DERECHOS HUMANOS

JORGE JULIO LÓPEZ

El grito desesperado a 18 meses...

 

Aparición con vida de Jorge Julio López… 18 meses y no sabemos nada…

El grito desesperado de Jorge Julio López


Por Juan Carlos Cena y Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

 

24 de marzo del 2008


Despojados de su memoria, los pueblos, se opacan, mueren. Y suelen morir en medio de la algarabía de imaginar que el pasado no interesa, aturdidos por voces que los llaman a no recordar, apalabrados por ilusionistas que susurran que hoy todo empieza de nuevo. Las raíces pueden secarse si una voluntad de memoria no se opone a la voluntad de olvido. Sin esta fidelidad no hay ética posible. Héctor Schmucler- El Cordobazo, la Universidad, la Memoria. UNC - 1994

No sabemos nada, nadie sabe nada…, nadie del gobierno sabe, todos los estamentos oficiales callan… lo quieren sepultar definitivamente… no existió el rapto. Por lo tanto, no se ha implementado ni se implementará con este gobierno, una política real y concreta para encontrar a Jorge Julio López. Esa implementación sólo se fraguará a través de la presión y movilización popular.
Han pasado 18 largos meses desde aquella madrugada del 18 de septiembre del 2006, donde es arrancado, nuevamente, el compañero López de su casa en Los Hornos, La Plata, provincia de Buenos Aires. Luego del secuestro, se elucubraron las más inverosímiles teorías y acertijos. Se procuró instalar mentiras tras mentiras, embustes tras embustes. Algunos personajes, por encargo, que dicen militar los derechos humanos, intentaron involucrarlo como que era miembro de un servicio de inteligencia, un hombre de la policía, lo denostaron, lo enlodaron, trataron de denigrarlo afirmando que se había olvidado, que era un ¨viejito que perdía la memoria¨, un hombre senil, sin memoria... Justamente, memoria y valentía es la que le sobra al compañero López. Otros, se hicieron los distraídos.
Estos personajes entraron a la Casa Rosada donde habitaba el gobierno del anterior presidente. Salieron afirmando, como si fuera una verdad absoluta, la barrabasada de que López tenía familiares en la policía bonaerense, que su historial era dudoso y que lo conocían bien, porque además sabían ese todo de él, de muy buena tinta que conocían a su segunda mujer, mujer que nunca existió. Que antes que nada había que investigarlo…Casi era la consigna de la dictadura militar: por algo será. Se pretendía instalar la sospecha sobre el desaparecido, sobre la víctima, sobre el raptado… como antes.


O como dijo el Ministro del Interior de de ese mismo gobierno Aníbal Fernández, afirmando que López se fue con la tía… no podemos agregar nada más…
Todas esas barbaridades fueron refutadas por la presencia de su esposa, la compañera de más de cuarenta años, todos viviendo en Los Hornos, cuando lo secuestraron la primera vez y hace 18 meses.


Los que se mantuvieron, como era de esperar, y nos fueron llevando por el camino de la verdad en la búsqueda de Jorge Julio López, a pesar de las pistas falsas, los allanamientos falaces, las noticias mentirosas, los testigos que lo vieron… y así, fueron sus compañeros de ruta, de trabajo, de lucha, sus abogados y algunos organismos de los derechos humanos.

Donde no hay justicia es peligroso tener razón…
Esta es una causa que aún tiene la misma carátula: BÚSQUEDA DE PARADERO… Es que como dice
Quevedo: "Donde no hay justicia es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría".


La carátula es inmodificable, a pesar de reuniones y promesas del anterior presidente. En realidad, nada se hizo. Sólo anuncios de entretenimientos como el ofrecimiento de recompensas que no llevaron a ningún puerto cierto. Porque quienes se llevaron a López saben muy bien que tienen una estructura montada que los hace impunes, como antes, como ahora… que las recompensas son inútiles.


Si no fuera porque sus compañeros, familiares, amigos y defensores verdaderos de la causa López han mantenido la llama encendida, todo se hubiera apagado. Todos ellos siguen, seguimos en la lucha por Jorge Julio López. Rechazamos la propuesta de que sea sólo un recuerdo. No queremos que sea tapado por la ausencia de memoria y que el olvido inducido nos gane la voluntad de memorizar a Julio.


Esta desaparición ha sufrido el oprobio, ha padecido la desvergüenza de un poder político, ya sea de parte del gobierno nacional y provincial que no han incorporado en su agenda o en sus discursos a Jorge Julio López. Y si ellos no lo tienen incorporados la recua de lacayos políticos seguidores y complacientes, menos.


