(Villa Crespo Digital) Cuando
se cumplieron 100 años de su nacimiento y 10 de su muerte entregamos este
trabajo, lo reeditamos y hacemos hincapié en esto que nos parece esencial:
el tango es parte de la cultura popular.
2 de diciembre 2009
EL TANGO
Los 100 años del nacimiento
de Osvaldo Pugliese, 10 años de su muerte
El tango es parte de la
cultura popular
Los
últimos tiempos han transformado al tango en una muestra para turistas, las
distintas formas de expresión tanguera se encuentran en centros culturales,
lugares de distracción y diversión donde en cantidades importantes asisten
los turistas, muchos quieren aprender a bailar el tango, pero poco hay de
su historia.
Desde
las distintas formas de propagandizar el tango, ya sea desde las esferas gubernamentales
o privadas, aparece el tango como una muestra puesta al servicio del conocimiento
de los turistas que arriban a nuestras costas.
En
estos cien años del nacimiento de Osvaldo Pugliese y 10 años de su fallecimiento
valen algunas reflexiones que tienen que ver con su planteo y su amor por
el Tango.
En
primer lugar, su interpretación, sus arreglos musicales, la orquesta cooperativa,
sus cantores y los tiempos políticos por los que transcurrió Pugliese.
El
tango es una expresión cultural de las barriadas bien populares de la Capital Federal.
Pugliese nace en 1905, en el barrio de Villa Crespo, su cuna, era un barrio
obrero, lleno de inmigrantes y nativos que día a día atravesaban el Maldonado
abierto por los puentecitos y llegaban hasta las fábricas y fabriquitas de
todo tipo que existían en el barrio.
La
pintura de aquella Buenos Aires era la de los arrabales, la de tristezas y
dolores que reflejan las letras del tango y ese baile que se aprendió a figuretear
en los salones y bares de un Buenos Aires marginado.
Las
clases altas rechazaron de cuajo el tango, lo consideraron un grotesco, burdo
y de matones, mientras en sus letras y música se fueron expresando la realidad
de los conventillos, el trabajo explotador y las largas jornadas, donde la
diversión pasó por los bodegones, bares y billares.
Don
Osvaldo Pugliese, el maestro, fue intérprete de ese sentir, de esa realidad,
su maestría, sus dedos deslizándose sobre el piano, el dos por cuatro, el
bandoneón y la orquesta, los instrumentos de viento, y sus cantantes hicieron
hincapié en ese maravilloso sonido que los tangueros hoy, siguen recordando
y soñando.
A
Pugliese se lo debería homenajear como un hombre y músico comprometido, no
desde el plano meramente partidario, sino desde el compromiso que asumió con
lo popular.
UN POCO DE HISTORIA
Osvaldo
Pugliese nació el 2 de diciembre de 1905, en el barrio de Villa Crespo, con
el arroyo Maldonado abierto. Los memoriosos recuerdan su paso por los bares
villacrespenses, su característica sencilla y cordial.
Fue
un luchador antidictatorial y en la defensa de las fuentes de trabajo, y contra
la censura.
Trabajó
y fue solidario con otros trabajadores en lucha, con los gremios y por los
derechos de los trabajadores. Tuvo un perfil claramente anti yanqui, cuestionador
en todas sus formas del perfil imperial norteamericano. Se ha conocido, recientemente,
en el homenaje que se le hiciera en la Legislatura porteña,
el pasado 22 de julio, de su amistad más estrecha con Cuba y con Fidel Castro,
con el cual se carteaba y guardó su correspondencia.
Esta
realidad nos lleva a relatar que Osvaldo Pugliese se afilia al Partido Comunista
en 1936 y en ese sentido, afirman los militantes comunistas, su trayectoria
resulta inseparable de la historia del partido, en el que militó hasta su
muerte.
La
historia del extraordinario músico, está llena de vida, de una infancia traviesa
como cualquier niño, de alguien que eligió luchar por un destino común mejor,
de grandes huelgas, de muchedumbres vitoreándolo en los recitales, de cárceles,
de estudio tenaz.
