EL
CORDOBAZO UNA REBELIÓN POPULAR / AGUSTÍN TOSCO
AGUSTÍN
TOSCO
Parte
I y Parte II
Un
dirigente obrero sencillo, honesto, coherente y...
22 de mayo de 1930 - 4 de noviembre de 1975
Por
Juan Carlos Cena * y Elena Luz González Bazán
* especial para Villa Crespo Digital
27 de mayo del 2015 *
El
Agustín como lo llamaban algunos de sus compañeros,
otros el Gringo, otros, simplemente Tosco, nace poco después
de que revienta la bolsa de Wall Street. En nuestro país,
el modelo agro exportador estaba en un proceso de agotamiento,
y en forma paralela comenzaba un proceso industrializador de
productos primarios.
Agustín
nace, se cría, y desarrolla parte de personalidad dentro
de un marco rural, en Moldes, a 80 kilómetros de Río
Cuarto, en la provincia de Córdoba. La dura realidad
social penetraba en su hogar, los pisos de su casa eran de tierra
apisonada.
Tosco
fue esos hombres que militó la terquedad de la esperanza,
un autodidacta, anduvo siempre en la búsqueda de ampliar
el conocimiento, como una manera de ser cada más libre,
buscó perfeccionarlo a través de la lectura y
el estudio, éste, fue uno de las modalidades para ampliar
el conocimiento, tanto humanísticos, políticos
o técnicos; el otro, fue el de bucear en las aguas profundas
de la practica concreta, y combinaba la teoría con esa
práctica, en un ejercicio permanente de comprobación.
El
otro aspecto de su personalidad, pero que tiene que ver con
la integralidad del hombre, fue la de cumplir con los mandatos
que le daban sus iguales: los compañeros, la de ser buen
trabajador, la de tener una actitud correcta frente al trabajo,
ante sus compañeros en la relación social diaria,
ser solidario, una de las formas era la de transmitir sin egoísmos
el conocimiento acumulado del oficio, cualidad de esa particularidad,
que es ignorada en los mundos académicos cuando se trata
de la descripción de un trabajador
Una
fuerte concepción fue la de obrar siempre en forma colectiva,
lo demostraba en los hechos concretos, hablaba y actuaba en
plural siempre rodeado de sus pares.
Desarrolló
su pensamiento buscando otra realidad para el Movimiento Obrero
Argentino, que se centraba en la rotura de las cadenas que lo
oprimían.
Tuvo
claro que la democracia sindical no pasaba por la hegemonía
del dedo, sino por las asambleas de cada sector, cuerpo de delegados
o generales únicos órganos soberanos que consolidaban
y refrendaban la lucha del movimiento obrero. Nada podía
sustituir a las asambleas, ellas eran superiores a los cuerpos
directivos.
Fue
claro al señalar que el reclamo económico solamente,
era una trampa tendida por los explotadores. Este, el patrón,
trataba de penetrar con esa concepción, la de pelear
solo por el salario y otras reivindicaciones parecidas. Era
la ideología del economicismo que se inmiscuía
en el seno de las luchas de los trabajadores para desviar el
problema central, la lucha de clases en el marco de la lidia
por la liberación nacional, para terminar con la explotación
del hombre por el hombre.
Acabar,
definitivamente, con explotados y explotadores, terminar con
los sueños de los explotadores que quieren que los trabajadores
trabajen de la cuna a la tumba.
Eso
fue lo que intentaron en intentan en la actualidad los dirigentes
obreros participacionistas o colaboracionistas, y los llamados
burócratas en los tiempos contemporáneos, cuando
buscaban y buscan artimañas para que la lucha sólo
sea por el salario. Y que además, el Movimiento obrero
fuera apolítico, tal como lo pretendían y pretenden
las patronales, el Estado y las burocracias entregadas.
Tosco
y sus compañeros, expresaban distintas corrientes del
pensamiento político local y nacional, tuvieron claro
que no se puede introducir ningún partido político
en forma preeminente, ni darle un tinte partidario al sindicato.
Entre los trabajadores, en el seno de la clase obrera conviven
y existen distintas expresiones, identidades, creencias y pensamientos.
Por eso sostenían que la política sindical es
la forma política más importante y compleja a
desarrollar. Tosco nunca confundió el papel del militante
de un partido político, con la de un militante gremial,
son total y absolutamente diferentes.
Sabía
que la elección del delegado era de vital importancia.
Era el momento donde se ejercía la democracia obrera
en forma directa sin intermediarios. El delegado es la raíz
que nutre de savia al sindicato, que viene desde los socavones
de la clase trabajadora. Una vez elegido el delegado, pasa a
ser la voz de todos, el que transporta las ideas y las palabras
de todos, el ya no es más él, él es todos
los compañeros que lo eligieron para que lleve la voz
del conjunto. Las cualidades debían ser muy sencillas;
ser un buen trabajador y un mejor compañero.
