HISTORIA
DE MUJERES
LA HUELGA DE INQUILINOS
1907-2007,
100 años de la Huelga de Inquilinos o la
Rebelión de las Escobas…
Una protesta con cara de mujer…
Por
Elena Luz González Bazán especial
para Villa Crespo Digital
29
de noviembre del 2007
Se
cumplen 100 años de aquella memorable protesta
con cara y cuerpo de mujer. Miles fueron ellas que
con sus niños saltaron a la vida pública
y llenaron, primero la Capital Federal, luego se
irradió hacia Avellaneda, Lomas de Zamora
en la provincia de Buenos Aires, llegó hasta
Rosario y otras ciudades donde los conventillos
eran el hábitat general y normal de vivienda
de la familia trabajadora, inmigrante y nativa.
El
nivel de vida de la familia obrera
Hacia 1904, cuando se estaba por realizar el censo,
se estimaba la población obrera de la ciudad
en unos 80.000 trabajadores. Los salarios industriales
oscilaban entre $ 1 y $ 4 por día; mientras
las mujeres cobraban un mínimo de $ 0,80
y un máximo de $ 3; y los menores, de $ 0,30
a $ 1,20 pesos.
Los
albañiles eran numerosos en Buenos Aires,
estos, no sobrepasaban los $ 3,30 por día,
estamos hablando de los oficiales, porque los peones
apenas llegaban a obtener de $ 1,50 a $ 1,80 diarios.
Resta agregar que para valorar debidamente estos
salarios es necesario considerar que excepcionalmente
se trabajaban más de doscientos días
a año.
Asimismo,
la variación de salarios fue nula, pero el
aumento de los artículos de primera necesidad
y el alquiler de la pieza de conventillo se elevó
en aquellos años.
Los aumentos salariales eran conseguidos por la
lucha obrera.
El
Departamento Nacional del Trabajo inicia, unos meses
después, un estudio sobre la realidad de
la familia obrera, en 1908 se constata lo siguiente:
Obrero con mujer y
dos hijos
Trabajando 25 días al mes, ganaba un jornal
de $ 4; su entrada mensual sería por lo tanto
de $ 100.
Gastos:
Alquiler: $ 22.
Mercado 0,50 por día $15.
Pan 1 ½ kilo a razón de 0,18 total
$ 8,10
Almacén: 0,65 por día $ 19,50 por
mes.
Leche, medio litro diario: $ 2,25;
Carbón, dos cuartillas de $ 1,20: $ 2,40;
Lavado, dos barras de jabón, $ 1;
Tranvía: $ 2,50;
Gastos varios: $ 10.
Total: $ 82,75. Saldo a favor: $ 17,25.
En el caso de un obrero con esposa y cuatro hijos,
tomando estos mismos rubros de consumo, el total
ascendía a $ 108,80, o sea, esto implicaba
un déficit de $ 8,80.
Esto llevó a mayor tiempo de trabajo, más
horas, además de sus noches…
Obrero
con mujer y cuatro hijos
Alquiler, pieza más grande, $ 25; mercado,
$ 0,60 por día, $ 18; pan, dos kg. por día
$ 10,80; almacén, $ 0,60 por día,
$ 18; carbón, 2 1/2 cuartillas, $ 3; lavado,
tres barras de jabón, $ 1,50; tranvía,
25 días de trabajo, $ 2,50; ropas, $ 20;
gastos varios, $ 10. Total: $ 108,80. Déficit:
$ 8,80.
Las
necesidades más apremiantes para este obrero
le obligaban a trabajar algunas noches. El trabajo
nocturno se pagaba entre $ 4 y $ 8 pesos, de acuerdo
a la especialidad.
Pero aquí estaba la trampa, no siempre se
trabajaban los 25 días al mes y en muchas
ocasiones ni 20 días. Por lo tanto, cuando
un trabajador se enfermaba, esto implicaba que toda
la familia estaba en situación de riesgo,
era un contexto caótico.
No olvidemos que no había reconocimiento
laboral o leyes sociales que amparasen a los trabajadores.
Otro ejemplo: Un oficial fundidor ganaba entre $
4 y $ 4,50 por día.
En el caso de un matrimonio
con siete hijos
El padre fundidor ganando un jornal de $ 4,50 y
trabajando los 25 días al mes reunía
un salario de $ 112,50; a esto sumarle que una hija
mayor que trabajaba de planchadora, 13 a 14 horas
diarias, podía rondar un salario de tan sólo
$ 25. El total resultante de: $ 137,50.
El resto de la prole podía ser menor de edad
y estar concurriendo a la escuela. Detallemos los
gastos mensuales de esa familia:
Por dos piezas de madera, con poca comodidad: $
45,00, Gastos de almacén: $ 48,00, 3 Kg.
de pan por día: $ 19,00, Gastos de leche:
$ 10,08, Carne y verdura: $ 22,00, Carbón:
$ 4,50, Desgaste de ropa interior y exterior para
toda la familia: $ 25,00, Gastos de barbería:
$ 2,00 Gastos de tranvía: $ 6,00, Por cotizaciones
de sociedades de socorros mutuos, política
y/o gremial: $ 2,80. Suscripción al diario:
$ 1,20. Total: $ 185,58. Esto nos marca un déficit
de casi 50 pesos mensuales.
