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NIÑEZ Y ADOLECENCIA / MENDOZA

NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

PROVINCIA DE MENDOZA

POBREZA DE LOS CHICOS

 

La pobreza acarrea tremendas injusticias, una familia desalojada con 10 niños, en la provincia de San Juan

Con diez niños, y a la calle, por ser pobres

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

24 de febrero del 2006


El pasado 18 de enero, el Diario de Cuyo por internet informaba que una familia con diez niños fue expulsada de la pieza que ocupaban, y que hacía días que deambulaban por la ciudad, en búsqueda de ayuda, trabajo y comprensión, agregamos nosotros.

La mamá se llama Mónica Gutierrez y tiene 28 años, el padre Antonio Garro que tiene 31 años, tienen 5 varones y 5 mujeres entre los 6 meses y 11 años. Antonio Garro trabaja en la cosecha, haciendo changas para poder alimentar a su familia.
Los desalojaron de la pieza que ocupaban en Villa Algarrobos, Santa Lucía, no tienen donde dormir, no tienen muebles porque les robaron hace unos meses, por eso los más grandes de 10 y 11 años se quedaron cuidando lo poco que tienen.
En una declaración que es desgarradora, Mónica sostiene que: "No sabemos qué hacer. Nadie nos acepta con tantos niños, apenas les estamos dando de comer".
Por otro lado, esta familia es numerosa, no tiene posibilidades de pagar un alquiler y los niños no han ido a la escuela, los chicos están acostumbrados a ir de un lado para otro y a dormir en la calle. Lo que quieren es un lugar donde instalarse, trabajo y una vida digna.


"Vivimos como si fuésemos un circo. Pasaron tantos años y no podemos estabilizarnos. Ya nos inscribimos en el IPV Instituto Provincial de la Vivienda, pero como nunca estuvimos mucho tiempo en una villa, no nos dieron casa", dice Antonio. Por esta vida nómada, ninguno de los chicos que están en edad escolar fue a la escuela. "Cada vez que los inscribimos en alguna escuela tenemos que cambiarnos de casa. No podemos seguir así. Están creciendo sin saber leer ni escribir", dice Mónica, que desde que tuvo a su séptimo hijo, viene tramitando una pensión.


Antonio trabaja en las cosechas de manera esporádica, hasta hace un tiempo vivieron en el Médano de Oro, hasta que les pidieron la casa que les habían prestado. De ahí pasaron a una villa de Santa Lucía, corriendo la misma suerte. Ahora, les prestaron una pieza para que puedan guardar lo poco que les quedó después del robo: una cama, la mesa y un aparador.


Previo al desalojo, el matrimonio y los 10 chicos, 5 varones y 5 nenas, vivían amontonados en una pieza. Los 6 niños más pequeños dormían en la única cama que tiene la familia. El resto, incluyendo a los padres, lo hacía sobre una colcha que les regalaron.


"Como el tiempo está lindo, ahora podemos estar en cualquier parte, en la plaza o en algún rincón, pero no es vida para los niños. Para lo único que me alcanzan las changas que estoy haciendo es para darles de comer. Y gracias que son todos sanos", dice Antonio.

Esta es la información conocida, esta es la realidad de una familia pobre de la provincia de San Juan, pero esta es una situación cotidiana, la del casi el 40 por ciento de la población que vive en nuestro país en situación de pobreza o indigencia.

El pago de la deuda externa al FMI, esos 10 mil millones de dólares muestra un país colonial, dependiente, que no piensa, ni pensará en el problema de estos niños, de esta familia, ni de tantos más.

Consolidaron la dependencia, el colonialismo y la pobreza extrema, se subsume a quienes menos tienen a cifras frías que arrojan, para ellos, que la pobreza baja. Por eso el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INDEC muestra que la inflación disminuye porque entre sus parámetros coloca el alquiler de una cochera. Son estadísticas para las clases medias y altas. En la cochera, si pudieran y les dieran lugar, viviría esta familia de San Juan.

Hay inmensas hipocresías, pero por ellas hay miles de chicos que mueren a diario por hambre, el superávit fiscal, las grandes reservas en el Banco Central sirven para consolidar el país de los celulares, de las vacaciones que muestran los medios y de los centros comerciales que llenan algunos. El otro país, es este, diez niños sin escuela, sin comida y sin vivienda.

En nuestro país, la Convención sobre los Derechos de la Niñez, no se cumple…

En nuestro país, los símbolos también tienen valor, hay que mirar los actos de gobierno, por eso, para que los pobres entren en caja, el actual ministro de Planeamiento Federal, Julio De Vido es el encargado de llevar licitaciones y todo lo concerniente con la construcción de cárceles en nuestro país.


Es la otra forma de consolidar la dependencia y el coloniaje, el anterior ministro de Justicia, Horacio Rosatti, se negó a firmar los sobreprecios que había para la construcción de las cárceles en las provincias de Santa Fe, Salta y Buenos Aires que comenzaron en el 2003. Durante el proceso licitatorio, que el gobierno no anuló, sostiene la información del diario La Nación del 16 de enero del 2006, se aumentaron entre un 60 y 90 por ciento los presupuestos previstos originalmente. Si bien, este proceso fue detenido y anulado por la actitud de Rosatti.


El ministerio de Planificación adujo que había una inflación importante en el tema materiales y por ende el aumento de precios. Según el INDEC la inflación en la construcción fue del 13 por ciento.

No hay que decir más, los sobreprecios son una realidad, la construcción de cárceles son para los pobres y también un fuerte negocio para los ricos…

La situación de calle de millones de familias en nuestro país se arregla con represión, cárceles y más hambre, se consolida el colonialismo, la dependencia. Estamos muy lejos de pensar que en el país se pueda reparar los profundos daños que acarrean estos flagelos, que denigran la condición humana de estos niños y sus padres…
En la oración a la Justicia, María Elena Walsh le dice a la Señora de los ojos vendados que estás en los tribunales…


Dales la razón y llora,


Porque ya es hora.



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