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JUANITO
LAGUNA SE SALVA DE LA INUNDACIÓN
Jaime
Dávalos - Eduardo Falú
Cuando
lentamente viene la corriente
y asalta las islas,
aguas sublevadas de las marejadas
cubren la región.
En la correntada turbia y encrespada
van a la deriva,
entre la resaca, árboles que arranca
de cuajo el torrente, minuciosamente
se imponen las aguas de la inundación.
El
islero siente resignadamente
que su pobre vida
queda acorralada como su ranchada
sobre un albardón,
su suerte está echada en esta anegada
soledad perdida,
en donde la lluvia de invierno diluvia
y la sudestada mantiene empacada
la furia inocente de la inundación.
Juanito
Laguna, mirando la luna
que se hizo con agua
y las crestonadas que al norte en bandadas
emigrando van,
en su barro tierno de dolor eterno,
medroso presiente
que en aquel invierno vendrá la creciente
dejando sin rancho, desnuda la gente,
sembrando en las islas la devastación.
LA
ATARDECIDA
Manuel
José Castilla - Eduardo Falú
¡Qué
distante que estás otra vez,
oh mi bien!; ¿donde estás?
Con el correr de los días,
pienso a veces que vas a volver.
Ando diciendo tu nombre;
me alumbra la luna del atardecer.
El camino me vuelve a llevar
y la flor del amor,
abierta sobre mi pecho,
te recuerda como una canción,
que lleva sobre los ojos
la tarde que nace de tu corazón.
¡Ay
arroyo, que sabes hablar;
palomita que al aire te vas:
cuéntale nada más
que, dolido, la vuelvo a llamar!
Quiero cantar en la noche
la zamba que un día tendrás que llorar.
Solitario
te vuelvo a pensar,
pura luz de jazmín.
Cuando llega la nostalgia,
suelta el cielo su sombra otoñal.
Solamente por amarte,
a veces andando me da por cantar.
Yo
sé triste que siempre te vas,
¡ay dolor de esperar!
Pena del enamorado,
que solita me vuelve a crecer:
en mi boca, tu recuerdo,
de tanto cantarlo se me vuelve miel.
CANCIÓN
DEL JANGADERO
Jaime
Dávalos - Eduardo Falú
Río
abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.
Río
abajo, río abajo, río abajo,
a flor de agua voy sangrando mi canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón.
Jangadero,
jangadero,
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
jornalero del agua que se va.
Padre
río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la vida con el agua se me va.
Banda,
banda, cielo y agua, sol y luna,
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua,
me devora la pasión de navegar.
LA
CATAMARQUENITA
Manuel
José Castilla - Eduardo Falú
Si
me voy volveré
Hecho sombra dolido otra vez
La tierra por dentro de tanto cantarle
Me quema y mi boca quiere florecer
Yo
sé que me veras
Hombre solo tendido a llorar
Porque Catamarca me crece en la sangre
Como crece el río en el arenal
Tejedora
belenista, telar en flor
Hilas con hilos de luna
La pena con la canción
Agüita de olvido bebo de tus manos
Ardidas al fuego de mi corazón
Hombre
que, por andar
Llena de su alma con la soledad
Quién dia' Catamarca y sus viejos rastrojos
La canta, la nombra para no llorar
Mi
Belén, no hay adiós
Es el tiempo de azul vendimial
A dónde me vaya me sigue esta zamba
Y en mi pañuelito florece un floral.
FUENTES:
canciones, varias y propias.
Caracteres:
8011
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EDUARDO
FALÚ
7 DE JULIO DE 1923 – 9 DE AGOSTO DEL 2013
Por
Elena Luz González Bazán especial para
Arte y Cultura
12
de julio del 2017
Hijo
de Juan Falú, luego de todo su recorrido llega
a Buenos Aires en 1945, donde muere en el barrio de
Belgrano, Comuna 13 el 9 de agosto del 2013 a los 90
años.
Fue
un compositor prolífico del folclore nacional,
tanto desde el punto de vista musical como estético,
sus letras y con la participación de grandes
artistas como Jaime Dávalos, Manuel J. Castilla,
León Benarós, Hamlet Lima Quintana y Marta
Mendicutti.
Una de sus grandes realizaciones fue el Romance de la
Muerte de Juan Lavalle o tantas más.
En
el caso de la Suite Argentina muestra su conocimiento
de música académica volcado a los ritmos
folclóricos, y su alto nivel de intérprete
en guitarra, ejecutando esta obra conjuntamente con
nada más ni nada menos que la Camerata Bariloche,
dirigida por Elías Khayat.
