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DE JULIO DE 1816-2009
PROYECTOS MONÁRQUICOS
Producción Periodística de Villa Crespo
Digital
21
de julio del 2016
«El
propósito de coronar un monarca constitucional
constituyó el patrimonio de la mayor parte de
la burguesía criolla americana, que creyó
ver en esta vía la salida natural al problema
de la guerra de la Independencia, cuyo desarrollo en
profundidad amenazaba arrasar las estructuras económicas
y sociales heredadas de la colonia. El fermento revolucionario
había tocado el fondo de los estratos sociales
y desatado la parálisis de las masas, que emergían
ahora con un impulso avasallador y aspiraban también
al poder, encarnadas en sus caudillos representativos.
Era
de la más estricta lógica que los miembros
de aquella burguesía fuesen sinceros monárquicos,
como un reflejo conservador de a las ideas ante aquel
desajuste en el que todo elemento de orden parecía
haber desaparecido.
‘Todo es preferible a la anarquía, aún
el gobierno español’, «Batalla de
Chacabuco», óleo de Tomás Vandorse.
Detalle del batallón Nº 8 del ejército
de los Andes, compuesto en su totalidad por soldados
de color. decía uno de los corifeos de esta clase.
Por lo demás, casi todos ellos habían
sido funcionarios del régimen colonial y eran
propietarios de una parte de la riqueza americana.
Sobre
todo a partir de la restauración absolutista
de Fernando VII en 1814, estos dirigentes, aunque firmes
en la defensa del principio de la independencia, buscaron
apoyo en Europa para la instalación de una monarquía
constitucional, como el sistema ideal para una América
sacudida en sus fundamentos y cuyos estremecimientos
anunciaban cambios que iban más allá de
lo que había soñado los más audaces
promotores de la revolución.
En
Buenos Aires se pensó primero en la coronación
de un infante español, y Belgrano y Rivadavia
fueron destacados a Europa con este objeto. Los Directores
Posadas y Alvear solicitaron el protectorado lusitano
e inglés, respectivamente, y poco después,
el Congreso de Tucumán hizo suya la idea de coronar
un descendiente de la casa del Inca enlazado con una
princesa Braganza. Criollos de la Banda Oriental ambicionaban
el protectorado lusitano y O’Higgins y el senado
chileno apoyaron la idea de coronar un príncipe
constitucional».
Joaquín
Pérez, «Artigas, San Martín y los
proyectos monárquicos en el Río de la
Plata y Chile (1818 – 1820).» Buenos Aires,
Editorial Misión, 1979.
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9
DE JULIO DE 1816-2008
Juramento en Buenos Aires: Independencia Argentina
Producción
Periodística de Villa Crespo Digital
21
de julio del 2016
En aquellos tiempos las noticias circulaban
lentamente porque las grandes distancias provocaban
dificultades en el transporte. Los informes sobre los
debates producidos en el Congreso reunido en San Miguel
del Tucumán eran el tema central en las tertulias
y los cafés de Buenos Aires. Una vez declarada
la Independencia en Tucumán, las provincias hicieron
pública la noticia al pueblo con la realización
de ceremonias donde se juraba y festejaba tan magno
acontecimiento. La ciudad de Buenos Aires preparó
especialmente un acto para el 30 de agosto.
Sin embargo, las lluvias y el estado
anegado de las calles impidieron su realización.
Finalmente la reunión se hizo el 13 de septiembre
de 1816 en la Plaza de la Victoria. Juan Martín
de Pueyrredón encabezó el cortejo, acompañado
por el presidente del Cabildo y alcalde de primer voto,
don Francisco Antonio de Escalada, quien portó
la enseña nacional. Luego del juramento, partieron
hacia la plaza del barrio de San Telmo (actual plaza
Dorrego) para repetirlo.
Juan Martín de Pueyrredón
y Escalada, acompañados por todos los funcionarios,
los miembros del clero y los ciudadanos que participaron
desfilaron en procesión por la calle del Colegio
(actual Bolívar) hasta alcanzar Belén
(actual Humberto I) y llegar a la plaza, adornada con
banderas. Desde un entarimado de madera dispuesto en
el centro, Escalada arengó a los vecinos. A continuación
leyó el acta y recibió el juramento del
Dr. Francisco Silveira, párroco de San Pedro
Telmo, en representación del vecindario. Al finalizar
la ceremonia, entre exclamaciones populares, repicaron
las campanas y se tiraron monedas. La comitiva emprendió
el regreso por la calle Defensa hasta la Recova.
Casi un siglo después, el 9
de julio de 1916, entre los festejos organizados para
celebrar el Centenario de la Independencia, 25 mil niños
se reunieron en la Plaza del Congreso para realizar
el juramento a la Bandera y entonar las estrofas del
Himno Nacional.
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