EL
CORDOBAZO UNA REBELIÓN POPULAR / AGUSTÍN TOSCO
AGUSTÍN
TOSCO
Parte
I y Parte II
insoportablemente,
sencillo, honesto, coherente y…
22
de mayo de 1930 - 4 de noviembre de 1975
Por Juan Carlos Cena * y Elena Luz González
Bazán * especial para Villa Crespo Digital
28 de mayo del 2015 *
Siempre hay motivos… para analizar, reflexionar,
y pensar sobre las enseñanzas que nos dejó Agustín
Tosco, un cabal representante del movimiento obrero argentino.
Hoy más que nunca sobran los motivos
para apropiarnos de su legado, no para reproducirlos esquemáticamente,
ni para instalarlo en la iconografía fría del
mármol o el bronce, sino para abrevar en sus asignaturas,
las que concretó y las que quedaron enunciadas como forma
de sueños o utopías, asignaturas pendientes que
la clase obrera debe hacerse cargo y continuar.
Antes que nada afirmamos que este legado se
lo debe apropiar el actual movimiento obrero argentino y latinoamericano
para lograr salir de la encerrona a que ha sido sometido por
el producto del modelo actual que se basa en la desocupación,
bajos salarios, precarización del empleo, trabajo infantil,
discriminación salarial a las mujeres trabajadoras, cooptación
política e ideológica a dirigentes del movimiento
obrero, entre otras cosas.
Debemos destacar el papel del hombre en la
historia, pero señalar que esos hombres nunca estuvieron
solos. El Gringo jamás estuvo desamparado en la construcción
del Sindicato de Luz y Fuerza, en la lidia por la organización
del Movimiento Obrero de Córdoba y su proyección
nacional; de la misma manera, en la estructura y articulación
del Cordobazo, Viborazo y todas las luchas nacionales, década
que marcó tiempos diferentes del Movimiento Obrero.
Evocar a Agustín Tosco es evocar a todos
esos hombres y mujeres que lucharon codo a codo, espalda contra
espalda para construir un mundo mejor, un mundo que tenía
que ver con la liberación nacional.
Ahora nos toca desde este lugar tomar lo que consideramos más
importante de cada uno de ellos, en este caso: Agustín
Tosco: sus discursos y sus palabras ejemplarizadoras, mostrarlas
para que las actuales camadas de dirigentes, activistas y militantes
del gremialismo se las apropien, como si fuera una herencia,
una de las tantas que nos dejaron muchos hombres del movimiento
obrero a lo largo del historial de la clase obrera, la clase
más antigua de la humanidad.
Van a estar ahí, para que los trabajadores
las expropien, y en esa expropiación comprendan que es
una falacia lo que les quieren imponer, que la historia recién
comienza, que la clase obrera no tiene antecedentes históricos
anteriores de lucha, que el mundo es así: compuestos
por explotados y explotadores, y que nada puede cambiar.
Debemos tomar esa transferencia como una posta
que viene de ese largo devenir de luchas edificado por los trabajadores,
asignación, que es como si fuera una directriz necesaria,
como un nuevo desafío de construcción contemporánea,
para que los nuevos protagonistas se atrevan y sean capaces
de hacer cambios, ampliar su conocimiento histórico,
enriquecer el pensamiento, para que de esa manera se pertrechen
y puedan razonar, reflexionar, en forma independiente y diferente.
Son elementos para analizar críticamente,
sobre todo el pasado, como si fuera una contribución
al esfuerzo, sobre todo a la interpretación de la realidad
circundante, la cotidiana, la de todos los días. Convoca
a la voluntad, a prodigarse a generar un trabajo superador de
aquella trayectoria consecuente como un homenaje. Esto es lo
que el Gringo y sus compañeros hubiesen querido, la superación
permanente de las acciones anteriores por ellos realizadas.
En vida, a estos hombres como el Gringo, las
clases opresoras los someten a constantes persecuciones, toman
sus doctrinas con rabia salvajes, con el odio más tremendo
y violento, enmarcado en una campaña de mentiras y calumnias.
