Por
Juan Carlos Cena* especial para Villa Crespo Digital
1° de mayo del 2015 *
A
129 años de las luchas de Chicago, a 39 años del
golpe cívico militar genocida y la vigencia de los combates
por la dignidad y la libertad de los trabajadores y la humanidad.
En
este 1º de mayo debemos apelar a la Memoria para derrotar
al olvido, porque el olvido es una herramienta de las clases dominantes.
Nos quieren imponer el olvido para que vivamos un presente perpetuo,
sin pasado ni futuro, sin esperanzas ni sueños ni utopías,
y así, explotarnos de la cuna a la tumba.
Apelar
a la memoria en este 1º de mayo es recordar a todos los luchadores,
desde Espartaco hasta nuestros días. Es decir, a todos
nuestros mártires, desaparecidos, inmolados, que lucharon
por los derechos humanos, lidia que tiene que ver con la resistencia
a la explotación de hombres, mujeres y niños en
forma descarnada, por el derecho a la salud, a un salario justo
y digno, al descanso, al estudio, a la recreación y así…a
ser hombres y mujeres libres.
El capitalismo se nutrió, desarrolló y expandió
a expensas de la explotación descarnada de los trabajadores.
El movimiento obrero se fue formando y organizando como espacio
reivindicativo en la medida que la explotación alcanzaba
límites intolerables.
Las
luchas de los trabajadores ingleses, los cartistas, el papel de
los luddistas en plena revolución industrial fueron dando
forma a la identidad de la clase obrera. Las huelgas por la jornada
laboral en los países manufactureros se acentuaron en la
primera mitad del siglo XIX.
En
1884 federaciones de trabajadores estadounidenses y canadienses
se reunieron para definir un plan de lucha por la jornada laboral
de ocho horas. A tal efecto decidieron que el 1º de mayo
de 1886, se declarara un paro general y se impulsaron movilizaciones
en los distintos enclaves industriales y ciudades.
Esta
acción adquirió tal magnitud que muchos patrones
se avinieron a conceder esta conquista. La repuesta del poder
económico no se hizo esperar. Pocos días después,
el 4 de mayo, durante un acto anarquista en la plaza Haymarket
de Chicago, estalló una bomba y murió un policía.
Los dirigentes obreros fueron enjuiciados y cinco condenados a
muerte. Fueron asesinados en 1887.
El
Segundo Congreso Internacional Obrero convocado en París
en 1889, resolvió, como tributo a los mártires de
Chicago, conmemorar esa gesta declarando el 1º de mayo "día
internacional del trabajo" y definirla como día de
paro general en el marco de la lucha por la jornada laboral de
ocho horas.
A
partir de 1890 se desplegaron las banderas proletarias y las consignas
por la dignidad de los trabajadores. Fueron los trabajadores organizados
quienes comprendieron que el menoscabo del ser humano en la explotación
implicaba un avasallamiento. En ese sentido procuraron y obtuvieron
sustanciales mejoras en las condiciones generales de trabajo.
En
nuestro país se conmemora el 1º de mayo en 1890 en
el Prado Español. Entre 2000 y 3000 personas asisten, donde
se escuchan discursos en castellano, italiano, francés
y alemán, y más de 7000 personas firman un petitorio
en demanda de la jornada de 8 horas. Actos similares se realizaron
en Rosario, Bahía Blanca y Chivilcoy.
Hasta
1890 la oligarquía argentina se mostró indiferente
con el movimiento obrero. Pero cuando mostró su adultez,
La Nación, El Nacional y La Prensa mostraron su preocupación
y reclamaron el disciplinamiento de los sindicalistas… Desde
esos tiempos, hasta la fecha, un vector represivo atraviesa al
movimiento obrero sin pausa, en forma metódica y permanente.
En todos los gobiernos, de una manera u otra, la clase obrera
y el pueblo fueron reprimidos en nuestro país. La represión
más feroz fue durante la dictadura cívico militar
de 1976.
Han
transcurrido 30 años del golpe genocida. 30 años
donde los trabajadores fueron la presa más valiosa a reprimir
y aniquilar, por esta jauría de militares y de civiles
que propiciaron y financiaron, en representación de los
factores de poder económico, el escarmiento feroz a la
clase trabajadora antes del golpe militar.
Desde
ese momento, comienza una vez más la resistencia obrera,
que resiste y enfrenta a tanta brutalidad desatada que afecta
a todo el pueblo. Fueron tiempos oprobiosos, tiempos de negaciones
y afirmaciones como resistencia. Espacio temporal donde el terror
se enseñoreaba por toda nuestra geografía para doblegar
al otro. Los trabajadores resistieron y enfrentaron en miles de
modalidades diferentes a la dictadura cívico-militar.
