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NIÑEZ Y ADOLESCENCIA / TRABAJO INFANTIL

NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

CAPITAL FEDERAL

TRABAJO INFANTIL

(Villa Crespo Digital) Este trabajo fue publicado anteriormente, lo volvemos a entregar.

26 de marzo del 2008

La denominada recuperación de materiales reciclables muestra que hay más de 4.000 niños y niñas que trabajan en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

La niñez que trabaja en la Capital Federal


Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

2 de octubre del 2006

Las cifras dicen que hacia el 2005 unos 10.000 cartoneros y cartoneras, la mitad de esa cifra niños, niñas y adolescentes entre 3-14 años, ingresaban a diario a la Ciudad de Buenos Aires provenientes de la provincia de Buenos Aires, el recorrido se hace en los conocidos: Tren Blanco, de condiciones infrahumanas, donde pagan pasajes, soportan las esperas y suben con sus carritos y bolsas en habitáculos que tienen condiciones de viaje irrespirables.
Por otro lado, el 15 de agosto pasado, un comunicado del Grupo En la Calle en la Estación Olivos, sostenía que es cada vez más cotidiano el hostigamiento a los cartoneros que toman el tren en la estación Olivos del FF CC Mitre.
En dicha misiva sostienen que soportan:
Razzias policiales cotidianas, sin órdenes judiciales.
Detención de cartoneros, por el solo hecho de no tener documentos.
Demoras innecesarias en la comisaría por averiguación de antecedentes.
Maltrato cotidiano.
Restricción de la libertad de circulación
Restricción de la libertad de trabajo.
Discriminación en el accionar de las fuerzas de seguridad.
Sospechas de delito, por el solo hecho de ser cartonero.

Otra de las realidades que padecen los niños que deben trabajar es el rendimiento escolar. Más del 40 por ciento es repitente. Entre un 11 y 15 por ciento no asiste a la escuela.
En el caso de los niños, niñas y adolescentes que trabajan en la denominada Recuperación de Residuos, uno de los trabajos que realiza nuestra niñez y adolescencia, arrojan cifras que demuestran que el trabajo infantil no está en vías de desaparición.
Según el diario La Nación del 21 de agosto informaba que 3.000 chicos entran a la Capital Federal a diario, 400 viven en las calles, es un lugar…
Por otro lado un informe de la UNICEF y la Organización Internacional para las Migraciones OIM relevaron en ¨Trabajo Infantil, Recuperación de Residuos¨ que hacia octubre y noviembre del 2004 trabajaban 9.000 cartoneros y cartoneras en la Ciudad de Buenos Aires, repartidos de la siguiente forma:
 

Adultos

4.539 personas

52%

Niños menores de 5 años

   501 niñas y niños

  6%

Entre 5-9 años

  966 niñas y niños

11%

Entre 10-14 años

1.354 niños y niñas

15%

Entre 15-17

1.402 adolescentes

16%


Total general 8.762 trabajadores cartoneras y cartoneras entre menores de cinco años y adultos.
Las cifras para la niñez y adolescencia son de 4.223 personas.
En este relevamiento queda claro, según sostienen las organizaciones firmantes, que dicho trabajo está basado en la observación de sus informantes, que las cifras recogidas para los chicos pueden variar, no son exactas, que puede haber más niños trabajando. De todas formas, de acuerdo a las entrevistas, la cifra es desgarradora.
También el informe afirma que es mayor la magnitud de cartoneros y cartoneras que se vuelcan al trabajo de búsqueda de cartones y otros, en esto se incluye a la niñez y adolescencia, cuando hay recesos escolares, vacaciones, feriados y mayor retribución salarial por el trabajo de reciclado.

Los niños, niñas y adolescentes que están en la calle, según el gobierno porteño son unos 400 chicos y chicas, mientras observamos sus caritas que lo dicen todo, a pesar del destino siniestro que les toca vivir, pueden mostrar alegría, porque tienen los años para hacer sonreír.

Por otro lado, la información sostiene que el ingreso a la Capital Federal desde el Conurbano Bonaerense se focaliza en Constitución, Retiro y Once, las terminales de ferrocarriles. Llegan a vender estampitas, limpiar vidrios y parabrisas, hacer malabarismos cuando el semáforo se pone en rojo y los automovilistas se detienen. También hay que mirar la indiferencia de quienes conducen sus automóviles, miran a los niños y niñas con la mayor desprevención, no son sus hijos… son los hijos de la exclusión…

Estos niños, nuestros niños, no aparecen en los titulares ennegrecidos y llamativos, por el contrario, son relegados a páginas interiores, a veces alguna impar, por lo general con títulos pequeños, porque el hambre no vende, no merecen los chicos media hora de un noticiero periodístico donde es más importante la renuncia de un jugador de fútbol a la selección nacional…

El cuarto año de la marcha de los chicos: ¨El hambre es un crimen¨ no mereció ser destacado. Los organizadores siguen afirmando que más de 9.500.000 de niños, niñas y adolescentes menores de 18 años están bajo la línea de pobreza o son indigentes. Esto significa el 70 por ciento de la población de esa franja.

Los chicos que llegan a la Capital Federal desde distintos puntos del Gran Buenos Aires vienen de una situación de familias destrozadas, comen en comedores comunitarios, no concurren a la escuela, se dan con pegamento y duermen a la intemperie.

La destrucción de la familia trabajadora deja a la niñez y adolescencia en la cadena de crecimiento sufriente, se quedan en Buenos Aires, vuelven a sus casas y soportan recriminaciones y golpes, vuelven a la calle y lo que juntan es para el pegamento o el paco.
Tienen lazos de solidaridad entre ellos, comparten lo que juntan y se drogan porque les aplaca el hambre…

Desde los estamentos oficiales se sostiene que hay políticas de contención y readaptación de los niños hasta los 12 años. Reinsertarlos con las familias, para esto en el ámbito porteño, desde la dirección de la Niñez y adolescencia, cuya titular es Marisa Graham sostiene que la mayoría de los chicos provienen de la provincia de Buenos Aires. Los que llegan a Constitución se quedan allí, trabajan y sobreviven en ese lugar, según afirman los funcionarios porteños, dicen que los tienen individualizados, con legajos e historias.
Para sacar a los chicos de la calle, en este caso, han realizado convenios con los municipios de Avellaneda, Lomas de Zamora, Lanús, Almirante Brown, Florencio Varela, Quilmes y Berazategui.
Los lugares donde paran los chicos son El Centro de Atención Integral de la Niñez y Adolescencia (Caina) ubicado en Paseo Colón al 1300, allí concurren unos 50 niños que van a comer y participan en diferentes actividades de recreación y el Hogar de Niños del Padre Carlos Cajade, allí viven dos bebés y tiene capacidad para unos 28 niños. El presupuesto es de 10.000.000 anuales, luego hay subvenciones a organizaciones sociales que mantienen dos paradores nocturnos para 50 chicos y chicas.

Se puede votar, antes de fin de año, que los legisladores estipulen que 15 años es la edad para que un adolescente firme un contrato laboral. Mientras tanto, los chicos y chicas trabajan en forma inhumana, apelan a lo que tienen para sobrevivir, se dan con pegamento para saciar el HAMBRE…

El superávit fiscal, la mayor recaudación, los mejores niveles económicos benefician sólo a un sector social. El mismo que sigue ampliando, para su beneficio, la brecha entre ricos y pobres…
Mientras tanto los niños y adolescentes siguen esperando…

 

FUENTES: diarios, noticieros y propias

Caracteres: 7314



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