Generando, en forma paralela políticas de cooptación,
corrupción, y ofreciendo beneficios in imaginados para
que traicionen a su clase.
Si en vida no pudieron cooptarlos, después
de su muerte intentan convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos,
por decir así, rodear su nombre de una cierta aureola
de gloria para "consolar" y engañar a los trabajadores,
castrando el contenido de su pensamiento, mellando su filo de
que fue un verdadero representante de la clase obrera, envileciendo
su memoria.
El mármol con que se ha recubierto al Gringo y el terrible
olvido con que han dejado sobre otros dirigentes es prueba de
que el sistema en su trabajo consecuente y diario, sabe que
debe ayudar a entregar a un Tosco inalcanzable y ocultar, deliberadamente
a hombres como Tomás Di Toffino, René Salamanca,
Atilio López, Gustavo Rearte y tantos más como
una forma de evitar que se genere esa emulación necesaria
que permita la superación siempre esperada, que deben
realizar las generaciones en el tránsito por la construcción
de una vida más justa.
Estos aspectos nos han dejado a un Tosco, que
en Córdoba tiene plaquetas, mármoles, nombres
a cuanto escenario de lo más variado hay, para tomar
su nombre y que así sea llamado: El Centro Cultural,
la obra de teatro, el ballet de la zona, el taller literario,
la biblioteca, y así de seguido.
El cansancio y agotamiento por la utilización de su nombre
no ayuda a revalorizarlo y recordarlo, por el contrario lo inhiben,
inhabilitan a todos aquellos que quieran pensar que es posible
imitar a estos hombres dignos y probos, llenos de aciertos,
pero también de errores y falencias. Que en la corrección
de los mismos, sus figuras se agigantan. El ocultamiento de
sus fallas lleva a tomar sus recuerdos de un bronce pesado y
una carga imposible de arrastrar.
Esto ha sido el lei motiv de medios de comunicación
y oposiciones sistemáticas, del poder político
y económico, de quienes siempre con estos resultados
serán ampliamente beneficiados.
Por ello rescatar al Gringo Tosco es una tarea
militante y de compromiso. Este es el objetivo del trabajo y
la recopilación y selección de discursos que hacemos
del Agustín Tosco, como le dicen los cordobeses.
Es un trabajo dedicado al Movimiento Obrero Argentino y al Latinoamericano,
a todas las organizaciones obreras que luchan por sus reivindicaciones
y a quienes pelean por su liberación.
Es una recopilación realizada en cada
momento de la vida de Agustín Tosco, sobre una enorme
producción de trabajos y escritos, recopilados en la
Selección de Trabajos realizada por Jorge O. Lannot,
Adriana Amantea y Eduardo Sguiglia. Continuados, tiempo después,
por otros militantes que trabajaron por la recopilación
de sus discursos no conocidos, trabajos e intervenciones compilados,
ordenados y archivados en forma científica en el Centro
de Documentación Histórica del Sindicato de Luz
y Fuerza de Córdoba, cuyas figuras son el legendario
Oscar Cachulín Álvarez y Adriana Marsó,
responsables de rescatar dicho material.
Este es el objetivo a treinta años de
su desaparición física, rescatar su ejemplo siempre
imitable y superable, porque así lo hubiera querido Tosco.
Pensar sus palabras, porque eran las palabras de todos, porque
él era la voz de los otros, sus compañeros lo
habían elegido para que así sea, conciente de
eso el Gringo hablaba siempre en plural, nunca en singular.
Era la palabra y voz de los otros…la de sus compañeros.
Esto es lo que debemos rescatar para la nueva
generación de trabajadores de nuestro país. El
trabajador que lucha, siempre está un paso delante de
aquellos que están quietos, el obrero que lucha está
arriesgando su propia integridad. Logros conquistados que son
también gozados por los que no lucharon. Esto es lo injusto
a veces de la lucha.
