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Domingo, 22 Julio, 2018 19:21
 
 

Si supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, ¿verdad?

Albert Einstein

Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres. / Heinrich Heine (1797-1856) Poeta alemán.

 

"¡Libros! ¡Libros! He aquí una palabra mágica que equivale a decir 'amor, amor', y que debían los pueblos pedir como piden pan".

Federico García Lorca

“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos”.

Sir Francis Bacon

ENTREVISTAS / VILLA CRESPO

BIBLIOTECA ALBERDI

Esta entrevista la realizamos en julio del 2010... con el bibliotecario de la Biblioteca Popular Alberdi.

21 AÑOS DE COMPROMISO CON EL LIBRO

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

MÁS DE DOS DÉCADAS DE COMPROMISO CON EL LIBRO

29 de julio del 2010

Antonio Oscar Petrongari nació el 10 de mayo de 1928, tiene 82 años y desde el 18 de agosto de 1989 es el bibliotecario de la Biblioteca Popular Juan Bautista Alberdi.

Antonio de menuda presencia, calmo en su hablar y afectuoso está jubilado del Ferrocarril, más exactamente del Ferrocarril Belgrano desde 1986, con una jubilación mensual de tan sólo 1.500 pesos, luego de haber desempeñado una tarea de responsabilidad en la empresa estatal.

Pero esta historia de los jubilados y los bajos salarios no es nueva, es una injusticia que perdura para millones de ellos y ellas, aunque los aumentos se sucedan, la mínima no llega al salario básico.

El 18 de agosto de 1989 luego de presentar su currículum es seleccionado entre varios postulantes para ocupar el cargo de bibliotecario en la Alberdi.

En su diploma que luce en una de las paredes de la biblioteca, que se encuentra en el 1º piso de Acevedo 666, se puede leer: Biblioteca Nacional Instituto Superior de Bibliotecología. Ley 14.473, Decreto 6797/64. Escuela Nacional de Bibliotecarios, firmado por José Edmundo Clemente, Rector, donde avala que Petrongari se recibe el 13 de septiembre de 1986.

Aquel día de agosto de 1989, luego de 43 años de funcionar en Villarroel y Thames se traslada definitivamente a Acevedo 666. Fueron 10 lugares desde su fundación aquel 8 de julio de 1910. El Centenario de mayo.

En ese espacio de Acevedo, Antonio tuvo que reorganizar toda la biblioteca, en la entrevista nos muestra las estanterías: algunas vinieron del anterior local, otras fueron donadas y otras adquiridas por la Comisión de la Biblioteca.
En forma de peine nos dice, cuya organización se realizó de acuerdo a una técnica que puso en funcionamiento como bibliotecario:
Primero fueron los diccionarios y enciclopedias, los diccionarios de lengua castellana y lenguas extranjeras.

Luego por materia y por cantidad de libros comenzó con la ayuda de otras tres personas a levantarlos del suelo y seleccionar uno por uno.
En este sector por materia para secundario, después los infantiles y juveniles, posteriormente las especialidades: como técnicas, ciencias, administración de empresas y otras.
Después las novelas en general y por autores.
Finalmente la Hemeroteca: diarios y revistas de los más variados, entre ellos la colección de periódico.
Otros estantes nos muestran los temas de Buenos Aires, el tango, historias barriales y diferentes temáticas.

En 1992, a tres años de aquella obra ciclópea, comenzó a tener un dolor fuerte de pecho, salió hasta la esquina para regresar a su hogar, se dio cuenta que necesitaba ayuda, al lado había un servicio de ambulancias y un médico lo atendió se llamó al servicio de PAMI, angioplastía le diagnosticaron, quedó internado y con reposo, lo que tenía era un gran agotamiento…

Habían pasado casi tres años, muchas horas de trabajo y un esfuerzo muy grande, era lógico haber llegado a ese nivel de extenuación…

Cuando regresó a la biblioteca continúo su tarea y pronto llegó la computación a la biblioteca y de esa forma de las fichas de cartón se pasó a incorporar toda la información de los libros en la PC que hay en la biblioteca. El método es el SIGEBI (Sistema de Gestión Bibliotecaria) nos explica, fue a asesorarse y estudió para tal fin.

Acá nuevamente Antonio nos cuenta que se trató de ingresar libro por libro, con una clasificación donde se coloca: el autor, el título, la materia entre otros datos.

Le preguntamos sobre la cantidad de libros en aquella jornada de agosto de 1989.

No se nos dice, unos 15.000 libros.

¿Cuántos hay clasificados?

Unos 13.500.

Con sus 82 años a cuesta atiende a los chicos de la primaria que llegan a preguntar por el calentamiento global, les indica las estanterías y les pregunta si encontraron lo que necesitaban cuando se retiran.

SE TRATA DE SER UTIL
¿Por qué sigue trabajando? Además de que la jubilación es pobre…

Conozco la técnica de organización y métodos, lo tengo en la cabeza, eso lo aprendí en el ISAP (Instituto Superior de Administración Pública).
Por eso, la primera razón es económica pero quiero seguir activo y me siento útil.

Entre los logros que quiera remarcar.

La hora de biblioteca. Lo incorporé y es grato ver a los chicos del jardín y de la escuela primaria como admiran la biblioteca, algo tan grande como es una biblioteca popular y pública.

Y otro logro.

Me gratifica la atención al público y ser útil cuando me requieren…

No se muestra, y no se queja de cansancio, por eso al final dice: Hasta que Dios diga basta…

Cerramos este reportaje, este homenaje a un bibliotecario que todos los días de lunes a viernes, con 82 años, hace el trayecto de su casa en el límite de Parque Chacabuco con Parque Patricios, donde queda su casa, hasta el barrio de Villa Crespo…

La historia la hacen los hombres… con la fuerza del trabajo y del ejemplo…

FUENTES: propias.

Caracteres: 5456

 

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