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	BAJAR LA IMPUTABILIDAD ENREJAR A LOS CHICOS Y ADOLESCENTES I y II El ministro de Justicia reveló que el gobierno nacional está analizando bajar la imputabilidad a 14 o 16 años de edad. Enrejando a los chicos Parte I Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital 8 de octubre del 2006 El domingo 17 de septiembre, un día después de cumplirse 30 años de la Noche de los Lápices, el Poder Ejecutivo Nacional analiza la baja de la imputabilidad de los adolescentes. Aquel 16 de septiembre de 1976, en horas de la madrugada, son llevados los seis adolescentes que están detenidos-desaparecidos, estudiantes de Bellas Artes, Normal 3, colegio Nacional de La Plata, una semana antes es secuestrado otro joven y días posteriores también tres adolescentes más, en total son 10 los chicos secuestrados. Los detenidos desaparecidos son: María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, Claudio de Acha, Francisco López Muntaner y Daniel Alberto Racero. Los que sobrevivieron son Emilce Moler, Patricia Miranda, Pablo Díaz y Gustavo Calotti. Según el Ministro de Justicia, Alberto Iribarne, sostiene que se está analizando bajar la imputabilidad de los chicos a 14 o 16 años. Que lo que se tiene observado es un régimen especial que contemple la responsabilidad penal de los jóvenes y, a la vez, se respeten las garantías previstas en los pactos internacionales. Por otro lado el ministro dijo a un diario de la Capital Federal, La Nación del 17 de septiembre del 2006 que: ¨Estamos trabajando; hay diversos proyectos. Con adecuadas garantías podría bajarse la edad de imputabilidad a 14 años. Nuestra política no es modificar el actual régimen penal, sino avanzar en un régimen especial que contemple la responsabilidad penal de los jóvenes¨. Además, el ministro Iribarne sostuvo que no es una reacción por la movilización del 31 de agosto, convocada por Juan Carlos Blumberg, que casualmente pide la baja de la imputabilidad de los adolescentes a 14 años. El ministro de la Nación dijo que: ¨El gobierno tiene su política de seguridad, su política criminal y no están trabajando sobre el petitorio de Blumberg¨. Por lo menos permítanos mostrar desconfianza por las palabras del ministro y de la política de seguridad que, según afirma Iribarne, tiene el gobierno nacional y que no es autoría de Blumberg. En otra parte de la entrevista, Iribarne asevera que: ¨No se trata de meter niños en la cárcel, sino de arbitrar soluciones que contribuyan a su integración. En el Congreso se discuten más de diez proyectos sobre este tema, en varios de los cuales la edad de imputabilidad se establece para delitos graves a partir de los 14 años. Hay otras iniciativas que hablan de buscar alternativas entre los 16 y 18 años¨. Si esto no fuera cierto, el propio ministro Iribarne reconoce en otro trama de la entrevista que el problema de la inseguridad está engarzado con otras políticas, que no se puede negar la relación entre delito y políticas sociales, concluye que hay que arbitrar determinadas políticas de seguridad mientras no cambien determinadas situaciones sociales. Bueno, digamos esto, estamos bien mal… si se espera que se cambien o modifiquen políticas sociales para terminar con los problemas de seguridad que sufren los determinados sectores sociales que realizan marchas pidiendo bajar la imputabilidad de los niños, estamos muertos y no somos niños. Porque es cierto, se deben entrelazar todas las políticas, para esto es claro que mientras continúe este sistema de exclusión, marginación, problemas de empleo, deserción escolar, miseria, comedores, desnutrición, la impunidad frente a la prostitución infantil y adolescente, pobreza e indigencia, va a ver delitos… Cuando la panza suena, es duro soportar el hambre… Por otro lado, el legislador del ARI, Horacio Piemonte, consideró que: ¨Lo que hay que hacer es poner en marcha una política integral para la niñez. Bajar la imputabilidad es un reduccionismo. Si la bajamos a los 14 años, luego la bajaremos a 12 y más tarde a 10 años¨. En