LOGO VILLA
 
2018 - 2021

PÁGINA PRINCIPAL / MAPA DEL SITIO / BUSCADOR DE NOTICIAS

Viernes, 3 Septiembre, 2021 15:23
 
 

MUJERES / LA HUELGA DE INQUILINOS

HISTORIA DE MUJERES
LA HUELGA DE INQUILINOS

1907-2007, 100 años de la Huelga de Inquilinos o la Rebelión de las Escobas…
Una protesta con cara de mujer…

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

29 de noviembre del 2007

Se cumplen 100 años de aquella memorable protesta con cara y cuerpo de mujer. Miles fueron ellas que con sus niños saltaron a la vida pública y llenaron, primero la Capital Federal, luego se irradió hacia Avellaneda, Lomas de Zamora en la provincia de Buenos Aires, llegó hasta Rosario y otras ciudades donde los conventillos eran el hábitat general y normal de vivienda de la familia trabajadora, inmigrante y nativa.

El nivel de vida de la familia obrera
Hacia 1904, cuando se estaba por realizar el censo, se estimaba la población obrera de la ciudad en unos 80.000 trabajadores. Los salarios industriales oscilaban entre $ 1 y $ 4 por día; mientras las mujeres cobraban un mínimo de $ 0,80 y un máximo de $ 3; y los menores, de $ 0,30 a $ 1,20 pesos.

Los albañiles eran numerosos en Buenos Aires, estos, no sobrepasaban los $ 3,30 por día, estamos hablando de los oficiales, porque los peones apenas llegaban a obtener de $ 1,50 a $ 1,80 diarios. Resta agregar que para valorar debidamente estos salarios es necesario considerar que excepcionalmente se trabajaban más de doscientos días a año.

Asimismo, la variación de salarios fue nula, pero el aumento de los artículos de primera necesidad y el alquiler de la pieza de conventillo se elevó en aquellos años.
Los aumentos salariales eran conseguidos por la lucha obrera.

El Departamento Nacional del Trabajo inicia, unos meses después, un estudio sobre la realidad de la familia obrera, en 1908 se constata lo siguiente:



Obrero con mujer y dos hijos
Trabajando 25 días al mes, ganaba un jornal de $ 4; su entrada mensual sería por lo tanto de $ 100.
Gastos:
Alquiler: $ 22.
Mercado 0,50 por día $15.
Pan 1 ½ kilo a razón de 0,18 total $ 8,10
Almacén: 0,65 por día $ 19,50 por mes.
Leche, medio litro diario: $ 2,25;
Carbón, dos cuartillas de $ 1,20: $ 2,40;
Lavado, dos barras de jabón, $ 1;
Tranvía: $ 2,50;
Gastos varios: $ 10.
Total: $ 82,75. Saldo a favor: $ 17,25.


En el caso de un obrero con esposa y cuatro hijos, tomando estos mismos rubros de consumo, el total ascendía a $ 108,80, o sea, esto implicaba un déficit de $ 8,80.
Esto llevó a mayor tiempo de trabajo, más horas, además de sus noches…

Obrero con mujer y cuatro hijos
Alquiler, pieza más grande, $ 25; mercado, $ 0,60 por día, $ 18; pan, dos kg. por día $ 10,80; almacén, $ 0,60 por día, $ 18; carbón, 2 1/2 cuartillas, $ 3; lavado, tres barras de jabón, $ 1,50; tranvía, 25 días de trabajo, $ 2,50; ropas, $ 20; gastos varios, $ 10. Total: $ 108,80. Déficit: $ 8,80.

Las necesidades más apremiantes para este obrero le obligaban a trabajar algunas noches. El trabajo nocturno se pagaba entre $ 4 y $ 8 pesos, de acuerdo a la especialidad.


Pero aquí estaba la trampa, no siempre se trabajaban los 25 días al mes y en muchas ocasiones ni 20 días. Por lo tanto, cuando un trabajador se enfermaba, esto implicaba que toda la familia estaba en situación de riesgo, era un contexto caótico.
No olvidemos que no había reconocimiento laboral o leyes sociales que amparasen a los trabajadores.



Otro ejemplo: Un oficial fundidor ganaba entre $ 4 y $ 4,50 por día.


En el caso de un matrimonio con siete hijos
El padre fundidor ganando un jornal de $ 4,50 y trabajando los 25 días al mes reunía un salario de $ 112,50; a esto sumarle que una hija mayor que trabajaba de planchadora, 13 a 14 horas diarias, podía rondar un salario de tan sólo $ 25. El total resultante de: $ 137,50.
El resto de la prole podía ser menor de edad y estar concurriendo a la escuela. Detallemos los gastos mensuales de esa familia:
Por dos piezas de madera, con poca comodidad: $ 45,00, Gastos de almacén: $ 48,00, 3 Kg. de pan por día: $ 19,00, Gastos de leche: $ 10,08, Carne y verdura: $ 22,00, Carbón: $ 4,50, Desgaste de ropa interior y exterior para toda la familia: $ 25,00, Gastos de barbería: $ 2,00 Gastos de tranvía: $ 6,00, Por cotizaciones de sociedades de socorros mutuos, política y/o gremial: $ 2,80. Suscripción al diario: $ 1,20. Total: $ 185,58. Esto nos marca un déficit de casi 50 pesos mensuales.