RECIBE PREMIOS
El
Premio Konex de Platino en 1985 como Instrumentista
de Folklore. En 2015 recibe de forma postmortem un nuevo
Premio Konex, esta vez fue el Diploma al Mérito
en la disciplina Instrumentista
Fallece el 9 de agosto del 2013 en Buenos Aires a la
edad de 90 años y el 16 de abril del 2011 en
el 429º aniversario de la fundación de la
ciudad de Salta se inaugura un anfiteatro en su honor.
LETRAS DE CANCIONES CON LA MÚSICA DE
EDUARDO FALÚ
LAS GOLONDRINAS
Jaime
Dávalos - Eduardo Falú
¿Adónde
te irás volando por esos cielos,
brasita negra que lustra la claridad?
Detrás de tu vuelo errante mis ojos gozan
la inmensidad, la inmensidad.
Veleros
de la tormenta se van las nubes,
y en surcos de luz dorada se pone el sol
y como sílabas negras, las golondrinas
dicen adiós, dicen adiós.
Vuela,
vuela, vuela, golondrina,
vuelve del más allá.
Vuelve desde el fondo de la vida
sobre la luz, cruzando el mar,
cruzando el mar.
Un
cielo de barriletes tiene la tarde,
y el viento en las arboledas cantando va
y desandando los días mi pensamiento
también se va, también se va.
Cuando
se acorten los días junto a mi sombra
y en mi alma caiga sangrando el atardecer,
yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
volverte a ver, volverte a ver.
SIRVIÑACO
Jaime
Dávalos - Eduardo Falú
Yo
t'hei dicho nos casimos,
vos diciendo que tal vez;
sería bueno que probimos
m'a ver eso qué tal es.
Te
propongo sirviñaco,
si tus tatas dan lugar
p'a l'alzada del tabaco
vámonos a trabajar.
T'hei
comprarollita nueva,
en la feria 'e Sumalao,
es cuestión de hacer la prueba
de vivirnos amañaos.
Y
si tus tatas se enteran,
ya tendrán consolación,
que todas las cosas tienen
con el tiempo la ocasión.
Y
si Dios nos da un changuito
a mí no me ha de faltar
voluntad pa andar juntitos
ni valor p'a trabajar.
Te
propongo como seña
pa' saber si me querís
cuando vas a juntar leña
sílbame como perdiz.
TONADA DEL VIEJO AMOR
Jaime
Dávalos - Eduardo Falú
Y
nunca te'i de olvidar
en la arena me escribías
y el viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.
Qué
lindo cuando una vez
bajo el sol del mediodía
se abrió tu boca en un beso
como un damasco lleno de miel.
Herida
la de tu boca
que lástima sin dolor
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.
Quisiera
volverte a ver
sonreír frente a la espuma
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.
Yo
se que no vuelve más
el verano en que me amabas
que es ancho y negro el olvido
que entra el otoño en el corazón.
A
DON JULIO ARGENTINO JEREZ
Atahualpa Yupanqui - Eduardo Falú
La Banda es una guitarra
Que está gimiendo sedienta
La copla es gracia y espina
Como la flor de la penca
Van los hacheros al monte
Y el ave sin nido queda
Y el hacha brilla en el aire
Y el monte sin leña queda
Allá por los quebrachales
Canta el coyuyo a la siesta
La sombra de los vinales
Se está quemando en la arena
La noche ya tiene un nombre
Maduro de copla y huella
Lo van diciendo los changos
Y las muchachas bandeñas
Julio Jerez el trovero
Nombre que está en las vigüelas
Cada vez que trepa al aire
La zamba o la chacarera
Julio Jerez el trovero
Nombre de quincha bandeña
Voz de guitarra gastada
De tanto adornar pobrezas
Julio Jerez, el que nombran
Los hacheros en la siesta
Y los bombos en la noche
Esos de fama legüera
Bravuras del coro pampa
Engaños de La engañera
Y junto a La despedida
Añoranzas de la tierra
Con solo decir ñañitay
Se le aliviaban las penas
Por algo siempre rogaba
Dios quiera que no amanezca
La noche se le hizo poncho
Para tapar su vigüela
Y se durmió bajo el canto
Sideral de las estrellas
Siquiera salga la luna
Luna grande y santiagueña
Pintando en el Canalito
Senderos de plata y seda
Siquiera canten los changos
Con voz de amor y de pena
Para rubricar su nombre
Sobre la noche bandeña
Julio Jerez el trovero
Señor de un feudo de arena
Con castillo de chañares
Y escudos de luna llena.
Fortuna
que solo alcanza
Aquel que canta a la pena
Fortuna que no se gasta
Es del alma y es eterna.
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