otros trabajos sobre niñez y adolescencia sostuvimos lo mismo, que continuar con estas políticas de mayor mano dura implicaba que los niños desde la cuna serán criminalizados y enviados a la cárcel hasta la tumba. Vale afirmar que ponemos en duda que no esté metido el petitorio de Blumberg en todo este conglomerado de políticas del PEN, (Poder Ejecutivo Nacional) ya que la baja de imputabilidad es algo solicitado por el señor de los oráculos en reiteradas oportunidades en la Casa Rosada, sentado junto al presidente que lo recibió en repetidas ocasiones, cuando las marchas no eran contra este gobierno y parecía que había una relación medio idílica y que fue mensajero del presidente ante el Papa Juan Pablo II. Por otro lado, las políticas de contención de las problemáticas sociales sobre la Niñez y Adolescencia no aparecen, por el contrario, la última marcha de los niños, sobre que el hambre es un crimen, cuyos fundamentos siguen siendo los de hace cuatro años, 9.500.000 de niños y adolescentes bajo la línea de pobreza e indigencia, no amerita ningún tipo de consideración por parte del PEN. No se trata de meter niños a la cárcel sostiene el ministro Iribarne en representación del PEN Poder Ejecutivo Nacional. En esto vale un recuerdo, cuando aún adolescente Pablo Díaz sobreviviente del Pozo de Banfield le dicen que pasa a disposición del PEN, sin saber que diablos era el PEN… la gritería fue impresionante mientras le decían: ¨Te salvaste Pablito¨, te blanquean… Este PEN los quiere mandar a la cárcel… aquel PEN… mandó a la cárcel y tortura a más de 300 adolescentes que hoy están desaparecidos… En este tiempo el PEN los quiere encarcelar porque delinquen… se sigue responsabilizando a la víctima… los niños, niñas y adolescentes son víctimas de esta pobreza. Lo que no dice Iribarne es que se piensa en leyes que los penalicen, les corten las alas… y nada se piensa en como solucionar el problema social. La contención, las políticas de Estado para la Niñez y Adolescencia… Ellos fueron secuestrados y desaparecidos por el PEN… Estos niños que pueden ser sus hijos también están siendo encarcelados por el PEN… No es jugar con una sigla… es la triste realidad, algo que parece no tiene remedio… PEN antes, PEN, ahora… No hay salida posible enrejando a los chicos… porque el paco los mata, previo, les quita el hambre y los saca de su destino injusto… El PEN los encarcela porque han cometido delitos. Se terminó con la ley de Patronato y se implementó la ley 26.061 de Protección de la Niñez y Adolescencia. La pregunta obligada es: ¿En que punto de esta realidad se contraponen que la vulnerabilidad social no puede ser encarcelada o mandada a un instituto, privándolo de libertad, y esta baja de la imputabilidad? El ministro de Justicia reveló que el gobierno nacional está analizando bajar la imputabilidad a 14 o 16 años de edad. Enrejando a los chicos Parte II Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital   10 de octubre del 2006 Nos preguntábamos en la nota anterior sobre la contradicción entre no enrejar la realidad social de los niños, niñas y adolescentes y la baja de la imputabilidad a 16 o 14 años. La respuesta obligada es que para las políticas de Estado no hay contradicciones, ellas persisten en un tema esencial, los que son enrejados son los niños, niñas y adolescentes pobres. No es una consigna, es la situación de la violación sistemática a los Derechos Humanos de la niñez y adolescencia que impera en nuestro país. Esto se comprende si tomamos las cifras y desnudamos el escenario imperante hasta junio del 2006, este no nos dice que la situación actual haya variado demasiado. Por ejemplo, dos adolescentes o chicos menores de edad eran arrestados o detenidos por hora en la provincia de Buenos Aires, la mayoría de esos arrestos tienen que ver con chicos reincidentes en el denominado delito. En el 2005, según la Suprema Corte de Justicia de dicha provincia, la más grande del territorio argentino, con una población de 0-14 años de 3.678.933 y de 15 a 19 años: 1.187.157 sobre un total de 