Por
otro lado, el pasado 25 de julio cuando se cumplieron 10 años de la muerte
de Don Osvaldo Pugliese, alma mater del tango, del espectáculo ciudadano y
del compromiso, se realizaron numerosos homenajes, entre ellos en la Legislatura porteña,
donde el diputado Marcos Wolman sostuvo que: "Es necesario conocerla
para comprender el porqué de la fuerza tremenda de su creación orquestal,
para saber porque pudo trasformar la hermosa y volátil Mariposa de Pedro Mafia,
en la poderosa Mariposa del nuevo tango con esa formidable vanguardia de bandoneones
sacudiendo con rubattos y strapattos, con arrastres y percusiones de fueye
contraponiéndose a las melodías de las cuerdas", señaló el legislador
porteño.
En
esa La Casa
del Tango, fundada por don Osvaldo brindó el marco para la que sería su última
función, fue el 14 de junio de 1995. Sin saberlo se despidió con La Yumba , esa obra maestra que
nos muestran sus acordes, que grabó en 1940 y que ya ejecutaba desde mucho
antes.
El
final fue simple y sencillo como él, con noventa años a cuesta dejó la posta,
así lo sentía y así se lo expresó a sus amigos y músicos: ¨llegué hasta aquí,
sigan ustedes¨. Y La Yumba
fue ejecutada por sus músicos al pie de su tumba cuando le dieron el adiós.
¨Luego de su muerte, el 25 de julio lo velaron en el entonces Concejo Deliberante
de la Ciudad
de Buenos Aires, y el 27 de julio el cortejo fúnebre se detuvo ante el Comité
Central del Partido Comunista donde sus compañeros lo saludaron con el puño
en alto y claveles rojos arrojados desde los balcones, la caravana siguió
por SADAIC y la Casa
del Tango y llegó al cementerio de la Chacarita donde una multitud lo despidió con aplausos.
Se había ido una de las grandes figuras de la cultura nacional", cierra
el texto de declaración presentada y aprobada en ese momento en la Legislatura porteña.
Estamos
en el año de Pugliese, es un momento especial para pensar en el tango como
parte de la expresión popular, como una forma musical, con letras que hablan
de un pueblo, el de las orillas porteñas, de tiempos de chimeneas, madrugadas
y bailes. El tango refleja esos sentires populares. Al Colón llegó Pugliese
con sus músicos en 1985.
La
música popular ganó salones encumbrados y también hay que decirlo, perdió
el encanto de la popular, dirían los fanáticos futboleros.
Próximamente,
los cantores Abel Córdoba y Jorge Vidal, quienes acompañaron durante años
al gran maestro y director dedicarán una función de homenaje a su maestro,
esta es Color Tango, que cuenta entre sus músicos con artistas que integraron
las últimas formaciones dirigidas por Osvaldo Pugliese, actuando bajo la conducción
del maestro Roberto Álvarez, quien fuera primer bandoneón de aquella legendaria
orquesta.
Don
Osvaldo actuó en la orquesta de la primera bandoneonísta argentina, Paquita
Bernardo, y sus pasos son recordados por el café El Nacional, lugar emblemático
de Don Osvaldo.
Entre
sus obras están "Recuerdo", escrito a sus 19 años, "La Yumba ", "Malandraca",
"La Beba ",
"Negracha" y muchos otros, como "Chiqué", "A Evaristo
Carriego", "Nochero soy", "La
Mariposa ", "Emancipación", y tantos más, se
calculan más de 200 piezas musicales, en los que sus personales arreglos hicieron
de ellos verdaderas creaciones, imponiendo un particular e inolvidable estilo.
Este
fue Pugliese, el maestro, un hombre de la música popular y ciudadana, quien
apretó la mano de Juan Domingo Perón cuando lo convocó públicamente para pedirle
disculpas, un hombre comprometido con sus ideales, un sencillo y grande hombre
de la cultura porteña y popular que era común verlo por su barrio, el de Villa
Crespo, donde hoy en la esquina de Scalabrini Ortiz y Corrientes, en el nacimiento
de José María Drago hay un busto y una nueva plazoleta con su nombre.
Muchos
recordatorios se deben hacer a este gigante musical, pero pensemos que el
mejor de los homenajes es devolverle al tango ese sentido popular, de un Buenos
Aires de arrabales, sirenas, chimeneas, memoria colectiva e identidad. Un
pedazo de la historia de nuestra ciudad, que algunos están obstinados en ocultar…
FUENTES:
varias
Este
trabajo fue publicado por primera vez el 5 de enero del 2006
Caracteres:
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