Después
de 8 años los militares se refugian en sus cuarteles. Sí,
se refugian. Pero han dejado el terreno abonado, la sociedad está
blanda, al decir de John W. Cooke, para que la explotación
continúe. Podemos inferir que la lucha continuaba en el
marco de estas democracias "relativas", en otras formas
y modalidades.
En
el contexto de estos "gobiernos débiles" y, en
nombre de la democracia se proclamaba para no desestabilizar este
nonato proceso democrático, la clase obrera y el pueblo
debían dejarse expoliar. Fueron cómplices y aportantes
con sus discursos, a este tramposo reclamo, un conjunto de intelectuales
anidados en las fundaciones, políticos genuflexos y cobardes,
dirigentes gremiales curriculados con una prosapia histórica
de traidores y entregadores, y la fiesta cobarde de los partidos
políticos.
Este
1º de mayo será escenario de jornadas de conmemoración
y luchas en todo el mundo. En varios puntos del planeta, los trabajadores
vienen dando peleas que han pasado a la primera plana de las noticias.
En
Argentina, el Día Internacional de los Trabajadores tendrá
como escenario las múltiples reivindicaciones obreras.
En todo el país, los gremios en lucha y las organizaciones
sociales saldrán a las calles.
La
vida de los trabajadores en nuestro país no es sencilla
Más allá de los discursos de progresistas, conversos,
cooptados, hay una realidad inapelable, y la señalan las
propias cifras oficiales que recientemente divulgó la Encuesta
Permanente de Hogares del INDEC. Casi un tercio de quienes se
ven obligados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir viven
en la indigencia. El 60 % de la población es pobre. De
los 14.127.000 de trabajadores ocupados, la mitad gana menos de
$ 600 por mes. Los empleados estatales están por debajo
de la línea de la pobreza y los jubilados perciben $ 390
por mes. Los planes sociales se mantienen en $ 150 como en el
2001 y los organismos oficiales consideran a los beneficiarios
de este subsidio estatal como "ocupados". Todavía
millones de ciudadanos no reciben ni siquiera ese dinero por mes
y siguen sin poder insertarse en el mercado laboral. Mientras
tanto, 10 mil millones de dólares de la deuda externa fueron
pagados al FMI. El gobierno priorizó cumplir con esos compromisos
antes que con la deuda interna.
A
eso le debemos agregar la continuación de las políticas
que se inician en los tiempos de Alfonsín y se concretan
en la década de los ´90: la venta vil de nuestros
bienes soberanos como las comunicaciones, la energía y
el transporte.. Se concreta, del mismo modo, con la anuencia y
la conformidad de una parte de la ciudadanía que aplaudió
el despojo y el saqueo de estos bienes nacionales.
La
devastación de nuestros bosques para plantar soja, el saqueo
de nuestros minerales, el cerramiento de nuestros ferrocarriles,
que, como consecuencia social de ello aparecen 1.200 pueblos fantasmas;
el tragar en forma permanente y sin pausa de nuestro petróleo,
donde solo priva la ganancia.
No
nos podemos quedar, en este 1º de mayo, solamente con una
reclamación economicista. Tiene que ser un reclamo político
integral, que abarque todo. Teniendo en cuenta que estos objetivos
se lograrán si los trabajadores y el pueblo están
unidos.
La unidad es, como cuando la arena se vuelve roca. Sino, la arena
es roca degradada. No se pueden cometer los mismos errores sectarios
que permitieron que fuéramos roca degrada. Nada se logrará
si el factor unidad no prevalece. La unidad es una joya preciosa
de los trabajadores y el pueblo. No la debemos degradar este 1º
de mayo.
Debemos
insistir que, para derrotar al olvido debemos ser militantes de
la memoria, militar por la memoria significa reivindicar los derechos
humanos en nuestro país, en este día y todos los
días y a cada momento, para que no haya más niños
pobres, desamparados, desnutridos, para que desaparezca la desocupación,
que florezca el pleno empleo con salarios dignos, que seamos habitantes
de un país que merezca ser vivido, con dignidad y plena
libertad, que se acabe el gatillo fácil y la judicialización
de la protesta y empiece el respeto y el derecho a la vida, a
ser seres dignos, a la libertad plena.
Los Mártires de Chicago
• • Juan Carlos Cena Historiador del Movimiento obrero
y de los Ferrocarriles Argentinos.
• • Dirigente sindical: Secretario general del Personal
de Dirección de los Ferrocarriles Argentinos – Organismo
Central APDFA 1984-1989.
• AUTOR DE: EL CORDOBAZO UNA REBELIÓN POPULAR / FERROVIARIOS
SINFONÍA DE ACERO Y LUCHA.
• Primera versión: 28 de junio del 2006, ampliada,
corregida y actualizada.
Caracteres:
9350