Los casos son múltiples, lo que podemos sostener,
a partir de la información, es que el aumento
salarial entre 1904 y 1908 fue del 37,5 por ciento,
el precio de la pieza en el conventillo trepó
en el mismo período en un 100 por ciento.
En cuanto a tener una casa, algo imposible para
la familia obrera.
En
cuanto a los aumentos de la canasta familiar algunos
trepaban entre un 70 al 100 por ciento de aumento.
Vayan algunos casos: La carne de vaca, cuyo precio
en 1904 era, según la calidad, de $ 0,18
a $ 0,40 el kilogramo, costaba en 1911 entre $ 0,25
a $ 0,80.
El pan de segunda, consumido por las familias humildes,
de $ 0,12 a $ 0,15, había aumentado a $ 0,20,
hasta $ 0,22.
Las papas que costaban $ 0,05 a $ 0,10, habían
elevado su precio a $ 0,20.
Los porotos entre $ 0,15 a $ 0,25, aumentaron a
$ 0,45 en 1911.
El arroz de $ 0,13 en 1904 a $ 0,15 en 1911. Y podemos
seguir enumerando artículos, de la hoy denominada
canasta familiar, que van sufriendo estos guarismos
desmesurados.
En
esta situación y contingencia social sobrevive
la familia trabajadora, no sólo es complicado
conseguir una habitación en cualquier lugar
de la ciudad, máxime cuando hay hijos, el
costo de la canasta de alimentos es desmesurado
y la vida familiar tiene el marco de la pobreza,
la promiscuidad y la falta de los más elementales
servicios sanitarios. Por ende, la enfermedad sobrevuela
el conventillo y a sus habitantes.
La covacha es el lugar inmundo, esta parece que
debe ser el lugar de habitación de las familias
proletarias. Los administradores, dueños
y los intermediarios de aquellos tiempos hacen grandes
ganancias a costilla del sudor de la masa laboral
que produce la riqueza.
Esto acarrea que las más inmundas covachas
encuentren con facilidad inquilinos, ya que Buenos
Aires no es una población en la que se ha
dado andar eligiendo...
Los socialistas, anarquistas y otros políticos
sin demasiado ascendiente electoral bregaban contra
la suba constante de los alquileres.
En
1907, Juan Rouco, Virginia Bolten, María
Collazo y Teresa Caporaletti, organizan el Centro
Femenino Anarquista, un espacio de divulgación
del ideario entre las obreras y mujeres de pueblo.
Poco tiempo después intervienen, algunas
de ellas, como piezas fundamentales en la Huelga
de Inquilinos o Movimiento contra el Aumento de
Alquileres. Las cuales ponen en movimiento, con
su capacidad organizativa y su tempestiva arenga,
a una diversidad de conventillos pobres de la ciudad.
¨Un
buen día se supo que los vecinos de un conventillo
habían resuelto no pagar el alquiler de sus
viviendas, en tanto que el propietario no les hiciese
una rebaja. La resolución de esos inquilinos
fue tomada a risa y a chacota por media población.
Pronto cesaron las bromas. De conventillo a conventillo
se extendió rápidamente la idea de
no pagar, y en pocos días la población
proletaria en masa se adhirió a la huelga.
Las grandes casas de inquilinato se convirtieron
en clubes. Los oradores populares surgían
por todas partes arengando a los inquilinos y excitándoles
a no pagar los alquileres y resistirse a los desalojos
tenazmente.
Se
verificaban manifestaciones callejeras en todos
los barrios sin que la policía pudiese impedirlas,
y de pronto con un espíritu de organización
admirable se constituyeron comités y sub-comités
en todas las secciones de la capital.
En
los juzgados de paz las demandas por desalojos se
aglomeraban de un modo que hacía imposible
su despacho. Empezaron los propietarios a realizar
algunas rebajas, festejadas ruidosamente por los
inquilinos y sirviendo de incentivo en la lucha
a los demás¨...
Un
párrafo para Villa Crespo
Villa Crespo se tiño de anarquistas, socialistas
y posteriormente comunistas. El nacimiento de sus
sindicatos marcó el camino de la unidad y
la solidaridad obrera y de los trabajadores, algo
deliberadamente negado en las historias contadas…,
en las concepciones estáticas…
Por
Villa Crespo pasó el Tren de los Muertos,
desde Pueyrredón, por la actual Corrientes
hacia el antiguo cementerio de la Chacarita, cuando
la fiebre amarilla se cobró miles de vidas.
Por Villa Crespo pasó la protesta de la Rebelión
de las Escobas, cuando todos los conventillos de
la Capital Federal, Avellaneda y Lomas de Zamora
protestaron por el alza de los alquileres y las
pésimas condiciones de vida: salubridad,
falta de cloacas, agua corriente y otras.