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FERROCARRILES / MUCHO TIEMPO SIN TREN

CAPITAL FEDERAL

EL OLVIDO / ZONA SUR

 

 

Hace años el catalán Joan Manuel Serrat hizo masivo y conocido aquel poema del sur también existe… en lucha con el norte y en todos los confines…


El patio trasero de la Capital Federal


Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

30 de mayo del 2006

Si tenemos que apelar a la historia, el nacimiento y la constitución de la Capital Federal, aquella federalización de 1880, nos vamos a encontrar con un Sur pujante e industrial, obrero, barriadas de inmigrantes y nativos, chimeneas e historias de sufrimientos y luchas. Con un norte siempre beneficiado con las políticas estatales para construcción de viviendas, obras de infraestructura, arreglos de sus calles, iluminación, espacios verdes, recolección de basura, obras hídricas, mejores medios de transporte y todo, absolutamente todo, y también el parásito del sur industrializado y trabajador.

El tiempo no desmiente, por el contrario, en esta zona la salud se ha deteriorado, la educación se agarra con alambres, los espacios y edificios son un lugar intransitable, la pobreza hizo escarnio. Cada barrio de la zona sur de la Capital Federal es un inmenso basural donde no hay camiones recolectores, los contenedores tienen de todo: basura, ratas, insectos, mugre y residuos patológicos sin procesar.

El sur es un espacio abandonando, silenciado, abatido. Donde otrora, tiempos industriales, eran inmensas barriadas obreras… hoy los edificios de esas grandes empresas están corroídas por la oxidación de la inercia. No hay sirenas, ni madrugadas de trabajo, ni camiones sacando producción, ni trabajadores en oleadas por turno haciendo su entrada o salida laboral. Todo eso fue… la desindustrialización se digirió todo… lo tragó indefectiblemente… lo que hay hoy es pobreza, indigencia, falta de agua, trabajo y salud, educación, vida digna y sufrimientos de niños, ancianos y jóvenes. No hay trabajo…

Hay que decirlo, la emergencia sanitaria, que no se ha tomado, puede subsanar algunas cosas, pocas, mínimas pero necesarias…

"Vivimos en casillas de madera, sin cloaca. Hay una sola manzana que tiene
pozo y lo hicimos nosotros. Las casillas son chicas y puede haber un baño para
cinco familias. El piso es la tierra misma. Tenemos luz porque nos enganchamos
de la vía pública y no tenemos agua", es la descripción que hizo el presidente
del asentamiento Los Pinos, Daniel Paolini. Quienes cortaron las vías del premetro para que Telerman, el jefe porteño, fuera a la zona, ya que había estado en Los Piletones, a seis cuadras del asentamiento Los Pinos.


Los Pinos está ubicada en Riestra y Portela a media cuadra de Mariano Acosta y casi frente a la Villa 3 o barrio Fátima, se ubica dentro de los límites de Villa Soldati. Los Pinos está sobre un terreno que, según los vecinos, pertenece a la iglesia católica, pero hace dos años lo ocupan unas 250 familias.


Si bien los funcionarios públicos junto a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad acordaron políticas a corto, mediano y largo plazo, todo esto se toma cuando hay un informe de dicho organismo de control y por la protesta de los vecinos reclamando planes de vivienda, cloacas, luz y agua.


El informe de la Defensoría alerta, al gobierno porteño, sobre la situación sanitaria que vive la ciudad por el colapso de la red cloacal, pluvial y de suministro de agua corriente, especialmente en los barrios del sur de la ciudad.


No se tomó la medida de emergencia sanitaria y la ministra de Espacio Público, Lía María deberá implementar tareas de desmalezamiento, desratización, higiene urbana y el alumbrado.


Por otro lado se debe limpiar el canal aliviador y de los Piletones de la zona de Villa Soldati y otro de los compromisos sería la planta potabilizadora para el Riachuelo.
La red cloacal está rebasada, los asentamientos humanos se hacen sobre realidades precarias donde hay mugre, basura y no hay desagües cloacales.


La situación sanitaria de los chicos son infecciones en la piel, problemas en los bronquios, hay ratas, cucarachas y víboras lo que acarrea enfermedades de alto riesgo.