Los casos son múltiples, lo que podemos sostener, a partir de la información, es que el aumento salarial entre 1904 y 1908 fue del 37,5 por ciento, el precio de la pieza en el conventillo trepó en el mismo período en un 100 por ciento. En cuanto a tener una casa, algo imposible para la familia obrera.

En cuanto a los aumentos de la canasta familiar algunos trepaban entre un 70 al 100 por ciento de aumento. Vayan algunos casos: La carne de vaca, cuyo precio en 1904 era, según la calidad, de $ 0,18 a $ 0,40 el kilogramo, costaba en 1911 entre $ 0,25 a $ 0,80.


El pan de segunda, consumido por las familias humildes, de $ 0,12 a $ 0,15, había aumentado a $ 0,20, hasta $ 0,22.


Las papas que costaban $ 0,05 a $ 0,10, habían elevado su precio a $ 0,20.
Los porotos entre $ 0,15 a $ 0,25, aumentaron a $ 0,45 en 1911.


El arroz de $ 0,13 en 1904 a $ 0,15 en 1911. Y podemos seguir enumerando artículos, de la hoy denominada canasta familiar, que van sufriendo estos guarismos desmesurados.

En esta situación y contingencia social sobrevive la familia trabajadora, no sólo es complicado conseguir una habitación en cualquier lugar de la ciudad, máxime cuando hay hijos, el costo de la canasta de alimentos es desmesurado y la vida familiar tiene el marco de la pobreza, la promiscuidad y la falta de los más elementales servicios sanitarios. Por ende, la enfermedad sobrevuela el conventillo y a sus habitantes.
La covacha es el lugar inmundo, esta parece que debe ser el lugar de habitación de las familias proletarias. Los administradores, dueños y los intermediarios de aquellos tiempos hacen grandes ganancias a costilla del sudor de la masa laboral que produce la riqueza.


Esto acarrea que las más inmundas covachas encuentren con facilidad inquilinos, ya que Buenos Aires no es una población en la que se ha dado andar eligiendo...
Los socialistas, anarquistas y otros políticos sin demasiado ascendiente electoral bregaban contra la suba constante de los alquileres.

En 1907, Juan Rouco, Virginia Bolten, María Collazo y Teresa Caporaletti, organizan el Centro Femenino Anarquista, un espacio de divulgación del ideario entre las obreras y mujeres de pueblo. Poco tiempo después intervienen, algunas de ellas, como piezas fundamentales en la Huelga de Inquilinos o Movimiento contra el Aumento de Alquileres. Las cuales ponen en movimiento, con su capacidad organizativa y su tempestiva arenga, a una diversidad de conventillos pobres de la ciudad.

¨Un buen día se supo que los vecinos de un conventillo habían resuelto no pagar el alquiler de sus viviendas, en tanto que el propietario no les hiciese una rebaja. La resolución de esos inquilinos fue tomada a risa y a chacota por media población.
Pronto cesaron las bromas. De conventillo a conventillo se extendió rápidamente la idea de no pagar, y en pocos días la población proletaria en masa se adhirió a la huelga.


Las grandes casas de inquilinato se convirtieron en clubes. Los oradores populares surgían por todas partes arengando a los inquilinos y excitándoles a no pagar los alquileres y resistirse a los desalojos tenazmente.

Se verificaban manifestaciones callejeras en todos los barrios sin que la policía pudiese impedirlas, y de pronto con un espíritu de organización admirable se constituyeron comités y sub-comités en todas las secciones de la capital.

En los juzgados de paz las demandas por desalojos se aglomeraban de un modo que hacía imposible su despacho. Empezaron los propietarios a realizar algunas rebajas, festejadas ruidosamente por los inquilinos y sirviendo de incentivo en la lucha a los demás¨...

Un párrafo para Villa Crespo
Villa Crespo se tiño de anarquistas, socialistas y posteriormente comunistas. El nacimiento de sus sindicatos marcó el camino de la unidad y la solidaridad obrera y de los trabajadores, algo deliberadamente negado en las historias contadas…, en las concepciones estáticas…

Por Villa Crespo pasó el Tren de los Muertos, desde Pueyrredón, por la actual Corrientes hacia el antiguo cementerio de la Chacarita, cuando la fiebre amarilla se cobró miles de vidas. Por Villa Crespo pasó la protesta de la Rebelión de las Escobas, cuando todos los conventillos de la Capital Federal, Avellaneda y Lomas de Zamora protestaron por el alza de los alquileres y las pésimas condiciones de vida: salubridad, falta de cloacas, agua corriente y otras.



contador

 

my widget for counting
contador