Es común encontrar a los medios inmiscuirse
en los problemas de los trabajadores, enfrentar a trabajadores
y usuarios, donde siempre los que no luchan tienen más
razón por sobre los que luchan. Porque el que no lucha
por sus conquistas, nunca las obtendrá, siempre será
un sometido, no hay regalos graciables por parte de las patronales.
En estos tiempos es común que se incentive
la bronca por parte de los grandes medios de comunicación,
son la avanzada del sistema para lograr la división y
el enfrentamiento de pobres contra pobres.
En otros tiempos históricos, en los
periodos de Tosco, Salamanca, Rearte, Atilio López, la
UOM de Villa Constitución, Sitrac-Sitram, Perdriel, Pasa,
Mercedes Benz, Fotia, Mineros, Ford, fueron donde se instalaron
los más altos niveles de conciencia, no arribaron graciable
mente, sino que fue el resultado de una ardua construcción
llevada a cabo durante dictaduras militares y democracias relativas
por los trabajadores. Conciencia de clase que se mostró
en los tiempos de las luchas obreras en Córdoba, la rebelión
popular conocida como Cordobazo y los azos posteriores.
Una lucha que en Córdoba destronó a un gobernador
y derribó a un ministro de economía que venía
para desindustrializar el país: estamos hablando de Héctor
Cavallero y Adalbert Krieger Vasena. Un año después
caía el general que venía para gobernar veinte
años: Juan Carlos Onganía. Alabado por el escritor
Ernesto Sábato.
Muchas veces se ha intentado comparar el Cordobazo
con la realidad del 2001, aquel 19 y 20 de diciembre del 2001,
no hay hilos comunicantes. La primera fue una rebelión
popular encabezada por la clase obrera en las calles, que se
organizó y preparó para combatir y rechazar la
represión y el avance de la dictadura de Onganía
y Cavallero, y a sus fuerzas represoras, la policía provincial
y Federal y al mismo ejército. La otra, la del 19 y el
20 fue una salida espontánea de las clases medias, indignadas
porque el capitalismo y no el socialismo les había expropiado
sus rentas, acompañados por un sector del pueblo asqueado
del gobierno de la Alianza. Pero esa manifestación no
quebró el poder, solo que hubo cambios en el Gobierno
que administraba este Estado.
Todos los procesos de lucha tienen importancia,
pero hay que buscar el punto exacto, o el más justo para
analizar. Las comparaciones entre un quiebre del propio poder
político y económico que hace retroceder a un
proyecto político y económico como fue la desindustrialización
del país, no se puede comparar con un recambio de gobierno
o de caras en la Casa Rosada.
Este trabajo será presentado de forma
continua, buscando en la selección aquello que creemos
más importante para el análisis de quienes hoy
tienen la enorme responsabilidad de conducir, en las distintas
esferas, un movimiento obrero que pelea contra patronales y
direcciones burocráticas a brazo partido, contra un Estado
que legisla y administra desde el ministerio de Trabajo, pero
tiene sus oficinas en las patronales. Que utilizan la conciliación
obligatoria para cansar, agotar y desviar la lucha de los trabajadores,
mientras logran componendas con las distintas conducciones empresarias.
Se trata de la vuelta a las discusiones paritarias,
a terminar con la flexibilización laboral, con el trabajo
tercerizado, el trabajo en negro, la subocupación, los
contratos basura, el trabajo infantil, el menor salario para
las mujeres y las distintas discriminaciones que hay en la actualidad
para doblegar a los trabajadores en todos sus aspectos.
Tosco es un hijo del pueblo, no le pertenece
a nadie y es de todos…
Este es nuestro homenaje…
En sus palabras se puede encontrar la sabiduría de un
trabajador, la práctica de un obrero, la ética
de un dirigente que no se doblegó nunca…
Así como los grandes medios ignoraron los treinta años,
o fue un recordatorio banal, hoy desde la Agencia Argenpress
y todos los que reproduzcan este aporte, ayudarán a conocer
un poco más acabadamente a quien fuera Agustín
El Gringo Tosco…
Primera versión publicada el 11 de mayo
del 2005. Corregida y actualizada.
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