13.827.203, según el Censo 2001, informaba que los Tribunales de menores abrieron tres expedientes penales por hora, un promedio de 420 expedientes por mes y 4.600 en el año calendario. Las últimas cifras son aproximativas con referencia a tomar una jornada de 7 horas, 20 días hábiles al mes y 11 meses de trabajo descontando un mes de feria judicial, si bien durante ambas ferias, tanto de enero y julio quedan las guardias. Para los datos que arroja el Indec sobre la proyección de población para el año 2005 da que sobre un total de 14.654.379 habitantes, la discriminación por grupos de edades es la siguiente:   2005 Proyección de población 0-4 1.201.730 1.201.730 5-9 1.219.659 2.421.389 10-14 1.224.867 3.646.256 15-19 1.220.721 4.866.977 Total Durante el 2005 la policía Bonaerense informó que detuvo a 18.819 chicos y adolescentes menores de edad y entre el 1º de enero y el 31 de mayo del 2006: 7.820 chicos y adolescentes detenidos por presuntos delitos y lo decimos claramente, supuestos o presuntos hasta que se comprueba que es así. Por otro lado, la CORREPI informa sobre los asesinatos a manos de las fuerzas de seguridad, las cuales durante los años 2003, 2004 y 2005 tienen un ascenso que va de 12,4, 12,5 y 14,5 víctimas por mes. Un promedio de 174 asesinados en el 2005 y en lo que va de la administración actual 420 muertes a manos de las fuerzas de seguridad. Es importante el porcentaje de adolescentes y jóvenes ya que entre 15 y 25 años el promedio es del 64,42 por ciento. Estas cifras de asesinatos y las detenciones que se realizan muestran la situación que soportan quienes deben purgar por ser pobres. Este pedido de bajar la imputabilidad de los adolescentes no es nueva, en el 2002 Jorge Vanossi, en ese momento Ministro de Justicia de Eduardo Duhalde le presentó un anteproyecto de ley que reducía a 14 años la imputabilidad de los menores. Además se proponía mayores condenas para los adultos que indujeran a los chicos a delinquir. Como en todos estos anteproyectos aparecen las organizaciones no gubernamentales que reciben subsidios de los gobiernos estatales para la atención de los niños, niñas y adolescentes que literal y realmente son arrancados de sus familias y transportados a hogares para su regeneración. Permítasenos poner en duda la misma. Los ejemplos de hacinamiento, golpes, torturas, malas condiciones de vida, alimentos escasos y otros están demostrados tanto en los ámbitos privados y estatales. En el 2004, Juan Carlos Blumberg presentó luego de la muerte de su hijo la baja de la imputabilidad, en ese momento pedía al Congreso que se debatiera esta situación. Otro de los hechos que conmocionaron el proceso de los chicos fue el de Carmen de Patagones cuando un alumno mató a tres compañeros suyos. Criminalizar la pobreza, reprimir, encarcelar, privar de la libertad son las salidas que hay para los millones de niños, niñas y adolescentes que además de ser pobres o indigentes pueden tener que soportar ese destino, como marca registrada de injusticias que se resuelven con cárceles, los denominados hogares, instituciones varias y formas de reclusión. Nada de este contexto es analizado y reflexionado en su total magnitud, los sectores o clases medias y altas claman por las cárceles para los pobres y las fuerzas del ¨orden¨ que están al servicio de dichas clases. Las velas pidiendo seguridad tienen la hipocresía de quienes las llevan, nadie en ningún contexto real clama por fuentes de trabajo, inserción social, educación y políticas que modifiquen la realidad de ver a la niñez y adolescencia entre coches, pidiendo monedas, limpiando vidrios, trabajando en el campo, haciendo de mandaderos, buscando cartones y comiendo deshechos. No hay voces desde estos sectores que sostengan que esta situación de la niñez y adolescencia no se arregla con más cárcel. Por el contrario sus planteos son claros: represión, criminalizar la pobreza, bajar la imputabilidad y esperar que las rejas que han colocado alrededor de sus casas sirvan para que no sean abordados por niños, niñas o adolescentes sin presente…