La política de derechos humanos implementada por el anterior gobierno y su continuidad, ha tenido como objetivo el que sólo nos ocupemos del pasado, que vivamos ese pasado como si fuera un presente perpetuo. Que la violación de los derechos humanos en tiempo presente no existe. Por eso la ausencia de López en toda recordación oficial y sus seguidores. Que las arbitrariedades perpetradas a toda protesta en tiempo presente por la violación a los derechos humanos mas elementales, como tener derecho a comer, a vivir en libertad, a educarnos, está bien ejecutada. Hay que volver a la paz de los cementerios, al pasado, siempre al pasado como un presente sin futuro, no salir de ese espacio temporal.


La muestra más acabada es la judicialización de la protesta, es una moneda constante. Es delito reclamar el derecho a comer, a decir que tenemos hambre como las comunidades Wichi y Tobas en el Chaco, o desnudar la desnutrición de los niños mybás, o de tantos otros… cientos de fallecidos por hambre. De eso no se habla. De López tampoco. Hay que volver al pasado como si fuera una prisión sempiterna.


Por otro lado, la saturación de un discurso banal sobre los derechos humanos ha servido para implementar unas pseudos políticas falaces distractivas, con las cuales han bastardeado la realidad cotidiana de los derechos humanos de este presente. Asimismo, han desmemoriado a la memoria, y ha avanzado el olvido. El objetivo es no recordar a los compañeros y compañeras y a sus sueños, que son nuestros y están vigentes. Esconder que con aciertos y errores, ellos lucharon, resistieron, dejaron sus vidas, que es lo más preciado de un ser humano, en busca de un destino común más digno y honroso para todos.


Esta saturación banal ha logrado que la sociedad contraponga aquellos derechos humanos con los actuales… porque muchos de los organismos se olvidaron de la agobiante situación actual social, política y económica actual.


Asimismo, hoy, intelectuales temerosos de enfrentar la realidad cotidiana se escapan al pasado en el marco de la misma línea discursiva que el gobierno impone, hay que ocuparse del pasado, al presente lo manejamos nosotros. Hay que entretenerse con los ¨héroes y villanos¨ impuestos en el pasado, de sus monumentos actuales y sus himnos, del papel que jugaron en la historia argentina. Es una línea anecdotaria sin contenido. Por ello se sumergen en el pasado y no entienden que analizar el presente es esencial para comprender mejor el pasado…


López es presente, no se lo menciona a este trabajador valiente y memorioso que le hizo honor a su clase, que no se olvidó de nada y no se escapó cobardemente al pasado. Tuvo la valentía de traer ese pasado que el vivió, que una vez fue su terrible presente, con entereza a los estrados judiciales, para que ese maldito momento que sufrió la sociedad argentina no se repitiera nunca más, a riesgo de su vida. Esto lo hace a Julio Jorge López un verdadero hijo del pueblo.


¨Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y transmite el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando estos se disponen precisamente a revolucionarse y a revolucionar las cosas, a crear algo nunca visto, en éstas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toma prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable o este leguaje prestado representar la nueva escena de la historia universal¨. El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte - Carlos Marx.


Por eso y más, a López, hay que sepultarlo definitivamente, lo debe envolver ese inmenso manto de olvido con el que se envuelve todo lo que tiene que ver con la dignidad de los hombres y mujeres de esta tierra. El olvido hacia López es un deliberado atropello de los verdaderos derechos humanos.
Si no se ocupan de López, de Carlos Fuentealba, de Lázaro Duarte, porque se van a ocupar de la pobreza, la desnutrición infantil, la miseria de las comunidades originarias, la muerte a diario, y si no se ocupan de ellos, como se van a ocupar de López.


Jorge Julio López está desaparecido en democracia ¡cómo se atreve López a desaparecer!

Actitud monolítica y gestos declamativos
La actitud de tapar a López en un manto de olvido ha sido ¨monolítica¨ asegura la doctora Godoy.


Guadalupe Godoy lleva hoy la causa de Jorge Julio López, esta joven abogada se ha quebrado más de una vez cuando le preguntan por el destino de López: ¨es que nadie quiere pelearse con las fuerzas policiales y militares¨, reafirma. Hay una cadena de encubrimientos. Denuncia al jefe policial Superintendente Oscar Farinelli como hombre implicado en la última dictadura militar, además de 30 detectados y más de 9.000 efectivos que revistaban en aquellos años.
¨No hay desde el poder político ningún gesto más que declamativo¨, reafirma Guadalupe Godoy.


