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FERROCARRILES

MEDIOS DE TRANSPORTE FERROCARRILES

LA DEUDA PENDIENTE

LA IMPORTANCIA DEL TRANSPORTE FERROVIARIO

 

LA DEUDA PENDIENTE: FERROCARRILES ARGENTINOS

Por Juan Carlos Cena * especial para Villa Crespo Digital

31 de julio del 2006


La participación del Estado Nacional recorre, de punta a punta del riel, toda la historia ferroviaria. El Estado Nacional jugó un fuerte papel en cada una de las etapas, desde la construcción de las líneas férreas, su ampliación, consolidación y nacionalización. Luego: boicot, vaciamiento, desestructuración, desguace, saqueo y paralización para su posterior concesionamiento.

El transporte interviene, reiteradamente, en la producción y comercialización de bienes. La mercancía o cualquier producto manufacturado toman valor, recién, cuando participa el transporte. El objetivo básico de cualquier Estado en ese sector es: Transportar eficientemente, al más bajo costo social para la Nación. Para eso deberá fijar objetivos claros en su organización y armonización general. El Estado debe intervenir definiendo las normas de comportamiento de los distintos modos de transporte.

Para tales fines el ferrocarril tiene funciones específicas a las cuales el Estado no puede renunciar. Sin embargo, en mérito a constreñirlo a un papel netamente comercial se abandonaron infraestructura y servicios de importancia estratégica, sin que los medios sustitutos, rigiéndose por estrictos e impropios mecanismos de lucro, hayan cubierto minimamente los espacios vacíos, por el retiro del medio ferroviario, condenando a la extinción a poblaciones enteras.
Este gobierno es un continuador de las políticas diseñadas en la época del gobierno de Menem, pero que comenzaron en tiempos de Frondizi con el Plan Larkin, continuaron durante las distintas dictaduras y las democracias relativas que prosiguieron con las mismas políticas. En el gobierno de Raúl Alfonsín se pretendió dividir al los ferrocarriles en cuatro (4) partes, llamado el Plan Terragno, luego, el saqueo y cerramiento perverso durante el menemato. Es decir, todas son viejas imposiciones de los factores de poder, llámese, Banco Mundial F.M.I., BIRF, Industria del Transporte Automotor, entre otros. Como podemos observar, el cumplimiento de las exigencias de los factores de poder deben continuar vigentes, así cambien los gobiernos, o sea, los administradores del Estado.

Desde que asumió este gobierno, los ferroviarios nos hemos expresado reiteradamente sobre los posibles accidentes, falta de mantenimiento, salvaje precarización laboral, malversación de los subsidios y la no aplicación de esos montos en el mejoramiento de las prestaciones de servicios y sus trabajadores. El ferrocarril no regresó al Estado, tal como lo prometió el actual presidente durante la campaña electoral. El gobierno ha contestado otorgando más subsidios, (141%)
Debemos tener claro que pretender que estas empresas con el régimen de las concesiones funcionen correctamente dentro del sistema capitalista es tan ridículo como legislar contra la ley de la gravedad.

La crisis en el universo ferroviario es integral. Tanto en los trenes suburbanos, de cargas y en los de Kartón de pasajeros de larga distancia inaugurados con una gran pompa K. Pero siguen anunciando obras faraónicas como la construcción e instalación de trenes de Alta velocidad, soterramiento de un sector de la Línea Sarmiento, coches de doble piso en la misma línea, vaya a saber a que valor, soterramiento de la estación de Mar del Plata y tren de alta velocidad. A esto se agrega la concesión del F.C. Belgrano Cargas al Grupo Macri (gran deudor del Estado por la concesión del correo) en sociedad con los chinos, Ferrovías, Metrovías, y los burócratas sindicales como Pedraza, (Unión ferroviaria), Maturano (La Fraternidad), Moyano (Camioneros), Palacios (UTA), sociedad perversa avalada por el Banco Mundial y las multinacionales como Monsanto, Cargill, entre otras.

Se inauguró 4 veces talleres Tafí Viejo, luego vinieron los Talleres de Junín, otro gran acto esperanzado. Talleres Los Hornos, lo siguió el de La Plata, más tarde los talleres de Campana, que sólo se transformó en un museo ferroso sin presupuesto y los trenes de kartón, a Posadas, Córdoba, Tucumán, una sola vez por semana con seis o más horas de demora por diagrama, sin contar los atrasos por accidentes.

Se anunció el PLANIFER-Plan Nacional de Inversiones Ferroviarias, el 18 de febrero del 2004. Posteriormente el anuncio del Mega Plan: PLAN FERROVIARIO 2005 a través del Decreto 1683 del 28/12/2005, con un total de inversión programada, para 3 años (2006- 2008), para el servicio interurbano de pasajeros de 5.000 millones de pesos. Además, se prevé 1.000 millones de pesos para el sistema de transporte de cargas y 400 millones de pesos por año para subvencionar a las concesionarias y mantener los boletos congelados.

Los recursos saldrían mayoritariamente de las partidas presupuestarias asignadas al sector y de créditos del BID, Banco Mundial y la Corporación Andina de Fomento. (Fuente comunidad andina de fomento).
Oportunamente hemos señalado desde el Mo.Na.Re.FA, (Movimiento Nacional por la recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) ante cada uno de estos anuncios que: "El Ferrocarril es un Sistema Integrado de Transporte, de Industrias y Comunicación, además, es un servicio público y cumple una función social, que entre sus características principales figuran la de transportar todo a todas partes y en todo tiempo, con la regularidad obligada de sus servicios".


El ferrocarril es una cuestión nacional, es parte de la soberanía nacional en circulación, por eso este es un sistema de transporte que tiene que ver con la solidaridad y lo humanitario, con el ser nacional y su vida, con el derecho pleno a ser habitantes dignos.

Por eso cuando se reclama que los ferrocarriles deben ser reestatizados, estamos de acuerdo, pero debemos preguntarnos, ¿con este Estado administrado por un gobierno como este? Los ferrocarriles deben volver a servir a la comunidad, para ello debe ser un servicio público. Debe ser estatal, monopólico, descentralizado y eficiente.
Los trabajadores ferroviarios, especialmente, los usuarios y todos los ciudadanos tienen el deber de luchar por la reestatización de los ferrocarriles. Este, es un bien nacional, no privado, por eso es una cuestión nacional.


Juan Carlos Cena es autor del libro El Ferrocidio, entre otros, miembro fundador del MONAREFA -Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos



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