Cultura
del Trabajo
Uno de los aspectos que debemos rescatar de entre las cenizas
que el neoliberalismo destruyó, es la cultura del trabajo.
Tiene que ver con la relación social diaria, permanente,
en el lugar de trabajo, en el sindicato, en el barrio, en los
clubes de trabajadores. En el lugar de trabajo con la transmisión
del oficio, transferencia de las enseñanzas centenarias
que vienen de un proceso de acumulación del conocimiento.
Labor que le correspondía a los trabajadores mayores,
como un mandato no escrito, sin egoísmos de por medio.
La transmisión oral de los más grandes a los más
jóvenes, de los maestros hacia los aprendices, como en
las grandes comunidades antiguas, donde el consejo de ancianos
era la fuente de toda sabiduría.
Los
trabajadores reconocen a sus maestros en el oficio y el trabajo
diario, esta es parte de la esencia de una cultura de la transmisión,
de la solidaridad, del compañerismo, de los códigos
entre trabajadores, que se verifica en la vida cotidiana del
trabajo y en la lucha por sus derechos.
Afirmamos
que el neoliberalismo bregó por aniquilar todo lo que
tenga que ver con la cultura del trabajo, había que imponer
la desindustrialización del país y darle la bienvenida
a un país con grandes pizarras, acciones y cotizaciones,
más todos los privilegios a los bancos; o sea, el modelo
financiero de concentración económica. Para imponer
esta desindustrialización había que derrotar y
posteriormente liquidar a la clase obrera, física y culturalmente.
DOS
TIPOS DE SINDICALISMO
Por otro lado, el Gringo definirá dos tipos de sindicalismo,
nudo esencial de un pensamiento que marcará las diferencias
y contradicciones entre los dirigentes obreros, los que utilizan
a la clase obrera para sus intereses particulares y los que
son auténticos representantes.
Estas
afirmaciones las realiza en medio de la lucha ideológica
y política con el participacionismo que estaban demostrando
sobradamente, estas premisas, no sólo por su accionar,
sino por los niveles de burocratización y corrupción,
enquistados en los sillones, eran favorecidos con todas las
prebendas, se habían corrompido. En esto se les iba la
vida a los dirigentes burocráticos, en componendas con
los grupos y sectores de poder, con las fuerzas armadas dando
legitimidad a los golpes de estado.
Por otro lado, y fundamentalmente, el sindicalismo peronista
se había transformado en la expresión política
del ausente partido justicialista y la expresión contestaría
de las masas peronistas. Aquellas habían virado hacia
la resistencia, hacia la confrontación y hacia una búsqueda
de nuevos dirigentes. Muchos dirigentes luego se burocratizaron,
que antes fueron parte de la Resistencia Peronista, mientras
unos pelearon por la vuelta de Perón, otros planteaban
el peronismo sin Perón.
Por
eso el pensamiento de Tosco giraba sobre la trascendencia de
esos momentos de lucha del movimiento obrero y los trabajadores,
y el carácter de clase que debía adquirir el sindicalismo.
Por
esto, la premisa de Tosco, su pensamiento sobre el Sindicalismo
de Liberación se asienta sobre tres banderas: la de unidad
y lucha, la de justicia social, soberanía política
y liberación nacional.
Además
de la lucha sindical particular de su sindicato participaba
en la confrontación general, en la esfera institucional
y política del momento, estaba la disputa clandestina
contra la dictadura encabezada por Onganía, autodenominada
Revolución Argentina. En esa pelea Tosco plantea un sindicalismo
para disputar en todos los espacios, no había que dejar
ningún flanco descuidado, depende, afirmaba: "del
momento en que se viva, de cómo instrumentar esa lucha,
bregar para que sea la clase obrera y el pueblo los que la llevan
adelante". Teniendo en claro siempre, que sólo la
democracia de bases es la forma y que no puede ser suplantada
por otras maneras de funcionamiento, y que es la relación
que existe y debe continuar entre dirigentes y las bases, mecanismo
y ejercicio que logra la concientización de todos y reafirma
su compromiso para la lucha.
Las
asambleas que se realizaban, y realizan por sectores, en unidades
o sectores de trabajo, estaban acorde con la línea de
pensamiento del Gringo, que el recogía de viejas tradiciones
obreras, que las recreaba y la plasma en la practica. En la
resistencia, en clandestinidad, o en una situación institucional
normal, nunca esa democracia de bases, esa relación social
y política entre dirigentes y cuerpos de delegados puede
ser suplantada por otras formas.
Por
eso el Gringo irá conformando un módulo donde
confluirían la teoría y la práctica, teoría
que se asienta sobre la vida misma, sobre las experiencias,
sobre aquellos teóricos a los cuales consulta, nombra
y que levanta sin ningún resquemor: ¨yendo a la dialéctica
de la historia y como decía el gran Lenin, al avance
del proceso revolucionario se intensifica el proceso contrarrevolucionario¨.