Algunas consideraciones
Los barrios denominados del sur son Villa Lugano, Villa Riachuelo, Villa Soldati, Nueva Pompeya, Barracas, Patricios, Boca, Flores sur o el Bajo Flores, Mataderos, Floresta, Parque Avellaneda, Parque Chacabuco, estos son en general los barrios donde están afincadas las villas de la Capital Federal, lo que se llama el sur y centro sur de la ciudad, donde están los asentamientos precarios y las casas tomadas, aunque hay otros barrios, pero en estos está el foco más importante, por los altos niveles de pobreza e indigencia.


Las siguientes son las 12 villas en la jurisdicción de la ciudad de Buenos Aires, donde salvo la villa 31, que está en Retiro, forman parte de este enjambre de iniquidad y abandono.


La villa 1-11-14 está en el Bajo Flores, la 3 en Floresta, villa 6 en Parque Avellaneda, 13 y 15 en Parque Chacabuco, villa 16 en Mataderos, 17 en Floresta, la 19 en Villa Riachuelo, bien al sur de la Capital Federal, villa 20 en Lugano y 21-24 y la 26 en Barracas.


Las condiciones de estos asentamientos son precarios, viviendas pobres, falta de infraestructura sanitaria, duermen sobre la tierra, los techos son de chapa, comparten camas los niños y adultos, el hacinamiento es lo común, los baños son compartidos por varias familias, no existe el agua caliente, hay canillas generales y las cocinas son precarias.


En estas zonas están los problemas más importantes de deserción escolar, analfabetismo y también problemáticas sociales graves, por el nivel de enfermedades, los procesos infecciosos y el hambre. En esta zona capitalina, que parece se cae del mapa porteño, no hay turismo que valga, las luchas son por el trabajo, por la supervivencia indigna a la cual arrastran a sus pobladores.
Aquí se encuentra la tasa más alta de pobreza e indigencia, los niveles más altos de deserción escolar primaria, se inauguran salitas, pero se necesitan hospitales de alta complejidad, se pueden inaugurar escuelas, pero es necesaria una política de contención escolar.


El paseo por estos barrios, donde parece que los funcionarios porteños hace mucho dejaron de lado, es para observar los grandes contenedores desbordando basura, alimañas y otros sin que nadie se ocupe de levantarla, ni erradicarlas.
En estas villas repletas de inmigrantes de los países limítrofes, el paco hace estragos, el alcohol es la bebida para olvidar y los comedores son el lugar del alimento diario familiar.


El Sur también existe, porque las obras de infraestructura se hacen para que desagoten en el sur, esta es otra verdad, caños maestros que parten desde la zona aristocrática de San Isidro y desembocan en Barracas, la inundan y la arrebatan de los desechos de los ricos.


El medio ambiente existe para algunos sectores sociales, mientras en Gualeguachu el presidente hace actos y se permite el corte de rutas internacionales sin hacer nada, en el sur provincial o bien capitalino la represión no se deja esperar. Hay privilegios y no podemos vivir ausentes o creer que no hay impunidad de los ricos apoyados por los poderes estatales.

La realidad de la Buenos Aires a comienzo del siglo XXI

Hay avalanchas de proyectos que absorbe el centro de la ciudad, son inversiones masivas en bienes raíces y telecomunicaciones. Estos procesos le dan prioridad a los usos del suelo que se destinan a servicios, consumo y esparcimiento.

El sector secundario, o sea la industria y la industrialización, ha cedido espacio a la banal construcción de centros comerciales, parques temáticos y grandes hipermercados. La producción concede paso al consumo. Este hábitat urbano está repleto de las denominadas torres inteligentes, lofts y urbanizaciones cerradas, o sea son las viviendas nuevas para las clases sociales acomodadas.


El Sur no existe y si se la toma en cuenta es para alguna obra de infraestructura, para estos emprendimientos monstruosos, los hiper mercados, parques temáticos y centros comerciales. Las viviendas para las clases populares, las que tienen interés social no hay, los planes de vivienda popular han quedado en el olvido. Por eso no es casual el sur actual de nuestra ciudad.


La desigualdad, la premisa turística, la construcción que produce mayores niveles de diferenciación social es la premisa de un sistema que quiere rentabilidad óptima y apunta a un sector o mejor dicho clase social que tiene capacidad para consumir.
Este sur necesita obras, planes de salud, viviendas decorosas, escuelas, trabajo, pero sobre todo justicia…



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