zona de operaciones. La meteorología se había modificado
y el sol infundía una sensación benéfica a
todos los que estaban en ese teatro. El viento tendía a la
calma, como arrepentido de las difíciles horas que obligó
a vivir poco antes.
041250: el B-1 recuperó una balsa con cuatro cadáveres.
Poco después otra balsa, con tres cadáveres. Desgraciadamente
éste fue el resultado en esas dos balsas escasamente pobladas,
041300: el Piedra Buena inició la carrera hacia Ushuaia,
con sus rescatados. El número total de sobrevivientes había
superado ya los 700 hombres. Ello configuraba un resultado asombroso
dadas las condiciones contra las que se debió luchar desde
el mismo momento del torpedeamiento.
041600: el Bouchard, luego de realizar un rastreo más alejado
sin encontrar otras balsas, inició su regreso a Ushuaia con
los ya rescatados.
041630: quedó en la zona el Bahía Paraíso.
Su misión era proseguir la búsqueda hasta tener la
absoluta seguridad de la inexistencia de balsas.
041800: las unidades que se dirigían a Ushuaia, dieron el
parte definitivo y detallado de los rescatados, su situación
y estado. Ello permitió coordinar mejor la recepción
de todo ese personal.
050530: arriba a Ushuaia el Destructor ARA Piedra Buena.
050700: arriba a Ushuaia el Aviso ARA Gurruchaga.
051400: arriba a Ushuaia el Destructor ARA Bouchard
Día 5: un avión Electra de la Aviación Naval
realizó una amplia búsqueda por toda la zona de mar,
mientras el helicóptero del B-1 realizó circuitos
controlados desde el buque.
Día 6: el B-1 repitió el barrido de zona e incluso
volvió a investigar todo objeto flotante. Las operaciones
navales y aéreas de las últimas 40 horas sirvieron
para ratificar la inexistencia de más tripulantes del Crucero,
vivos o muertos, sobre la superficie de las aguas del Atlántico
Sur. Cuatro días de intensa búsqueda y rescate, habían
llevado a la certeza absoluta sobre ello.
072235: se dio por finalizada la búsqueda por mar y se dispuso
el regreso a Ushuaia del B-1, llevando a su bordo personal rescatado.
090100: el B-1 tomó muelle de Ushuaia, transportando los
últimos sobrevivientes y 18 muertos. En el puerto de Mar
del Plata fueron desembarcados posteriormente otros tres cadáveres,
por parte del pesquero Belokamensk. Todos ellos habían sido
sacados del mar varios días antes.
Día 9: se dieron por finalizadas las operaciones aéreas
de búsqueda, después de 7 días. Todo había
sido barrido e investigado hasta la saturación.
El
siguiente cuadro muestra la distribución del personal del
Crucero ARA General Belgrano a bordo de los buques de rescate. En
el número de fallecidos se incluyen los que murieron después
de tomar puerto los buques.
DISTRIBUCION
DE TRIPULANTES SEGUN BUQUES DE RESCATE
Buque de rescate Sobrevivientes Fallecidos Total %
A-3 Aviso ARA GURRUCHAGA 363 2 365 46
B-1 Buque Polar
ARA BAHIA PARAISO 70 18 88 11
D-26 Destructor ARA BOUCHARD 64 0 64 8
D-29 Destructor ARA
PIEDRA BUENA 273 0 273 34.5
Pesquero BELOKAMENSK 0 3 3 0.5
TOTAL 770 23 793 100.0
EL ÚLTÍMO PUERTO
Trescientos tripulantes del Crucero habían quedado en aquellas
aguas del Atlántico Sur, marcando como la luz brillante de
un faro lejano, el rumbo de los Héroes de la Patria en el
mar.
Veintitrés de aquellos valientes están en suelo argentino,
como prueba de esa ofrenda.
Setecientos setenta son los que pueden prestar el testimonio de
aquella gesta, y lo harán porque tienen
¡corazón para sentir,
alma para vivir y
coraje para recordar!
Dijimos al comenzar esta cronología, que la ofrecíamos
como un simple y sencillo, pero ferviente homenaje a todos los que
contribuyeron a salvar vidas del Crucero ARA General Belgrano. Pasaron
por el relato, medios y unidades que de ninguna manera cierran las
listas. Todas sus dotaciones constituyen parte indivisible de un
importante capítulo de la historia naval argentina y representan
a todo un resto de personas, marinos o no, que dieron su cuota de
amor, idoneidad y valor para contribuir con aquel fin. En muchos
casos, la ayuda fue hacia el alma de quienes no pudieron llegar
a Destino...
FUENTE: Territorio digital
Publicado
por primera vez el 27 de marzo del 2009.
Caracteres:
21.404