Su
planteo antiburocrático, antipatronal, antiimperialista
se enmarca en la teoría de la dependencia, por eso la
lucha por la liberación nacional y social, por eso la
concepción del sindicalismo de liberación, esencial
en el proceso de transformación hacia una nueva sociedad.
Cabe
una aclaración, en 1970 se publica un trabajo de investigación
de los brasileños Theotinio Dos Santos y Enrique Cardozo,
ex presidente de Brasil, ambos elaboran la Teoría de
la Dependencia. Países centrales y periféricos.
Un centro hegemónico y un conglomerado de naciones en
nivel de dependencia, económica, social, políticamente
hablando.
Por
tal razón, la consigna del sindicalismo para la liberación
nacional que emanaba del pensamiento del Gringo Tosco, se ratifica
en esa investigación y se llena de contenido. La doctrina
sindical tosquiana la hace suya, levanta las banderas de justicia
social y liberación nacional, formando parte de todos
los planteos
Tosco
atacaba de esa forma los conceptos del liberalismo económico
y del totalitarismo político que se habían hecho
carne en la burocracia sindical, aquella que encarnaban las
intervenciones a los sindicatos para frenar la democracia y
la participación de las bases, porque de esa forma se
paraba el avance de la conciencia en la lucha, la que se adquiría,
la que era parte de ser la ¨vanguardia organizada y combativa
de los demás sectores populares...¨.
EL
PAPEL DE LA CLASE OBRERA Y DEL MOVIMIENTO OBRERO EN EL PROCESO
DE TRANSFORMACIÓN
Tosco no sólo analizaba al movimiento obrero, sino el
lugar que le cabe a la clase obrera como sujeto histórico
de las transformaciones revolucionarias, de la sociedad, donde
la vanguardia no estaba solamente en un partido político,
sino en la única clase social capaz de generar esos cambios:
la clase obrera.
El
sistema capitalista mundial concentra los medios de producción,
pero necesita de una clase obrera que venda su fuerza de trabajo
en el mercado laboral en forma vil. La resistencia a esa vil
venta de la fuerza de trabajo genera la que se denomina lucha
de clases, contradicción fundamental: entre la burguesía
y el proletariado, entre explotadores y explotados.
Sólo
los explotados son los que pueden terminar con las imposiciones
del sistema. Un sistema que utilizaba, y utiliza, los medios
represivos, la persecución, imponiendo una ideología
y una cultura que intenta desnaturalizar las necesidades de
la clase trabajadora y el pueblo; inculcando formas culturales
donde pregona la necesidad del apoliticismo y el egoísmo
en sindicatos y durante la lucha sindical.
Es
dable de tener en cuenta, y es una enseñanza, que la
burguesía, nunca abandonó la lucha de clases,
ni concilió con la clase obrera.
Atento
a ello el Gringo afirmaba a modo de reflexión ¨cada
compañero tiene, no sólo el derecho sino él
deber de pensar políticamente y la opción de estar
afiliado o no, de ser militante o no, de una agrupación
política¨
Con
ese nivel de confrontación y enunciando la lucha de clases,
se plantea en su pensamiento, que el apoliticismo es una malformación
política reaccionaria, que va contra los intereses de
la clase obrera y que sólo es necesaria para la clase
de los explotadores, siendo la burocracia sindical su vehículo,
aliada incondicional.
Tosco
reafirmaba al decir: "…el rol de la clase obrera
no es participar como socio menor y subalternos en las esferas
del poder de la oligarquía y de la reacción, sino
impulsar las transformaciones revolucionarias que cambien en
profundidad este sistema de opresión, de explotación
y miseria. El papel de la clase obrera es ser vanguardia organizada
y combativa de los demás sectores populares para lograr
la liberación social y nacional de los argentinos".
A
la gesta del Cordobazo la definía como que ¨fue una
rebelión obrera y popular (...) surgió de la clase
obrera y del pueblo. Lo esencial del Cordobazo es que surge
de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos por sus
convicciones salen a la calle a luchar¨.
A
30 años de su desaparición podemos decir sencillamente:
se fue el Gringo, el respetado por todos. Nos quedaron sus enseñanzas
a través de la lucha y de la práctica concreta
de su militancia. Otros rasgos además lo distinguían
como la intransigencia en la defensa de sus principios, su tremenda
fuerza moral y ética, su amor a la libertad; fue un rebelde
obrero, duro, pero esa severidad nunca le hizo perder la ternura
que le profesaba a todos sus compañeros.
Desde
entonces la figura del Gringo Tosco se recorta lenta y obstinadamente,
venciendo al silencio y al olvido, ensanchando día a
día el campo de la memoria.
Primera
versión publicada el 10 de mayo del 2005. Corregida y
actualizada.
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