HISTORIA:
CALLES CIUDAD DE BUENOS AIRES
CURIOSIDADES,
MITOS Y VERDADES
Curiosidades, mitos y verdades de las calles porteñas
Por
Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo
Digital
30
de noviembre del 2015
Nuestras
calles de Buenos Aires se caracterizan por los nombres propios,
los de hombres, esencialmente, del siglo XIX, de la conformación
del denominado Estado Nación. Por ello, los más
nombrados son militares, juristas, políticos y las batallas,
ya sea las de la Independencia como las de las sucesivas etapas
de la confrontación civil y militar.
La
calle más angosta está en el barrio de Barracas
y la más corta, en Recoleta. Y al comparar con el resto
del mundo, la avenida Rivadavia no es la más larga y
la 9 de Julio no parece ser la más ancha.
Colapsadas
y ruidosas, anchas y angostas, luminosas y perfumadas…
las calles porteñas encierran todo tipo de historias
llamativas que muchas veces pasan desapercibidas. Carteles mal
escritos, iniciales que esconden segundos nombres, futbolistas
y boxeadores, paralelas que se encuentran, calles circulares
y más. Las calles circulares esencialmente están
en el actual Parque Chas, en la Comuna 15.
La
literatura sobre el mapa urbano consigna héroes nacionales
y batallas, pero también anécdotas curiosas que
les hacen la vida imposible a los carteros.
De
donde surgen sus nombres
Según
algunos relevamientos se sugiere que gran parte de los nombres
surgen entre 1893 y 1904, cuando Flores y Belgrano se sumaron
al Centro (en “Historia de los barrios de Buenos Aires",
de Vicente Cutolo).
En
realidad estos dos barrios se suman a la Ciudad de Buenos Aires,
entonces Capital Federal, con la denominada capitalización,
en 1880 y seis años después son prácticamente
incorporados.
Es
entonces que la trama urbana se regularizó. La nomenclatura
da cuenta de la historia, no sólo de la Ciudad sino de
la política nacional. En el prólogo del libro
“Las calles de Buenos Aires, sus nombres desde la
fundación hasta nuestros días", de Alberto
Piñeiro, la directora del Instituto de Estudios Históricos
porteño, Liliana Barela, escribe: “En los sucesivos
cambios no sólo descubriremos a la historia, sino a las
luchas por la apropiación de la memoria que se juega
justo en plena calle".
Con
agrupaciones temáticas y datos llamativos, en “Las
mil y una curiosidades de Buenos Aires", el periodista
Diego Ziggioto consignó datos del trazado urbano
y estableció rankings de personalidades que transitamos
una y otra vez.
El recuento da que la Ciudad tiene 2.154 calles, avenidas, pasajes
y autopistas, de las cuales los nombres más repetidos
son de militares (338 arterias), seguido por juristas (128),
políticos (83), batallas (75), ciudades argentinas (74)
y marinos (71).
En
cambio, los países africanos, de Oceanía, las
capitales asiáticas, los obreros y boxeadores apenas
llegan a dos menciones. Justo Suárez, el “torito
de Mataderos” y Oscar Bonavena son los únicos boxeadores
recordados, en Mataderos y Nueva Pompeya. “En cambio sólo
un futbolista, Herminio Masantonio, tiene calle propia a pocas
cuadras de su club, Huracán", dice Ziggioto, el
autor del libro.
Mientras
la calle más angosta es Santa Magdalena, en Barracas
(con poco más de un metro de ancho), Emilio Pettoruti
es la más corta, en Recoleta, donde une las avenidas
del Libertador y Figueroa Alcorta, pegadita al Palais de Glace.
La
más larga
El
promocionado mito porteño de adjudicarnos a Rivadavia
como la avenida más larga del mundo no es más
que una leyenda. Sus 35 kilómetros, 10 más que
la General Paz, no le llegan ni a los talones a la Yonge Street,
que de acuerdo al libro Guiness de los récord, se lleva
el primer puesto con sus 1.896 kilómetros. Esta arteria,
la principal de Toronto, Canadá, llega hasta la frontera
de Ontario y Minnesota. Para desdicha de varios, tampoco es
la 9 de Julio la avenida más ancha del mundo. Con Eixo
Monumental de Brasilia, de 250 metros, los brasileños
figuran al tope del ranking y superan los 140 locales.
Al
caminar los barrios, aparecen zonas temáticas. Los escritores
tienen a Villa Luro como representante: Lope de Vega, Molière,
Víctor Hugo y Dante, entre otros. Las ciudades europeas
están en Parque Chas: Varsovia, Hamburgo, Belgrado, Budapest,
Atenas y Marsella. Y Palermo hace doblete: consagra a los naturalistas
Darwin, Humboldt, Fitz Roy y Bonpland (en Palermo Hollywood)
y a las naciones latinoamericanas: Honduras, El Salvador, Nicaragua,
Costa Rica y Guatemala. Los animales tienen 11 calles, la mayoría
aves: El cardenal, El Carpintero y Martín Pescador, entre
otros.
Por
iniciativa de Juliana Marino, que en 1995 era concejala porteña,
se gestó el bautismo de las calles de Puerto Madero con
nombres de más de 20 mujeres: Cecilia Grierson (médica),
Olga Cossentini (pedagoga), Alicia Moreau de Justo (socialista)
y Azucena Villaflor (fundadora de las Madres de Plaza de Mayo).
“Las
calles de Buenos Aires ya son mi entraña",
iniciaba Jorge Luís Borges su primer libro Fervor de
Buenos Aires, donde aclaraba: “No las ávidas
calles, sino las calles desganadas del barrio, casi invisibles
de habituales". Estas historias del trazado urbano
son como decía el autor de El Aleph, imperceptibles,
pero definen la identidad porteña.
A
modo de corolario
Una
Buenos Aires que es no sólo pintoresca, es una ciudad
con historia, aunque parte importante de ella, no está
retratada en los nombres de sus calles, hay una ausencia, podemos
sostener, más que premeditada.
FUENTES:
portales de la Ciudad y fuentes propias
Caracteres:
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