La abogada Myriam Bregman, miembro del CeProDH quien también fue abogada del caso López sostenía en diciembre del 2006, que en la provincia de Buenos Aires había 9.026 efectivos con mando de tropa que revistan en la policía provincial. Que desde la desaparición de Jorge Julio López vienen insistiendo en saber cuántos policías que reportaron bajo las órdenes de Etchecolatz están aún en funciones y que en ese entorno podían estar los cómplices, al menos de encubrimiento del secuestro de Julio.


¨En respuesta a nuestro pedido en la causa que se tramita ante el juez federal Corazza, Arslanian y Solá tienen que informar que son más de 9.000 los policías de esa fuerza los que estuvieron en la dictadura y que hoy están en funciones. Toda una revelación que casi el 20% de la fuerza de la bonaerense está integrada por policías que hicieron o iniciaron su servicio bajo el mando de la dictadura¨, dijo Bregman.


Esta cifra escalofriante, continúa el informe presentado, desnuda la hipocresía del gobierno bonaerense, que a los pocos días de la desaparición de Julio afirmaba por boca del mismo León Arslanian que la cifra de agentes en funciones en la dictadura no superaba los "60". Más tarde, Solá habló en los medios de comunicación de "más de 100…". Pero pasaron a retiro sólo a 36, pues "no contaban con antecedentes suficientes".

El nuevo listado era escandaloso. Por ejemplo, demostraba que estaban en funciones muchos de los bonaerenses que formaron parte de la "DIPBA", la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires, el organismo que durante la dictadura se encargó de marcar a las personas que luego serían secuestradas. Si bien ese organismo fue cerrado y en el año 2000 creada la Comisión Provincial por la Memoria, en ese lugar ¡los agentes que trabajaban en ella fueron reubicados, muchos ascendidos y hoy siguen en funciones!
Si tenemos en cuenta que en la amplia mayoría de las brigadas, comisarías y destacamentos de la policía bonaerense funcionaron Centros Clandestinos de Detención, llegamos rápidamente a la conclusión de que no sólo es aberrante que sigan en funciones cuando formaron parte del aparato genocida, sino que a tres años de la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, deberían estar presos¨.

Más adelante sostienen: ¨Estamos seguros que las fuerzas de seguridad no son reformables ni "depurables". La continuidad de los elementos de la dictadura responde a la impunidad. La impunidad de los criminales del brazo armado del Estado capitalista que llevó adelante el genocidio tiene como fin rescatar a las FFAA y de seguridad como pilares del orden social.


Estos 9.000 policías formados en la dictadura, hoy jefes de operativos, influyentes comisarios de la fuerza, son los que tienen a su mando la búsqueda de Julio López y, lo que es peor, de ellos depende encontrar a los responsables de su desaparición forzada. Ahora es evidente porqué a 3 meses no hay rastros de Julio y los secuestradores se siguen moviendo con tanta impunidad¨, concluía el informe entregado a la prensa.

Este 24 de marzo se cumplen 32 años de aquel genocidio, de aquellos años. Hoy, Jorge Julio López fue una de sus víctimas…es la continuidad
Seguramente y con la ley 26.085 sancionada el 15 de marzo del 2006 y promulgada el 20 de marzo de ese año, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, habrá discursos grandilocuentes, saldrán a relucir militancias inexistentes y se olvidarán de Jorge Julio López y de todos los compañeros, porque en realidad el objetivo es lucir sus mentiras… como el concepto gebeliano… impuesto y tomado por los grandes medios de comunicación: miente, miente que algo quedará…


La verdad y la justicia, la memoria de los pueblos no se conjugan en los cenáculos del Congreso o en los escritorios de los poderes ejecutivos.
La verdad y la justicia por Jorge Julio López sigue siendo el compromiso de tantos compañeros y compañeras que aún no conociéndose íntimamente, discrepando en aspectos secundarios, siguen gritando fuerte su nombre… porque él, el compañero Tito, lo está gritando… Aparición con vida…

Juan Carlos Cena: DD. HH. Cátedra Libre de Filosofía y Letras, Comisión Provincial por la Memoria, La Plata, provincia de Buenos Aires, Comisión por la Memoria y los DD.HH. ferroviarios.
Elena Luz González Bazán: DD.HH. Cátedra Libre de Filosofía y Letras, Comisión por la Memoria y los derechos Humanos Villa Crespo.

 

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