LOS
MONUMENTOS HISTÓRICOS SON PARTE DE LA MEMORIA
DE UN PUEBLO
SON
MÁS DE 60 ESCULTURAS EMPLAZADAS EN LA CIUDAD
DE BUENOS AIRES Y OTRAS 40 EN EL RESTO DEL PAÍS
Por
Elena Luz González Bazán especial para
Villa Crespo Digital
25
de abril del 2018
LAS
ESCULTURAS: EL OBELISCO, EL PENSADOR DE RODIN, EL
CANTO AL TRABAJO, EL GENERAL ALVEAR MONTADO A CABALLO,
EL DESPLAZADO CRISTÓBAL COLÓN Y OTRAS
SERÁN EN POCOS DÍAS DELCARADOS MONUMENTOS
HISTÓRICOS NACIONALES.
La Comisión Nacional de Monumentos, Bienes
y Sitios Históricos quedará habilitada
a tener mayor injerencia en la conservación
y en los posibles traslados de las piezas, luego de
las cuestionadas mudanzas de las estatuas de Colón
y de Juana Azurduy, entre otras obras cambiadas del
lugar dentro del espacio público porteño.
Estas
esculturas elegidas están relacionadas con
tiempos históricos, temas universales y culturales,
hazañas y otros aspectos de la historia nacional
y universal.
Señalan en los considerandos del decreto que
firmará en los próximos días
el Poder Ejecutivo Nacional, al que tuvo acceso el
diario La Nación y que fue elaborado en forma
conjunta por la mencionada comisión, el Ministerio
de Ambiente y Espacio Público y la Dirección
General de Espacios Verdes porteños.
En tal sentido se propone catalogar 100 obras de todo
el país, 40 de ellas en las provincias argentinas,
luego de un estudio que desde hace dos años
realizan expertos de los tres organismos.
El
monumento de Colón fue desplazado y emplazado
frente al Aeroparque porteño, luego de una
larga disputa durante el mandato del gobierno anterior.
“Podremos ejercer superintendencia sobre estos
bienes, opinar sobre su cuidado y ofrecer a los mejores
expertos para que expliquen cómo conservarlas.
También nos expediremos sobre si es necesario
o no moverlas de lugar”, adelantó la
presidenta de la comisión, Teresa de Anchorena.
El
desplazamiento de monumentos se dio en estos últimos
años por diversos motivos, entre ellos se encuentra
el de Juan Bautista Alberdi y Juan José Castelli,
el homenaje IV Centenario La Catalana y el Soldado
Patricio.
En
este sentido se pronunciaron algunas organizaciones
como Basta de Demoler, la ONG que se opuso a mudanzas
resonantes, opinó que la catalogación
“es una buena idea”, aunque lamentablemente
“no será obstáculo para seguir
moviendo estatuas de acuerdo con la coyuntura política”.
Marcelo Magadán, encargado de la puesta en
valor de la Pirámide de Mayo, advirtió
que “el traslado, o no, queda supeditado a la
Comisión Nacional de Monumentos de turno. No
debiera permitirse en el 99% de los casos”.
Tanto la entidad como el arquitecto consideraron que
los movimientos perjudican los materiales de las obras
y las alejan del espacio urbanístico para el
cual se concibieron.
En el caso del Obelisco tiene protección estructural
y ya es considerado un ícono de la Ciudad.
“Fue declarado por ser considerada la escultura
como gigantesca y valiosa”, explicó De
Anchorena sobre esta pieza de 67,5 metros de altura,
obra del argentino Alberto Prebisch, varias veces
intervenida a lo largo de sus 81 años. Se lo
disfrazó de arbolito de Navidad, se lo cubrió
con un enorme profiláctico y recientemente
le instalaron, en uno de sus frentes, un gran jardín
vertical sobre la insignia BA.
Otras
obras como el ubicado en Suipacha y Viamonte, la estatua
de Manuel Dorrego, de Rogelio Yrurtia, considerado
el Rodin argentino, será incluido en el decreto.
El monumento Canto al Trabajo, un
conjunto situado en el barrio de San Telmo, de 14
figuras de bronce que arrastran una gigantesca piedra,
reiteradamente vandalizado también será
declarado monumento nacional.
Según
datos oficiales, en la Capital existen más
de 2.000 monumentos y obras de arte, cuya custodia
corresponde al Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
En
cuanto al Pensador de Rodin, que se puede observar
en la Plaza del Congreso, es una de las efigies más
dañadas del país. En el 2013 fue cercado
por un blindex y para protegerlo se le agregará
una base de 3,5 metros de altura para que nadie pueda
treparse; tendrá un estilo similar al del que
existe en el museo que le dio origen, el Rodin, de
París. Estará ubicado a lo alto, tal
como estaba en La Puerta del Infierno, cuando fue
concebido para decorar lo que luego sería la
entrada del Museo de Artes Decorativas de París.
Sobre
si se puede trasladar los originales de obras valiosas
a museos e instalar sus copias en el espacio público,
la Comisión de Monumentos explicaron:
“Es inviable. Para realizar réplicas
hay que pedir autorizaciones al exterior y efectuar
nuevas ediciones de las efigies, lo que es complejo
y costoso”.
Antoine
Bourdelle, exponente de la belle époque tiene
entre sus obras la estatua ecuestre de Carlos María
de Alvear, fueron cubiertas oportunamente por el Ministerio
de Espacio Público con una pátina de
grafito negra que deberá ser eliminada, de
acuerdo con recomendaciones de expertos de Francia.
Sobre el arte moderno, el profesor Alberto Petrina,
director del Centro de Estudios del Patrimonio Arquitectónico
Nacional, “durante las décadas
de 1930 y 1940 sostuvo que Buenos Aires se transformó
en una metrópolis internacional gracias a la
influencia del art déco neoyorquino y del racionalismo
alemán. Modernidad que alcanzaría a
la escultura, con extraordinarias obras que renovaron
la imagen urbana”.
Entre
los artistas de esa época se destacan Alberto
Lagos y José Fioravanti. Lagos, con el par
de bajorrelieves que flanquean el acceso principal
del Automóvil Club Argentino, sobre la Avenida
del Libertador, y con El Arquero de San Sebastián,
un joven desnudo con un arco, emplazado sobre la acera
opuesta. En tanto, Fioravanti es autor de los monumentos
a Nicolás Avellaneda, en Palermo, y a Roque
Sáenz Peña, en Diagonal Norte y Florida,
entre otras obras.
Se
catalogarán como bienes históricos como,
El Gaucho Resero, en Mataderos, de Emilio Jacinto
Sarniguet., Saturnalia, del italiano Ernesto Biondi,
instalados en el Jardín Botánico.
FUENTES:
La Nación, parabuenosaires y otras.
FOTOS: La Nación, parabuenosaires.
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